Grace se sentía contenta de poder estar en un sofá pulcro y en un ambiente lleno de paz. La casa de su hermana Paula no era ni la más hermosa ni la más elegante. Era una casa sencilla y humilde.
—Ya puedes estar en paz, Grace.— Dijo Paula, dándole un vaso lleno de jugo de naranja bien frío, —Me alegra que hayas tomado la decisión de escaparte de la bestia de Alonso.—Es que es un maldito celoso y manipulador.— Grace le dió un sorbo a su jugo de naranja y dejo el vaso a un lado, —¿Puedes creer que estaba en una sesión de fotografías en el Fox Theatre y el idiota se presentó y armó una escena de celos?—¿Enserio? ¿Qué más hizo ese infeliz?— Paula estaba enojada por la situación de la que se estaba enterando.—Me llamo prepago y... Tuve que irme porque Alonso es demasiado impulsivo y tenía miedo de que le hiciera algo a alguno de los fotógrafos.— Explicó Grace, —Alonso, es un loco de primera.—Un loco de segunda. Él no merece tener el primer lugar de locura.— Dijo Paula.—Me enoja.—Él es un idiota.— Paula se llevó una mano al puente de la nariz. Tenía la cabellera rubia similar a la de Grace. Pero con la diferencia de que la de ella era lisa, —Pero me alegra que hayas tomado la iniciativa de escapar. Por un momento pense que no te ibas a venir.—Alonso se pasó de la raya y me canse.— Grace agarró el vaso y se tomó todo el jugo de naranja, —Ahora tengo que seguir mi vida, Paula. Me tengo que dar una ducha e ir a buscar empleo.Paula le regaló una sonrisa y finalmente Grace se dirigió hasta la habitación que seria suya hasta nuevo aviso.(◔‿◔)Alonso García detuvo su auto de manera brusca a un costado de la calle. Había llegado a la ciudad de Chicago hace menos de seis minutos y no había llegado hasta allí como un simple turista, sino para buscar a su novia Grace Clark.«La tengo que llevar de regreso a Detroit por las buenas o por las malas.» Pensó con voz llena de ira.—¿Dónde carajos te metiste Grace Clark? Deja que te encuentre y lo vas a lamentar. Te lo juro.Condujo su auto y minutos después se detuvo en un bar. A pesar de que la noche aún no llegaba, había gente en el lugar y podría indagar para ver si habían visto a Grace.Necesitaría una fotografía. La tomo, se bajó de su auto y se aproximó al interior del bar. El ambiente era fiestero y olia a alcohol y cigarrillo y habían personas bailando en la pista.—¿Quieres bailar?— Una mujer pelirroja y de lentes se le acercó.—No tengo tiempo para bailar.— Dijo Alonso por encima de la fuerte música.—No sabes lo que te pierdes.— La pelirroja elevo los hombros y se llevó una chupeta de fresa a la boca.—Oye...— Alonso la tomo de la mano, —¿Me puedes decir si has visto a esta mujer? Se llama Grace Clark.La mujer tomo la fotografía con sus manos y con la poca iluminación del bar y la del celular de Alonso, la examinó.—Me parece que no la he visto.— Dijo ella, manteniendo la chupeta en la boca y le devolvió la fotografía, —Pero me puedes dar tu número y con gusto te llamo si la veo. Mi nombre es Leticia Jones.—Alonso García.— Él sonrío y después le dictó su número telefónico, —¿Te encantaría tomarte un trago conmigo?—Un trago no se le niega a nadie.— Dijo Leticia, sacando la chupeta de fresa de su boca y colocando en la mejilla de él por dos segundos, —¿Qué estamos esperando?Ambos se dirigieron a las barras para pedir unos tragos. Ella pidió un whisky y él pidió un tequila del más fuerte que había.—Cuéntame.— Paula le dió un sorbo a su whisky y se llevó la chupeta a la boca, —¿Cuánto tiempo de relación llevas con Grace?—Llevamos tres meses y... Bueno ya la amo mucho y siempre la he tratado como una princesa.— Dijo él, tomándose todo el tequila de un sorbo y pidiendo otro, —No entiendo de verdad, ¿Por qué se fue? Eramos felices.