Los movimientos oscuros que solía llevar Enzo en sus propiedades por largos años no eran nada fáciles de ocultar, así que su nómina de abogados era la mejor del país, él buscaba tener siempre personas a disposición sin importar cual era el momento que los fuera a necesitar. .
Emilio ubico en la sala principal a los invitados, en breve se encontraba Enzo junto a sus abogados, quien encabezaba aquel grupo de hombres capaces de hacer cualquier cosa por su jefe era Tito Jones, más conocido como el abogado de la muerte, quien tenía un historial nada difícil de pasar por alto, además él era capaz de ir al infierno de ser necesario si su jefe lo ordenaba.
Mientras que Enzo colocaba al tanto a sus abogados de lo que estaba sucediendo, todos escuchaban con atención, al terminar Tito se levantó y se dirigió a su jefe, con el mayor respeto antes que nada.
—Señor, lamentamos la calamidad que le sucedió a tu hermano —él expresó con respeto.
Ante las condolencias por parte del abogado Enzo apretó los labios e inclinó la cabeza indicando la aceptación.
—Antes de la boda de Valentino nos reunimos con él para luego ponerlo al tanto de las posibles consecuencias si le llegaba a suceder algo, pero él pasó por alto nuestras recomendaciones, lo que nunca vimos venir era esta jugada por parte de su esposa.
—Claramente la culpa de todo lo que está sucediendo es de ustedes —intervino Enzo, ante aquella afirmación los abogados conectaron sus miradas permaneciendo en silencio.
El jefe llevó la mano a la parte de atrás de su cintura, empuñó la pistola, luego la colocó sobre la mesa, aquella acción hizo que los abogados pasaran saliva y acomodaran su corbata, ellos sabían perfectamente la manera de actuar de su jefe con aquellos que no hacían bien su trabajo.
—¿Culpa nuestra señor? —con temor se atrevió a cuestionar Tito.
—Así es —respondió con fuerza Enzo dejando ver su molestia—. Antes de la boda de mi hermano hubiesen preparado un contrato, en el cual debió quedar especificado que las propiedades que estaban a nombre de él jamás serían transferidas a su futura esposa, eso sin importar lo que sucediera con su vida.
Tito carraspeó la garganta, dio unos cuantos pasos atrás y regresó a tomar asiento, no tenía argumentos para contradecir a su jefe, todos allí quedaron en silencio, Enzo bebío de su vaso sintiéndose completamente furioso mientras observaba como los mejores abogados se encontraban sin una salida a su problema.
—Señor solo hay una salida —habló Tito rompiendo el silencio con su voz temblorosa.
—Muy bien, te escucho, solo espero que tu respuesta sea eficiente, y si lo es te aseguro que pondré unos cuantos millones en tu cuenta, porque de lo contrario lo único que pondré será una soga en tu cuello —aseguró Enzo.
—La única solución a este problema es hacer el mismo proceso como terminaron todas tus propiedades a nombre de esa mujer, —Enzo frunció su ceño ya que no lograba comprender las palabras de Tito.
—Sé más claro que no logro comprender —Tito había logrado llamar la atención de Enzo
—¡Una boda!
—¿Qué?, ¿una boda?, pero ¿de quién? —preguntó Enzo bastante sorprendido.
—La tuya con esa mujer por supuesto, aquella unión será suficiente para que tengas derecho en tus propiedades y así podremos continuar haciendo los mismos negocios que siempre hemos hecho —Enzo golpeó con fuerza la mesa con su mano.
—¿Acaso has perdido la cabeza o eres imbécil?, jamás me llegaría a casar con esa mujer, además es mi excuñada —Tito inclinó la cabeza y exhaló con fuerza.
—Entiendo señor, pero esa es la única salida, porque de lo contrario tendrías que hacerte a la idea que has perdido el trabajo de largos años e iniciar nuevamente —una vez más Enzo gruñón interviniendo a Tito.
»Tomalo por el lado bueno, será por conveniencia y nada más, el hecho de que te cases con ella no quiere decir que debas vivir una vida de pareja —Enzo gruñó con fuerza al escuchar aquellas palabras.
