PREFACIO
Soy Camil de La Fuente. Residente de Medicina, de veinticinco años, madre soltera… desastre total y con una vida demasiado complicada como para que logre dormir cinco horas seguidas.
Ya no recuerdo cómo se sentía tener una mente sin preocupaciones, o un anoche de borrachera. Cuando a penas cumplía los dieciocho años, tal como si un meteorito me hubiera alcanzado «digo meteorito, porque así de fuerte me golpeó» me alcanzó el amor.
Solo que no fue un amor rosa de telenovelas, no. Fue un amor egoísta, intenso, desenfrenado, incluso… hasta un poco prohibido.
Me enamoré de el único hombre que no se enamoraría de mi.
Él me conocía… sabía que yo era un total desastre… un peligro andante.
Modelo internacional, mimada y ridículamente insoportable… A decir verdad, ningún hombre razonable, con cuatro dedos de frente y pensante, se hubiera ligado conmigo por más de una noche.
«O bueno… solo él…Farid»
Farid era una fuerza de la naturaleza « no es que yo no lo fuera». Solo que éramos polos totalmente opuestos. Él era una fuerza positiva, pero eso no lo hacía impasible o calmado.
Pero Yo… era una irrespetuosa, volátil, impredecible, eso hasta que sucumbí totalmente ante él.
Él no supo que hacer conmigo… y para desdicha mía, no sintió lo mismo.
Así que yo decidí guardar mis sentimientos. El amor me volvió vulnerable, y para la malcriada que era en esa época, ser vulnerable no estaba en mis planes. No quería que se burlara de mis emociones «aunque ahora no creo que él siendo tan maduro fuera capaz de burlarse».
Cuando no pude manejar amar sola, pues lo dejé. Si no me amaba, me negaba a dar lo que estaba casi segura que no iba a recibir de su parte.
Debería haber dicho que amaría sin reservas… pero ¡Por Dios! ¡Yo no era así! Estaba acostumbrada a ser adorada entre simples mortales, a ser simplemente mi voluntad y a creer que el amor para ser amor tenía que ser cien por ciento recíproco.
Fui egoísta con él… lo sé, pero ya estaba hecho, ya me había alejado.
Poco después de dejarlo descubri mi embarazo, pero aunque lo llamé no fui capaz de articular un solo sonido, y colgué antes de decirle.
No fui capaz de acercarme a su fuego otra vez. Así que no puedo imaginar su reacción al enterarse que sería padre de un hijo mío… nuestro.
Farid no me amaba, yo no quería ser la madre de un heredero que sería una pieza fundamental en su imperio, mientras yo no pasaría de una «soportable» fingura decorativa. Prefería vivir sin él, que vivir una vida mendigando amor.
Decidí cambiar mi vida…empezar de cero. Deje los excesos y la vida fácil que me ofrecía mi hermano, y mi ya consolidada carrera como Top Model.
Matricule en la universidad, y no en diseño, o en derecho… si iba a cambiar mi vida tenía que ser un giro dramático.
Empecé a estudiar medicina al tiempo que mi bebé crecía dentro de mi. Me cambie de ciudad antes de que mi embarazo fuera visible.
Me instalé en Los Ángeles, donde el padre de mi hermano me ayudo mucho en los primeros tiempos.
Nótese que lo llamo “padre de mi hermano” y no «padrastro. Amiel nunca fue mi padrastro… él ya se había divorciado de mi madre cuando ella conoció a un «donante» desconocido… y no precisamente lo escogió en un banco de semen, ¡No!
A mi me hicieron a la antigua, durante un crucero de divorciadas al que se fue mi madre y del cual regreso conmigo en el vientre. Así que supongo que eso de ser madre soltera me viene en los genes.
Han sido años difíciles, sobre todo porque ya vivo sola en Atlanta y me aleje de todos los que me conocían. Cada vez que veo a mi pequeña Emira se me olvida el cansancio, incluso los temores y miedos.
Lo único que no logro olvidar es la mirada penetrante de Farid, ¿y cómo? Si mi hija tiene sus ojos y un poco de su carácter, a pesar de no haberlo visto nunca.
Así va mi vida. Soy la Doctora De La Fuente, y divido mi tiempo en tratar de ser Cirujana de día… y madre soltera de noche.
