Desde los Ojos Miel (libro 4) Saga Desierto de RosasES

AVISO IMPORTANTE: ANTES DE LEER ESTE LIBRO, QUE ES EL ÚLTIMO DE LA SAGA, DEBES LEER LOS TRES ANTERIORES, DESIERTO DE ROSAS, OLOR A ROSAS Y JAZMÍN Y TE PERTENEZCO GRACIASSuena el reloj despertador, abro los ojos, otro día que cuenta en mi vida, estoy un poco cansado, se supone que es mi día libre y me despiertan a las siete y treinta de la mañana, después de una noche agitada, me desperezó int ntakdo soltar mis músculos.¡Demonios!, tendré que hacer algo ya que me desperté, la noche fue larga al irme al departamento de Melody y de una buena sesión de sexo me vine para mi casa con ganas de dormir y la molestosa tía Raquel, hermana de mi madre se le ocurrió tenerme horas al teléfono, pude dormir recién a las cuatro de la mañana, ¡maldito despertador, me olvidé apagarlo cuando me metí en cama para que no me despierte!El ritual de todos los días empieza, tomo las malditas pastillas como si fueran dulces, ya estoy acostumbrado pero como molesta seguir en este círculo vicioso.Me visto, iré

Llego a casa, sigo con todos mis pensamientos en ella, "Darla" ¡demonios!, se que se sabe defenderse pero es inaudito que la tengan que usar como carne de cañón, lo bueno es que el capitán me pidió que fuera su protector, así que la cuidaré.Al día siguiente, como todas las mañanas, suena el maldito despertador, listo para otro día,  me pongo de pie y hago el ritual de siempre, las puñeteras pastillas que cada día las tomo como si fueran dulces.Voy para la jefatura, estoy todavía preocupado. Darla ahora esta en campo y yo tengo que estar desde la hora en que el Tabledance se abra.Comienzo a trabajar - Como es, bro, ¿Que me tienes? - entra Jake a mi despacho.-Acá, Jake, esta noche tengo que estar de incógnito en el lugar donde está en estos momentos Darla.-Oh, ¿que caso? -El del asesino que est

Llego al Aeropuerto de Ben Gurion en Tel-Avid después de un viaje de ocho horas, Joshua y Abraham están esperándome, mis queridos hermanos gemelos.Toman la carretera principal a Jerusalén directo a casa, hace calor, tengo sed y estoy con la cabeza hecha una telaraña.- ¿Como estás? Ricardo - pregunta  Joshua con una amplia sonrisa.- Todo bien, en lo que cabe...- respondo cortante.- ¿Y ese corazón hermano?- pregunta Abraham.-Sigo acá ¿no? Todavía sigue latiendo...- respondo tocando mi pecho.-Te cuento que nos enlistamos en el Ejercito- comenta orgulloso Abraham.-Muy bien...tenían que hacerlo ya están en edad de enlistarse.- ¿Y tú, Hermano?, ¿la vida, mujer, trabajo?-En el trabajo todo bien, mujer nada que ver, y lo demás la vida como les dije esto-agarro mi pecho- sigue latiendo no hay

Llego la mañana del lunes, ¡qué viaje horrible, de vuelta!, estando en primera clase, igual fue muy cansador e incómodo, pero ya llegué a Colorado, voy a mi casa en un taxi, el departamento de soltero que me compré después de mis locuras al llegar acá y de entrar a la Academia de Policías, está como siempre arreglado y limpio se nota que la sra Tons estuvo acá e hizo el trabajo de siempre.Saco la ropa y me cambio, tengo que ir a la jefatura, después de almorzar me iré a enfrentar con mis sentimientos. Buscaré a Darla y veré que siento por ella, esto me está volviendo locoVoy al restaurante de mis amigos como algo rápido, es suficiente no me entra nada, tengo el corazón en la garganta, ¿estoy emocionado? No, yo no me emociono por ver una mujer, nunca lo hice.Llego a la jefatura, voy al despacho del capitán, ni bien

Decido irme a casa, tengo turno y quiero descansar, llego a casa y me acuesto, rápidamente me duermo, entre sueños escucho el timbre de casa, eso hace que despierte de mi letargo,  me levanto entre dormido y despierto,  mi sorpresa es grande al ver a Darla parada en mi puerta desaliñada, asustada.- ¿Pero qué demonios...?- ¡...Déjame entrar!- Pasa - exclamo desorientado para darle paso - ¿Qué ocurrió?- Préstame tu baño.- Si claro...pero ¿Darla?- D...espués hablamos...Entra al baño, mientras me quedo confundido y desorientado, paseándome de un lado a otro, esto no me gusta, algo pasó.-¡Ábreme Darla, por favor!- suplico pero ella no sale.Sigo esperando,  esto es desesperante, tengo que saber que pasó, demonios si no sale tiro la puerta, esto ya no lo aguant&oac

