Leah
Creo que lo maté.
Se lo merecía por asesinar a papá, por su culpa murió, ¿no?
Quiero decir, hay sangre por todas partes, el agua de la bañera se tiñe de rojo, estoy a tiempo de llamar a la ambulancia, ¿verdad? Quizá la bala no dañó ningún órgano importante, aún podría sobrevivir. Con las manos aun temblando dejo caer la pistola y me apresuro a la sala para tomar mi teléfono, de pronto todo a mi alrededor se siente helado, estoy a punto de marcar al 911 y en ese momento llaman a la puerta.
Presa del pánico mi mente comienza a situarme en los peores escenarios posibles. Seguro es la policía, ellos saben que fui yo, todos lo sabrán. Al acercarme a la puerta veo algo completamente irreal, Adrián está frente a la puerta ¿Qué no está medio muerto en la bañera?
—¿Leah?
Tiene que ser una alucinación, parpadeo, incrédula ante lo que veo. Mis piernas flaquean, esto es una pesadilla, yo no quería que nada de esto pasara.
—Oye —se apresura a sostenerme antes de caer —¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? —alterna su mirada entre mis pies y mi rostro —Leah —habla con cautela —¿De quién es la sangre?
Me tomo un par de segundos para intentar tranquilizarme y trato de que mi voz suene firme, ahora tiene más sentido, no es Adrián quien está frente a mí, sino su gemelo, Harry.
—De tu hermano.
Pero como toda buena historia, siempre hay que empezar por el principio, al menos así entenderás por qué hice lo que hice.
HACE 8 HORAS.
—¿Lista? —pregunta Daniela, mi mejor amiga —Solo es probarse un vestido no es la gran cosa, sal ya.
—El vestido de mi boda —le recuerdo mientras termino de acomodarlo —me caso en dos días por si no lo sabías.
—Créeme, sé que te vas a casar —dice con cierta irritación.
—Descuida que te seguiré manteniendo al tanto de mi vida.
Creo que estoy lista.
—Lista —abro la puerta y dejo que me vea —los ajustes son lindos ¿Qué opinas?
—Es más pequeño ¿no?
—Lo que importa es que luce bien.
—Te ves linda —se encoge de hombros.
—Daniela, has dicho lo mismo todas las veces que te he mostrado el vestido.
—Porque el vestido sigue siendo el mismo. ¿Qué pretendes con esto? ¿Ser el centro de atención?
—¿El día de mi boda? Por supuesto que quiero ser el centro de atención.
Su actitud últimamente me confunde.
—¿No se supone que deberías estar feliz por mí? ¿Qué diablos pasa contigo? Eres mi amiga.
—En realidad hay algo importante que tengo que decirte.
Me siento a su lado preocupada. Luce cansada.
—Yo —traga saliva y se niega a verme.
—Hey, sea lo que sea estaré contigo.
—No te va a gustar, Leah.
—Soy toda oídos.
—No podré asistir a la boda.
—¿Por qué?
—Me mudo en realidad, hay una oferta de trabajo que me hicieron hace tiempo y la acepté, iré a Noruega. Me voy mañana.
—¿En serio no puedes atrasar tu salida? Es mi boda y eres mi mejor amiga.
—Haré más daño si me quedo.
—¿De qué hablas?
—En algún momento te daré los detalles ¿De acuerdo? ¿Qué te parece si vamos de compras una última vez?
Asiento no muy convencida, regreso para quitarme el vestido y solo pienso en una cosa, ella no sabe cuándo volverá, y yo no tengo idea si en verdad regresará ¿A qué se refería con hacer daño? Algo le está pasando y lleva varias semanas así, debe haber algo más.
Necesito aligerar el ambiente.
—Tengo una reunión de trabajo importante para aclarar un par de cosas.
—La industria de la moda —comenta divertida —sin ti liderando todo seguro que habrían quebrado hace tiempo.
Me gustaba pensar que era cierto, por muy egoísta que sonara, quiero decir he trabajo duro durante mi vida para poder posicionarme como la dueña de la empresa, muchas veces recibí criticas ¿Qué lograrás con la moda? ¿En serio todo lo que haces es vender ropa? ¿Pasarelas? ¿Qué es eso? Es lo que me decían a menudo, me gustaría explicarles que es algo mucho más complejo, pero sus limitadas mentes no lo comprenderían.