—Alonso a veces las personas no se conforman con nada. Tienen una vida impecable y soñada. Pero solo se dejan llevar por las tentaciones y lo pierden todo.— Dijo Leticia, —¿Estás dispuesto a perdonar a Grace?—Yo la amo tanto.— Dijo él y mintió al decir: —Yo cuando la vea la llevare a cenar y a tener un tiempo a solas.«Un tiempo a solas con ella para darle una lección por intentar escapar de mí.» pensó él.—Y si le tienes que dar una lección, hazlo.— Leticia parecía haberle leído la mente, —La tal Grace tiene que respetarte. Ahora sí me tengo que ir con gusto te llamo si la llegó a ver.Alonso se quedó en la barra y se terminó de tomar el tequila. Ahora solamente tendría que esperar encontrar a Grace por su cuenta o que alguien más lo haga por él.Lo único que tenía claro es que le daría una lección tan pronto la encuentre y le enseñaría a respetarlo.(◔‿◔)«No puede ser.» Pensó Grace. Ya había sido rechazada de varias tiendas y en los lugares en los que podía destacar como modelo ni siquiera le habían dado una oportunidad.—Yo sé que Alonso está detrás de todo ésto.— Dijo ella, caminando por las calles de Chicago. Tenía una carpeta con currículum en sus manos, —Él tiene muchos contactos y estoy segura de que él tiene la culpa de que nadie me quiera dar empleo.Continuo caminando y fue en ese momento que miro un letrero colorido que le llamo la atención. Grace se acercó y vio lo que había escrito en letras verdes y nítidas:«El CEO de la empresa Suministros de Brillo Hawkins solicita chica para vientre en alquiler.» Leyó ella con el ceño fruncido, «Jhonathan Hawkins esta interesado en ver tu currículum y lo puedes mandar a está dirección de correo con tu fotografía.»—Sé que no sere la elegida. Pero lo enviare.— Ella tenía unos currículum en su teléfono y los envío a la dirección de correo escrita en el letrero, —Ahora. Me tengo que ir a casa y seguir mañana.Grace estaba triste porque había fracasado en su intento al llegar a la casa, Paula la estaba esperando en la sala con dos vasos llenos de jugo de naranja frío.—¿Cómo te fue?— Le preguntó Paula, dándole el jugo de naranja.—Fatal. No logre encontrar empleo.— Grace se tomo todo el jugo de naranja.—Confía y verás que mañana te ira mejor.— Paula sonríe.—Es que no me cabe ni la menor duda de que Alonso es el responsable de que todo el mundo me esté rechazando.— Grace dijo enojada, —Ese infeliz tiene contactos y de seguro me está haciendo esto para darme una lección.En ese momento escucho su celular sonar. Era un correo electrónico que decía: «Has sido seleccionada para vientre en alquiler. Por favor, responde la videollamada para poder conocerte.»—¿Qué pasa?— Preguntó Paula confundida.—Ya regreso.— Grace corrió a su habitación y se encerró.La videollamada empezó y ella suspiro antes de contestar y al ver la cara del hombre se sorprendió demasiado.—¿Qué? ¿Eres tú?—Es un gusto volver a vernos las caras. Mi nombre es Jhonatan Hawkins.— Dijo él de manera sonriente.Grace estaba sin palabras al ver que era el mismo hombre con el que casi choca hace poco.Jhonathan estaba tratando de camuflar su sorpresa detrás de una sonrisa de cortesía. No podía creer que la mujer con cara asombrada que había al otro lado de la pantalla, se trataba nada más y nada menos que la misma mujer con la que casi choca en esa calle. —¿Tú eres Jhonathan Hawkins?— Preguntó ella. Él pudo notar que tenía el cabello rubio muy hermoso. Un detalle que no había notado cuando la vió en esa calle. —Sí.— Contestó él con amabilidad, —Me imagino que tú debes ser Grace Clark, ¿O no? —Ya de qué me sirve mentir si le envié mi foto en mi currículum.— Dijo ella. —Tienes razón.— Agregó él, llevándose una mano al mentón y miro la pantalla para analizar a Grace. Ella era delgada de cabellera rubia y ondeada y lo que más le llamaba la atención eran sus ojos azules. Era primera vez en su vida que veia una rubia con ese color de ojos. —¿Tú me llamaste para seleccionarme como vientre en alquiler? ¿O me llamaste porque viste mi foto y me querías molestar?— Grace preguntó con el c
