Miro el reloj en mi muñeca y muevo mis pies al ritmo de la música que suena por los altavoces del metro. Tengo aproximadamente una hora para dar una entrevista de trabajo que me puede salvar de los deudas por un tiempo, si logro conseguir el trabajo, claro; y luego correr de vuelta a mi trabajo actual, orando para que me acepten aunque sé perfectamente que hay mejores candidatas que yo.
Cuando cumplí 18 años, frené mis estudios por el bien de mis hermanos, ya que mi madre no es una figura materna estable. Sus únicos días buenos, son una vez cada 5 meses, así que yo tuve que salir a trabajar para sacar a mis hermanos adelante... Al menos estoy tratando, con lo poco que ganó en cada uno de los tres trabajos que tengo. De las 5 de la mañana hasta las 11 de la mañana, trabajo en una cafetería como ayudante de cocina y camarera cuando se apertura el local. De 12 a 6 de la tarde, trabajo como camarera en un restaurante y de 8 a 2 de la mañana, trabajo en un bar, dónde considero que ganó mejor porque las propinas son buenas. Con esos tres trabajos, puedo pagar los estudios de mis tres hermanos, mantenernos alimentados y vestidos. Sin embargo, si consigo ese empleo ( cuya entrevista me la consiguió un cliente que justamente fue a mis tres lugares de trabajo en un día), puedo descansar más y ganas más, por lo que solo tendría que quedarte con el trabajo en el restaurante para tener algo extra. Hay demasiadas beneficios y realmente quiero conseguirlo. ****** Me quedo fuera del enorme edificio imponente durante demasiados minutos, viendo a las personas perfectamente vestidas y arregladas entrar y salir, viéndose demasiado ocupados y profesionales, lo que por inercia me hace bajar la mirada para detallar mi vestimenta. Tal vez no sea lo más recomendable, Pero definitivamente funciona, claro que sí. Casi no se nota que la compré en una tienda de segunda mano o de tercera. Me lleno de valor y entro al lugar, caminando con una confianza tan fingida que mi espalda me duele por estar tan derecha. Camino hacia la recepcionista y me muestro lo más amigable posible. -Hola, buen día, ¿Cómo está? Mi nombre es Ava Torres, vengo a una entrevista.- la chica aparta la mirada un segundo del monitor y después vuelve a él para comenzar a teclear rápido. Los nervios me consumen y mi pie comienza a dar toques constantes en el suelo, mientras mis ojos se van hacia las esculturas que adornan el lugar. Todo es muy bonito e iluminado. -Debes ir al piso 15, final del pasillo. Toma el ascensor de la izquierda, no de la derecha y procura llegar en 2 minutos, que vas tarde y Jessica odia la impuntualidad.- trago saliva y doy las gracias antes de correr hacia él ascensor. Sé que no voy tarde, calculé todo, incluso mis ataques de pánico y de nervios, por ende, sé que me quedan diez minutos, Pero yo no soy nadie para contradecir a la chica que tiene el horario. Tal vez fue a mí que me dieron la hora mal o la movieron y nadie me dijo nada Mi corazón late con fuerza mientras corro, y el pobre se rompe en pedazos cuando las puertas se cierran. Mis ojos se enfocan en unos ojos grises antes de que se desaparezca. Hago un movimiento de molestia y miro a todos lados, buscando el icono de escaleras, pero justo el ascensor de al lado hace un sonido y mis ojos se enfocan en sus puestos cerradas. ¿Que dijo la recepcionista del ascensor de la derecha? No recuerdo bien. Estaba muy nerviosa, solo sé que debo llegar en menos de dos minutos y ya pasó el primero. Las puertas se abren y un Hombre enorme aparece a un metro de mi, con 3 hombres atrás, todos con un porte tan imponente que son los que dan miedo. Mi pierna tiembla cuando los veo entrar y m****a, no puedo llegar tarde. Necesito este trabajo y esperar otro ascensor es arriesgarme demasiado. Camino hacia el él ascensor y entro, dándoles la espalda y apretando el botón con el gran número 15. -Buen día, ¿Cómo están? - saludo son mirar atrás y mi pie comienza a dar repiqueteos en el suelo. Odio estar en un lugar tan pequeño con 4 hombres que no conozco detrás de mí. Mi cuerpo comienza a sudar de los nervios mientras mi cerebro no deja de repetir una y otra vez que todo esto es necesario para un bien mayor. -Señori..