Aren me había contado que por fin se había reconciliado con sus padres por consejo de Lily, algo que nos puso muy contentos a todos, especialmente a su hermano gemelo. Ahora por fin podrían volver a estar todos juntos para cenas familiares, eventos importantes como Navidad y Año Nuevo, para los cumpleaños y situaciones normales como que vengan a casa de visita.Mientras Kentin y yo continuábamos con los preparativos para la boda, Louis y Nicholas empezaron a mudar sus cosas poco a poco, habíamos limpiado el cuarto de Rose, el cual ahora lo compartirían el rubio y el albino. Se mudarían después de semana santa y compartirían los gastos con todos nosotros. Aunque aún estaba por verse el tema de la convivencia entre mi prometido y, como él mismo lo había llamado, mi polvo.La limpieza no había sido algo sencillo ni fácil de realizar, aunque era muy gracioso ver a los chicos con joggins, limpiando conmigo todo el loft. Ayaka tenía razón al decir que Aren había usado de depósito el anterio
Mientras nos acercábamos a las montañas, Kentin iba sorteando árboles, ramas, arroyos y rocas. El Jeep Commander era un todo terreno, así que podía recorrer esos lugares sin problemas, aunque dentro del vehículo se estaba desarrollando un terremoto grado nueve por como íbamos de salto en salto.Mientras yo me aferraba con fuerza a la manija que estaba sobre la ventanilla, Kentin giraba el volante y hacía cambios de marchas, se lo notaba sumamente concentrado. Por su parte, Aren parecía un niño, porque, con cada golpe y salto que hacía el Jeep, él exclamaba y daba pequeños grititos de sorpresa. Venía desde hace dos kilómetros diciendo «¿Ya llegamos? ¿Ya llegamos?», la paciencia de mi prometido estaba en el límite y la mía también. Lily, que iba sentada al lado de Aren, venía sintiéndose mal desde que entramos en terreno irregular, y por su parte Louis estaba sumamente desorientado.Por detrás de nosotros venían Nicholas en la camioneta Hilux azul que había rentado, en el vehículo iban
No sé qué era más hermoso, si el atardecer coronando de rojo aquellas verdes praderas o Annie con ese bello vestido blanco bañado en dorado por la luz del Sol.Tenía el cabello suelto, ondeando al viento, se lo veía sedoso y nutrido; el astro Rey le sacaba destellos cobrizos y sus ojos verdes contrastaban con el rubor de sus mejillas. Estaba descalza, sentada de costado, extendiendo sus piernas sobre el mantel que habíamos colocado para merendar; se había pintado las uñas de las manos y los pies de color rosado pálido y su piel brillaba como si fuese un diamante.—¿Sucede algo, Louis? —me preguntó. Yo la miré a los ojos y negué con la cabeza mientras sonreía.—Sólo que te ves muy hermosa —dije mientras tomaba su mano. Ni la mejor seda de toda Asia podía compararse con la piel de Annie, ella me regaló una sonrisa.—Este sitio es muy bello —observó y era cierto, esas praderas no cabían en la imaginación, parecían salidas de un cuento de hadas.Yo tomé una fresa y se la acerqué a la boca
Me desperté bastante contracturada. Estaba demasiado malacostumbrada al sommnier tamaño king que compartía con mi novio, esa bolsa de dormir era una tortura china. Me senté y mi cabello se expandió hacia todos lados, con un gruñido intenté acomodarlo; las chicas seguían durmiendo, me fijé en el reloj: Las ocho de la mañana.Estiré mis brazo y, tomé la campera impermeable que Kentin me había regalado antes de que vengamos para acá; gateando me acerqué a mi bolso y busqué mi cepillo de dientes y mi pasta, un espejo y salí de la carpa. Mis tenis estaban afuera, me los coloqué y abrí el cierre de la tienda, estaba haciendo frío. Volví a cerrar la cremallera y me dirigí hacia el rio a lavarme los dientesMe sorprendía que aún los muchachos siguieran durmiendo, Kentin era un entusiasta con asuntos como campamentos o de supervivencia así que el hecho que no esté reproduciendo la diana con su teléfono para despertar a todos era algo nuevo en él. Seguramente el golpe que le había dado ayer le
