La fuerte sensación me embargó: oscura y fría, como estar sumergida en el agua. Como si mi cuerpo estuviese en una tienda con un líquido espeso. Miré hacia arriba: el cielo se hacía blanco, el suelo era blanco. La niebla alrededor era como si flotara en una blancura eterna. La criatura que me llevaba por el aire era fuerte. Sus alas oscuras contrastaban con el ambiente perfectamente blanquecino, y yo intenté moverme, pero no pude hacerlo. Como si de verdad algo me tuviera completamente aprisionada. Incluso intenté gritar, pero algo me lo impedía: una sensación agobiante, algo que habían cernido sobre mí como una capa a mi espalda. Entonces lo sentí venir. Sentí que llegaba, y esta vez no tuve miedo de dejarlo fluir. El poder del hielo se abalanzó en mi pecho como una flecha atravesándolo. Había llegado en el momento en el que más lo necesitaba, y me sentí un poco aliviada por eso. Pero no podía perder el conocimiento, no en ese momento. Tenía que ser fuerte y aprender a controlarlo.
Yo me quedé ahí de pie, sin saber qué hacer o qué decir. Estaba confundida, sin energía, como si algo me hubiese de arenado toda la fuerza. — Ven aquí — dijo él, extendiendo su brazo hacia mí. Yo tuve el impulso de levantar mi mano y tomarla. ¿Aún podía confiar en él? ¿Lo podía confiar en el hombre que amaba? No estaba segura. — ¡Ya déjala en paz, Cristo! — alguien frente a nosotros. Cuando yo volteé a mirar, me topé con los clarísimos ojos de Valentín. Estaba en una celda frente a nosotros con otros dos hombres que yo no conocía. Valentín corría hasta los barrotes y estiré la mano para intentar alcanzarlo. Él hizo lo mismo, pero estábamos demasiado separados por un largo pasillo. — ¿Qué pasó? — pregunté. Él se encogió de hombros. — Nos atacado la gente del Bosque. Ahora somos prisioneros. — ¿A todos? ¿Dónde está Sirius? — pregunté. — Aquí estoy. Entonces, cuando volteé a mirar hacia donde estaba mi amigo, fui consciente del espacio que nos rodeaba: era un grupo de cel
Yo pensé que la afirmación de Valentín era un poco exagerada, pero en cuanto volteé a mirar a Ismael, supe que la cosa realmente era en serio. — ¿Un Rey Cuervo? — dije en voz alta, mientras caminaba por la celda, alejándome un poco de la mirada que había puesto en mí Ismael — . Creo que he escuchado ese término, pero no recuerdo dónde o cómo. ¿Qué es un Rey Cuervo? — Los Reyes Cuervo son la cadena máxima de sangre pura de la gente del bosque. ¿Por qué no lo sabías? ¿No te lo enseñaron en tu educación?Yo lo miré mal. — Tú sabes mejor que cualquiera que mi padre nunca me permitió estudiar nada más allá de lo que consideraba “correcto”. Siempre pensó que estudiar las demás especies del submundo era una pérdida de tiempo. — Sí... lo siento — dijo. Luego caminó hacia donde estaba la pequeña chimenea en la pared junto a la celda y se sentó en el suelo para que el calor le invadiera el cuerpo — . Los lobos pensamos que somos los más fuertes del submundo. De alguna forma, sí lo somos.Yo
Se casaba con ella, el amor de mi vida se casaba con otra mujer, con mi hermana Lilith, por que yo no era suficiente, no era más que una omega sin loba que servía el té y lavaba los baños, no era más que una esclava en la familia.Soy la hija mayor de la manada Luna azul, pero en mi sangre no corre la magia de los lobos. Mi padre tuvo una segunda hija de sangre pura, una loba de raza superior que ocupó el lugar que me correspondía en la manada, relegándome al papel de una sirvienta, pero ese día era más agotador de lo normal. Todos los generales de mi padre se habían reunido para presenciar el matrimonio de mi hermana con un lobo fuerte y poderoso de la manda que estaba destinado a convertirse en el alfa, pero ese lugar era el que me correspondía a mí, sin embargo, estaba ahí en la cocina preparando el pudín.Ser azotada era algo común, pero esa noche los golpes fueron especialmente frecuentes. La boda dio inicio con una gran algarabía, fui empujada entre los esclavos hacia el salón