La moda es arte, es un sinfín de posibilidades a nuestro alcance, habla sobre lo que somos y quienes queremos ser.
—Menos mal que llegué para liderar.
—Lamento que hayas tenido que perder a tu padre para que eso pasara.
Ah, la muerte de papá, otro tema complejo, prefiero no pensar en ello justo ahora, desde que murió mamá asumió la responsabilidad de su empresa dejándome al fin, tener libertad en mi empresa.
—Sí, todos lamentaron su perdida.
Mientras seguimos buscando ropa, encuentro a Dani en el área de lencería.
—Vaya ¿Piensas verte con alguien para decirle adiós? —la golpeo ligeramente con el codo.
—Leah —guarda la prenda como si fuera un delito que la viera —creí que seguirías buscando vestidos.
—Tengo los suficientes.
—Ah, sí, la prenda, no, no es para nada en especial, solo estaba viendo.
—Bien, ya tengo que irme, iré a pagar —comienzo a alejarme y me detiene del brazo —¿Ya me extrañas? Todavía no me voy.
—Quiero que sepas que eres mi mejor amiga ¿Sí? Siempre lo has sido, llegaste a mi vida cuando más lo necesitaba.
—Daniela, no quiero que te pongas sentimental en este momento, ya llegará nuestra despedida mañana.
—Lo siento —agacha la cabeza.
—No te disculpes, cuídate ¿Sí? Y si escogerás lencería, te recomiendo el rojo, los vuelve locos.
Había quedado de verme con Adrián, no importa si tenemos que posponer esta cena, tendremos toda la vida para estar juntos.
Llamada entrante: Adrián.
—Amor, justo estaba pensando en ti.
—Hola, cielo ¿Dónde estás?
—Manejando de camino a la empresa, siento tanto que nuestra cena deba cancelarse, pero el deber llama.
—No te preocupes mi vida, tendremos tiempo de sobra para estar juntos ¿Entonces no vendrás a casa?
—Me temo que no —veo el puente, estoy cerca de la empresa —¿Dónde estás tú ahora?
—Tu madre quiere que arregle un par de cosas antes de la boda, ya sabes debo dejar todo en orden o si no me matará, con eso de que es la nueva dueña se ha puesto mandona.
—Me imagino. Oye, no había tenido tiempo de decírtelo, pero Daniela se muda, ya que no estarás en casa imagino que tampoco podrá despedirse de ti, si tienes tiempo podemos llevarla mañana temprano al aeropuerto.
—Claro, amor. También tengo noticias, ahora que las cosas están mejor con mis padres me pidieron que invitara a Harry, el muy maldito dijo que no podía venir, ni siquiera le importó que se tratara de mi boda.
Harry, fueron contadas las veces que estuve con él, la verdad es que es un hombre insoportable, se cree la gran cosa por ser un importante empresario, es un engreído, que además alega que me odia cuando yo no he metido con él, me alegra no tener que verlo. parece que todo ser viviente le molesta.
—Es una pena, amor, seguro que ya habrá otra ocasión para que puedan verse.
—Sí, quizá, tengo que dejarte, cielo, me llama tu madre.
—Sí, hasta mañana.
Al llegar al edificio me apresuré a entrar, Lucas me acompañó con una sonrisa, de todos mis trabajadores, Lucas era el único en el que confiaba.
Trabaja en seguridad, siempre dije que era algo así como mi hacker personal, no sé si en realidad es muy inteligente o es que yo desconozco por completo el tema, pero siempre me ha sorprendido su conocimiento.
La reunión empieza y terminamos de presentar los planes.
—Karen —me dirijo a mi asistente —¿Tenemos libre la próxima semana?
—Estará en su luna de miel.
—La luna de miel —repito, pensativa —bien. Sharon encárgate de hablar con los inversionistas.
—Por supuesto, jefa.
—Creo que son todos los temas que deben ser tratados el día de hoy, estamos despedidos, buen trabajo, equipo.
Recojo mis cosas y los papeles mientras saco mi celular para llamarlo, quizá sí tenga oportunidad de estar con mi prometido.
—Leah ¿Tienes un momento? —bloquea el paso quedándose en la puerta.
—La verdad es que sí, pero estoy cansada ¿Esto es de vida o muerte?
