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3 | Tengo que deshacerme de un cadáver

Leah

A estas alturas no sé qué es peor, fingir mi matrimonio, deshacerme del cuerpo de mi ex prometido o que la casa apeste a cloro. No sé qué es lo que estoy haciendo, pero ya es tarde para retractarme.

Harry se está encargando del cuerpo de su hermano mientras que yo limpio todo el desastre que dejó la bañera, mis manos están llenas de su sangre, sin duda es una imagen que no me sacaré de la cabeza en meses.

—¿No crees que son demasiadas bolsas? —le pregunto cuando veo que va por la quinta bolsa de basura.

Su hermano ya está cubierto por completo, nadie pensará que es un cuerpo el que está ahí dentro. Él quiere que todo esté en orden, si nos descubren ambos iremos a prisión.

—Solo quiero ser precavido, ¿sí? Ahora termina de limpiar y vámonos, no falta mucho para que amanezca.

—Cambiaré las sabanas, todo debe estar impecable.

—Bien, haz lo que quieras.

Entre más rápido terminemos esto mucho mejor. Todo lo que usé para limpiar la casa de Adrián lo guardé en bolsas de basura, tengo que deshacerme de esto, con las manos temblando recojo todo y Harry me mira con cierta preocupación, toma el cuerpo y bajamos para salir de la casa.

Se siente como si en cualquier momento la policía fuese a aparecer, quizás eso sería lo más fácil, así al menos no tendría que vivir con este miedo y preocupación constante.

—¿Tienes las llaves de su auto?

—Creí que iríamos en el tuyo —menciono.

—Leah, se supone que yo soy Adrián, tengo que usar mi auto, ¿no te parece?

—Sí, es cierto, lo lamento.

Me acerco para tomar las llaves del auto y me siento tan estúpida por estar haciendo esto. Si olvidé un detalle tan pequeño como ese, ¿cómo se supone que fingiré que Harry es ahora Adrián?

Harry deja el cuerpo en la cajuela, lo avienta con tal desdén que parece que es algo que siempre hace, no entiendo cómo es que está tan tranquilo sabiendo que el cuerpo sin vida del maletero es de su hermano, ¿por qué actúa tan indiferente?

—¿A dónde vamos?

—A deshacernos del cuerpo.

—Eso es obvio, Harry. ¿Qué le harás?

—Lo tiraremos en el río.

—¡¿Qué?!

No hay ninguna sonrisa maliciosa, no se ríe, lo dice en serio, quiere tirar el cuerpo el agua, pero es que ha perdido la cabeza.

—¿Estás loco? Alguien podría encontrarlo y entonces la investigación empezará, tienes que pensar en algo mejor.

—Estoy abierto a recibir sugerencias, Leah ¿Cómo quieres deshacerte del cuerpo de mi hermano?

Si lo dice de esa manera suena como que soy la peor persona del mundo. Solo cometí un error, pero esto será algo que me persiga el resto de mi vida.

Él sigue conduciendo en medio de la nada, no hablamos en un buen rato y lo agradezco, no imagino qué tema de conversación podríamos tener justo ahora, ya bastante ha hecho con ayudarme en esto. Es un delito.

Aún después de lo que le hizo a mi familia es una lástima que la vida de Adrián haya terminado de esta manera.

—Tenemos que cubrir nuestras huellas, Harry.

—Dejaré que te encargues de eso, preciosa, yo estoy manejando.

—No me llames así.

—Oh, lo siento, ¿te gustaría que te dijera «mi amor»? Digo, pronto nos casaremos, ¿verdad?

En estas pocas horas he descubierto que a Harry le encanta molestarme. Debería estar preocupada por la actitud tan tranquila que mantiene, pero no es algo en lo que quiera pensar justo ahora. Saco mi teléfono de mi bolsa y le marco a Lucas esperando que responda, es la única persona en quien puedo confiar ahora.

—¿Leah?

Nunca creí que podría sentirme tan aliviada tan solo de escuchar su voz, será mi salvación.

—Lucas, necesito tu ayuda, ¿tienes acceso a las cámaras del departamento de Adrián?

—Sí, todavía, ¿por qué?

—Tengo que deshacerme de un cadáver y no quiero que nadie sepa lo que pasa.

Del otro lado se escucha que se está riendo, pero poco a poco deja de reír, se crea un silencio bastante incómodo que él decide terminar.

—Espera, ¿lo dices en serio?

—Es una larga historia y ya habrá tiempo de que te la cuente, pero necesito que borres todos los vídeos del día de hoy en la casa de Adrián.

—¿Quién murió, Leah?

—Mi prometido —suspiro, cansada—. Por favor no hagas preguntas ahora, solo haz lo que te pido, Lucas.

—De acuerdo, llámame si necesitas algo más.

Es evidente su preocupación, su tono de voz me lo dice. Termino la llamada y Harry me mira de reojo, no digo nada, aunque se relaja más, sabe que no le contaría esto a cualquier persona. Puedo confiar en Lucas, él no dirá nada.

Todavía hay muchas cosas en las que pensar, como que por ejemplo, Adrián dijo que mi padre no era tan bueno como yo creí, parece que todo este tiempo he vivido en una mentira, ahora más que nunca necesito respuestas.

Siento que el viaje a durado una eternidad y cuando por fin se detiene el auto sé que viene la parte complicada, nos aseguramos que no haya nadie más a nuestro alrededor y Harry abre la cajuela, podemos ver un gran bulto cubierto por bolsas de basura, ambos suspiramos.

—Es hora.

Antes de que pueda sacar el cuerpo dos autos aparecen detrás de nosotros lo que nos obliga a cerrar la cajuela de inmediato, son hombres armados, por instinto Harry sujeta mi mano y me pone detrás de él.

