Sentí que las fuerzas en las piernas me fallaron, el corazón latió con tanta fuerza que tuve que aferrarme a una silla para no caer.
— ¿de qué hablas? — le pregunté a mi padre con la voz rota — eso es mentira, yo no…
— El guardia te vio, querías escapar con esos lobos blancos que atentaron contra la vida de el prometido de tu hermana — yo voltee a mirar alrededor, y en efecto, Mael estaba desnudo, seguro por haberse transformado y cubierto de sangre ayudando a los heridos, la fiesta se había convertido en un caos.
— ¡Cómo puedes pensar algo así! Como puedes pensar que dañaría a mi manada — mi padre recortó la distancia que nos separaba y me tomó con fuerza por el cuello.
— Tú ni siquiera eres una loba… no perteneces a esta manada, ¡lárgate! —me empujó con fuerza y caí al suelo, pero mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Papá… — le supliqué, pero él me miró con odio.
— ¡Lilith, tú hermana está exiliada, llévatela de la manada! — Entonces mi hermana apareció, era una loba de raza superior, más grande y más fuerte de lo normal, me tomó entre sus fauces con fuerza, aunque yo me resistí, pero me sacó de la manada corriendo a toda velocidad entre la nieve.
Corrió tan rápido que el viento helado me apuñaló la piel como mil agujas, y un par de horas después me soltó en medio de la nieve, sus colmillos sobre mi piel sangraban y yo la miré con los ojos llenos de lágrimas.
— Lilith no hagas esto — pero ella me ignoró, dio la vuelta y se fue corriendo sin mirar atrás, siempre me había odiado.
Cuando me puse de pie la sangre manchó la nieve, y al elevar la cabeza noté que estaba en la frontera de la manada, justo dónde iniciaba la manada de los lobos blancos que nunca nadie había visto antes, pero ahí estaban.
Me puse de pie con el corazón roto, y comencé a avanzar, debía salir del hielo o moriría congelada, aunque, ¿a dónde iría? Ya no tenía un hogar, exiliada de mi familia y mi manada, de mi hogar, lo mejor era que muriera en la nueve, así no molestaría a nadie más, pero algo me motivaba a seguir avanzando, entre la nieve con un corto abrigo que apenas me protegía del frío.
No supe en qué momento perdí el conocimiento, al parecer el hambre y el frío me vencieron y en medio del sueño vi a Mael, con sus ojos claros, su tono de voz que siempre había sido amable conmigo, el amor que había sentido por él durante casi toda mi vida… pero ahora estaba casado con mi hermana.
Cuando abrí los ojos estaba sobre un trineo, y alguien me arrastraba, pude ver su cabello rojizo.
— ¿Quién eres? —le pregunté — ¿a dónde me llevas? — Cuando la mujer se volvió hacia mí, pude notar lo joven que era, tal vez más joven que yo. Abrió la boca pero no salió de ella ninguna palabra, así que hizo un gesto con las manos para indicarme que me calmara. Señaló algo al frente y pude ver una pequeña cabaña a la orilla del bosque.
Cuando entramos en ella, el calor que desprendía la chimenea me sacó un gemido de placer y caminé hacia el fuego.
—¿Por qué me salvaste? —le pregunté, pero ella no contestó, se encogió de hombros, señaló su garganta y negó —¿No puedes hablar? ¿eres muda? —ella asintió, corrió hacia un escritorio y escribió en un papel con carbón.
“Nací sin poder hablar, por eso mis padres me despreciaron. Te salvé por que te vi sola y abandonada, como yo. Mi nombre es Helen”
—Un gusto Helen. Gracias por salvarme.
“¿Tienes a dónde ir”?
Escribió en el papel pero mis ojos se llenaron de lágrimas.
—No, no tengo a dónde ir —Helen se puso de pie y corrió hacia la estufa, me trajo un gran cuenco con sopa.
“podrías quedarte aquí, necesito compañía, hay hombres merodeando los bosques, podemos protegernos la una a la otra”
Yo asentí, con los ojos llenos de lágrimas, no quería incomodarla o molestar, pero no tenía dónde más quedarme.
Dormí sobre un cubre helecho de paja, y aunque no era cómodo fue la mejor cama que creí poder encontrar después de ser desterrada.
Helen y yo nos hicimos buenas amigas en los días venideros, y aunque tuve miedo de contarle lo que era, y de dónde venía, resultó que ella, aunque era humana, conocía bien el secreto de los lobos, casi todos los humanos que vivían a los alrededores conocían bien el secreto.
Las semanas comenzaron a pasar, y los cazadores se acercaban cada vez más, eran buscadores de esclavos, y Helen y yo nos veíamos en cada momento escondiéndonos de ellos entre la nieve, o trepando a los árboles. Pero una tarde todo cambió.
Helen los escuchó primero, ella no podía hablar, pero tenía un muy buen oído. Tocó mi brazo y me indicó con las señas de sus manos, que ya comenzaba a entender mejor, que los cazadores estaban cerca.
Pensé que podríamos escapar como siempre, o escondernos, como cada oportunidad, siempre fuimos más inteligentes que ellos, pero ese día algo cambió, nos acechaban, nos tenían rodeadas, y cuando menos lo imaginé, saltaron sobre nosotras como una jauría.