—Yo diría que peor.
Eso llama mi atención.
—Supongo que no tendré mi cena con Adrián.
—Me temo que de eso tenemos que hablar.
—Bien, Lucas, tienes toda mi atención.
Cierro la puerta y tomamos asiento, podré estar al pendiente si alguien llega a interrumpirnos, las sala de reuniones es de cristal. Lucas saca su laptop y la deja frente a mí, hay una ventana abierta, pero la pantalla es negra, no hay nada aquí.
—Necesito que me digas si quieres las noticias malas o las muy, muy malas.
—Las malas.
Con un solo click la imagen aparece en la pantalla, al principio creo que no es nada del otro mundo, simplemente es Adrián revisando algo en su portafolio.
—Es mi novio.
—Sí ¿Recuerdas que se quedó una semana contigo?
—Sí, debió ser hace poco porque recién te pedí que instalaras las cámaras de seguridad en casa.
—Bueno, deberías escuchar lo que tiene que decir —me pasa unos audífonos y lo escucho con claridad.
Alguien toca a la puerta, Adrián le abre y regresan al comedor, son dos hombres vistiendo de traje, lo que uno saca del bolsillo me deja helada, es un arma.
—Misión cumplida, jefe.
¿Jefe?
—¿Supuso algún problema?
—No —responde el otro —cooperó y después lo asesinamos como pidió.
—Bien hecho, debo impresionar al jefe, alguien tan distinguido como Nick Lancaster me puede llevar a ser parte de la asamblea, debo entrar a cualquier costo ¿Sigue sin haber sospechas del padre de Leah?
—No hay sospechas, señor, todos siguen creyendo que fue un accidente de auto.
Creo que mi corazón se ha detenido en este momento, mi visión comienza a ser borrosa por las lágrimas que amenazan con salir.
—El patético señor Molina, creí que deshaciéndome de él tendría el camino libre, pero ahora es su esposa la que está al mando de la empresa.
—¿Quiere que acabemos con ella, señor?
—No —guarda el arma en el maletín —espera mis indicaciones, su paga ya fue enviada, gracias por los servicios prestados, caballeros.
—Permiso.
Observo como sube y lo deja en la habitación, me quito los audífonos sin poder creerlo.
—¿Qué es esto?
—Mis cámaras detectan actividad peligrosa, reconocen si hay un arma, explosivos o cualquier cosa similar, me había llegado una notificación, pero olvidé desactivarlas ya que, bueno, es tu casa, cuando vi el arma tuve que analizar la escena completa.
—Lo han llamado señor ¿Trabajan para él?
—Eso parece.
Por primera vez, siento que en realidad no sé nada de Adrián, ni siquiera puedo procesar que haya asesinado a mi padre, estuvo ahí conmigo, me acompañó al funeral, dio palabras ese día ¿Y todo este tiempo él fue el responsable?
—¿Quién es en realidad?
—Trabaja para…
—¡¿Para qué?!
—La mafia.
—No es posible.
—Eso no es todo.
—¿Quieres decir que hay más? —no me lo creo, en serio, no sé con qué clase de hombre pretendía casarme.
—Mejor velo tú misma, esto ocurrió ayer en la noche que no estuviste en tu casa.
La primera imagen basta para que el estómago se me revuelva, Adrián está besando a Daniela y no solo eso, están desnudos en mi cama.
Sea lo que sea que esté sintiendo justo ahora se está intensificando.
Sí, me estaba siendo infiel, por eso la hipócrita de Daniela no irá a la boda. Apago el portátil y me levanto molesta tomando mi bolsa.
—Espera ¿Qué quieres que haga?
—Ve a mi casa y quema mis sabanas.
Yo me dirijo al coche, conduciendo tensa al volante, voy directo a su casa, esta vez me va escuchar, a la velocidad con la que he conducido me sorprende no haber chocado, no tardo demasiado y por suerte, tengo la llave de su casa.
Entro furiosa porque ambos me vieron la cara y esto solo se pone peor cuando abro la puerta.
