Primero que todo pido disculpas por tener está historia tan olvidada. Así como han visto en alguno de mis comentarios varias historias que tengo en mi perfíl están relacionadas entre sí y estoy tratando de que todo quede conectado cronológicamente. Pero las actualizaciones regresan a esta historia y espero puedan seguir disfrutando. ʘ‿ʘ
—Bueno, creo que ya es hora de que nos comencemos a preocupar.— Dijo Kevin, mirando la hora y después se levantó, acomodando sus anteojos en la posición correcta, —Ya han pasado dos horas y no tenemos noticias de Jhonathan ni Alonso.Vanessa también se levantó y tomo su cartera. Grace también hizo la misma acción un par de segundos después y estuvo de acuerdo en salir para buscar a su prometido Jhonathan Hawkins.—¿Qué podemos hacer?— Preguntó Vanessa, —No veo la lógica de ir nuevamente a la comisaría y tengo la seguridad de que nos dirán que nos quedemos en casa.En ese momento Mariana entro. Estaba vestida de sirvienta con su típica expresión misteriosa. Todos la observaron con confusión y sin embargo, se mantuvieron en silencio.—¿Qué les sucede?— Preguntó Marina, entrando a la sala, rascándose la nuca en un movimiento quizás de aburrimiento.—¿De casualidad no has visto a Jhonathan afuera?— Grace hizo esa pregunta.—No.— Contestó Mariana con normalidad. Pero claramente estaba mint
Grace regreso a casa por la noche. Había sido un día extremadamente largo y lo único que quería era tirarse a la cama y descansar toda la noche hasta el amanecer. No obstante, su mente parecia una alarma de bomberos, sonando en repetidas ocasiones producto de los diversos pensamientos que rondaban en ella. Una de las principales causas era esa llamada telefónica que había tenido con su hermana Paula Clark. Paula había estado desaparecida desde hace muchos días, no se había reportado y ella pasó todo esté tiempo tratando de dar con su paradero. Y justo hoy que había logrado dar con ella y que pensaba que su preocupación iba a disminuir, resultó ser todo lo contrario y tras enterarse de que Paula ahora estaba infiltrada en una organización criminal, provocó un aumento exagerado de preocupación. —No tuve tiempo de decirle a Paula que me diera una explicación acerca de este diario.— Grace abrió las páginas del diario y busco esa frase única que había escrita en ella, —Al mirarlo a él
—¿Entonces estás queriendo decir que Alonso se apareció nuevamente en tu casa?— Mariana estaba llena de incredulidad, dándole un vaso con jugo de pera a Grace que estaba sentada en uno de los sofá de la casa, —¡Ese tipo es un completo caso!—Y lo peor es que la policía no hace nada para detenerlo. El infeliz de Alonso se pasea por la cuidad como todo un famoso y creo que hasta admiración tiene de la misma policía.—Es que por lo que veo Alonso es demasiado hábil y astuto. Tiene la capacidad de salir ileso en situaciones difíciles.— Mariana se quedó pensativa y se estaba colocando los guantes de latex, —Extrañaba colocarme mis guantes.—¿Esos guantes que significan para tí? Desde que llegué los usas y no sé cuál es el fin.—Es como una símbolo de protección. Es lo único que puedo decirte.— Mariana se observó los guantes por unos segundos, mientras daba la respuesta y después la observó a ella, —En unos minutos voy al hospital para ver a Jhonathan, ¿Te gustaría venir conmigo?Grace ne
—Hace raro estaba en el club de Leticia, llevando a cabo una sesión de fotografías y...—¿Qué?— Grace se mostró interesado en la conversación y en lo que Vanessa no pudo culminar de decirle.—No lo sé y quizás sean tonterías mías.— Confesó Vanessa, paseando su mirada por el café y después apretó sus labios, —Es que ese lugar me da una mala sensación y ahora mucho más después de lo que ví.—¿Qué fue lo que viste? Vanessa recuerda que estamos involucradas en una situación de gravedad. Cualquier detalle por tan absurdo que parezca nos puede ayudar.—En el local por primera vez note como un espejo enorme en la pared. Siento que esconde algo detrás y justo cuando le pregunte a Leticia... Ella se puso seria y me aclaro que es una simple pared.—¿Y le crees?— Grace se mordió los labios y después negó con la cabeza con lentitud, —Lo sé y yo tampoco le creo.Una mesera le trajo sus respectivos café a la mesa y después se retiró. Grace fue la que tuvo la iniciativa de tomarse el café y después
