Grace se sentía en completa confianza caminando en plena pasarela y luciendo su cuerpo en un hermoso traje de baño. Las luces que estaban por casi toda el área le daban un toque de grandiosa luminosidad al escenario.
El Fox Theatre de la ciudad de Detroit, apenas y tenía en su interior una pequeña cantidad de personas en su mayoría fotografos que capturaban con sus cámaras cada una de las poses de Grace sobre el escenario. —¿Les parece bien está pose?— Grace se llevó una mano a la cintura y con la otra se acomodo su cabello ondeado y rubio a un lado. Los fotógrafos comenzaron a sacar varias fotografías. Grace sonreía ante las cámaras y estaba feliz de ser el rostro principal de las portadas de varias revistas de moda y belleza. —¡Te me bajas de ese maldito escenario, Grace Clark!— Un hombre entró gritando al Fox Theatre, su voz hacia eco en todo el lugar. —¿Qué es lo que te pasa, Alonso?— Grace hablo en un tono adecuado y educado, —¿Es que no ves que estoy en medio de una sesión de fotografías? —Parece que más bien te estás vendiendo como una prepago.— Grito Alonso. Tenía los ojos negros ardiendo de rabia, —¿Con cuál de todos estos idiotas te vas a acostar? ¿Es que acaso yo tengo que pagar para que mi novia cumpla con su deber como pareja? ¿O qué? Grace se bajó del escenario rápidamente y se le acercó. Alonso cruzo los brazos por encima de su pecho y soltó un suspiro de impaciencia sobre su rostro. Ella detectó un aroma a aguardiente. —¿Estás borracho?— Preguntó ella. Pero ya sabía la respuesta. —Eso no es problema tuyo.— Dijo él, —Te ordeno que me respetes la cara o... —¿O qué? ¡Alonso esto es solo modelaje y con esto es que me gano la vida! ¿Puedes entender eso de una buena vez en toda tu vida? —No y no.— Grito Alonso, —No puedo aceptar que estés haciendo algo como ésto... ¡No puedo! Grace sabía que de ninguna manera podría convencer a Alonso de que el modelaje para ella solamente era una manera de ganarse la vida económicamente y para no causar más problema, decidio vestirse, culminar con la sesión de fotografías y retirarse en compañía de Alonso. (◔‿◔) La empresa de Suministros de Brillo Hawkins era el edificio más grande de una de las avenidas principales de Chicago. Era un edificio color gris y con enormes ventanas en cada una de las oficinas y en el techo tenía unas enormes letras que formaban las siglas «SBH» en color dorado. Jhonathan Hawkins o como sus empleados lo llamaban «Señor Hawkins» era el presidente de dicha empresa. Estaba sentado en su pulcra y elegante silla de mecanismo basculante y delante de él había un enorme escritorio en forma circular. —Ya recién nos acabamos de divorciar. Solamente espero que podamos acabar en buenos términos.— Dijo una mujer de cabellera lisa y pelirroja. —Ya no somos marido y mujer. Pero puedes venir a la empresa cada vez que quieras, Leticia.— Dijo Jhonatan formando una sonrisa amigable. Tenía los ojos café fijo en el rostro de ella. —¿Y qué planeas hacer?— Preguntó Leticia, acomodándose los lentes que llevaba. —Ya que eres estéril y no pudimos tener ningún primogénito y yo necesito un heredero.— Él se quedó pensativo por unos segundos, —He decidido contratar un vientre en alquiler. —¿Qué?— Leticia se inclino hasta que su estómago hizo contacto con el borde del escritorio, —¿Cómo que vas a alquilar un vientre? —Es que necesito tener un heredero algún día yo me pondre viejo y...— Él comenzó a reír, —Necesito alguien que me sustituya para ese momento. —Pero...— Ella comenzó a romper la envoltura de una chupeta de fresa y se la llevó a la boca. El dulce le ayudaba en los momentos cuando sentía alteración, —Me parece una idea totalmente loca, Jhonathan. —Ya he tomado mi decisión, Leticia.