—Es que me da miedo que Alonso descubra que me estoy tratando de escapar.— Dijo Grace angustiada y con el celular pegado del oído.
—Es la única manera que tienes para escapar de él.— Dijo Paula con firmeza, —¿O prefieres seguir viviendo bajo el techo de un manipulador? Grace se quedó en silencio y comenzó a reflexionar su vida. Tenía tres meses de relación con Alonso y al principio de la misma todo parecía ser de color de rosas. Pero a partir del primer mes todo comenzó a cambiar y Alonso comenzó a mostrar su verdadera cara. Grace había aprendido que la frase: «Nadie termina de conocer a las personas.» era totalmente cierta. —Tienes razón, Paula.— Dijo finalmente, —Ya no puedo seguir viviendo bajo las manipulaciones de Alonso y me da miedo que algún día se vuelva loco y sea capaz hasta de matarme. —¿Te espero en Chicago entonces?— Preguntó Paula. —Desde Detroit a Chicago en auto me toman cuatro horas. Sí, en cuatro horas estoy allá. Ambas finalizaron la llamada. Grace no espero ni un segundo y subió a su habitación. Al pasar por el pasillo se dió cuenta que Alonso todavía estaba en la ducha. Tenía tiempo suficiente para recoger sus cosas y huir. Unos minutos más tarde ya había metido dentro de una maleta casi todo lo necesario. En su mayoría era ropa, algunos objetos necesarios para su trabajo como modelo, entre otras cosas. Estaba bajando las escaleras de manera cuidadosa y procurando no hacer ningún ruido que llamara la atención de Alonso. Él todavía se estaba bañando y sabía que dudaría más tiempo en la misma. Tenía tiempo suficiente para irse de una buena vez. Al salir, sintió el aire fresco sobre su rostro y su cabellera rubia se estaba movilizando y desordenando sobre su cabeza. Estaba agarrando la maleta con su mano derecha y con la otra abrió el capo de su auto, metió la maleta y la cerró. —¿Adónde crees que vas, Grace?— Alonso estaba parado en la puerta de su cabeza. Estaba vestido con camisa con falta de planchado y un pantalón con algunos agujeros en las rodillas. Pero Grace estaba sorprendida por la velocidad en que se había secado y vestido en tan poco tiempo, —¡No has respondido a mi pregunta! ¿A dónde vas? Grace solamente estaba observando la frente arrugada de Alonso. Él estaba a una distancia larga. Pero se estaba comenzando a acercar al auto y a ella. —¡Me largo de ésta casa Alonso!— Ella entro al auto rápidamente, —¡Espero y te pudras en la soledad! Él comenzó a correr. Pero ella acelero el auto justo a tiempo y se fue por esa calle con destino a la ciudad de Chicago. (◔‿◔) Jhonathan Hawkins estaba sentado en los elegantes muebles con brocados de la sala de su casa. Había tenido un breve día lleno de responsabilidades y también había estado meditando para buscar un vientre en alquiler. —¿Cuál es la noticia que me tienes que dar, querido hermano mayor?— Vanessa Hawkins su hermana le entrego una taza llena de café y se sentó en otro mueble cercano a él. Ella era una chica simpática de ojos café, —¿Cuál es la bomba que me quieres decir? —He tomado la decisión de contratar un vientre en alquiler.— Dijo él directamente. Vanessa tomo su cámara de fotografías, —Y necesito un poco de tu ayuda y de tus conocimientos en las redes sociales para hacer una clase de anuncio, ¿Me entiendes? —Un anuncio así como...— Ella dejo la cámara en el brazo del mueble y se levantó, —Presidente de «SBH» Jhonathan Hawkins busca vientre en alquiler, ¿Qué esperas para enviar tú postulación? —Me gusta la idea. Pero hazlo de una manera más sencilla.— Dijo él, dándole un sorbo a su café. —¿Y la chica que tú selecciones se tendrá que acostar contigo?