Capítulo 74:
Eran pasadas las seis de la tarde cuando Marcos entró en su apartamento. Paula estaba dormida en sus brazos con la cabecita apoyada en su hombro. Había sido una experiencia alucinante. Compartir con su pequeña era algo inigualable. Lo que menos se imaginó fue que nada más abrir la puerta lo recibieran gritos.

— ¿Pero qué carajos, Marcos? ¿Cómo demonios te vas con mi hija y no eres capaz de avisarme?

—Nuestra hija. Nuestra, que no se te olvide, gatica.

— ¿Pero es qué estás loco? Y encima apaga el telefono. Pero que clase de padre eres tú. —Sam siguió gritando. Le quitó la niña de los brazos y hundió la nariz en su cuello.

Marcos estaba empezando a ver rojo. Estaba harto de los gritos. Si algo lo detenía era ver que Sam estaba descontrolada. El gesto de abrazar a su hija con fuerza lo decía claro. Y los temblores de sus manos que no cesaron también eran una prueba. respir hondo. No quería retroceder lo poquísimo que había ganado.

Sam se fue con la niña dejando a Marcos ya Nana solos
YilyTM

Espero que como crecieron los comentarios también crezcan las lecturas. Así que no dejen de recomendarla. Nos vemos y nos leemos. Hasta el viernes.

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