Mauricio

No sé qué más hacer para que ella termine de aceptar la ayuda que le ofrezco. Todo lo hago de buena fe porque no quiero que se estrese con toda esta situación.

Lo que siento por esta mujer es mucho más que admiración, ella se ha metido en mis pensamientos como una droga que no puedo dejar. Con esto no quiero decir que me esté obsesionando con ella, no si me diera cuenta de que ese fuera el caso no dudaría ni un minuto en ir a buscar ayuda profesional.

Nunca me había enamorado o eso pensaba hasta que la conocí, he tenido relaciones con otras mujeres, pero nada serio, solo han sido encuentros de una o dos noches y listo. Ninguna de ellas ha despertado en mí ese sentimiento que Sabrina ha despertado sin ningún esfuerzo.

Lo mejor es que la deje tranquila y no insista en el tema, sé que no va a aceptar mi ayuda si lo propongo de esa manera. Por eso pienso hacerlo de forma anónima.

—Doctor ya llegó su paciente. —informa mi nueva asistente.

Tuve que verme en la obligación de contrat