— Vanessa lo miro y se quedó pensativa, segundos después dijo con entusiasmo, —Yo creo que todas las chicas de Chicago se van a postular. Eres un hombre guapo y creo que hasta yo si no fuera tu hermana mandaría mi postulación. —¿Qué son esos comentarios, Vanessa?— Él comenzó a reír y sin querer derramó unas gotas de café sobre el suelo, —Vanessa, ve y prepara ese anuncio. —Cuenta con eso, hermano.— Ella le guiño un ojo, tomando la cámara y salió de la casa. Jhonathan Hawkins se terminó de tomar su café. Ahora tendría que esperar el anuncio que publicaría su hermana Vanessa y finalmente seleccionar a una de esas chicas. —Veo que todavía estás con la obsesión de contratar un vientre en alquiler.— Dijo Leticia. Ella estaba bajando las escaleras de la casa y arrastraba las rueditas de la maleta. —No es ninguna obsesión, sino una decisión.— Dijo él firmemente, —Estamos recién divorciados y tengo todo el derecho de hacer con mi vida lo que yo quiera. —Tienes toda la razón.— Ella dejó la maleta a un lado, saco una chupeta de fresa, rompió la envoltura y se la llevó a la boca, —Pero, ¿Crees qué tengas la capacidad de ser un padre responsable? Digo porque si no eres capaz de evitar que se derrame el café.... —Yo sé muy bien lo que estoy haciendo, Leticia.— Él se levantó y dejó la taza vacía sobre una mesita al costado del mueble con brocados, —Y no compares la crianza de un padre con el accidental derramamiento de unas gotas de café. (◔‿◔) Grace sintió un alivio cuando vió el enorme letrero que decía: «Bienvenidos a la hermosa ciudad de Chicago». Después de cuatro horas de viaje finalmente había llegado a su destino. —Paula, te tengo una buena noticia.— Grace estacionó el vehículo a un costado de la calle. Estaba en llamada telefónica con su hermana. —Si me dices que ya estás en Chicago es la mejor noticia de todo el globo terráqueo.— Dijo Paula con entusiasmo y felicidad. —Ya llegue hace poquito. Ahora mismo me voy para tu casa. Pero, ¿Me puedes mandar la dirrección de tu casa por mensaje? —Enseguida. Grace finalizo la llamada. Estaba sonriente porque había dejado una vida espantosa en Detroit y estar en Chicago significaba una nueva vida para ella. «¿Qué me espera aquí en Chicago?» Se preguntó a sí misma en su mente. Paula le mando la dirección exacta. Encendió el motor del vehículo y acelero. Pero de la nada un carro apareció de la nada y casi chocan entre ambos en plena via pública. —¿Es que usted se volvió loco?— Grace abrió la puerta de su carro al mismo tiempo que el hombre se bajo del suyo, —¿No ves que casi me chocas? —No me eches toda la culpa a mí.— Dijo el hombre. Ella analizó su apariencia: Hombre adinerado, delgado, cabello castaño claro y ojos café, —Los dos somos responsables de este inconveniente. —Ya eso no importa. Por ahora tengo prisa.— Dijo ella, entrando a su carro, —Ya olvidemos todo lo que pasó. Grace aceleró su carro y en medio de la vía pública comenzó a sentir curiosidad por ese hombre.Grace se sentía contenta de poder estar en un sofá pulcro y en un ambiente lleno de paz. La casa de su hermana Paula no era ni la más hermosa ni la más elegante. Era una casa sencilla y humilde.—Ya puedes estar en paz, Grace.— Dijo Paula, dándole un vaso lleno de jugo de naranja bien frío, —Me alegra que hayas tomado la decisión de escaparte de la bestia de Alonso.—Es que es un maldito celoso y manipulador.— Grace le dió un sorbo a su jugo de naranja y dejo el vaso a un lado, —¿Puedes creer que estaba en una sesión de fotografías en el Fox Theatre y el idiota se presentó y armó una escena de celos?—¿Enserio? ¿Qué más hizo ese infeliz?— Paula estaba enojada por la situación de la que se estaba enterando.—Me llamo prepago y... Tuve que irme porque Alonso es demasiado impulsivo y tenía miedo de que le hiciera algo a alguno de los fotógrafos.— Explicó Grace, —Alonso, es un loco de primera.—Un loco de segunda. Él no merece tener el primer lugar de locura.— Dijo Paula.—Me enoja.—Él e