- un hombre habla y se calla de inmediato cuando las puertas del ascensor se cierran. - ¿No sé le informó que ese ascensor es de uso presidencial? - mis ojos se abren como platos cuando recuerdo que la recepcionista me dijo que no tomara el ascensor de la derecha. Cierro mis ojos y aprieto mis manos entre ellas. - No realmente... Soy nueva aquí.- respondo con la boca un poco seca. - ¿Nueva? ¿En qué departamento estás? - preguntan a mis espaldas y la necesidad de voltear es grande, porque una parte de mí cerebro, una que mantengo dormida, completamente desactivada, quieren encenderse por el grosor armonioso de una voz cautivante. -Realmente no soy nueva... Solo espero serlo en la próxima hora.- me sincero y miro los números en la pantalla. ¿Es normal que esto se tarde tanto, Dios mío? - ¿Y tuviste el atrevimiento de tomar un ascensor que no te corresponde, sin siquiera trabajar aquí? - eso suena a demasiado reclamo, lo que solo provoca que mis ganas de hundirme en la tierra y desaparecer de la faz de la existencia, se multiplica. ¿Acaso era tan malo esperar el otro ascensor? ¿O perder el aliento subiendo 15 pisos corriendo? - Podrían llevarte presa por eso.- ok, este señor solo está empeorando las cosas, porque quiero voltear y decirle algunas palabras, Pero como sé que es alguien importante, no lo hago. Solo me trago mis palabras. - Tiempos desesperados, requieren medidas desesperadas... Y como voy tarde a la entrevista, debo agradecer el gran favor que me están haciendo al no llevarme presa por usar un simple ascensor. - tal vez no debí decir simple en ese tono, lo que si puedo decir en mi defensa, es que solo faltan pocos pisos para llegar.- Y por cierto, para ser un ascensor presidencial, es bastante lento.- comento. - ¿Y de paso tienes el atrevimiento de criticar? -No estoy criticando, estoy siendo sincera. -Los jefes no necesitan llegar rápido a ningún lado... En cambio, los que están desesperados por conseguir un trabajo, si lo están.- uff, me dijo justo en el verdad y en la razón de unas palabras que han pegado en todo mi corazón. De verdad necesito este trabajo y claro que estoy desesperada por conseguirlo. -Touche.- respondo y doy una leve inclinación de cabeza hacia atrás, solo notando zapatos caros, pantalones caros y todo caro antes de notar brevemente un atractivo masculino que me seca la boca y me hace voltear de inmediato... No lo detalle, no siquiera está bien decir que mire al dueño de la voz, dónde estaba en el medio de los hombres de apariencia peligrosa e imponente. Lo cierto es que, las puertas se abren y salgo huyendo sin ver atrás, solo doy un sueve gracias y camino con paso apresurado Pero tratando de que no se vea desesperado, hacia donde me dieron. Muchas personas que están sentadas en sus cubículos alzan la mirada sin interés hacia mí, aunque por alguna razón, dan una segunda mirada, la cual se dirige al ascensor y después hacia mí, provocando que de la nada, susurros llenen el lugar, los cuales no soy capaz de escuchar porque estoy demasiado concentrada en la puerta que queda al final del pasillo, la cual tiene mi paz mental y económica detrás de ella. Trago saliva y me quedo un segundo detrás de la puerta antes de tocar suavemente. Yo puedo, yo puedo. Claro que puedo. Todavía mi vida he estado trabajando y mientras estudiaba, me preparé todo lo que dije capaz. Y nunca he dejado de estudiar, porque internet es el más grande profesor y la vida, el más eficiente. Yo soy capaz de hablar tres idiomas... Tal vez no fluido al 100%, pero soy muy buena y sé que eso es una cuestión fuerte cuando se trata de conseguir trabajo en lugares como este. Sin contar que tengo una gramática perfecta y no hay nadie mejor que yo trabajando bajo presión. Literalmente, toda mi vida he trabajado así. Una mujer me dice que pase y lo hago suavemente, con la cabeza en alto y toda la actitud de todas. Ellos me necesitan como yo los necesito a ellos. Bueno, yo los necesito mucho más. ///////// Hola!! cómo están? Ya quiero seguir publicando más de esta historia, porque por primera vez, voy a escribir únicamente romance. Espero que disfruten la lectura y por favor, quiero conocer sus opiniones. Eso sería de mucha ayuda. BesooosUna mujer rubia de ojos oscuros me señala la silla con la mano y yo camino directo, saludando mientras saco mis papeles de mi bolso de lado para colocarlo en la mesa. - Me han hablando muy bien de tí.