La multitud comienza a aplaudir y la música vuelve a sonar. James se despide de todos los presentes y los invitados vuelven a beber y charlar.A un lado, John le sonríe a su jefe con seguridad, mientras Stella todavía tenía los ojos como platos y la boca abierta de par en par debido a la sorpresa que acababa de recibir.James se inclina hacia ella y le susurra en el oído:—Todavía no puedo caminar por completo, eso va a requerir de unas cuantas sesiones más de fisioterapias, así que, ¿podrías ayudarme a bajar del escenario, esposa?—¿Quieres intentar caminar aquí arriba? ¿Solo con mi ayuda? —le pregunta ella desconfiando de su propia fuerza— Puedo bajarte en la silla de ruedas si no estás preparado aún, no pasa nada, recuerda que no tienes que probarle nada a nadie —le dice recordando como Richard había tratado de hacerlo sentir mal antes por su discapacidad.La sonrisa de James no se borra mientras la observa todo el tiempo. Desde que despertó del coma, no se había sentido tan feliz
Esa noche, james la había exaltado enfrente de todos y había dejado en claro lo especial que era para él, algo que, evidentemente, no le había sentado bien a todos los presentes.Cuando la pareja está de vueltas en la limusina, la cabeza de ella da vueltas.—¡Vaya noche hemos tenido! —es James el primero en hablar.—¡Fue increíble! Tú estuviste increíble —en ese momento, Stella se permite pensar con calma en todas las cosas hermosas que él dijo sobre ella, la manera en la que la miró todo el tiempo, el brillo especial que habitaba en sus ojos cuando la veía sonreír…“Calma, Stella, calma. Todo eso fue una actuación, una hermosa, pero actuación al fin y al cabo. Estás casada con él por un contrato, no por amor y él lo sabe. Necesitaba demostrar un frente unido delante de sus trabajadores y oponentes y una esposa firme a su lado era la mejor demostración que podía dar, así que tómatelo con calma.”Ella intentaba convencerse de que no había nada especial entre ellos, que todo era imagina
—¿Sabes qué? ¡Vamos por algo de comer! —lo anima ella radiante de felicidad todavía por el beso que habían tenido.—¿Qué tienes en mente? —le pregunta él con una mirada llena de complicidad.—¿Qué tal te parecen unas hamburguesas grasientas?—No he comido comida chatarra en mucho tiempo, así que… ¡Vámonos!Ambos pasan por un restaurante y toman la comida. Las miradas de complicidad no paran entre ellos, a pesar de ello, Stella no puede evitar sentirse un poco tímida.El beso que compartieron en la limusina fue increíble, pero ahora ella no sabe qué esperar o cómo continuará desarrollándose la relación.—Entonces… ya tenemos comida increíble, ahora todo lo que necesitamos es un buen lugar —es él quien rompe el hielo al darse cuenta de lo recortada que se muestra ella.—¿Alguna idea? Digo, podríamos comer en la limusina. Es agradable y acogedora, además, privada.Él le sonríe.—Stell, no tengo problemas con mostrarme en público contigo, por si no lo notaste, acabo de hacer una declaraci
El día pasa frustrantemente lento. Todo en lo que ella puede pensar es en la cena con los inversores, es muy probable que de eso dependa la empresa de su padre, ahora suya.Luego de arreglarse, se mira por última ve en el espejo y se dirige directamente a la puerta principal.—¿Stella? —James la llama ¡Está parado y la silla de ruedas no está a la vista!—Jamie, hola.A pesar de haber pasado tanto tiempo juntos la noche anterior, en todo el día no se habían visto.—Te estaba buscando, pensé que podríamos dar una vuelta ¿quizás ir a cenar a ese nuevo restaurante italiano que tiene tan buenas reseñas?—Escuché que ese lugar estaba infestado de ratas —bromea ella sonriendo y luego le dice— Tengo una cena de negocios justo ahora.—¿Cena de negocios? —pregunta él asombrado, no porque ella no fuera capaz, sino porque no le había comentado nada.—Me reuniré con unos inversores esta noche, tal vez pueda salvar la compañía de mi padre.Él la mira por un mo