Sentí que las fuerzas en las piernas me fallaron, el corazón latió con tanta fuerza que tuve que aferrarme a una silla para no caer.— ¿de qué hablas? — le pregunté a mi padre con la voz rota — eso es mentira, yo no…— El guardia te vio, querías escapar con esos lobos blancos que atentaron contra la vida de el prometido de tu hermana — yo voltee a mirar alrededor, y en efecto, Mael estaba desnudo, seguro por haberse transformado y cubierto de sangre ayudando a los heridos, la fiesta se había convertido en un caos.— ¡Cómo puedes pensar algo así! Como puedes pensar que dañaría a mi manada — mi padre recortó la distancia que nos separaba y me tomó con fuerza por el cuello.— Tú ni siquiera eres una loba… no perteneces a esta manada, ¡lárgate! —me empujó con fuerza y caí al suelo, pero mis ojos se llenaron de lágrimas.—Papá… — le supliqué, pero él me miró con odio.— ¡Lilith, tú hermana está exiliada, llévatela de la manada! — Entonces mi hermana apareció, era una loba de raza superior
3.El hielo nos recibió con fuerza, saqué la cabeza del agua mientras trataba de respirar pero el frío se sintió como mil agujas sobre mi piel. Tomé a Helen, pero la muchacha no podía nadar bien por la pierna herida, pude ver el pánico en sus ojos.La tomé por los hombros y comencé a nadar hacia la orilla, escuché más disparos de los cazadores que golpeaban contra el agua pero no lograron alcanzarnos.Nadé con todas mis fuerzas, podía ver como la sangre salía de la pierna de Helen y eso me asustó, a pesar de que llevábamos pocas semanas siendo amigas, ya comenzaba a quererla mucho, y no quería perderla. Así que la tomé por el cuello y comencé a avanzar por ella a través del río. Me aferré a un trozo de hielo mientras trataba de llegar a la orilla, y cuando al fin lo hice, tuve que utilizar todas mis fuerzas para poder sacarnos a ambas del agua helada. La nieve nos recibió. Una tormenta arreciaba. El pequeño bosque… y eso ayudó a que los cazadores no nos encontraran. La tormenta de n
4.La nieve allí nunca se derretía. Era el bosque del Invierno Eterno, así le llamaban, porque el invierno permanecía los 365 días del año. Siempre. Todo congelado. Por eso los árboles y los animales habían aprendido a sobrevivir también en ese lugar. Por eso no tuve que cavar un agujero en la tierra para enterrar el cadáver de mi amiga, porque la nieve bastaría para conservar su cuerpo por siempre. La cargué a través del hielo y escogí una hermosa colina desde donde se observaba el invierno eterno: el río congelado que atravesaba el valle y el atardecer. Escarbé con mis propias manos un enorme agujero en el hielo y dejé delicadamente su cuerpo adentro. Lo llené de flores, de los pétalos amarillos que había llevado para salvarle la vida… pero había llegado demasiado tarde. Flores y nueces que encontré en el bosque las puse en su tumba, y no pude evitar llorar mientras mis manos dejaban el hielo sobre su cuerpo hasta que estuvo completamente cubierta. Regresé a la cabaña un rato de
No supe cómo reaccionar en ese momento, aparté la cálida mano de la mujer que me sostenía con fuerza. Era hermosa, de cabello plateado. ¿mi madre?— ¿Qué está pasando? — pregunté, no reconocí mi propia voz, es como si fuese otra persona.— Mi niña — comentó la mujer con voz cálida, sus ojos se llenaron de lágrimas — es muy difícil, han pasado muchas cosas, pero te prometo que te contaremos todo en el momento indicado, pero necesito que nos digas, ¿qué sucedió con los cazadores? Los encontramos congelados cerca de dónde te encontramos, pero, literalmente congelados. Yo parpadeé un par de veces sin saber muy bien qué decir. Ciertamente no recordaba qué era lo que había pasado. ¿En realidad había ido a buscar venganza por la muerte de Helen? ¿Había ido a matarlos? ¿Había ido a morir prácticamente? Porque en el fondo yo sabía que tal vez eso era lo que iba a pasar cuando los enfrentara. Eran un grupo de hombres cazadores. ¿Cómo podría yo haber sido tan ingenuo de pensar que podría con el