- habla por primera vez, sin responder mi saludo, solo va directo al grano. -El señor Harrison es un cliente antiguo dónde trabajo.- asiente y toda mi currículum, mirándolo por encima. -Veo que hablas tres idiomas, muy interesante... Teniendo en cuenta que nunca cursaste la universidad.- trago saliva y asiento, tratando de verme seguida y confiada. -No asisto a la universidad por responsabilidades más grandes, sin embargo, nunca he dejado de estudiar y tengo un nivel de compromiso perfectamente comprobable. - ella vuelve a mirar el currículum y asiente lentamente. - Eso puedo ver. Tienes excelentes referencias laborales, y llevas más de tres años trabajando en la misma cafetería... Sin embargo, ¿Qué te hace pensar que eres la indicada para el trabajo? - respiro profundo disimuladame
- Te ves hermosa.- le sonrío a Anna por el espejo.-Gracias, ¿Me veo profesional? - le pregunto y ella asiente.-Claro que sí. Te ves como una princesa... Una princesa inteligente.- me río y le lanzo el beso. Me miro al espejo y suavizo un poco la tela de color Melón. Ayer saliendo de la entrevista de trabajo, fui de nuevo a la tienda de segunda mando y conseguí está conjunto en excelente precio. Tiene unos detalles en la parte baja del pantalón, Pero nada que no se pueda solucionar con una aguja e hilo.- ¿Me vas a desear mucha suerte? - le pregunto y me recojo el cabello, que de igual forma me llega más abajo de los hombros, solo que en una sola cola.- Claro que sí. Desde que te vayas hasta que llegues, voy a estar orando por ti. - le sonrío y camino para darle un beso encima de la frente.-Estaria muy agradecida. Te amo demasiado, pichurra.- le digo en español.- Y por cierto, necesito que te comportes con la señora Parker. No hagas desastre y trata de ordenar todo lo que desórdene
Respiro profundo, porque yo vine aquí a trabajar, solo a eso, no a discutir con nadie, y menos con mi jefe, el cual puede ser fácilmente modelo de una revista porno premium o menos aún, un Chris de Avengers, porque está divino. Lamentablemente, es un idiota y nada más y nada menos que el único que puede ocasionar mi despido. Por ende, les ordeno a todas mis hormonas que le bajen dos a lo que están provocando dentro de mí, porque si no caí en mi adolescencia, no caeré en mi adultez. Yo tengo un objetivo, y los hombres, para mí, son un enorme obstáculo, porque he conocido demasiados y solo pocos pueden llamarse caballeros. Y con solo ver a este par, puedo notar que de caballeros no tienen nada. -Si me disculpan, voy a comer mi jornada laboral.- doy un asentimiento y comienzo a caminar - Yo no te he dicho que puedes empezar a trabajar.- me detengo, respiro profundo nuevamente y me giro lentamente. ¿Cómo es posible sentir odio hacia una persona si lo acabas de conocer? - Quien me
Apenas salgo del trabajo, corro directo al restaurante, debido a que salí como una hora tarde porque desde que llegó el señor Vanetto me tuvo de arriba a abajo por todo el edificio. Tuve que buscar maquetas en el piso 6, subir al último piso, después bajar a darle especificaciones sobre lo que quería el señor realmente, subir nuevamente, llevar papeles de un lado a otro, correr a buscarle comida, agendar reuniones, cancelar ciertas reuniones, tomar llamadas, aunque la mayoría era de mujeres buscando otras cosas. Mi primer día fue realmente movido, y cuando terminé de trabajar en el restaurante, llegué a las 12 de la noche muerta. Caí sobre la cama y no duré ni un segundo más despierta. ****** Un ruido extraño hace que mis ojos se abran de golpe, con el corazón latiendo a millón, temiendo que algo esté pasando. Me enfoco en la habitación y veo a mi hermana menos dormir en su cama. Busco a los mayores y no los encuentro por ningún lado. Siento una presión inmensa en el pecho y me lev
