Stella regresa a su habitación con sus bolsas de compras y se prepara para la fiesta.
Mientras lo hace, no es capaz de olvidar la sensación del cuerpo duro de James contra la suavidad de sus propios muslos mientras se balanceaba una y otra vez sobre él.Deja que la fantasía la recorra mientras se viste y maquilla, pensando en lo que podría haber sucedido si no se hubiese detenido.James está esperando junto a la escalera cuando ella llega completamente lista. Sus ojos se abren de par en par al ver el vestido rojo con escote enorme en su pecho.—Stella estás…—¿Es demasiado? —lo interrumpe ella preocupada— lo sabía, se lo dije a Gaby, yo…—Stell, para, respira —le dice mientras le extiende una mano para tomar la de ella— Estás perfecta, preciosa diría yo —la sonrisa de ella de extiende por su rostro— Y ese escote… —un brillo cobra vida en los ojos de ambos al notar el flirteo— Estás más que perfecta, estás maravillosa. —dice, y, sin más, se dirigen a la fiestCon toda la seguridad del mundo, Stella se gira hacia Richard y, encarándolo, le dice:—Creo que la gente verá a alguien dispuesto a superar cualquier obstáculo para liderar esta empresa, eso es algo de admirar, no algo que de vergüenza, además ¿cuál sería la alternativa? ¿Que usted dé el discurso?—Bueno, vine preparado para ello, así que… —le responde él resignado finalmente a dirigirle la palabra a Stella como se debe.—¿Por qué mejor no se cuelga un cartel de su cuello que diga: “Estoy desesperado por atención”? —lo confronta ella— O tal vez podría pedirle a su hijo que dé el discurso, eso saldría bien. Subiría, vería a la multitud y luego se orinaría encima de sus pantalones ¿O acaso no recuerda su exposición en décimo grado? Había un charco de orine en el suelo.Richard se ve mortificado y James intenta ocultar su sonrisa, pero no lo logra.—Otra opción —continúa hablando ella— podría dejar que lo hiciera la nueva novia de su hijo, pero entonces tendría que pedirles a todos los
—¡Madre! —la regaña James en un tono bastante severo.Los ojos de Stella se abren de par en par al escuchar la petición de su ahora suegra. Continuaba casada con James y su familia le había pagado el dinero que habían acordado.Haya funcionado o no el tratamiento de su padre, el contrato seguía vigente y darles un heredero, era la parte que le tocaba a Stella. Tarde o temprano, tendría que cumplir, aunque James y ella no habían hablado sobre ello ni una sola vez.—¿Qué? Preguntaste y yo respondí —explica Bárbara— No seas tan dramático ¿Acaso querer un nieto es mucho pedir? Ahora que estás fuera del coma, debemos acelerar las cosas, así que ¿cuándo vamos a tener buenas noticias? —la vista de la mujer se clava en Stella esperando una respuesta.Algo le decía a la chica que esa era la manera más sutil que su suegra había encontrado para recordarle su parte del trato, para recordarle que todavía estaba en deuda con ella y que no lo había olvidado.—Pronto —le responde ella al ver que Jame
James abre su boca, la cierra y la vuelve a abrir. No sabe qué decir, qué responderle a Stella porque no tiene idea si se trata de uno de sus juegos conjuntos o si en realidad se está ofreciendo seriamente.—Seguro, cuando lleguemos a la casa —termina diciendo.Stella acerca su silla hacia la de él y mete la mano por debajo de la mesa para acariciar su pierna.—Me estaba refiriendo a aquí y ahora —su voz es seductora.—Y… yo —balbucea él —la mano de ella viaja hacia arriba y hacia debajo de su muslo. Frotando con tacto suave, pero firmemente— Eso es, mmm…—¿Agradable? —completa ella la oración cuando nota que él no puede hacerlo.En el último movimiento, la mano traviesa de Stella se aventura demasiado alto y roza algo duro.Los ojos de ella se clavan en el rostro de él quien ya está sonriendo pícaramente.—Vaya, no pensé que el masaje funcionaría tan bien.—¿En serio?—Es que pensaba que, ya sabes… que no podías… —en cuanto las palabras salieron de ella se dio cuenta de que estaba to