Los ojos de Stella están fijos en la pantalla de su celular mientras relee el correo electrónico una y otra vez sin darse cuenta de que los hombres a su alrededor han dejado de hablar.—Cariño, deberías prestar atención cuando los hombres hablan, así podrías aprender una o dos cosas sobre el mundo de los negocios —le comenta uno de los inversores.Antes que Stella tenga tiempo de responder, Ryan interviene.—Se está haciendo tarde. Será mejor que continuemos hablando del tema en otro momento —él se inclina hacia ella y le susurra— Siento lo que ocurrió esta noche. Buscaré más inversores y le avisaré, unos que no sean tan idiotas.—Vamos, Ryan, la noche recién comienza, puedes venir con nosotros si quieres —uno de los inversores habló.—Stella ¿por qué no vas también con nosotros a tomar algo? Quizás podamos llegar a un acuerdo ¿quién sabe? —le dijo otro de ellos.Todos los hombres se giran hacia ella y la miran con una expresión lasciva que hace que Stella quiera arrancarle los ojos a
Sin decir una sola palabra más, él la toma de la mano y la lleva directo hacia su habitación.—Bien, no sé de otro lugar más privado es esta casa que mi dormitorio. Estaba pensando que tal vez podríamos continuar donde lo dejamos por última vez…Algo dentro de Stella se enciende y antes de darse cuenta, lo empuja suavemente hacia atrás y él cae sentado sobre la cama.Estar con James, seguirle el juego de esa manera, se sentía más que bien y, antes que se eche atrás, toma su rostro entre sus manos y lo besa. Él responde instantáneamente, su cuerpo se derrite y la atrae hacia sí.Stella cae a ahorcajadas sobre sus piernas y rodea su cuello con las manos. El beso es lento y suave al inicio, pero luego, James la agarra con fuerza por la cintura y la atrae más cerca.El contacto de sus cuerpos solo hace que un calor se encienda en el vientre de ella, pidiéndole que no se detenga.Puede sentir con facilidad su dureza debajo de su vestido. Cuando finalmente se aleja, sus mejillas estás sonro
James se mueve tan rápido que apenas da tiempo para que Stella pueda seguirle la pista. Sus manos se cierran alrededor de su cintura, la levantan y, un segundo después, ella está acostada en el suave colchón sobre las sábanas de satén. La diferencia de altura entre ellos es mucho menos dramática yes el mejor beso de la vida de ella. No: es el mejor beso del mundo, por la forma en la que él presiona una mano en su omóplato para arquearla hacia sí mismo, por el roce de su barba en sus mejillas sonrojadas, porque empieza lento, solo su boca sobre la de ella, y se queda así por mucho tiempo. Incluso cuando Stella envuelve sus brazos alrededor de su cuello, incluso cuando se inclina hacia ella y abre sus muslos para dejar espacio para él, incluso cuando están pegados el uno al otro, el corazón de ella late como un tambor contra su pecho, son solo sus labios y los de ella. Cerca, rozando, compartiendo aire y calor. Dolorosamente cuidadoso.Y luego ella abre la boca, y se convierte en
James se detiene instantáneamente y, de la misma manera, Stella sale de debajo de él, arrastrándose hacia la cabecera, con las piernas levantadas y los brazos alrededor de ellas. Los ojos zapatos están sobre los de ella, una vez más de color azul claro, una vez más viendo ¿Qué es lo que va a hacer? ¿Qué va a…?—Oye —dice, tirando de sus rodillas hacia atrás como para darle aún más espacio. Su tono es suave, como si se estuviera acercando a la vida silvestre herida y asustadiza.Una buena parte del pánico de la chica se derrite, y… "Ay dios mío. ¿Qué está mal conmigo? —piensa ella regañándose mentalmente— Estábamos pasando un buen rato, él estaba perfectamente bien, y yo tenía que ir y ser un maldito bicho raro."—Lo siento. Yo solo… No sé por qué me estoy volviendo loca. Eres tan grande, y casi nunca… No estoy acostumbrada a esto. Lo siento —habla Stella en voz alta por primera vez.—Oye —dice James de nuevo. Su mano se estira para tocarla. Pasa por encima de su rodilla, luego pa