Se escuchan los disparos dentro del burdel, Cristel está corriendo de forma agitada, tenía a una persona en especial entre ceja y ceja, estaba decidida a hacer aquello que tenía planeado hace años.
Le disparaban, ella corría en busca de un buen escondite para detenerse a disparar, le faltaba camino por correr aún, los disparos seguían, no tenía la suerte de encontrar alguna mesa o estante para protegerse, solo le quedaba voltear y disparar, solo había una de dos opciones o cae ella o caen los demás. El lugar estaba minado de guardias, todos grandes y bien preparados, se comunicaban por la radio, ella tenía chaleco antibalas, el cual, le impedía tener un disparo en lugares vitales, tenía brazos y piernas al descubierto, su susto más grande lo recibió cuando una de las balas rozó su brazo derecho y otra pasó frente a sus ojos, pero se volvió a armar de valor por el motivo que tenia, se llenó de ira y empezó a disparar, ya había eliminado a parte de los guardias que la perseguían, pero sabía que no iban a tardar los demás guardias en aparecer. Justo cuando aparecieron más guardias,conocía el lugar, sabía sobre cada rincón del lugar, todo esto fue premeditado, todo bien trazado y calculado, para su sorpresa, su ametralladora se había quedado sin munición, dobló hacia la derecha en uno de los pasillos, se pegó a la pared, se vió obligada a sacar la pistola para disparar mientras abría la puerta de una habitación que estaba cerca de ella. - ¡Alto ahí desgraciada! Dijo uno de los guardias del lugar, mientras le disparaba. Logró abrir la habitación, solo había una cama, Cristel la voltea rápidamente como un bloqueo para tener tiempo de recargar de munición su ametralladora. Por un momento pensó que no podía recargarla tan rápido pero le dió tiempo. Cuando los guardias llegaron para abrir la puerta, ya Cristel estaba lista para disparar, cuando abren la puerta de un solo golpe reanudan los disparos. Le disparó a dos de los guardias, sale nuevamente corriendo abriendo las habitaciones de patada en patada. No encontraba a nadie. -Chicas, ¿Dónde están? No escuchaba otro sonido que no sean la de los guardias corriendo para encontrarse con Cristel y exterminarla, le fue dada la orden de matarla, ella recarga la metralleta y sale al encuentro de los guardias hasta que no quedaba nadie en pie. Tenía rencor, cargaba mucho odio sobre todo aquella mujer que le había dañado toda su vida, Marcelita, la dueña del burdel, ella. -Está por aquí, ¡vengan!. Dijo uno de los guardias armados para eliminar a Cristel. Se preparó nuevamente para seguir disparando pero no le quedaban balas en la ametralladora ni tenia balas encima, atrás venia los guardias disparándole, corrió hasta entrar al sótano oscuro, escucha los pasos de alguien acercarse, ella saca el cuchillo y se prepara par autodefenderse con tacticas de supervivencia. Alguien del otro lado empuja violentamente la puerta, Cristel agarra de inmediato a la persona que entró por el cuello, le decia: -Dame tu arma o te mato. + S- s - soy yo, Braulio. Lo dijo mientras se alumbraba con la escasa luz del celular. Cristel lo suelta, el le explica que solo entró a decirle que su objetivo está buscando la forma de huir, el deseo inmenso de salir a asesinar a su objetivo nuevamente la nubló. Se revisa así misma, recuerda que tiene su pistola y cuando porfin la encuentra sale decidida a encontrarse con marcelita, busca la manera de escapar de los guardias del burdel sin asesinar a nadie más, sin embargo, ellos estaban dispuestos a encontrarse con ella para cumplir con su misión. Le disparan mientras ella trata de huir, Braulio sale a su encuentro y le dice: -Yo te cubro.- empezó a disparar a los guardias. Cristel salió al parqueo, justo donde le había indicado Braulio, encuentra por fin a marcelita con tres guardias que estaban apunto de entrar junto con ella al auto para huir, la ira y el odio que guardaba cristel fue tan fuerte que al disparar, sus balas tuvieron gran precisión cada disparo a los guardias fueron mortales los disparos fueron en la cabeza. Corrió al encuentro de Marcelita quien aún estaba dispuesta a entrar al auto con mucho miedo, “esta es mi oportunidad” pensó dentro de sí, mientras se detuvo casi al frente del auto levantó la pistola para disparar, jaló más de tres veces el gatillo y no salía balas, no tenía munición, pensó en los guardias que estaban en el piso, cuando fué a buscar las armas de los guardias disparó pero ya marcelita estaba lejos y logró huir. Se sube al auto para alcanzarla, Braulio se acerca armado hasta los dientes, empieza una gran persecución, Cristel al volante y Braulio a su lado disparando, Marcelita delante también al volante y el carro con tres guardias. -Braulio, ¿Tienes buena puntería? -Sí -Dispara que me acercaré, a Marcelita la quiero viva. -De acuerdo Cris. ¡Aceleraa! Cristel rebasó el auto de Marcelita, se puso delante del carro de Marcelita, Braulio saca el torso por la ventana del auto para apuntar al guardia que está al lado de Marcelita, al disparar Braulio dijo: -Uno menos. Marcelita dobla de golpe hacia la derecha, fue tan brusco el cambio de dirección que el guardia muerto al lado de ella cayó encima y mientras ella lo empujaba para tener su espacio disponible serpentea en una calle recta. -Cris, se desviaron. -Vale. Cristel dió la vuelta en U para llegar a la esquina en donde Marcelita dobló, cuando la alcanza se pone del lado derecho, del auto enemigo, Braulio dispara sin descanso a los guardias que estaban de lado atrás del auto contrario y dijo: -Uno más dos 3 menos. -Jajaja, listo. Ahora agárrate fuerte Braulio que el resto me toca a mí. Cristel a la velocidad que iba desvió un poco el carro a la izquierda, y aceleró para ponerla en la derecha con el fin de chocar el auto de Marcelita, el impulso fue tan fuerte que volcó el carro del lado fuera de la calle. Cristel y Braulio se bajaron del carro, mientras Marcelita salía del carro arrastrándose, decidida a escapar aunque sea a pie. -¡Alto ahí desgraciada! -Dijo Cristel apuntando con la pistola. Marcelita levanta sus manos y se da la vuelta para ver nuevamente el rostro de la persona a la que le había hecho tanto daño apuntarle con una pistola, el miedo que sintió Marcelita hacia Cristel la puso a llorar. -Cristel, no sabes lo que estás haciendo, no quieres matarme o ¿Sí? -¡Callate!, y deja tus lágrimas de cocodrilo, te odio y siempre anhelé este momento de matarte con mis propias manos. -Es que debes saber la verdad…yo soy tu madre. Cristel, cegada por el odio y la ira no la dejó seguir hablando, le disparó, justo en ese momento Braulio se atraviesa para proteger a Marcelita. -Braulio, Nooooooooo.Cristel cuando era pequeña nunca conoció a su padre, solo creció con su madre, vivía por las afueras de la ciudad de milkwood en un una extrema pobreza, razón por la cual no estudió en una escuela su madre también le enseñó a leer, y a escribir en temporada de verano para escribir en la tierra. La casa estaba techada por hojas, maderas viejas, los muebles eran rocas lisas, una cama no muy cómoda por los años de uso que llevaba, su madre la mantenía con los frutos del patio los recogía y los vendía, luego con lo que conseguía compraba algunas cosas de primera necesidad. Cuando llovía, su casa se inundaba de goteros y la cama se mojaba totalmente pero había un lugar donde no llovía, en una de las rocas lisas su madre se sentaba y la cargaba, allí la abrazaba y le cantaba para que durmiera, a pesar de todo lo que sucedía a su alrededor junto a su madre sentía calma. Recuerda que cuando tenía la edad de 10 años una mañana, su madre como siempre salió con algunos frutos de su patio p
-Cris… Porfavor despierta. Cris.. despierta. - Ella escuchaba la voz de su madre pero no podía ver, todo estaba oscuro. - Cris…Cristeeeeeeeel. Cristel despierta, enjaulada con muchas niñas a su alrededor. Se sentó mientras miraba a su alrededor, gritó y gritó, las demás niñas le decían que se callara o si no la castigaría. Cristel no tenía miedo sino ira, y gritaba con todas sus fuerzas, hasta que entró Marcelita, la sacó de la jaula y se la llevó a una habitación donde había un viejo verde listo para violarla, una vez él logra satisfacerse le da la espalda para ir a bañarse, Cristel le revisa los bolsillos del pantalón de forma rápida encontró una cuchilla y dinero, se quedó con la cuchilla, ella se arropó, cuando el hombre sale del baño ella le pide que se acerque para besarlo, él se acerca y ella inmediatamente le clava el cuchillo en el cuello. Pasadas las horas, Marcelita decide tocar la habitación porque ya habia pasado el tiempo y el hombre ya tenia que salir, acercandose
Cristel, forcejea con él, y él saca una pistola diciéndole: M m, no te conviene forcejear muñequita. Así que guarda silencio y disfruta. Cristel no tenia de otra opción que obedecer, recordó el uso que una vez Marcelita hizo con la pistola , asesinando a su madre, no quería que pasara lo mismo con ella, así que tuvo que obedecer, a las peticiones de un hombre que solo quería satisfacerse, después de haber terminado lo hizo de forma excelente para que quede con deseos de volver, ella miró bien su cara y la guardó en su mente decidida a asesinarlo cuando vuelva por viejo verde. Al mismo, días después lo encontraron muerto en una habitación, pero no la culparon porque ella eliminó evidencia. Braulio, se acerca a Cristel para ir juntos a la habitación reservada para los dos, una vez adentro, Braulio le advierte sobre las preguntas que le iba a empezar a hacer para conocerla más todavía, pero que antes que todo él se presentó como una persona interesada en ayudar en lo que necesite, sob
Cuando Cristel despierta mira un techo hermoso con una lámpara grande colgada la cual logra captar su atención, ahí se entera que está bajo techo en un lugar que se llena de curiosidad por conocer, al sentarse, se entera de que está en una inmensa habitación y que está en camisón, ella está llena de sorpresa porque nunca había estado en un lugar tan inmenso que no fuera el burdel.Al bajarse de la cama explora el lugar, todo era grande y hermoso, habian puertas que no lograba abrirlas, sin embargo, las que abria hacia que abriera hasta la boca de lo sorprendida que estuvo, y mientras andaba rodeando el lugar buscaba a Braulio pero no lo vio, cuando logra encontrar la cocina ve en la puerta que da hacia un hermoso jardin con una piscina inmensa en medio, la cual tenia un caminito en ceramica para no pisar la grama, el sol estaba cálido, se sentia rico, y se acosto por los alrededores de la piscina para sentir la rica caricia del sol en su piel.¡Buenos días señorita Montero!Cristel a
“No hay niños”, fue la palabra que más se repitió en su mente, al mismo tiempo sentía un escalofrío que recorría su cuerpo mientras los latidos de su corazón aumentaban más y más hasta que se sintió con poco oxígeno, disimuladamente intentó respirar hondo para poder calmar el ataque de pánico que le dió solo en pocos minutos. -Gracias Jaime. - Dijo después de calmarse. Después de cenar, Jaime le dijo: Señorita, en su habitación hay un clóset sólo tiene un vestido y una ropa para dormir… Pijama. Si, pijama, jejeje, solo no recordaba el nombre. Si desea, puedo mostrarle exactamente el lugar. De acuerdo. Guíame. Jaime la acompaña a su habitación, y después le enseña la puerta, la abre, Cristel abre la boca sorprendida de lo grande que era aquel clóset pero estaba casi vacío. Realmente había un vestido viejo como de los años 60 y una pijama nueva, el olor de aquel clóset era viejo con nuevo, era olor extraño. Después de despedirse, Cristel va a la ducha, mientras se bañaba escucha
Cristel al escuchar la voz del niño decir esas cosas se dijo así misma:“tengo que investigar, lo que está pasando aquí pero tengo que preparar mi venganza”Al día siguiente, Cristel después de vestirse fue a desayunar, y le dijo a Jaime:Quiero volver donde estábamos a la tienda de armas.Jaime asintió, y más tarde, la llevó al centro de la ciudad para ver a Dariel, al entrar Dariel se puso nervioso.Buenos días señorita…Montero.Sí, Montero, estas, estas, muy, muy….¿Linda?Sí, preciosa.Dariel estaba tan nervioso que se le cayeron las cajas que cargaba. Cristel lo miraba fijamente con sus ojos color miel.¡Perdón! Señorita, disculpe, es que, ¡uff! Estoy muy nervioso, desde que la volví a ver, es inevitable ponerme nervioso a tan semejante belleza. Cristel solo sonreía y lo miraba, se tocaba el pelo, en forma de coqueteo, sentía algo muy lindo hacia él, aparte que se sentía muy atraída, era algo que no había sentido nunca por nadie más. Dariel, después de mirarla fijamente sin p