John lleva a James hasta el escenario y la sala se queda en completo silencio cuando lo ven. El foco brilla justo en el hermoso rostro de él.—Buenas noches a todos, como la mayoría de ustedes saben, estuve dormido por un tiempo —la multitud ríe— Quiero agradecerle a cada uno de ustedes por mantener unida a esta empresa en mi ausencia. Mi padre estaría orgulloso. Muchas personas me han ayudado en mi camino hacia la recuperación. Mi madre, mis amigos, pero nadie tanto como mi hermosa esposa, Stella ¡Mi estrella de la suerte! —al escuchar las palabras, ella abre los ojos debido a la sorpresa— Antes de conocerla, no creía en el matrimonio. No quería que nada interfiriera con mi trabajo, pero ahora, me doy cuenta de que hay cosas más importantes y que tener a alguien apoyándote todo el tiempo es lo más gratificante…Las lágrimas comienzan a acumularse en los ojos de ella, entendía perfectamente bien lo que James estaba diciendo porque ella misma se había quedado sin nadie y, en esos momen
La multitud comienza a aplaudir y la música vuelve a sonar. James se despide de todos los presentes y los invitados vuelven a beber y charlar.A un lado, John le sonríe a su jefe con seguridad, mientras Stella todavía tenía los ojos como platos y la boca abierta de par en par debido a la sorpresa que acababa de recibir.James se inclina hacia ella y le susurra en el oído:—Todavía no puedo caminar por completo, eso va a requerir de unas cuantas sesiones más de fisioterapias, así que, ¿podrías ayudarme a bajar del escenario, esposa?—¿Quieres intentar caminar aquí arriba? ¿Solo con mi ayuda? —le pregunta ella desconfiando de su propia fuerza— Puedo bajarte en la silla de ruedas si no estás preparado aún, no pasa nada, recuerda que no tienes que probarle nada a nadie —le dice recordando como Richard había tratado de hacerlo sentir mal antes por su discapacidad.La sonrisa de James no se borra mientras la observa todo el tiempo. Desde que despertó del coma, no se había sentido tan feliz
Esa noche, james la había exaltado enfrente de todos y había dejado en claro lo especial que era para él, algo que, evidentemente, no le había sentado bien a todos los presentes.Cuando la pareja está de vueltas en la limusina, la cabeza de ella da vueltas.—¡Vaya noche hemos tenido! —es James el primero en hablar.—¡Fue increíble! Tú estuviste increíble —en ese momento, Stella se permite pensar con calma en todas las cosas hermosas que él dijo sobre ella, la manera en la que la miró todo el tiempo, el brillo especial que habitaba en sus ojos cuando la veía sonreír…“Calma, Stella, calma. Todo eso fue una actuación, una hermosa, pero actuación al fin y al cabo. Estás casada con él por un contrato, no por amor y él lo sabe. Necesitaba demostrar un frente unido delante de sus trabajadores y oponentes y una esposa firme a su lado era la mejor demostración que podía dar, así que tómatelo con calma.”Ella intentaba convencerse de que no había nada especial entre ellos, que todo era imagina
—¿Sabes qué? ¡Vamos por algo de comer! —lo anima ella radiante de felicidad todavía por el beso que habían tenido.—¿Qué tienes en mente? —le pregunta él con una mirada llena de complicidad.—¿Qué tal te parecen unas hamburguesas grasientas?—No he comido comida chatarra en mucho tiempo, así que… ¡Vámonos!Ambos pasan por un restaurante y toman la comida. Las miradas de complicidad no paran entre ellos, a pesar de ello, Stella no puede evitar sentirse un poco tímida.El beso que compartieron en la limusina fue increíble, pero ahora ella no sabe qué esperar o cómo continuará desarrollándose la relación.—Entonces… ya tenemos comida increíble, ahora todo lo que necesitamos es un buen lugar —es él quien rompe el hielo al darse cuenta de lo recortada que se muestra ella.—¿Alguna idea? Digo, podríamos comer en la limusina. Es agradable y acogedora, además, privada.Él le sonríe.—Stell, no tengo problemas con mostrarme en público contigo, por si no lo notaste, acabo de hacer una declaraci
El día pasa frustrantemente lento. Todo en lo que ella puede pensar es en la cena con los inversores, es muy probable que de eso dependa la empresa de su padre, ahora suya.Luego de arreglarse, se mira por última ve en el espejo y se dirige directamente a la puerta principal.—¿Stella? —James la llama ¡Está parado y la silla de ruedas no está a la vista!—Jamie, hola.A pesar de haber pasado tanto tiempo juntos la noche anterior, en todo el día no se habían visto.—Te estaba buscando, pensé que podríamos dar una vuelta ¿quizás ir a cenar a ese nuevo restaurante italiano que tiene tan buenas reseñas?—Escuché que ese lugar estaba infestado de ratas —bromea ella sonriendo y luego le dice— Tengo una cena de negocios justo ahora.—¿Cena de negocios? —pregunta él asombrado, no porque ella no fuera capaz, sino porque no le había comentado nada.—Me reuniré con unos inversores esta noche, tal vez pueda salvar la compañía de mi padre.Él la mira por un mo