Capítulo 1 "Reencuentro con el Pasado".La vida que escogi no es sencilla, pero verdaderamente me apasiona. Me encanta lo que hago, me encanta regresar a casa y que mi pequeña hija me vea como su Heroina. Que me pregunté qué cirugía realice, qué procedimiento nuevo aprendí... ¡porque si! A mi hija también le apasiona la medicina. Mi Emira no será Top Model... Será Doctora como su mamá, y nadie se puede imaginar la satisfacción que eso causa en mi. Eso es lo que recuerdo cuando las noches se hacen largas, y las guardias son intensas. Pasan las cuatro de la mañana, está por amanecer y no veo las santas horas que eso ocurra. Por fin terminará la guardia, y solo deseo volver a casa, tomar una ducha caliente y meterme en cama hasta que llegue la hora de recoger a Emira de la escuela.Gracias a dios cuento con mi vecina, la Señora Madelein, la cual me cuida como si fuera mi madre, y a mi niña la ve como si fuera su única nieta.El beep de mi localizador interrumpe el sublime momento de d
Capítulo 2 "Creí que te conocía".FARID ARAYLa veo avanzar, grandiosa y celestial como una diosa, y creo que ya me voy a morir. Sé que me sangra la cabeza y que tengo una pierna rota, pero el hecho de estar viendo a Camil frente a mi, solo puede significar una cosa.«¡Me voy a morir!»Tiene que ser un espejismo, y uno bien macabro de mi cabeza…Camil se acerca a mi, la muerte debe haber escogido su aspecto entre otros miles, pues sabe la muy canija que Camil De La Fuente siempre será mi asignatura pendiente, la espina en mi costado, el amor de mi herida. El dolor debe estarme haciendo sufrir alucinaciones, y mi lado coherente lo sabe. Abro los ojos, pero ella sigue allí, vestida como el resto de los doctores que laboran como robots altamente entrenados en la atestada sala de urgencia. Va bañada en sangre y me mira con una expresión tan asustada, que no puedo pensar en otra cosa de que ella sea real.—«¿!Eres real!?»—murmuro cuando comenzó a acercarse a mi.Se veía tan linda, ta
Capítulo 3 “No llega el Olvido”CAMIL DE LA FUENTENo hay quien pueda olvidar completamente a una persona que significó tanto. Puedes creer que las superaste al tiempo de no verla, aún así su sombra te perseguirá aunque no quieras, y te será imposible no reencontrarla en todas partes, buscando su cara en cientos de desconocidos.Sin dudas la volverás a encontrar en un detalle, en una fragancia, en un lugar que es mejor evitar por lo triste de los recuerdos; la encontraras en una canción, en un libro, en una frase… y será como revivir la historia otra vez, la pasión, el mismo dolor, y más fuerte aún el desamor.Hay personas que como él, como Farid…que caben incluso en una letra. Me resigné que a pesar de que él no me amó nunca me libraría de su imagen, mi hija era un recordatorio de él, de lo qué pasó entre nosotros, y eso lo hace especial. Su recuerdo era algo de lo que no me liberaría, creo que por eso nunca intenté borrarlo. Por supuesto que una cosa es no tratar de olvidarlo
Capítulo 4 “No somos Familiia"CAMIL DE LA FUENTENo sé si era el interés de Melissa de seguir contemplando a Farid, o que el ortopédico estaba disponible, pero en menos de tres minutos el especialista estaba junto a nosotros. Cosa que agradecí bastante, mientras más rápido lo atendieran, más rápido se iría, ya Marta había descubierto mi secreto, no podía permitir que Farid hiciera lo mismo. En definitiva tanto Farid como Marta tenían razón, y él tenía una pierna rota. Un Rayos X lo confirmó, y él médico valorando la posible evolución, solo decidió inmovilizar la pierna. Ya amanecía cuando por fin Farid estuvo listo para volver a su hotel.Lo guié a la salida, empujando el sillón de ruedas en que iba sentado. Se le veía cansado, adolorido, y sin dudas los golpes que recibió durante el accidente ya habían comenzado a pasarle factura.—¿Estas bien?— pregunté en un susurro. Yo también estaba agotada, y la presencia de Farid esta noche, no había hecho más que catalizar todos mis miedos
"Te espere seis largos años" En una escala del cero al diez, donde cero es nada y diez es el máximo, está guardia podía calificarla con un doce sin dudas, esta noche fue el servicio más estresante de mi vida. No murió nadie, excepto mi escondite ante el único hombre con el que no debía cruzarme jamás. Traté de no pensar, de nada valía martirizarme ahora. Aún tenía que pasar un buen rato con Farid, así que solo necesitaba el vehículo de mi amiga, para tratar de hallar una salida fácil a todo esto. «Farid se iría muy pronto » murmuré tratando de tranquilizarme. A él no le gustaban los Estados Unidos, en un abrir y cerrar de ojos estaría de regreso a Arabia Saudí, o a cualquier lugar de los Emiratos en el cual estuviera residiendo, pero lejos. Era solo cuestión de ser cordial unas horas y él desaparecería de mi vida, así como una vez ya lo hizo. Camine al sitio donde estaba casi segura que estaría Marta a esta hora. Encontrar a Marta fue sencillo, tratar de quitarle su coche… no
6. "Tiempo" FARID ARAY No sabía exactamente que pasaba por la cabeza de Camil, para mi también había sido una sorpresa encontrarla pero aún así me mostraba un poco más amable que ella. Ella parecía haber masticado a una mosca, por la expresión de su rostro no se le notaba nada feliz. Siempre había sido como una tormenta en el mar, y parecía que los años habían aumentado su efecto devastador. Estaba linda, más hermosa de lo que la recordaba. Y aunque se esforzaba por mantener ese frío silencio al que me había condenado, sus ojos verdes gritaban furia contenida, de esa ira que es capaz de hacer arder al mundo. Empujó el sillón por la pasarela diseñada en el piso para ese fin encaminadonos a la salida de emergencias, que se dirigía al parqueo de los médicos. La vi dudar buscando su coche. Se detuvo y sentí sin voltearme como se paraba de puntillas para alcanzar localizar el vehículo. —¿Olvidaste dónde aparcaste tu coche?—pregunté en tono burlesco. Necesitaba concentrarme en
7. «Mía» FARID ARAY Ni aunque pasaran mil años encontraría las palabras precisas para describir lo que sentí en aquel momento. Mis sentimientos, esos que tanto me escondía a mi mismo, aprovecharon la ocasión para desencadenar una tormenta de grandes magnitudes en mi interior. Su olvido me ardía, me ardía a flor de piel, me quemaba tanto como me hirió su partida hacía ya más de un lustro. La vi meterse en el coche sin mirar atrás, sin voltearse a observar sobre su hombro ni una sola vez. «¡Pasado!». «¡Camil De la Fuente me había dejado atrás!». ¡Yo convertido en historia! Me parecía totalmente loco, que yo aún con la cabeza herida y con una pierna rota siguiera bajo el pórtico de la entrada del hotel, de pie y observando cómo se perdía el coche en el tránsito. ¿¡Me había borrado¡? Si… era evidente. ¿Se lo pensaba permitir? La pregunta rondo mi mente por unos instantes. A decir verdad… no podría llegar a imponerme. Ni siquiera sabía si había encontrado otro amor, que p
CAMIL DE LA FUENTE 8. " La hija de un Jeque Arabe". Aún no sé cómo llegué con vida a casa. Me temblaban las manos y la mente me daba vueltas viajando desde el pasado al presente; se me ponían los vellos de punta de solamente pensar en un futuro cercano, sobre todo las consecuencias de que Farid se llegase a enterar de la existencia de Emira. Mi bebé, mi niña linda… mi precioso tesoro. No quiero ni pensar que pasaría si descubrira que su padre estaba cerca, y yo era el único impedimento en que se encontraran. No es que quisiera justificar todo… pero no era por egoísmo que no le había dicho a Farid que tenía una hija. Era más bien por sentido común. Uno no se encuentra con un hombre herido en emergencias, y le suelta de pronto tanta información. Se imaginan si uno hiciera ese tipo de cosas… «Hola Farid, mientras te atiendo estos cortes, te actualizaré que ha sido de mi vida… tenemos una niña de casi seis años y que no tiene la más mínima idea quien es su padre…» Pensánd