LeahCreo que lo maté.Se lo merecía por asesinar a papá, por su culpa murió, ¿no?Quiero decir, hay sangre por todas partes, el agua de la bañera se tiñe de rojo, estoy a tiempo de llamar a la ambulancia, ¿verdad? Quizá la bala no dañó ningún órgano importante, aún podría sobrevivir. Con las manos aun temblando dejo caer la pistola y me apresuro a la sala para tomar mi teléfono, de pronto todo a mi alrededor se siente helado, estoy a punto de marcar al 911 y en ese momento llaman a la puerta.Presa del pánico mi mente comienza a situarme en los peores escenarios posibles. Seguro es la policía, ellos saben que fui yo, todos lo sabrán. Al acercarme a la puerta veo algo completamente irreal, Adrián está frente a la puerta ¿Qué no está medio muerto en la bañera?—¿Leah?Tiene que ser una alucinación, parpadeo, incrédula ante lo que veo. Mis piernas flaquean, esto es una pesadilla, yo no quería que nada de esto pasara.—Oye —se apresura a sostenerme antes de caer —¿Qué pasa? ¿Te sientes b
Me quedo en shock durante un par de segundos, de todas las traiciones creo que esta es la peor, no es posible que mirándome a los ojos dijera que me amaba, no es justo.—¿Qué carajo?Él estaba repartiendo besos por todo su cuerpo, a punto de quitarle la ropa interior a Daniela, la muy asquerosa trae lencería roja. Todavía se atrevió a escoger la ropa con la que se acostaría con mi prometido en mis narices. Se quedan helados al verme, ninguno sabe cómo reaccionar.—Puedo explicarlo —se apresura mi amiga a hablar.—Y un carajo —cuando llego hasta ella la abofeteo, por supuesto, no hace nada por defenderse—. Eras mi mejor amiga, ¿así es como me pagas?—Cielo —otro más que recibe una bofetada mía.—Nada de cielo. ¡Nos íbamos a casar, Adrián! ¿Tan poco valgo para ti?—No se trata de eso, en serio que todo tiene una explicación.—Me fuiste infiel antes de nuestra boda ¿Qué otra explicación hay?Harta, tomo la ropa de Daniela y la aviento por la ventana sin importarme lo que ella piense en e
LeahA estas alturas no sé qué es peor, fingir mi matrimonio, deshacerme del cuerpo de mi ex prometido o que la casa apeste a cloro. No sé qué es lo que estoy haciendo, pero ya es tarde para retractarme.Harry se está encargando del cuerpo de su hermano mientras que yo limpio todo el desastre que dejó la bañera, mis manos están llenas de su sangre, sin duda es una imagen que no me sacaré de la cabeza en meses.—¿No crees que son demasiadas bolsas? —le pregunto cuando veo que va por la quinta bolsa de basura.Su hermano ya está cubierto por completo, nadie pensará que es un cuerpo el que está ahí dentro. Él quiere que todo esté en orden, si nos descubren ambos iremos a prisión.—Solo quiero ser precavido, ¿sí? Ahora termina de limpiar y vámonos, no falta mucho para que amanezca.—Cambiaré las sabanas, todo debe estar impecable.—Bien, haz lo que quieras.Entre más rápido terminemos esto mucho mejor. Todo lo que usé para limpiar la casa de Adrián lo guardé en bolsas de basura, tengo que
LeahLa gran mayoría de cosas ya estaban listas, pero hay una extraña sensación en mi pecho. Se supone que esta boda se tendría que llevar a cabo conmigo caminando al altar y con Adrián esperándome.La vida da muchas vueltas.Terminaba de arreglar los últimos detalles de mi vestido de novia. Era un vestido precioso, pero me había ayudado a elegirlo la madre de Adrián.—Hola —toca la puerta que está abierta—. La puerta de tu casa estaba abierta, me tomé el atrevimiento de entrar.—Descuida, Lucas. Pasa.Se quedó sentado al borde de la cama mirando mi vestido, podía sentir lo nervioso que estaba, a este punto debo parecer una loca, murió mi prometido y no me siento tan mal, ¿es eso malo?—Entonces, te casas —rompe el silencio.—Me caso.—Pero no con Adrián.Algo me dice que esta conversación se tornará un poco incómoda, pero mejor ser sinceros, siento que Lucas es la única persona en la que puedo confiar.—Mejor dime, ¿qué es lo que sabes?Lucas tiene el acceso a las cámaras de la recám
