50.

Lo primero que me invadió fue un mareo enorme. La casa dio una vuelta completa bajo mis pies, y tuve que aferrarme con fuerza al cojín del mueble para sentir un poco de estabilidad. Cuando, un largo minuto después, todo se aclaró, miré los ojos de mi madre, oscurecidos, observándome. No podía creer que aquello fuera verdad. No podía creer que aquello que mi madre me estaba proponiendo fuera real.

— ¿En serio lo estás haciendo? ¿En serio me estás pidiendo aquello? ¿Exhumar los restos de Evangeline? ¿Ni siquiera muerta seríamos capaces de dejarla en paz? — dije, con voz temblorosa.

Tuve el impulso de rasgar los papeles y lanzarlos a la cara de mi madre. Tuve tanta rabia en ese momento. ¿Cómo podía considerar siquiera que yo daría esa autorización? ¿Cómo podía pensar siquiera que yo estaría de acuerdo con eso? Nunca sería capaz de estar de acuerdo con algo como eso.

A pesar de todo lo que había pasado, Evangeline merecía al menos el respeto de una muerte tan dolorosa como la que tuvo, d
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP