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35. Amigo guardían
El simple hecho de tener un camino es una bendición, y si a lo largo de él te transformas en alguien bondadoso, verás el horizonte brillar como sol en el Edén.

¿Por qué a las personas les resulta tan difícil hacer el bien sin esperar algo a cambio? Qué gratificante es saber que ayudaste a alguien, que hiciste lo correcto por el simple hecho de hacerlo; y más aún, dar sin que nadie tenga que pedirte nada.

Mi hermano, sin embargo, es demasiado posesivo con sus propios intereses. Me molesta que haya ayudado al hermano de Antonella de esa manera; jamás pensé que Ermac llegara a tener tal nivel de soberbia... Es tan enfermizo que provoca rabia.

Antonella y yo descendemos por las escaleras del vestíbulo, y justo frente a nosotras se alza el enorme árbol de Navidad, con la pequeña Marisol sentada bajo sus ramas.

—¡Hola, princesita! —la saludo mientras bajo los últimos escalones—. ¿Qué estás haciendo?

—¡Tita Ino! —Marisol responde emocionada mientras coloca algunas ramitas en la parte baja del
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