La respiración se me cortó en cuando la palabra enamorado salió de sus labios. Vale, él ya había afrontado sus sentimientos y en una situación en la que aquellas palabras calmaron todo; yo dejé de llorar aunque seguía temblando. Aun así, ¿estaba yo enamorada de él? ¿realmente quería asumir que estaba enamorada de él y después... dejarle ir a California?
— ¿Qué...? —me dolió la garganta al expulsar aquella palabra tan simple.
Dejé de sentir el calor de sus brazos a mi alrededor; sígueme abrazando, por favor... Me sentía débil y de gelatina. Tenía el corazón descontrolado, y apostaba que él lo sentía contra su pecho. Agarró mis brazos, y me separó lo suficiente como para que le mirara y que nuestros alientos se mezclaran. Me reprochaba por sen tan tonta,
Me sentía de una forma... única, como si estuviera flotando sobre una nube, evadida... Jax era magnífico, y no había sido nada bruto conmigo, claro que las otras chicas con las que estaba eran solo de una noche y debía importarle bien poco si las hacía daño. Y había sido diferente, normalmente cuando me acostaba con un chico evitaba que me siguiera viendo desnuda después de hacerlo, pero allí estaba yo, sobre el duro cuerpo desnudo de Jax sin nada de ropa sobre nosotros.—Quiero hacer esto todos los putos días —dijo, haciéndome reír.—No veo problema —susurré.Mis dedos dibujaban siluetas imaginarias sobre su pecho, y le había escuchado suspirar varias veces. A los pocos minutos, después de acabar el tercer round, Jax se dió cuenta de su falta de protección, pero le había logrado calmar asegur&aa
Con su madre y su hermano pequeño. Con su madre y su hermano pequeño. Con su madre y su hermano pequeño.Joder, ¿desde cuando Jax tenía un hermano? Y ¿cómo es eso de que iba conocer a su madre?Ya habíamos ido a por los papeles del Fashion Institute, no lo había visto por dentro, levemente me había fijado en lo moderno que era por dentro y lo bonito que era por fuera. Había deshecho la maleta al completo, a mayoría de mi ropa llevaba ya tiempo allí, pero tuve que añadir la de la maleta que viajó con nosotros y alguna de Jax que también metí en el vestidor. Se me hizo raro ver ropa de chico junto a la mía, y más cuando se empeñó en meter sus calzoncillos junto a mi lencería, según él, quería ver mi ropa interior cada vez que se cambiara.Eran las ocho y veinte, y me miraba en el espejo
A mitad de la noche el pequeño Thomas estaba tirando de la camiseta de mi pijama logrando despertarme. Me froté los ojos y me senté en el borde de la cama tras quitarme los brazos de Jax de encima.— ¿No puedes dormir? —le pregunté somnolienta.Él agitó la cabeza asintiendo mientras se frotaba los ojos. No había ropa de su talla, pero al parecer era como su hermano, y Thomas dormía sin camiseta y en calzoncillos. Tenía el pelo oscuro y rizado algo revuelto, como un nido de pájaros, y los ojos entrecerrados por el sueño.—Mi madre dice que soy mayor para dormir con ella, ¿puedo dormir con vosotros? —hablaba como toda una persona adulta, pero era adorablemente pequeño.Suspiré, y miré el gran cuerpo de Jax sobre la cama, enredado entre las sábanas. Se empezaba a remover, y paró de hacerlo cua
La música de The Chainsmokers sonaba desde dentro de la habitación que Trent me había indicado. Nora vivía enamorada de aquel grupo de música, y yo no me quedaba atrás. Agarré el pomo, y tiré de él levemente empujando la puerta. El cuerpo de Nora estaba estirado en la cama, con las rodillas flexionadas y los pies en el aire mientras los movía al ritmo de la música; volvía a tener el pelo castaño, sin nada de rosa en él.—Nora... —la llamé.Dio un pequeño salto sobre la cama, y giró a mirarme abriendo los ojos como dos grandes monedas. Se le aguaron los ojos, y se mordió el labio cogiendo aire.—Andra, ¿qué haces aquí? —logró preguntar.Me encogí de hombros adentrándome en la habitación.—Tienes un buen novio.
Pasé mis dedos sobre los tatuajes de su mano que descansaba en las marchas. Llevaba callado un rato, y quería que volviera el ambiente juguetón que teníamos minutos atrás.—Eres lista, seguro que ya te has dado cuenta de que Trent y yo tenemos cosas que hacer —me miró, y clavó sus ojos en la carretera cuando le devolví la mirada. Asentí con la cabeza, si Nora sabía en qué estaba metido Trent también lo hubiera averiguado —. En dos noches tenemos que salir a Queens, hay unos asuntos que tenemos que tratar y llegaremos tarde.Cerré los ojos exhalando el humo pesadamente, y me dejé caer contra el respaldo del asiento.— ¿Es con el italiano ese del que habló Ethan? No me entero de mucho de lo que haces, pero muy tonta sería si no encajara cosas. ¿Sois como un bando? —realmente me interesaba, era
Los labios de Jax recorrían la piel de mi abdomen limpiando el rastro de nata que había dejado desde mis tetas hasta mi ombligo. Se lo estaba pasando de puta madre, y yo llevaba ya diez minutos en una montaña de placer. Habíamos llegado a la cama de una habitación vacía —en la que durmió Sahar —de lo más excitados, y no habíamos tardado en desnudarnos y empezar a jugar con la nata como dos niños pequeños. No solo era algo sexual, Jax me había hecho reír varias veces cuando me manchaba la cara y me mordía las mejillas... nunca había pensado estar de aquella forma con alguien, pero Jax Jones me había nublado la vista tanto que me daba igual todo. Sus dedos gruesos y tatuados se paseaban por encima de mi clítoris haciéndome gemir, y una sensación extraña se colocó en aquella zona cuando dejé de sentirla caliente para senti
Rezaba por que cada momento con Jax fuera eterno, me enamoraba estar con él, llevábamos toda la noche hablando de nosotros, y había descubierto que no quería celebrar su cumpleaños, que todos los años sus amigos le felicitaban y e regalaban cosas pero que se quedaba encerrado en su casa y no salía en todo el día, aquello me hizo recordar que debía comprarle algo, algo grande y que le gustara, pero no me había pedido nunca nada, y no tenía ni puta idea de que regalarle. También me había dicho que aquel era el primer año que veía a su madre en Nueva York desde hacía tres años, que se hablaban con videollamadas, y hasta me contó el rollo ese de presentarle una chica a su madre.—Cuando Ethan, Trent y yo nos largamos de aquí para salir de toda la mierda nos fuimos solos... los tres, y solo teníamos quince años. Nuestras madres se
Su cariño calmó algo mis temblores, pero volvieron en cuanto sus brazos se aflojaron a mi alrededor.—No, no me sueltes Jax... por favor... no me sueltes.—No lo voy a hacer —consiguió juntar su frente con la mía, y limpió mis mejillas quitando mechones rubios de mi cara —. No te voy a soltar en mi jodida vida... ¿te ha hecho algo? ¿estás bien...?Asentía repetidas veces con la cabeza secándome las lágrimas. Había dejado de sollozar, pero seguía temblando de miedo. El chico seguía allí, detrás de nosotros mirándonos, y tenía tantas preguntas que lo que antes era un pequeño dolor se convirtió en un dolor persistente y continuo.— ¡Jax! Joder tío &iques