La música alegre retumbaba en aquel sitio nocturno donde se encontraba Enzo celebrando el éxito de una de sus más grandes entregas, él es un poderoso e imponente mafioso, a pesar de que siempre permanece muy bien acompañado de los hombres que cuidan de él, suele ser un hombre solitario.Las mujeres más hermosas y cotizadas del lugar se encontraban a su alrededor, movían sus cuerpos con poca ropa tratando de llamar su atención, ellas sabían muy bien que si lograban pasar la noche con aquel hombre al día siguiente una gran suma de dinero iban a tener en sus bolsos.Mujeres, mercancía y por supuesto dinero... mucho dinero, se encontraban a diario en el entorno de Enzo, el cual era el responsable de mantener las miradas de las autoridades lejos de sus negocios.Enzo al notar la presencia de Emilio, su primo y mano derecha soltó el vaso sobre la mesa, exhaló con fuerza y luego bufó a medida que su primo se iba acercando, Enzo tensó la mandíbula y frunció el ceño. —Siéntate de una buena ve
Enzo al igual que Hanna se quedó congelado, sus miradas se conectaron atravesando sus cuerpos, por un instante el entorno se detuvo para ellos, al mismo tiempo sintieron que solo existían ellos en el lugar.—Así que tú eres Hanna Smith, la difunta esposa de Valentino Santos, la única heredera de todas sus propiedades —comentó Enzo con su voz ronca y desafinada rompiendo el silencio de aquel lugar. —Sí, soy yo, pero lo que no logro entender es ¿quién es usted y quién lo invitó a pasar? —preguntó Hanna bastante molesta mientras se cruzaba de brazos observando a Enzo de la peor manera. —Lo mejor es que te calmes, no te encuentras en posición para actuar de esta manera y menos en contra de mí; lo mejor será que hablemos en privado y no frente a tu servidumbre —Hanna bufó y luego rodó los ojos.—Claramente no tengo nada de que hablar con un extraño y menos en privado, así que haga el favor de una buena vez y márchese antes de que llame a las autoridades —Enzo levantó la mano y frotó su m
Minutos más tarde, Enzo ya se había ubicado en la casa de su hermano, el personal del servicio, quienes se habían rehusado a permitirle el ingreso a Enzo, ahora ante la presión por su parte y la de sus hombres ya le rendían pleitesía al nuevo dueño y señor de la casa.Mientras que Enzo se encontraba en la sala principal sentado de la manera más cómoda posible disfrutando de su bebida favorita, Emilio finalmente regresó con noticias, Enzo a pesar de todo dibujó una leve sonrisa en su rostro suponiendo que iban a ser las mejores.—Señor, ya tengo información sobre ella, espero que pueda servir de algo. —Enzo levantó la mano y con sus dedos le indicó que tomara asiento. —Habla y sé breve, porque la actitud de esta mujer no la pienso soportar ni un solo minuto más —gruñó Enzo.—Hanna Smith a sus treinta años lleva una vida con nada que envidiar —al escuchar aquellas palabras Enzo levantó la mirada y la fijó en su primo, quedando aquella pequeña sonrisa que había en su rostro en el olvido
Los movimientos oscuros que solía llevar Enzo en sus propiedades por largos años no eran nada fáciles de ocultar, así que su nómina de abogados era la mejor del país, él buscaba tener siempre personas a disposición sin importar cual era el momento que los fuera a necesitar. .Emilio ubico en la sala principal a los invitados, en breve se encontraba Enzo junto a sus abogados, quien encabezaba aquel grupo de hombres capaces de hacer cualquier cosa por su jefe era Tito Jones, más conocido como el abogado de la muerte, quien tenía un historial nada difícil de pasar por alto, además él era capaz de ir al infierno de ser necesario si su jefe lo ordenaba. Mientras que Enzo colocaba al tanto a sus abogados de lo que estaba sucediendo, todos escuchaban con atención, al terminar Tito se levantó y se dirigió a su jefe, con el mayor respeto antes que nada.—Señor, lamentamos la calamidad que le sucedió a tu hermano —él expresó con respeto. Ante las condolencias por parte del abogado Enzo apretó
Luego de unos cuantos minutos Enzo se levantó de aquella silla, tomó la pistola en su mano al instante Tito y los demás abogados pasaron colores en sus rostros, pero su jefe lo único que hizo fue llevar su arma de regreso a su cintura.—Todo sea por mis negocios, porque de lo contrario hubiese preferido cualquier otra cosa, ahora largo de aquí antes de que me arrepienta partida de ineptos, un próximo error y terminaré con sus mugrosas vidas, se muy bien el papel que ocupan para mis negocios y por ello agradezcan que los necesito con vida. Emilio encárgate de ellos, mientras que yo me preparo para solucionar el terrible problema que el idiota de mi hermano me dejó. Enzo acomodo los botones de su traje y luego se marchó a una de las habitaciones.Mientras tanto, en la habitación principal, Hanna se encontraba en el interior del baño, el agua recorría por su cuerpo, el llanto no se detenía, se encontraba deshecha por todo lo que le estaba sucediendo. Primero su esposo y luego todo esto.