Grace se había puesto pálida y sintió un inmenso escalofrío recorrer todo su cuerpo. No estaba nerviosa por el hecho de que la mujer haya hecho esa exclamación, sino el hecho de que Alonso estaba en Chicago y la estaba buscando.—¿Espera Grace?— Jhonathan se acerco a ella confundido, —¿Cómo que te estás buscando tu marido? ¿Eres casada?—¡No! Por supuesto que no.— Contestó Grace.—Yo lo ví en un bar y me mostró una fotografía tuya. Te estaba buscando y parece estar angustiado.— Leticia Jones se volvió a meter la chupeta en la boca, —Alonso al parecer está enamorado de tí.—Déjame aclarar una cosa.— Grace miro a Hawkins, —Alonso García es mi ex novio y recientemente nos separamos por motivos personales. Él de seguro me siguió desde Detroit hasta aquí y... ¡Alonso es parte de mi pasado!—Pero por lo que veo, Alonso te sigue queriendo en su presente.— Dijo Leticia.—Eso no va a pasar. Alonso ya es parte de mi pasado.— Dijo Grace con firmeza, —Señor Hawkins si quiere podemos cancelar todo
—Me alegra que me hayas ayudado.— Dijo Grace después de abordar el asiento de copiloto del auto de Hawkins, —Alonso es demasiado impulsivo y tenía miedo de que me hiciera daño o que me llevará a la fuerza. —Por lo que pude notar ese tal Alonso del que me hablas es sumamente peligroso.— Dijo Jhonathan encendiendo el motor de su auto, —Yo te recomiendo que pongas una denuncia y por ende una orden de alejamiento. —Eso mismo es lo que he estado considerando.— Dijo ella, quedándose pensativa, —Pero Alonso es un hombre que no lo detiene nada. Por lo tanto, creo que una orden de alejamiento no será suficiente para detenerlo. Jhonathan Hawkins estaba acariciando el volante de su auto. Estaba pensativo, tratando de llegar a una solución inmediata. —¿Dónde queda la casa de tu hermana, Paula?—Preguntó. Ella le dictó la dirección. —Paula es mi única hermana. Ella dentro de poco tiene que viajar a Phoenix porque se le presento una oportunidad allá para sus clases de natación.— Dijo Grace unos
—¿A qué te refieres?— Grace miro a la sirvienta por unos segundos. Estaba confundida debido a las recientes palabras que ésta última acaba de decir, —¿Qué quieres decir con eso de que me das un límite de tiempo antes de que salga huyendo de la casa?—Es solamente un comentario humorístico.— La sirvienta Mariana se esforzó en formar una sonrisa de labios cerrados, —Si tiene alguna necesidad no dudes en buscarme, Grace.Mariana hizo una breve reverencia y se dió media vuelta para salir de la habitación. Grace se quedó pensativa, sentada sobre la comodidad del colchón de la cama. Las palabras de Mariana la habían sorprendido y más por el tono y la forma en que las había dicho. No sabía que era lo que significaba eso «Te doy un límite de tiempo antes de verte salir huyendo de ésta casa». Pero no sacaría conclusiones precipitadas y se relajaría. En ese momento decidió llamar a su hermana Paula para notificarle que había llegado.—Es bueno que me has llamado.— Dijo Paula al otro lado de la