— Dijo él con firmeza y seriedad en su tono de voz, —Y como presidente de Suministros de Brillo Hawkins tengo que tomar está idea de tú consideras loca. —La decisión es tuya. Pero créeme...— Ella se levantó, se acomodo los lentes y con la chupeta en la boca agregó: —Yo por nada del mundo acepto ni voy a permitir que contrates una chica para vientre en alquiler. Jhonathan no quiso agregar ninguna clase de comentarios a la discusión y simplemente se quedó en silencio, viendo cómo Leticia salía de su oficina enojada. (◔‿◔) —¡Alonso ya estoy cansada de tus celos y de tus manipulaciones!— Exclamó ella. Ella y Alonso entraron a la casa de éste último. La sala estaba desordenada y tenía botellas de cerveza por doquier y el televisor estaba prendido. —¿Cómo tú crees que me siento, Grace?— Alonso se sentó sobre el único mueble de la sala. Estaba enojado, —¿Cómo crees que me siento cuando mi novia posa desnuda delante de unas cámaras? —Estaba en traje de baño y esto es un trabajo de personas profesionales con el que me gano la vida, ¿Puedes entender eso? —¡No! ¡No me da la gana de entender!— Alonso tomo una de las botellas de cerveza vacía y la tiro contra el suelo, provocando que la misma se rompiera en pedazos, —¡No me da la gana de aceptar la idea de que te dedicas a algo como el modelaje! —Y tendrás que aceptar mi papel como modelo.— Dijo ella con firmeza, —O tendre que tomar como alternativa el fin de nuestra relación. —No lo creo, Grace.— Él sacudió la cabeza de un lado a otro y sonrió con frialdad, —La única manera en que tú y yo terminemos nuestra relación es que uno de los dos se muera. —¿Te estás volviendo loco, Alonso? ¿Te estás escuchando? —Yo estoy defendiendo lo que es mío y tú, Grace Clark eres mía.— Él se levantó del mueble, —Ahora me quiero dar una ducha para quitarme este maldito estrés. Grace lo miro subir por las escaleras para dirigirse al baño del piso de arriba. Ella se quedó en la sala, observando el desastre y la botella de cerveza rota en pedazos por doquier. La casa en sí era un desastre. ¿Acaso merecía seguir viviendo de está manera con una persona tan celosa y manipuladora como Alonso? Grace sabía que tenía que dejar está vida atrás. Pero, ¿A dónde iría? En ese momento el nombre de su hermana apareció en su mente. Por lo tanto, decidió llamarla. —¿Cómo estás, Grace?— Le preguntó Paula. Ella estaba en Chicago. —Mal y fatal, Paula.— Contestó Grace, —¿Puedes creer que el idiota de Alonso armó una escena de celos en el Fox Theatre durante mi sesión de fotografías? —¿Alonso fue capaz de eso?— Paula sonaba sorprendida. —Y me quiero ir lejos de él.— Dijo ella. —Lo mejor será que te vengas a Chicago. Alonso te puede hacer más daño del que te ha hecho.— Le recomendó Paula, —Yo te recibo en mi casa. —Alonso ahora se está bañando.— Grace miro las escaleras, —Casi siempre se tarda en la ducha. —Es ahora o nunca, Grace.— Dijo Paula, —Toma tus cosas, aborda tu auto y vente a Chicago ¡Ahora mismo!—Es que me da miedo que Alonso descubra que me estoy tratando de escapar.— Dijo Grace angustiada y con el celular pegado del oído. —Es la única manera que tienes para escapar de él.— Dijo Paula con firmeza, —¿O prefieres seguir viviendo bajo el techo de un manipulador? Grace se quedó en silencio y comenzó a reflexionar su vida. Tenía tres meses de relación con Alonso y al principio de la misma todo parecía ser de color de rosas. Pero a partir del primer mes todo comenzó a cambiar y Alonso comenzó a mostrar su verdadera cara. Grace había aprendido que la frase: «Nadie termina de conocer a las personas.» era totalmente cierta. —Tienes razón, Paula.— Dijo finalmente, —Ya no puedo seguir viviendo bajo las manipulaciones de Alonso y me da miedo que algún día se vuelva loco y sea capaz hasta de matarme. —¿Te espero en Chicago entonces?— Preguntó Paula. —Desde Detroit a Chicago en auto me toman cuatro horas. Sí, en cuatro horas estoy allá. Ambas finalizaron la llamada. Grace no espero