Los rayos de luz ingresaron a través del cristal de la ventana golpeando de frente contra el rostro de Hanna, estiró su cuerpo y al levantarse lo primero que hizo fue ir a revisar la puerta de su habitación, estiró el brazo, colocó su delicada mano sobre la cerradura para luego girar de la perilla.Exhalo con fuerza, su respiración se fue acelerando lentamente, sus ojos se humedecieron ya que todo lo que había sucedido no se trataba de una maldita pesadilla, su realidad provocaba en ella que su cuerpo temblara del enojo. Ella seguía allí, con un hombre que decía ser su cuñado... y con su esposo muerto.Los fuertes deseos por salir de aquella casa eran tantos que no sabía cuanto más podría resistir, cerró con fuerza sus puños y arremetió a golpes contra la puerta, y sin importar que tan duro lo hacía no logró conseguir respuesta alguna.Se regresó hasta la cama, lanzando su cuerpo boca abajo rompiendo en llanto mientras que apretaba con fuerza las sábanas de la cama; su vida no era la
Luego de que Hanna cayó al piso, Enzo fue hasta su cuerpo, dobló la rodilla, la levantó en sus brazos y la recostó sobre la cama, tomó una botella con alcohol e impregnó su pañuelo para luego hacer que ella despertara.Lentamente Hanna fue abriendo los ojos, siendo a Enzo lo primero que vio, en cuestión de segundos colocó las manos sobre el pecho de Enzo para darle un fuerte empujón. —¡Pero que atarban!, ¿quién se cree para que esté tan cerca de mí? —Enzo bufó ante la manera de actuar de Hanna. —Ya que no te agrada que me acerque a ti, entonces procura no desmayarte, caíste como piedra y no tuve de otra salida más que levantarte...—¡Silencio!, ante el simple hecho de escuchar su voz me causa gran dolor de cabeza —exclamó ella interrumpiendo a Enzo.Hanna regresó la mirada a su costado, allí se encontraba el vestido que Enzo había sacado, aún se encontraba débil, pero su molestia era aún más fuerte, Hanna se levantó de la cama con aquel vestido en la mano, lo apretó con fuerza y lue
Una vez que Enzo salió de la habitación, Hanna dobló las rodillas y cayó al piso, el llanto se apoderó de ella, sus manos temblaban la impotencia y angustia eran cada vez más fuerte en ella.Hanna no lograba imaginar cuanto más iba a poder tolerar aquella situación, en ese instante una idea llegó a su cabeza... era su única salida; levantó la mano y limpió las lágrimas que impregnaban sus mejillas. Se levantó y luego fue al baño, retiró su ropa y se dio un baño corto, pocos minutos después se encontraba de regreso en la habitación, una toalla rodeaba su cuerpo mientras que otra su cabeza, fue directo al armario. Mientras observaba aquellos vestidos no podía dejar de pensar en su difunto esposo, ella rodó los ojos y bufó levemente.«Casarme nuevamente y con ese desgraciado, mi vida va de mal en peor, por lo visto sí no tomo medidas en el asunto terminaré siendo la esclava de aquel hombre misógino y narcisista», pensó Hanna mientras acariciaba los vestidos con sus dedos. De repente s