Cuando llegamos con Louis al campamento Chester casi le da un beso en los labios. Sabía que perder a su mejor amigo era demasiado para él, pero Kentin nos miró y entornó los ojos, como si sospechara que algo había pasado entre nosotros cuando estábamos solos en el bosque. No se me acercó para preguntar pero tampoco me despegó la mirada de encima; así que evité problemas y me senté a jugar a las cartas con las chicas y Aren. Nadie más, a excepción de Louis y yo, y Kentin que sólo podía sospechas y hacer conjeturas, tenía idea de la tensión que empezaba a gestarse en el ambiente.Kentin llegó cargado de leña para preparar el fuego, como había estado a punto de ir a los golpes con Nicholas estaba haciendo todas las cosas él solo y no recibía ayuda de nadie, ni siquiera la mía, dándome a entender que, efectivamente, no confiaba en mí. Dejé que su orgullo estúpido se fuera y me concentré en pasarla bien con mis amigas.—Gané de nuevo —anunció Lily con una sonrisa. Nosotras dejamos nuestras
Los últimos tres días de campamento habían pasado sin demora, jugando al vóley, al fútbol, explorando el bosque y nadando en el río, por suerte el clima había cooperado para ello. Tenía que aceptar que Chester y Allison hacían una linda pareja, se los veía felices y unidos. La rubia usaba un traje de baño de una pieza, su estómago era bastante grande… Algo que no era normal para el tiempo de gestación que, supuestamente, llevaba… aun tratándose de un embarazo gemelar. Sin duda sus hijos tendrían el tamaño de Chester, pobre Allison... Lo que le esperaba.Con los chicos decíamos que esos niños iban a tener un carácter horrible, cosa que sacaba de quicio a los padres y nos daba la razón a nosotros.A razón de la idea de ser padres a los veinte años, Chester y Allison habían decidido tomarse muy en serio la enorme responsabilidad que ello ameritaba: Chester había hablado con sus suegros del embarazo de su hija, provocando la furia y desaprobación, en el señor Andrews, y vergüenza y lágrim
Una vez que llegamos a casa, Fuser me derribó de la emoción. Sólo había estado fuera cuatro días y mi perro ya se comportaba así. Lo que más nos costó del viaje fue desarmar los bolsos y guardar todo en el lavadero, en el armario.El loft estaba igual que siempre, parecía que esos días en los que nos alejamos de todo y de todos hubieran sido en realidad treinta años. Me sentía cansada y con ganas de dormir, pero antes había algo mucho más importante: La voz misteriosa.Aren me hizo pasar al dormitorio que compartía con Ayaka, abrió su computadora y seleccionó los archivos que iba a escuchar; me pasó sus cascos.—Este es el audio original que me pasaste —dijo y lo reprodujo, ahí estaba esa voz de nuevo, luego seleccionó el otro archivo—. Y esta es la voz decodificada.Al escuchar la voz la encontré extrañamente familiar… demasiado familiar. Ese acento tan marcado… lo había escuchado antes pero no podía recordar dónde o en qué momento. Era una mujer y hablaba bastante extraño. Reproduje
Yo me quedé callada y respirando con la boca abierta porque no me pasaba aire por las fosas nasales debido a mi congestión nasal. La mirada de Kentin era una mezcla de desconcierto y asombro, los chicos se habían quedado callados y lentamente se retiraron a sus habitaciones, cosa que agradecí enormemente.—¿No tenemos salón? —pregunté mientras me limpiaba la nariz—. ¿Y ahora? Ya tenemos el DJ, el catering, las luces... Pasado mañana tengo que ir a ver a Rose a que me pruebe el vestido y tú a Leon a ver tu traje.—Lo sé, y seguiremos con todo como si no hubiera pasado nada —aseguró Kentin, levanté las cejas—. Ya encontraremos otro lugar.—¿Como si no hubiese pasado nada? —pregunté, sorprendida por lo que mi prometido me había dicho—. Kentin, no tenemos salón. Por ende no tenemos donde celebrarlo, ¿para qué quieres continuar con todo como si no hubiese pasado nada? No me malinterpretes, me quiero casar contigo, pero esto es un caos...—Algo se nos ocurrirá, linda... —aseguró mi prometid