Jhonathan estaba tratando de camuflar su sorpresa detrás de una sonrisa de cortesía. No podía creer que la mujer con cara asombrada que había al otro lado de la pantalla, se trataba nada más y nada menos que la misma mujer con la que casi choca en esa calle. —¿Tú eres Jhonathan Hawkins?— Preguntó ella. Él pudo notar que tenía el cabello rubio muy hermoso. Un detalle que no había notado cuando la vió en esa calle. —Sí.— Contestó él con amabilidad, —Me imagino que tú debes ser Grace Clark, ¿O no? —Ya de qué me sirve mentir si le envié mi foto en mi currículum.— Dijo ella. —Tienes razón.— Agregó él, llevándose una mano al mentón y miro la pantalla para analizar a Grace. Ella era delgada de cabellera rubia y ondeada y lo que más le llamaba la atención eran sus ojos azules. Era primera vez en su vida que veia una rubia con ese color de ojos. —¿Tú me llamaste para seleccionarme como vientre en alquiler? ¿O me llamaste porque viste mi foto y me querías molestar?— Grace preguntó con el c
Grace se había puesto pálida y sintió un inmenso escalofrío recorrer todo su cuerpo. No estaba nerviosa por el hecho de que la mujer haya hecho esa exclamación, sino el hecho de que Alonso estaba en Chicago y la estaba buscando.—¿Espera Grace?— Jhonathan se acerco a ella confundido, —¿Cómo que te estás buscando tu marido? ¿Eres casada?—¡No! Por supuesto que no.— Contestó Grace.—Yo lo ví en un bar y me mostró una fotografía tuya. Te estaba buscando y parece estar angustiado.— Leticia Jones se volvió a meter la chupeta en la boca, —Alonso al parecer está enamorado de tí.—Déjame aclarar una cosa.— Grace miro a Hawkins, —Alonso García es mi ex novio y recientemente nos separamos por motivos personales. Él de seguro me siguió desde Detroit hasta aquí y... ¡Alonso es parte de mi pasado!—Pero por lo que veo, Alonso te sigue queriendo en su presente.— Dijo Leticia.—Eso no va a pasar. Alonso ya es parte de mi pasado.— Dijo Grace con firmeza, —Señor Hawkins si quiere podemos cancelar todo
—Me alegra que me hayas ayudado.— Dijo Grace después de abordar el asiento de copiloto del auto de Hawkins, —Alonso es demasiado impulsivo y tenía miedo de que me hiciera daño o que me llevará a la fuerza. —Por lo que pude notar ese tal Alonso del que me hablas es sumamente peligroso.— Dijo Jhonathan encendiendo el motor de su auto, —Yo te recomiendo que pongas una denuncia y por ende una orden de alejamiento. —Eso mismo es lo que he estado considerando.— Dijo ella, quedándose pensativa, —Pero Alonso es un hombre que no lo detiene nada. Por lo tanto, creo que una orden de alejamiento no será suficiente para detenerlo. Jhonathan Hawkins estaba acariciando el volante de su auto. Estaba pensativo, tratando de llegar a una solución inmediata. —¿Dónde queda la casa de tu hermana, Paula?—Preguntó. Ella le dictó la dirección. —Paula es mi única hermana. Ella dentro de poco tiene que viajar a Phoenix porque se le presento una oportunidad allá para sus clases de natación.— Dijo Grace unos