Me quedo afuera de la cuarta tienda que he visitado en la cuadra, ya que los precios de toda la ropa me ha dejado un tanto sorprendida, debido a que siempre he comprado en tiendas de segunda mano y esto es muy diferente, más si estás prendas que tienen varios ceros. ¿En serio un pedazo de tela puede costar tanto? Suspiro y entro, buscando algo sencillo y elegante, lo más económico que pueda encontrar. En el fondo un maniquí llama mi atención y le sonrío a una chica mientras camino hacia él, tocando el blazer beige. Se ve tan cómodo y hermoso que me muerdo el labio, por lo que comienzo a buscar la tarjetilla de precio. - Estás perdiendo el tiempo.- salto con el corazón en la boca y me giro para ver a mi jefe justo detrás de mí. - Usted me envió.... -Si, pero no para que andes deambulando. ¿No viste el horario de la reunión? Ya vamos tarde.- mi boca se abre y comienzo a pedir disculpas, por lo que él entrecierra los ojos y me detiene con la mano. - No parlotees tanto.- busca una de
Pasa una semana entera y yo hago mi trabajo lo mejor que puedo mientras el señor brilla por su ausencia despues del cuarto día de la semana. He tenido que cancelar varias reuniones y aunque he tratado de buscar a mi jefe en todos lados, siempre me dicen lo mismo: es normal que se pierda, debe estar en Italia con un argán de mujeres. A mí realmente me vale que esté con un centenar de mujeres, lo que si me vale es que cada vez que pasó cerca de la señora Colleman me lanza miradas desaprobatorias. Por eso mismo, al pasar los tres días, averigüe la dirección de su humilde casa y fui directo a ella, con mi carpeta llena de papeles que él necesitaba firmar para hoy. Y digo humilde con completo sarcasmo, porque es una casa de 3 pisos, marrón con gris y ventanas blancas, tenía dos árboles a cada lado y tuve que caminar un rato para llegar a la puerta. Me quedo mirando la puerta y noto que hay una rejilla para colocar un código, el cual me dió la señora Colleman cuando le dije que lo venía
Me miro en el espejo y unos ojos llorosos e hinchados me devuelven la mirada. Respiro profundo y comienzo a maquillar todos los morados enormes que me quedaron en el rostro, los cuales duelen horrible y siento que con cada mueca que hago, se me va a desprender una parte de la piel. Sin embargo, eso no es lo peor, sino los hematomas en el resto de mí cuerpo que al menos puedo cubrir con suéter de manda larga y pantalones. Estoy perfectamente cubierta y agradezco que esté en una zona donde siempre hace frío. Suspiro tratando de no recordar todo lo vivido el día de ayer y continúo mi labor por 30 minutos más, hasta que estoy satisfecha con el resultado del maquillaje. Salgo del baño y me tengo que agarrar de la pared, porque el dolor que me recorre el cuerpo me corta hasta la respiración. Respiro profundo y me enderezo, caminando hacia la cocina con una sonrisa. Mis hermanos se giran con miradas preocupadas y yo les sonrío. -Estoy bien, estoy realmente bien .- les miento y miro h
Suspiro ante esas palabras y en ese momento alguien toca la puerta. Yo me alejo un paso con una pequeña mueca en mi rostro. Un segundo después, la puerta se abre y por ella entra un hombre muy bien parecido, con las mismas características que mi jefe, con una única diferencia, es que ese parece rondar sus treinta finales, y mi jefe debe estar en sus veinte finales. El hombre fija sus ojos en mí y como ya estoy acostumbrada, me ve como si fuera una poca cosa. Suspiro. - ¿Dónde está tu asistente? - alzo la mano ante su pregunta, hecha por una voz gruesa, solo que no causa lo mismo que la del señor Visconti. - Esa soy yo, señor. ¿Qué se le ofrece? - me comporto lo mejor que puedo porque desde aquí me huele que este también es un jefe. -Busca dos café sin azúcar y dos tortas de limón.- asiento, pensando en la mala suerte que tengo el día de hoy. Yo que no me quería mover tanto. Doy un paso al frente y la voz de mi jefe me detiene. -No tienes que ir a buscar nada, para eso tienes tu