—Mira que al final siempre termino obteniendo lo que quiero.— Alonso se estaba colocando la camisa de nuevo.—Pudrete.— Le dijo ella con un tono de desprecio, —Lo obtuviste porque te lo permití.—Vaya...— El amplió la mirada. Al mismo tiempo que encendía un nuevo cigarrillo y se sentaba en una silla de madera en forma de caja, —¿Con qué así son las cosas?—Lo quería hacer y por eso las cosas sucedieron entre ambos.—Ni una palabra de esto a nadie.— Él se paseó por el lugar y se detuvo con los ojos cerrados en el centro. Después abrió los ojos y clavo su mirada en Leticia, —Nosotros seguimos llevando a cabo nuestro plan.—Me tengo que ir y te pido que tengas cuidado con las locuras que haces, Alonso.— Ella comenzó a caminar hasta la salida de ese taller abandonado, —Mira que quizás el que te saco de la cárcel no lo vuelva a hacer o quizás esa misma persona te entregue a las autoridades. —En lo primero quizás tengas toda la maldita razón. Pero en lo segundo dudo mucho que sea así.— Al
Grace se sentía en completa confianza caminando en plena pasarela y luciendo su cuerpo en un hermoso traje de baño. Las luces que estaban por casi toda el área le daban un toque de grandiosa luminosidad al escenario. El Fox Theatre de la ciudad de Detroit, apenas y tenía en su interior una pequeña cantidad de personas en su mayoría fotografos que capturaban con sus cámaras cada una de las poses de Grace sobre el escenario. —¿Les parece bien está pose?— Grace se llevó una mano a la cintura y con la otra se acomodo su cabello ondeado y rubio a un lado. Los fotógrafos comenzaron a sacar varias fotografías. Grace sonreía ante las cámaras y estaba feliz de ser el rostro principal de las portadas de varias revistas de moda y belleza. —¡Te me bajas de ese maldito escenario, Grace Clark!— Un hombre entró gritando al Fox Theatre, su voz hacia eco en todo el lugar. —¿Qué es lo que te pasa, Alonso?— Grace hablo en un tono adecuado y educado, —¿Es que no ves que estoy en medio de una sesión d
—Es que me da miedo que Alonso descubra que me estoy tratando de escapar.— Dijo Grace angustiada y con el celular pegado del oído. —Es la única manera que tienes para escapar de él.— Dijo Paula con firmeza, —¿O prefieres seguir viviendo bajo el techo de un manipulador? Grace se quedó en silencio y comenzó a reflexionar su vida. Tenía tres meses de relación con Alonso y al principio de la misma todo parecía ser de color de rosas. Pero a partir del primer mes todo comenzó a cambiar y Alonso comenzó a mostrar su verdadera cara. Grace había aprendido que la frase: «Nadie termina de conocer a las personas.» era totalmente cierta. —Tienes razón, Paula.— Dijo finalmente, —Ya no puedo seguir viviendo bajo las manipulaciones de Alonso y me da miedo que algún día se vuelva loco y sea capaz hasta de matarme. —¿Te espero en Chicago entonces?— Preguntó Paula. —Desde Detroit a Chicago en auto me toman cuatro horas. Sí, en cuatro horas estoy allá. Ambas finalizaron la llamada. Grace no espero
Grace se sentía contenta de poder estar en un sofá pulcro y en un ambiente lleno de paz. La casa de su hermana Paula no era ni la más hermosa ni la más elegante. Era una casa sencilla y humilde.—Ya puedes estar en paz, Grace.— Dijo Paula, dándole un vaso lleno de jugo de naranja bien frío, —Me alegra que hayas tomado la decisión de escaparte de la bestia de Alonso.—Es que es un maldito celoso y manipulador.— Grace le dió un sorbo a su jugo de naranja y dejo el vaso a un lado, —¿Puedes creer que estaba en una sesión de fotografías en el Fox Theatre y el idiota se presentó y armó una escena de celos?—¿Enserio? ¿Qué más hizo ese infeliz?— Paula estaba enojada por la situación de la que se estaba enterando.—Me llamo prepago y... Tuve que irme porque Alonso es demasiado impulsivo y tenía miedo de que le hiciera algo a alguno de los fotógrafos.— Explicó Grace, —Alonso, es un loco de primera.—Un loco de segunda. Él no merece tener el primer lugar de locura.— Dijo Paula.—Me enoja.—Él e