—¿A qué te refieres?— Grace miro a la sirvienta por unos segundos. Estaba confundida debido a las recientes palabras que ésta última acaba de decir, —¿Qué quieres decir con eso de que me das un límite de tiempo antes de que salga huyendo de la casa?—Es solamente un comentario humorístico.— La sirvienta Mariana se esforzó en formar una sonrisa de labios cerrados, —Si tiene alguna necesidad no dudes en buscarme, Grace.Mariana hizo una breve reverencia y se dió media vuelta para salir de la habitación. Grace se quedó pensativa, sentada sobre la comodidad del colchón de la cama. Las palabras de Mariana la habían sorprendido y más por el tono y la forma en que las había dicho. No sabía que era lo que significaba eso «Te doy un límite de tiempo antes de verte salir huyendo de ésta casa». Pero no sacaría conclusiones precipitadas y se relajaría. En ese momento decidió llamar a su hermana Paula para notificarle que había llegado.—Es bueno que me has llamado.— Dijo Paula al otro lado de la
—Alonso, no cometas una locura. La policía puede pasar por ésta calle en cualquier momento.— Dijo Grace en voz bajita, sintiendo el filo del cuchillo en su costado.—Cállate la boca.— Le ordenó Alonso entre dientes, —Ahora camina conmigo y vamos a mi auto. Ahora mismo nos vamos para Detroit.Grace estaba tratando de mantener la calma. Sin embargo, estaba corriendo el riesgo de que Alonso perdiera el control y le terminada clavando el cuchillo en su costado. No quería morir de esa forma y mucho menos ahora.—Alonso.— Insistió ella.—Ya no digas nada y camina.Alonso la llevo a la fuerza hasta su auto y la metió en el interior de una manera brusca. —Alonso, no cometas una locura. La policía te puede meter preso.—¿Y tú crees que la policía me va a detener?— Él comenzó a reír de manera falsa y comenzó a dar leves palmadas, —Eres sumamente estúpida y con una imaginación tan pésima. La policía me vale un comino.—Tú no me puedes obligar a regresar a Detroit.— Dijo ella con seriedad y mirá
Jhonathan Hawkins se despertó a la mañana siguiente. Estaba sobre su cama y con la misma ropa con la que se había acostado el día anterior. Le resultó extraño la manera en como el cansancio lo había derrotado y no lo había dejado terminar de leer esos papeles.Pero el haberse quedado dormido tan temprano el día anterior, le dieron muchas energías para empezar la mañana con más ánimo y una mentalidad victoriosa.—Señor, no olvide su reunión de ésta mañana en la empresa.— Le dijo Mariana desde el otro lado de la puerta.—Lo había olvidado, Mariana. Te agradezco por haberme recordado.— Jhonathan estaba buscando sus artículos de aseo personal. Tenía sus ojos café medio adormilados. Pero una buena ducha y una taza llena de café ayudarían.—¿Quiere que le prepare una taza con leche tibia?— Preguntó la sirvienta Mariana con una sonrisa coqueta y que obviamente su jefe no podría ver.Jhonathan Hawkins se quedó pensativo. La leche que se había tomado la noche anterior estaba deliciosa. Pero de
—Me parece una idea increíble la idea de organizar una cena de despedida para mi hermana Paula.— Dijo Grace después de eliminar pensamientos negativos de su mente.—Me parece una idea buena. Pero primero lo importante. Tenemos que hablar para concretar la fecha definitiva para el vientre en alquiler.— Dijo él.Ambos decidieron que el lugar correcto para hablar sobre el tema era en un pequeño café. El mismo quedaba a dos cuadras de Suministros de Brillo Hawkins y aunque era pequeño, era lo suficientemente hermoso y con mucha comodidad para tener una conversación agradable y pasar un tiempo de calidad.—Antes de realizar la inseminación artificial. Tenemos que hacerte unos exámenes que están escritos sobre esta hoja.— Dijo él unos segundos después de haberse sentado en la silla de plástico color amarilla, dejando una hoja sobre la mesa redonda, color blanquecina.—Son varias exámenes.— Dijo ella unos segundos después de leer lo que había escrito en la hoja, —Por lo tanto, y según mis cál