La mañana llega en un abrir y cerrar de ojos, en toda la noche no pude dormir y todo a causa de la felicidad que sentía.

Me levanto una hora antes para alistarme e ir a la clínica antes de empezar la consulta, quiero pasar por una floristería para encargar un hermoso ramo de rosas y hacerlo llegar a la clínica para que lo reciba Sabrina.

Espero que con este detalle no se vaya a sentir cohibida y vaya a declinar en aceptar ir a cenar, lo pienso por unos minutos, pero finalmente soy yo quien termina por desistir. Si ella me da la oportunidad de cortejarla serán muchos los detalles que le voy a dar, pero el principal de ellos será todos los momentos que pueda compartir con ella.

Me doy una ducha rápida y cuando estoy listo voy hasta la cocina para tomarme una taza de café, el hambre se esfumó y debe ser a causa de los nervios que me invaden.

Al llegar a la clínica saludo a todo el personal que encuentro en el camino. A varios se les hace extraño verme tan feliz, tampoco es que sea un mal