LeahTodavía, de manera ingenua, creí que lo que se supone que sería una luna de miel memorable me guiaría a un lugar como Paris, Roma, Italia, qué sé yo, pero no, hemos venido a Steelney, la ciudad del juego, apuestas y sexo sin compromiso.Creí que Harry se había vuelto loco, porque también Steelney es conocida como la ciudad del peligro, aunque da la casualidad que aquí estaremos más protegido, Adrián trabajaba para la MOH, la Mafia organizada de Hover, nuestro bello país, si podemos ser intocables, entonces esta es la ciudad idónea.—Pero por favor, Adrián, dime que tú y tu esposa están bien, no sabes el susto que nos llevamos todos —habla mi suegra preocupada como nunca antes la he escuchado—. Tu padre y yo no hemos logrado conciliar el sueño desde que se fueron.—Ya te dije que estamos bien madre, quisimos salir de todos los problemas e irnos a nuestra luna de miel lo antes posible.Ah, sí, pequeño detalle, llevamos alrededor de veinte minutos en una llamada con mis suegros, por
Leah. —Te quedaste.La expresión tan llena de sorpresa que tiene Harry no se borra, como si en verdad le pareciera tan irreal el verme frente a su puerta. Tomé una decisión y solo espero que haya sido la correcta.—Querías que lo hiciera, ¿no?—¿Te quedaste por mí?Es cierto que he tenido mis diferencias con él, es cierto que hay momentos en donde no nos soportamos y que sigo sin saber cómo actuar ahora que sé lo que en verdad siente, sin embargo, quiero entender qué es lo que siento, habrá que ir despacio con esto.—Me quedé por ambos —rompo el contacto visual cuando cruzo la puerta—. En primer lugar, fui yo quien te arrastró a todo esto y solo quiero que los dos salgamos con vida, pronto tú recuperarás tu vida y yo la mía, ese es el trato.Escucho que cierra la puerta y por alguna extraña razón puedo sentirme más tranquila, Harry ha dejado muy claro este tiempo que puede protegerme, ojalá las cosas puedan seguir así.—Entonces, esposa.—Ahórrate el nombrecito, Harry, tenemos que ma
HarryQuisiera sacarme de la cabeza el momento en el que casi la beso, joder ella no tiene idea cuánto tanto tiempo he deseado esto, cuanto había estado esperando para que se diera cuenta que el idiota de Adrián no la merecía.El día que me enteré que se iba a casar… ese día sentí que la estaba perdiendo para siempre. La vida da muchas vueltas y puede que tenga a sus favoritos, para bien o para mal ahora Adrián está muerto y eso me ha dejado el camino libre.Leah por fin estará con la persona que siempre debió estar: conmigo. La he deseado desde que la conocí, su imprudencia, su risa y personalidad, me tiene a sus pies desde el día en que la vi en esa fiesta bailando sin miedo a que la vieran, si tan solo me hubiera acercado a ella a tiempo, entonces se habría quedado conmigo y no con Adrián.—Harry, esto es un desastre, ¿te das cuenta del problema tan grande en el que te estás metiendo?—El pobre Harry ya se está ahogando en sus problemas, Cameron, no lo presiones —a Key parece hacer
Leah«Harry no es inmortal, podría acabar con él con mucha facilidad, no quieres mancharte las manos de sangre, créeme.»Todavía recuerdo las palabras de Michael, no dudo de las capacidades de Harry, pero ya está metido en todo este problema por mi culpa, lo menos que puedo hacer es ayudar un poco.Miro la herida en mi pierna, a mi querido hermano no le bastó con acorralarme y apuntarme con un arma, sino que también le pareció divertido sacar un cuchillo, intenté liberarme y lo logré, pero en el intento me lastimé.—¡Taxi! —intento que uno se detenga, pero no lo consigo. —¿Y a dónde piensas ir, Leah? —en tan poco tiempo su voz ya no sale de mi cabeza—. Ni siquiera conoces Steelney a la perfección, ¿a dónde irás?—No es asunto tuyo, Michael.Sigo tratando de conseguir un taxi, ¿por qué demonios ninguno se detiene? Siento algo helado sobre mi muñeca y cuando me giro a verlo me encuentro cara a cara con mi hermano.—Te llevaré —se ofrece.—No gracias.—Leah.—Dije que no, Michael.—¿Sie