Estos días fueron perfectos, estoy viviendo con Darla y parece como si estuviéramos en una Luna de miel eterna.Ahora no oculto la maldita enfermedad,  tomo mis pastillas en frente de ella, trato de disimular pero mierda como las odio.Antes de que Darla vuelva a la Jefatura, esa mañana decido escribirle una carta, no puedo negar lo inminente."Querida Darla, estos días que pase contigo han sido los mejores de mi vida, cuando llegue esta carta a tus manos será cuando ya no este contigo, estaré muerto y estarás llorando mi partida, nunca contaré lo mal que está mi corazón por qué no lo mereces, no mereces sufrir por mi, pero quiero que prometas que me llorarás tres días y al tercero me guardarás en tus recuerdos y seguirás con tu vida, no vivas en un recuerdo eterno, no lo merezcoGracias por entrar a mi vida te haré feliz hasta q

El despertador suena, abro los ojos, bueno otro día que estoy vivo, eso es ganancia.Darla sigue dormida abrazada a mi pecho, no quiero despertarla, tiene que descansar después de haber perdido tanta sangre. La pongo suavemente en la almohada después me paro voy a la cocina a sacar el vaso de agua y a recoger las pastillas diarias, preparo desayuno y me arreglo para ir a la jefatura, cuando estoy listo le doy beso  en la cabeza sin despertarla y salgo.Aprovecho que estoy temprano para ir al hospital a solucionar el problema de ayer, conozco al capitán y tendremos problemas si no lo soluciono lo más pronto posible.-¡Oh como está detective Engels! - me saluda la doctora ni bien me acerco a ella.- Bien, doctora, todo bien.-¿Su novia está mejor?-Descansando, se pondrá bien,  vine a hablar de lo de anoche.-Oh si detective, intenté no mandar el infor

Los días han pasado y sigo viviendo mi eterna luna de miel, es irrisorio que lo diga yo siendo quien soy. Un mujeriego que jamás le gustó,  ni quería tener una relación pero me enamoré como un estúpido y me siento feliz al lado de Darla.Además, ella se deja llevar por mí, es moldeable a mis gustos y yo a los de ella.Hoy en la noche tuvimos una fiesta; no salimos mucho yo prefiero quedarme en casa entre las piernas de mi mujer, pero a tanta insistencia de Jake y Judy nos fuimos de baile, tratamos de disimular toda la noche pues solo Judy sabe de lo nuestro.Cuando Jake y Judy decidieron irse por Arthur y dejarnos solos en la disco pudimos aprovechar para bailar juntos, besándonos y abrazándonos sin necesidad de ocultarnos.Jamás pensé que yo le dedicaría una canción de amor a nadie pero lo hice, quiero que cada vez que la escuche se acuerde de mi

Listos para una mañana de entrenamiento, nos vamos al gym,Darla se va al saco de arena, Jake y yo a hacer pesas y Judy se va a correr en la caminadora.Veo a Darla de lejos,  en serio le gusta golpear esa cosa, tiene muy buenos movimientos y reflejos,  ¡mierda que esta tan sexy con esa ropa de deporte!-Bro, ¿vamos al ring? - Jake se acerca y me empuja con el hombro.-¿Quieres una lucha? Sabes que te ganaré ¿verdad? - pregunto burlón, sé que lo haré morder el polvo.- Veremos - responde sonríente - mediremos fuerzas.-Ok, pues vamos...- respondo con alaraqueria, Jake jamás me ganó.Nos dirigimos al Ring después nos colocamos guantes, muy bien ¡Llegó la hora de luchar!Jake es duro sabe pegar pero yo soy más,  con tres golpes ya lo tengo en la lona, pero vuelve a pararse, ¿deberás quieres m&aa

Investigar un caso de la mafia no es nada fácil, hay que buscar la manera de encontrar pruebas suficientes para que todo salga bien y podamos meterlos a la cárcel sin que alguno de sus amigos los vuelvan a sacar.-Hola Ricardo - escucho la voz de Melody que entra sin tocar la puerta.-Melody, ¿Qué haces acá? - ¿por qué viene a mi oficina? No quiero que este acá- ¿Dime qué deseas? - pregunto cruzando los brazos con el ceño fruncido.-¿Sigues enojado conmigo? - pregunta con voz dulzona acercándose a mi con coquetería.-¡Aléjate...! - chillo poniendo mi mano en frente de ella para detenerla.-¿... Porque lo haría? deseo volver contigo...- responde sentándose en mi escritorio sin perder su coquetería - ¿Recuerdas como nos divertíamos?- Pues...yo no deseo volver contigo, ya olvidé lo que