Grace se sentía contenta de poder estar en un sofá pulcro y en un ambiente lleno de paz. La casa de su hermana Paula no era ni la más hermosa ni la más elegante. Era una casa sencilla y humilde.—Ya puedes estar en paz, Grace.— Dijo Paula, dándole un vaso lleno de jugo de naranja bien frío, —Me alegra que hayas tomado la decisión de escaparte de la bestia de Alonso.—Es que es un maldito celoso y manipulador.— Grace le dió un sorbo a su jugo de naranja y dejo el vaso a un lado, —¿Puedes creer que estaba en una sesión de fotografías en el Fox Theatre y el idiota se presentó y armó una escena de celos?—¿Enserio? ¿Qué más hizo ese infeliz?— Paula estaba enojada por la situación de la que se estaba enterando.—Me llamo prepago y... Tuve que irme porque Alonso es demasiado impulsivo y tenía miedo de que le hiciera algo a alguno de los fotógrafos.— Explicó Grace, —Alonso, es un loco de primera.—Un loco de segunda. Él no merece tener el primer lugar de locura.— Dijo Paula.—Me enoja.—Él e
Jhonathan estaba tratando de camuflar su sorpresa detrás de una sonrisa de cortesía. No podía creer que la mujer con cara asombrada que había al otro lado de la pantalla, se trataba nada más y nada menos que la misma mujer con la que casi choca en esa calle. —¿Tú eres Jhonathan Hawkins?— Preguntó ella. Él pudo notar que tenía el cabello rubio muy hermoso. Un detalle que no había notado cuando la vió en esa calle. —Sí.— Contestó él con amabilidad, —Me imagino que tú debes ser Grace Clark, ¿O no? —Ya de qué me sirve mentir si le envié mi foto en mi currículum.— Dijo ella. —Tienes razón.— Agregó él, llevándose una mano al mentón y miro la pantalla para analizar a Grace. Ella era delgada de cabellera rubia y ondeada y lo que más le llamaba la atención eran sus ojos azules. Era primera vez en su vida que veia una rubia con ese color de ojos. —¿Tú me llamaste para seleccionarme como vientre en alquiler? ¿O me llamaste porque viste mi foto y me querías molestar?— Grace preguntó con el c
Grace se había puesto pálida y sintió un inmenso escalofrío recorrer todo su cuerpo. No estaba nerviosa por el hecho de que la mujer haya hecho esa exclamación, sino el hecho de que Alonso estaba en Chicago y la estaba buscando.—¿Espera Grace?— Jhonathan se acerco a ella confundido, —¿Cómo que te estás buscando tu marido? ¿Eres casada?—¡No! Por supuesto que no.— Contestó Grace.—Yo lo ví en un bar y me mostró una fotografía tuya. Te estaba buscando y parece estar angustiado.— Leticia Jones se volvió a meter la chupeta en la boca, —Alonso al parecer está enamorado de tí.—Déjame aclarar una cosa.— Grace miro a Hawkins, —Alonso García es mi ex novio y recientemente nos separamos por motivos personales. Él de seguro me siguió desde Detroit hasta aquí y... ¡Alonso es parte de mi pasado!—Pero por lo que veo, Alonso te sigue queriendo en su presente.— Dijo Leticia.—Eso no va a pasar. Alonso ya es parte de mi pasado.— Dijo Grace con firmeza, —Señor Hawkins si quiere podemos cancelar todo