—No hablas si no te lo pido, ¿de acuerdo?

—Harry no tienes que…

—Leah, obedece.

No digo nada porque los hombres ya están frente a nosotros, yo estoy muriendo de miedo por dentro, pero el chico frente a mí luce tranquilo, podría decir que incluso se muestra indiferente con la situación.

Aquellos hombres armados muestran una expresión más relajada cuando se encuentran con Harry.

—Señor Lennox, lamentamos tomarlo por sorpresa, fuimos notificados de que estaba tomando una ruta diferente a la establecida el día de hoy, queríamos estar seguros de que todo estuviera en orden —menciona uno de los hombres.

Ellos trabajaban para Adrián.

—Qué bueno que están aquí porque necesito que hagan algo por mí.

—Cualquier cosa, señor.

—Mi prometida y yo tenemos muchas cosas que planificar —los hombres miran nuestras manos entrelazadas—. Quiero que se deshagan del cuerpo que hay en la cajuela y mucho cuidado con ver de quién se trata.

—Solo seguimos ordenes, señor Adrián.

—Háganlo —ordena—. Saquen en el cuerpo y no dejen evidencias, ¿quedó claro? —ambos asienten con la cabeza—. De ahora en adelante mi futura esposa me acompañará en todos los asuntos que tenga que resolver.

—Bienvenida a la mafia entonces, señorita Phillips.

—Gracias, hagan lo que se les pidió.

Los hombres abren la cajuela y sacan el cuerpo de su verdadero jefe, lo meten en otro auto y después de decirnos que si necesitamos algo solo debemos llamarlo, se marchan. Siento que puedo volver a respirar cuando ya no veo ninguno de sus autos.

Me pregunto si en verdad no revisarán el cuerpo, porque si notan que es de Adrián estaremos en graves problemas.

—¿Crees que revisen el cuerpo?

—No lo creo, saben obedecer las órdenes. Si llegan a hacerlo lo sabremos.

—¿Cómo lo sabremos?

—Porque querrán matarnos.

No es un panorama muy alentador. No digo nada y subimos de nuevo al auto para regresar a casa. Lucas constantemente me actualiza sobre lo que está haciendo, ya borró las evidencias, se encargó del auto de Harry y está resolviendo lo de la boda, prepara un informe detallado para que Harry lo lea, ahora tiene que actuar como Adrián si quiere seguir con vida.

Al llegar de nuevo a la casa subimos a la habitación como si nada malo hubiera pasado hace tan solo un par de horas. Lo sigo inconscientemente y se sienta al borde la cama para quitarse los zapatos.

—Será mejor que vuela a casa.

Siento como su mano caliente contrasta con mi piel fría, me detiene antes de salir.

—Sé que no quieres estar aquí, pero tendrás que acostumbrarte, nos casaremos.

—Es temporal —aclaro—. Después te pediré el divorcio y podrás continuar con tu vida sin mí, podrás seguir acostándote con cuantas chicas quieras.

—¿Crees que soy un hombre que se acuesta con la primera mujer que ve?

—Tu hermano era así.

—Yo no soy Adrián. Sé que la idea no te agrada, sé que no me soportas, pero hasta que no firmes el divorcio entonces tendrás que quedarte conmigo, ya después me podré liberar de ti.

—Lamento ser una carga —digo con falsa tristeza.

—No tienes idea en el problema en el que nos has metido, Leah. Más te vale que salgamos con vida de esto.

Esas últimas palabras retumban en mi cabeza, después de unos minutos me indica que tengo que acostumbrarme a esta «nueva vida», es por eso que tengo que dormir con él, aunque estamos en la misma cama tratamos de mantener tanta distancia entre nosotros como nos sea posible.

Tenemos que dormir, ambos estamos agotados.

—Harry.

—¿Hum?

—Es un nuevo día, Lucas te enviará la información sobre la boda.

—Ah, sí. Me olvidaba que también tengo que fingir ser tu esposo, que tortura.

No quiero decir nada más, me quedo callada mirando el techo pensando en qué es lo que haré, no sé si pueda lidiar con todo esto, además, ¿seré parte de la mafia ahora? Maldito seas, Adrián, nada de esto estaría pasando si tan solo hubieras sido sincero desde el principio.

Pasan varios minutos que llego a pensar que Harry ya está dormido, hasta que vuelve a hablar, lo hace casi como un susurro, me eriza la piel su voz ronca.

—¿Leah?

—Dime.

—¿Firmarás el divorcio?

—¿Crees que quiero estar atada a ti de por vida, Harry? Por supuesto que firmaré el divorcio, solo quiero que fingir nuestro matrimonio un par de meses y después no volveremos a saber del otro, ¿hecho?

—Quién sabe, podrías enamorarte de mí —bromea.

—Eso nunca pasará.

—O tal vez yo podría enamorarme de ti.

—Que gracioso. 

Sé que no está pensando con claridad lo que dice, él y yo nunca funcionaríamos, son tan diferentes y, además, nos odiamos, ninguna relación que se base en el odio funcionará. Es mejor así, cada quien por su lado.

Más tarde tendré qué pensar en qué haré en la boda, todo debe salir tal cual se había planeado, de lo contrario todos sabrán que mentimos, espero poder lidiar con esto.

Mis padres no estarían orgullosos de lo que estoy haciendo, pero no tenía otra opción.

—Mañana compraré un traje para la boda, soy un Lennox debo verme elegante.

—Sé que agradecerte no es suficiente, pero gracias por hacer esto.

—Ya encontrarás la manera de compensarme, dama de la mafia.

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