Death Of Love
Death Of Love
Por: Luna De Artemis
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Me gusta el sonido del silencio, por qué en él se oculta el lamento de un corazón herido, el jadeo de una boca hambrienta y la miel de una lengua sedienta.

21 de febrero de 2023

Matteo

Sonrío de lado al ver cómo todos se apartan a medida que avanzo. Bajan la cabeza en señal de respeto, aunque la verdad es que nadie se atreve a mirarme a los ojos. Eso sería desafiarme y todos los que me conocen saben perfectamente lo que eso significa en nuestro mundo. Un mundo en el que las armas, la sangre y el poder tienen todo el control sobre los demás.

Soy el líder de una de las organizaciones más grandes del mundo, controlo toda Sicilia, pese a los intentos desesperados de Federico Di Marco por hacerse del poder, aunque está levantando su trono en Siracusa, cree que no sabemos lo que hace, sin embargo, cuando menos lo espere estaremos sobre él, ha firmado su sentencia de muerte y la de toda su familia. Tenemos propiedades a lo largo de todo el país, pero por comodidad estamos asentamos en Palermo, desde aquí controlamos absolutamente todo.

Toda mi vida he sido educado para llevar ese control en mis manos, no solo de una organización como la nuestra, sino también de mis emociones. Desde muy pequeño me arrancaron el corazón del pecho y lo tiraron a la basura, en mí no existen las debilidades, no puedo tenerlas, no las necesito.

—Señor, su padre le espera —anuncia el hombre delante de la puerta de la habitación de mi padre.

Desde hace un año mi padre decidió dejar el control de la organización en mis manos, me convertí en el Capo, el líder de cada líder de familia, he creado mi propio dominio para no estar bajo la sombra de mi padre aunque no por eso deja de tener mayor poder que yo.

Fue el quien asesinó a sangre fría a los líderes de otras familias para poder convertirse en Capo y ahora yo cargo con esa responsabilidad sobre mis hombros, es por eso que no puedo permitir que Federico se extienda más allá de su ratonera. Eso es algo que no voy permitir, por varias generaciones mi familia se ha hecho cargo de todo y así es como seguirá por muchos años más.

Estoy consciente de la guerra que se me viene encima.

La puerta se abre para mí. Al dar dos pasos dentro de la habitación un sirviente se me acercan llevando en sus manos una charola de plata en la cual lleva una vasija del mismo material, me lavo las manos y seco con la toalla blanca que me ofrece y por último le entrego mi arma.

Una de nuestras tradiciones es lavarnos las manos cuando estamos en frente del Don, el jefe de la familia, es una manera de demostrar que confiamos en la cabeza que nos guía. Me acerco al lecho de mi padre y me inclino para besar la mano que me presenta.

—¿Sabes por qué te mandé a venir? —Va directo al grano.

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—Realmente lo ignoro —digo sin ningún tipo de emoción—, sin embargo, supongo que ya sabes sobre la situación en Siracusa —agrego sin apartar la mirada de él.

—Te equivocas, no es por eso que te mande a llamar, aunque es un punto que también debemos tocar, sin embargo, por ahora quiero que estés informado de que en tres días te casaras. —Frunzo el ceño ligeramente—. Elegí a la hija menor de uno de nuestros miembros, su familia es fuerte y ha aportado mucho a la organización. —Aprieto la mandíbula sintiendo como el coraje invade mis venas—. Es una joven adecuada, Bianca Zanetti, tiene veinte años y ha sido educada para obedecer las órdenes, es silenciosa y sumisa, adecuada para un hombre como tú y será perfecta como madre —concluye.

—¡No puedes estar hablando en serio! —exclamo con aparente tranquilidad, aunque mi voz suena hostil y a punto de explotar.

—Sabes bien que el jefe de la organización debe tener una esposa, algo que debió haber ocurrido hace varios años, es hora de que tomes en serio nuestras costumbres —observa sin que mi leve explosión le haya afectado—, de lo contrario, Adriano deberá asumir el liderazgo y tendrá todo mi apoyo, y te advierto que si es necesario, yo mismo te volaré la cabeza de un tiro. —Clava su mirada con furia en mí.

¡Maldición!

Jamás consideré la idea del matrimonio, estoy consciente de que tener una mujer e hijos es importante para continuar con el legado, sin embargo, en mis planes no está tener a mi lado a una mocosa sin voluntad propia, la mujer que sea mi esposa debe ser aquella que no tema desafiarme.

Aprieto los labios en una fina línea y me pongo de pie.

No vale la pena discutir el tema ni tratar de persuadirlo, siempre he sabido que un líder debe asegurar su linaje mediante la familia. De lo contrario, los líderes de cada familia pueden levantarse en mi contra y no puedo luchar en contra de toda una organización, yo solo.

Debo ser inteligente.

—Tú no sabes qué tipo de mujer es la adecuada para estar a mi lado y te aseguro que una niñita manipulable no se encuentra dentro de mis preferencias —aseguro y posteriormente beso su mano.

Salgo de la habitación, sin embargo, antes de que la puerta se cierre detrás de mí, su voz me detiene.

—No puedes hacer nada, ya lo he decidido, esa joven será tu esposa en tres días y tendrás tres meses para anunciar su embarazo. —Reanudo mis pasos y me alejo del mismo modo en el que llegué.

Eso es todo.

No voy a dejar que Adriano lleve a la miseria a la organización, él no es un hombre que imponga ni que cause terror, darle un tiro a quien sea cualquiera lo hace, pero pararte delante de una multitud e infundir respeto y miedo solo con la mirada es algo que él jamás conseguirá.

Yo he sido entrenado desde que nací para esto y me da igual si tengo que iniciar una guerra entre familias. Sé que cuento con hombres leales que darán todo con solo una de mis órdenes.

Por otro lado, debo evitar a toda costa esa boda, no puedo permitir que me case con la hija de Darío Zanetti, sé bien quién es la chiquilla y aunque no voy a negar que es adorable y tiene una belleza inusual, eso no basta para satisfacer mis necesidades. Esa niña realmente ha sido educada para ser obediente y desabrida, sin espíritu ni voluntad.

Tengo que encontrar una solución, mi padre es capaz de mover todas sus influencias y pedir mi cabeza. Sin embargo, las putas que me follo tampoco son adecuadas para llevar mi apellido.

—¡Primo! —Me detengo al escuchar la molesta voz de Adriano—. Supongo que ya te dieron la noticia, pronto seré el líder de la organización. —Conozco bien cuál es su intención, pero no importa cuánto se esfuerce, no podrá hacer que pierda el control.

Sonrío, al tiempo que niego con la cabeza, le doy una mirada despectiva antes de hablar:

—Yo que tú no estaría tan seguro, el líder necesita a su lado a una mujer que lo respete y según tengo entendido la tuya... —No termino la frase, dejo en el aire la duda de lo que iba a decir.

Se sabe que la mujer de mi querido primo tiene sus ligerezas, no obstante, estoy obligado a callar, no es mi problema y además es muy divertido ver que ni siquiera su mujer lo respeta.

De nuevo reanudo mi marcha dejándolo con las venas de la sien a punto de explotar, escucho las palabras que dice, pero no reacciono, no le doy más atención de la que se merece. Toda mi atención debe estar puesta en encontrar a una mujer que valga la pena y que disfrute follar.

—¿Qué te dijo el Capo? —No pierde la costumbre de llamarlo por ese título.

Lorenzo Santoni me recibe cuando llego al auto, mi mano derecha y el único hombre en el que confío mi vida, aunque eso es algo que nunca en mi vida voy a confesar en voz alta. Ha demostrado serme fiel y leal, eso es algo que aprecio y tomo en cuenta.

—Mi padre tiene un ligero ataque de sentimentalismo, necesita una nuera y un nieto para poder morirse en paz —escupo luego de haber subido al asiento trasero del auto.

—¿No estarás pensando presentarle a la señorita de anoche? —dice y me mira a través del espejo.

—Claro que no. —Ruedo los ojos—. No puedo traerle una puta, pero tampoco puedo conseguir una princesa, además ya él me consiguió una prometida que me causa náuseas. —Su curiosidad no le permite regresar su atención al camino—. Bianca Zanetti —mascullo sintiendo que necesito estrangular a alguien para poder calmarme.

—Esta vez te toco muy difícil —resopla y se concentra en el camino a la vez que yo cierro los ojos y recuesto la cabeza sobre el respaldo del asiento.

Tiene que haber una mujer fuerte, que me represente. No quiero una chiquilla que llore al primer grito. Mientras salimos de la villa de mi padre para dirigirnos a mi departamento ubicado en la Via Giuseppe Patania, pienso en donde conseguiré a la mujer perfecta y si existe un modo en el que pueda liderar sin necesidad de cumplir con la m*****a tradición.

Anarquía.

Abro los ojos y miro al exterior a través del cristal de la ventanilla, justo cuando la solución a mis problemas se sube en un Lamborghini de color Blanco con los vidrios teñidos, un hermoso auto para una mujer segura de sí misma.

Además, es hermosa. Es mi solución.

—Quiero que consigas a la mujer que va en ese auto —ordeno.

Lorenzo saca su teléfono y se comunica con los hombres que vienen detrás de nosotros para que sigan el Lamborghini 

—¿Encontraste a tu regina? —indaga luego de colgar.

—Eso parece. —Le indico lo que quiero que haga y a donde la tienen que llevar, para saber si es la correcta debo aislarla, despertar su sentido de supervivencia, conocer su fortaleza, necesito quebrantar su voluntad y si no lo consigo, entonces ella será mi Regina.

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