—Alonso, no cometas una locura. La policía puede pasar por ésta calle en cualquier momento.— Dijo Grace en voz bajita, sintiendo el filo del cuchillo en su costado.—Cállate la boca.— Le ordenó Alonso entre dientes, —Ahora camina conmigo y vamos a mi auto. Ahora mismo nos vamos para Detroit.Grace estaba tratando de mantener la calma. Sin embargo, estaba corriendo el riesgo de que Alonso perdiera el control y le terminada clavando el cuchillo en su costado. No quería morir de esa forma y mucho menos ahora.—Alonso.— Insistió ella.—Ya no digas nada y camina.Alonso la llevo a la fuerza hasta su auto y la metió en el interior de una manera brusca. —Alonso, no cometas una locura. La policía te puede meter preso.—¿Y tú crees que la policía me va a detener?— Él comenzó a reír de manera falsa y comenzó a dar leves palmadas, —Eres sumamente estúpida y con una imaginación tan pésima. La policía me vale un comino.—Tú no me puedes obligar a regresar a Detroit.— Dijo ella con seriedad y mirá
Jhonathan Hawkins se despertó a la mañana siguiente. Estaba sobre su cama y con la misma ropa con la que se había acostado el día anterior. Le resultó extraño la manera en como el cansancio lo había derrotado y no lo había dejado terminar de leer esos papeles.Pero el haberse quedado dormido tan temprano el día anterior, le dieron muchas energías para empezar la mañana con más ánimo y una mentalidad victoriosa.—Señor, no olvide su reunión de ésta mañana en la empresa.— Le dijo Mariana desde el otro lado de la puerta.—Lo había olvidado, Mariana. Te agradezco por haberme recordado.— Jhonathan estaba buscando sus artículos de aseo personal. Tenía sus ojos café medio adormilados. Pero una buena ducha y una taza llena de café ayudarían.—¿Quiere que le prepare una taza con leche tibia?— Preguntó la sirvienta Mariana con una sonrisa coqueta y que obviamente su jefe no podría ver.Jhonathan Hawkins se quedó pensativo. La leche que se había tomado la noche anterior estaba deliciosa. Pero de
—Me parece una idea increíble la idea de organizar una cena de despedida para mi hermana Paula.— Dijo Grace después de eliminar pensamientos negativos de su mente.—Me parece una idea buena. Pero primero lo importante. Tenemos que hablar para concretar la fecha definitiva para el vientre en alquiler.— Dijo él.Ambos decidieron que el lugar correcto para hablar sobre el tema era en un pequeño café. El mismo quedaba a dos cuadras de Suministros de Brillo Hawkins y aunque era pequeño, era lo suficientemente hermoso y con mucha comodidad para tener una conversación agradable y pasar un tiempo de calidad.—Antes de realizar la inseminación artificial. Tenemos que hacerte unos exámenes que están escritos sobre esta hoja.— Dijo él unos segundos después de haberse sentado en la silla de plástico color amarilla, dejando una hoja sobre la mesa redonda, color blanquecina.—Son varias exámenes.— Dijo ella unos segundos después de leer lo que había escrito en la hoja, —Por lo tanto, y según mis cál
Grace y Jhonathan miraron a la sirvienta Mariana unos segundos después. La bandeja estaba sobre el suelo, encima de un charco de café y con trozos rotos de tazas sobre la misma y a su alrededor.—Mariana, ¿Qué fue lo que pasó?— Jhonathan se acerco para recoger la bandeja, —Parece como si hubieras visto un fantasma. Es primera vez que se te cae la bandeja de esa manera.—Todo fue un accidente, señor Hawkins. Yo estaba llegando con la bandeja en manos y las tazas con café y de repente sentí un malestar y unos mareos, no pude evitar que todo se me cayera.— Dijo Mariana como una excusa perfecta para disimular los celos que sentía de que su jefe haya invitado a la recién llegada a salir.—¿Quieres que te ayude a preparar otra ronda de café, Mariana?— Grace se le acercó con mucha amabilidad.—No.— Contestó Mariana y la señalo con uno de sus dedos índice. Grace noto que tenía sus típicos guantes de latex. La sirvienta sonrió, —Yo soy la sirvienta de esta casa y yo soy responsable de la limp