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La razón se me nubla y solo puedo ver el mundo arder al imaginar que otro hombre te toca. Eres mía, viva o muerta, yo soy tu único dueño.

Lionetta

Decidí no confiar en ella, pero debo seguir el plan. Miro a mi alrededor, no hay nadie cerca, no se han dado cuenta de lo que acaba de suceder. Tomo un par de pistolas y le ofrezco una, pero la rechaza.

—No será fácil salir de aquí y no siempre podrás pelear —insisto.

—¿Ahora qué hacemos? —Miro el auto detrás de ella, en él nos sacarían de aquí, quizás podamos usarlo.

—Sube al auto y vete, yo intentaré distraerlos. —No puedo irme, no sin antes asesinar a Yaroslav.

—No te puedes quedar, no puedes con todos tu sola. —Miro de un lado a otro cuidando que nadie nos haya visto aún.

—No pierdas el tiempo y sube al maldito auto, no te detengas, solo vete lejos y en cuanto puedas deshazte de ese auto y escóndete —ordeno y la empujo al vehículo.

—No es mi culpa si mueres —observa y enciende el motor.

—No voy a morir, Matteo espera por mí —afirmo y me
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