Capítulo 31

LUCA

El viento helado de Oymyakon rugía con más fuerza cuando salimos de la tienda. La nieve bajo mis botas crujía con cada paso que daba, mientras Iván caminaba a mi lado, en completo silencio. Enzo y Leo iban unos pasos detrás de nosotros, con sus rostros pétreos y miradas calculadoras. Alan nos seguía de cerca, su mandíbula tensa y la desconfianza ardiendo en sus ojos. Sabía que no le gustaba la idea de que nos pusiéramos en manos de la mafia italiana, pero en este punto no había otra opción.

El helicóptero seguía en el mismo punto donde aterrizó, con el rotor aún girando lentamente. Los hombres de Vang se mantenían a la distancia, observándonos con atención, listos para actuar si algo se salía de control. A pesar del trato que habíamos hecho, ninguno de nosotros confiaba completamente en el otro.

Iván se detuvo junto al helicóptero y giró para mirarme.

—No podemos quedarnos aquí más tiempo, tenemos que movernos rápido —dijo con su voz ronca—. No quiero correr riesgos innecesarios
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP