Jaime al ver a Cristel se levantó y se fué a las afueras de la funeraria a fumar un cigarrillo. Mientras lo encendía recordaba cuando se casó con ella, las cosas que le prometía, casa, lujos, hijos.

Se conocieron en un pueblecito en un supermercado, fué amor a primera vista, en la intimidad se entendían, hasta que se comprometieron, trabajaron duro y juntaron dinero para casarse, pero el dinero no fue suficiente para la majestuosa boda que quisieron realizar, por lo tanto, pidieron préstamos altos para hacer una gran boda en su pueblo.

-Jaime, Jaime, ¿Me estás escuchando? - dijo Braulio interrumpiendo sus recuerdos.

-Repita señor Silva por favor.

-Le decia que lamento mucho su perdida, que duele mucho perder a alguien a quien amas, sé lo que es eso recuerda que yo tambien…

-Gracias mi señor- dijo Jaime con voz entrecortada por la tristeza que sentía.

-Era muy querida ella, porque realmente aquí hay mucha gente.

-Sí señor, de hecho a dos cuadras de por aquí, en aquella iglesia fue mi