—Me alegra que me hayas ayudado.— Dijo Grace después de abordar el asiento de copiloto del auto de Hawkins, —Alonso es demasiado impulsivo y tenía miedo de que me hiciera daño o que me llevará a la fuerza. —Por lo que pude notar ese tal Alonso del que me hablas es sumamente peligroso.— Dijo Jhonathan encendiendo el motor de su auto, —Yo te recomiendo que pongas una denuncia y por ende una orden de alejamiento. —Eso mismo es lo que he estado considerando.— Dijo ella, quedándose pensativa, —Pero Alonso es un hombre que no lo detiene nada. Por lo tanto, creo que una orden de alejamiento no será suficiente para detenerlo. Jhonathan Hawkins estaba acariciando el volante de su auto. Estaba pensativo, tratando de llegar a una solución inmediata. —¿Dónde queda la casa de tu hermana, Paula?—Preguntó. Ella le dictó la dirección. —Paula es mi única hermana. Ella dentro de poco tiene que viajar a Phoenix porque se le presento una oportunidad allá para sus clases de natación.— Dijo Grace unos
—¿A qué te refieres?— Grace miro a la sirvienta por unos segundos. Estaba confundida debido a las recientes palabras que ésta última acaba de decir, —¿Qué quieres decir con eso de que me das un límite de tiempo antes de que salga huyendo de la casa?—Es solamente un comentario humorístico.— La sirvienta Mariana se esforzó en formar una sonrisa de labios cerrados, —Si tiene alguna necesidad no dudes en buscarme, Grace.Mariana hizo una breve reverencia y se dió media vuelta para salir de la habitación. Grace se quedó pensativa, sentada sobre la comodidad del colchón de la cama. Las palabras de Mariana la habían sorprendido y más por el tono y la forma en que las había dicho. No sabía que era lo que significaba eso «Te doy un límite de tiempo antes de verte salir huyendo de ésta casa». Pero no sacaría conclusiones precipitadas y se relajaría. En ese momento decidió llamar a su hermana Paula para notificarle que había llegado.—Es bueno que me has llamado.— Dijo Paula al otro lado de la
—Alonso, no cometas una locura. La policía puede pasar por ésta calle en cualquier momento.— Dijo Grace en voz bajita, sintiendo el filo del cuchillo en su costado.—Cállate la boca.— Le ordenó Alonso entre dientes, —Ahora camina conmigo y vamos a mi auto. Ahora mismo nos vamos para Detroit.Grace estaba tratando de mantener la calma. Sin embargo, estaba corriendo el riesgo de que Alonso perdiera el control y le terminada clavando el cuchillo en su costado. No quería morir de esa forma y mucho menos ahora.—Alonso.— Insistió ella.—Ya no digas nada y camina.Alonso la llevo a la fuerza hasta su auto y la metió en el interior de una manera brusca. —Alonso, no cometas una locura. La policía te puede meter preso.—¿Y tú crees que la policía me va a detener?— Él comenzó a reír de manera falsa y comenzó a dar leves palmadas, —Eres sumamente estúpida y con una imaginación tan pésima. La policía me vale un comino.—Tú no me puedes obligar a regresar a Detroit.— Dijo ella con seriedad y mirá
Jhonathan Hawkins se despertó a la mañana siguiente. Estaba sobre su cama y con la misma ropa con la que se había acostado el día anterior. Le resultó extraño la manera en como el cansancio lo había derrotado y no lo había dejado terminar de leer esos papeles.Pero el haberse quedado dormido tan temprano el día anterior, le dieron muchas energías para empezar la mañana con más ánimo y una mentalidad victoriosa.—Señor, no olvide su reunión de ésta mañana en la empresa.— Le dijo Mariana desde el otro lado de la puerta.—Lo había olvidado, Mariana. Te agradezco por haberme recordado.— Jhonathan estaba buscando sus artículos de aseo personal. Tenía sus ojos café medio adormilados. Pero una buena ducha y una taza llena de café ayudarían.—¿Quiere que le prepare una taza con leche tibia?— Preguntó la sirvienta Mariana con una sonrisa coqueta y que obviamente su jefe no podría ver.Jhonathan Hawkins se quedó pensativo. La leche que se había tomado la noche anterior estaba deliciosa. Pero de