Me quedo en shock durante un par de segundos, de todas las traiciones creo que esta es la peor, no es posible que mirándome a los ojos dijera que me amaba, no es justo.—¿Qué carajo?Él estaba repartiendo besos por todo su cuerpo, a punto de quitarle la ropa interior a Daniela, la muy asquerosa trae lencería roja. Todavía se atrevió a escoger la ropa con la que se acostaría con mi prometido en mis narices. Se quedan helados al verme, ninguno sabe cómo reaccionar.—Puedo explicarlo —se apresura mi amiga a hablar.—Y un carajo —cuando llego hasta ella la abofeteo, por supuesto, no hace nada por defenderse—. Eras mi mejor amiga, ¿así es como me pagas?—Cielo —otro más que recibe una bofetada mía.—Nada de cielo. ¡Nos íbamos a casar, Adrián! ¿Tan poco valgo para ti?—No se trata de eso, en serio que todo tiene una explicación.—Me fuiste infiel antes de nuestra boda ¿Qué otra explicación hay?Harta, tomo la ropa de Daniela y la aviento por la ventana sin importarme lo que ella piense en e
LeahA estas alturas no sé qué es peor, fingir mi matrimonio, deshacerme del cuerpo de mi ex prometido o que la casa apeste a cloro. No sé qué es lo que estoy haciendo, pero ya es tarde para retractarme.Harry se está encargando del cuerpo de su hermano mientras que yo limpio todo el desastre que dejó la bañera, mis manos están llenas de su sangre, sin duda es una imagen que no me sacaré de la cabeza en meses.—¿No crees que son demasiadas bolsas? —le pregunto cuando veo que va por la quinta bolsa de basura.Su hermano ya está cubierto por completo, nadie pensará que es un cuerpo el que está ahí dentro. Él quiere que todo esté en orden, si nos descubren ambos iremos a prisión.—Solo quiero ser precavido, ¿sí? Ahora termina de limpiar y vámonos, no falta mucho para que amanezca.—Cambiaré las sabanas, todo debe estar impecable.—Bien, haz lo que quieras.Entre más rápido terminemos esto mucho mejor. Todo lo que usé para limpiar la casa de Adrián lo guardé en bolsas de basura, tengo que
LeahLa gran mayoría de cosas ya estaban listas, pero hay una extraña sensación en mi pecho. Se supone que esta boda se tendría que llevar a cabo conmigo caminando al altar y con Adrián esperándome.La vida da muchas vueltas.Terminaba de arreglar los últimos detalles de mi vestido de novia. Era un vestido precioso, pero me había ayudado a elegirlo la madre de Adrián.—Hola —toca la puerta que está abierta—. La puerta de tu casa estaba abierta, me tomé el atrevimiento de entrar.—Descuida, Lucas. Pasa.Se quedó sentado al borde de la cama mirando mi vestido, podía sentir lo nervioso que estaba, a este punto debo parecer una loca, murió mi prometido y no me siento tan mal, ¿es eso malo?—Entonces, te casas —rompe el silencio.—Me caso.—Pero no con Adrián.Algo me dice que esta conversación se tornará un poco incómoda, pero mejor ser sinceros, siento que Lucas es la única persona en la que puedo confiar.—Mejor dime, ¿qué es lo que sabes?Lucas tiene el acceso a las cámaras de la recám
LeahTodavía, de manera ingenua, creí que lo que se supone que sería una luna de miel memorable me guiaría a un lugar como Paris, Roma, Italia, qué sé yo, pero no, hemos venido a Steelney, la ciudad del juego, apuestas y sexo sin compromiso.Creí que Harry se había vuelto loco, porque también Steelney es conocida como la ciudad del peligro, aunque da la casualidad que aquí estaremos más protegido, Adrián trabajaba para la MOH, la Mafia organizada de Hover, nuestro bello país, si podemos ser intocables, entonces esta es la ciudad idónea.—Pero por favor, Adrián, dime que tú y tu esposa están bien, no sabes el susto que nos llevamos todos —habla mi suegra preocupada como nunca antes la he escuchado—. Tu padre y yo no hemos logrado conciliar el sueño desde que se fueron.—Ya te dije que estamos bien madre, quisimos salir de todos los problemas e irnos a nuestra luna de miel lo antes posible.Ah, sí, pequeño detalle, llevamos alrededor de veinte minutos en una llamada con mis suegros, por