Helen tomó una rama que estaba cerca y los amenazó.
—¡Déjenos en paz! —les grité, eran más de cinco hombres armados.
— Pero mira nada más, dos preciosas jóvenes, serán vendidas muy caras —dijo uno, de gran bigote que nos apuntó con el arma. Helen me miró, y logré leer en su mirada lo que quería decir, ya había comenzado a conocerla bien, pero negué, era un riesgo muy grande.
Pero no pude hacer nada, Helen lanzó la rama hacia el hombre del bigote y esta golpeó su arma. El disparo golpeó cerca de nosotras, pero ambas nos agarramos de las manos y saltamos hacia el rio que pasaba a nuestro lado.
Pude escuchar los disparos hacia nosotras y logré ver mientras caíamos la herida en la pierna de Helen. Antes de caer al agua mi último pensamiento fue Mael… ojalá fuera muy feliz con mi hermana…
3.El hielo nos recibió con fuerza, saqué la cabeza del agua mientras trataba de respirar pero el frío se sintió como mil agujas sobre mi piel. Tomé a Helen, pero la muchacha no podía nadar bien por la pierna herida, pude ver el pánico en sus ojos.La tomé por los hombros y comencé a nadar hacia la orilla, escuché más disparos de los cazadores que golpeaban contra el agua pero no lograron alcanzarnos.Nadé con todas mis fuerzas, podía ver como la sangre salía de la pierna de Helen y eso me asustó, a pesar de que llevábamos pocas semanas siendo amigas, ya comenzaba a quererla mucho, y no quería perderla. Así que la tomé por el cuello y comencé a avanzar por ella a través del río. Me aferré a un trozo de hielo mientras trataba de llegar a la orilla, y cuando al fin lo hice, tuve que utilizar todas mis fuerzas para poder sacarnos a ambas del agua helada. La nieve nos recibió. Una tormenta arreciaba. El pequeño bosque… y eso ayudó a que los cazadores no nos encontraran. La tormenta de n
4.La nieve allí nunca se derretía. Era el bosque del Invierno Eterno, así le llamaban, porque el invierno permanecía los 365 días del año. Siempre. Todo congelado. Por eso los árboles y los animales habían aprendido a sobrevivir también en ese lugar. Por eso no tuve que cavar un agujero en la tierra para enterrar el cadáver de mi amiga, porque la nieve bastaría para conservar su cuerpo por siempre. La cargué a través del hielo y escogí una hermosa colina desde donde se observaba el invierno eterno: el río congelado que atravesaba el valle y el atardecer. Escarbé con mis propias manos un enorme agujero en el hielo y dejé delicadamente su cuerpo adentro. Lo llené de flores, de los pétalos amarillos que había llevado para salvarle la vida… pero había llegado demasiado tarde. Flores y nueces que encontré en el bosque las puse en su tumba, y no pude evitar llorar mientras mis manos dejaban el hielo sobre su cuerpo hasta que estuvo completamente cubierta. Regresé a la cabaña un rato de
No supe cómo reaccionar en ese momento, aparté la cálida mano de la mujer que me sostenía con fuerza. Era hermosa, de cabello plateado. ¿mi madre?— ¿Qué está pasando? — pregunté, no reconocí mi propia voz, es como si fuese otra persona.— Mi niña — comentó la mujer con voz cálida, sus ojos se llenaron de lágrimas — es muy difícil, han pasado muchas cosas, pero te prometo que te contaremos todo en el momento indicado, pero necesito que nos digas, ¿qué sucedió con los cazadores? Los encontramos congelados cerca de dónde te encontramos, pero, literalmente congelados. Yo parpadeé un par de veces sin saber muy bien qué decir. Ciertamente no recordaba qué era lo que había pasado. ¿En realidad había ido a buscar venganza por la muerte de Helen? ¿Había ido a matarlos? ¿Había ido a morir prácticamente? Porque en el fondo yo sabía que tal vez eso era lo que iba a pasar cuando los enfrentara. Eran un grupo de hombres cazadores. ¿Cómo podría yo haber sido tan ingenuo de pensar que podría con el
Se casaba con ella, el amor de mi vida se casaba con otra mujer, con mi hermana Lilith, por que yo no era suficiente, no era más que una omega sin loba que servía el té y lavaba los baños, no era más que una esclava en la familia.Soy la hija mayor de la manada Luna azul, pero en mi sangre no corre la magia de los lobos. Mi padre tuvo una segunda hija de sangre pura, una loba de raza superior que ocupó el lugar que me correspondía en la manada, relegándome al papel de una sirvienta, pero ese día era más agotador de lo normal. Todos los generales de mi padre se habían reunido para presenciar el matrimonio de mi hermana con un lobo fuerte y poderoso de la manda que estaba destinado a convertirse en el alfa, pero ese lugar era el que me correspondía a mí, sin embargo, estaba ahí en la cocina preparando el pudín.Ser azotada era algo común, pero esa noche los golpes fueron especialmente frecuentes. La boda dio inicio con una gran algarabía, fui empujada entre los esclavos hacia el salón