Leah. —Te quedaste.La expresión tan llena de sorpresa que tiene Harry no se borra, como si en verdad le pareciera tan irreal el verme frente a su puerta. Tomé una decisión y solo espero que haya sido la correcta.—Querías que lo hiciera, ¿no?—¿Te quedaste por mí?Es cierto que he tenido mis diferencias con él, es cierto que hay momentos en donde no nos soportamos y que sigo sin saber cómo actuar ahora que sé lo que en verdad siente, sin embargo, quiero entender qué es lo que siento, habrá que ir despacio con esto.—Me quedé por ambos —rompo el contacto visual cuando cruzo la puerta—. En primer lugar, fui yo quien te arrastró a todo esto y solo quiero que los dos salgamos con vida, pronto tú recuperarás tu vida y yo la mía, ese es el trato.Escucho que cierra la puerta y por alguna extraña razón puedo sentirme más tranquila, Harry ha dejado muy claro este tiempo que puede protegerme, ojalá las cosas puedan seguir así.—Entonces, esposa.—Ahórrate el nombrecito, Harry, tenemos que ma
HarryQuisiera sacarme de la cabeza el momento en el que casi la beso, joder ella no tiene idea cuánto tanto tiempo he deseado esto, cuanto había estado esperando para que se diera cuenta que el idiota de Adrián no la merecía.El día que me enteré que se iba a casar… ese día sentí que la estaba perdiendo para siempre. La vida da muchas vueltas y puede que tenga a sus favoritos, para bien o para mal ahora Adrián está muerto y eso me ha dejado el camino libre.Leah por fin estará con la persona que siempre debió estar: conmigo. La he deseado desde que la conocí, su imprudencia, su risa y personalidad, me tiene a sus pies desde el día en que la vi en esa fiesta bailando sin miedo a que la vieran, si tan solo me hubiera acercado a ella a tiempo, entonces se habría quedado conmigo y no con Adrián.—Harry, esto es un desastre, ¿te das cuenta del problema tan grande en el que te estás metiendo?—El pobre Harry ya se está ahogando en sus problemas, Cameron, no lo presiones —a Key parece hacer
Leah«Harry no es inmortal, podría acabar con él con mucha facilidad, no quieres mancharte las manos de sangre, créeme.»Todavía recuerdo las palabras de Michael, no dudo de las capacidades de Harry, pero ya está metido en todo este problema por mi culpa, lo menos que puedo hacer es ayudar un poco.Miro la herida en mi pierna, a mi querido hermano no le bastó con acorralarme y apuntarme con un arma, sino que también le pareció divertido sacar un cuchillo, intenté liberarme y lo logré, pero en el intento me lastimé.—¡Taxi! —intento que uno se detenga, pero no lo consigo. —¿Y a dónde piensas ir, Leah? —en tan poco tiempo su voz ya no sale de mi cabeza—. Ni siquiera conoces Steelney a la perfección, ¿a dónde irás?—No es asunto tuyo, Michael.Sigo tratando de conseguir un taxi, ¿por qué demonios ninguno se detiene? Siento algo helado sobre mi muñeca y cuando me giro a verlo me encuentro cara a cara con mi hermano.—Te llevaré —se ofrece.—No gracias.—Leah.—Dije que no, Michael.—¿Sie
LeahCreo que no estoy entendiendo nada. Harry dijo que iríamos por esa persona misteriosa que nos ayudaría, pero aún no sé de quién se trata.—¿Podrías al menos ayudarme? —le digo, frustrada—. No sé qué es lo que tengo que hacer, y pareces muy tranquilo, aunque saben que podrían descubrirnos en cualquier momento.—Leah, como sigas hablando me volverás loco, lo juro.—¡Estoy preocupada, Harry!—Yo también, pero nunca hemos cambiado las cosas por estar preocupados, ¿o sí?—¿Quién nos ayudará?Como si incluso el chofer se hubiera hartado de escucharme, detiene el auto y una de las puertas se abre permitiéndole a mi amigo entrar.—¿Lucas? ¡¿Harry, metiste a Lucas en esto?!—Es la única persona de confianza que tenemos ahora, ¿okey? Era esto o morir.—Hola —habla con tranquilidad.—¡¿Por qué rayos estás tan calmado?! ¡Lucas vamos con la mafia!—Leah —sujeta mi hombro—. Tienes que tranquilizarte o nos pondrás más nerviosos de lo que ya estamos, sé en qué clase de problema me estoy metiendo