—Soy alérgico a los compromisos y más si es algo matrimonial, las mujeres en mi vida han sido pasajeras, pago para satisfacer mis necesidades, juré que nunca me iba a enredar con una de ellas y lo que estás diciendo se encuentra muy lejos de la realidad.
»Además esa mujer me odia con todas sus fuerzas, si llegara a contemplar la idea que estás brindando ella nunca aceptaría casarse conmigo —comentó Enzo mientras pensaba en la manera de actuar de Hanna.
—Señor, en ese caso no hay nada que hacer —aseguró Tito y luego apretó los labios mostrando su falta de ideas para ayudar a su jefe.
Enzo llevó la mirada a su alrededor, luego cerró los ojos, apretó los puños con fuerza y recostó la cabeza en la silla, nunca había estado contra la pared como lo estaba viviendo ahora, ceder era algo que Enzo nunca antes había hecho, ni siquiera lo llegaba a contemplar.
En la cabeza de Enzo solo resonaban las palabras dichas por ese hombre... casarse con la mujer de su hermano.
Luego de unos cuantos minutos Enzo se levantó de aquella silla, tomó la pistola en su mano al instante Tito y los demás abogados pasaron colores en sus rostros, pero su jefe lo único que hizo fue llevar su arma de regreso a su cintura.—Todo sea por mis negocios, porque de lo contrario hubiese preferido cualquier otra cosa, ahora largo de aquí antes de que me arrepienta partida de ineptos, un próximo error y terminaré con sus mugrosas vidas, se muy bien el papel que ocupan para mis negocios y por ello agradezcan que los necesito con vida. Emilio encárgate de ellos, mientras que yo me preparo para solucionar el terrible problema que el idiota de mi hermano me dejó. Enzo acomodo los botones de su traje y luego se marchó a una de las habitaciones.Mientras tanto, en la habitación principal, Hanna se encontraba en el interior del baño, el agua recorría por su cuerpo, el llanto no se detenía, se encontraba deshecha por todo lo que le estaba sucediendo. Primero su esposo y luego todo esto.
Los rayos de luz ingresaron a través del cristal de la ventana golpeando de frente contra el rostro de Hanna, estiró su cuerpo y al levantarse lo primero que hizo fue ir a revisar la puerta de su habitación, estiró el brazo, colocó su delicada mano sobre la cerradura para luego girar de la perilla.Exhalo con fuerza, su respiración se fue acelerando lentamente, sus ojos se humedecieron ya que todo lo que había sucedido no se trataba de una maldita pesadilla, su realidad provocaba en ella que su cuerpo temblara del enojo. Ella seguía allí, con un hombre que decía ser su cuñado... y con su esposo muerto.Los fuertes deseos por salir de aquella casa eran tantos que no sabía cuanto más podría resistir, cerró con fuerza sus puños y arremetió a golpes contra la puerta, y sin importar que tan duro lo hacía no logró conseguir respuesta alguna.Se regresó hasta la cama, lanzando su cuerpo boca abajo rompiendo en llanto mientras que apretaba con fuerza las sábanas de la cama; su vida no era la
Luego de que Hanna cayó al piso, Enzo fue hasta su cuerpo, dobló la rodilla, la levantó en sus brazos y la recostó sobre la cama, tomó una botella con alcohol e impregnó su pañuelo para luego hacer que ella despertara.Lentamente Hanna fue abriendo los ojos, siendo a Enzo lo primero que vio, en cuestión de segundos colocó las manos sobre el pecho de Enzo para darle un fuerte empujón. —¡Pero que atarban!, ¿quién se cree para que esté tan cerca de mí? —Enzo bufó ante la manera de actuar de Hanna. —Ya que no te agrada que me acerque a ti, entonces procura no desmayarte, caíste como piedra y no tuve de otra salida más que levantarte...—¡Silencio!, ante el simple hecho de escuchar su voz me causa gran dolor de cabeza —exclamó ella interrumpiendo a Enzo.Hanna regresó la mirada a su costado, allí se encontraba el vestido que Enzo había sacado, aún se encontraba débil, pero su molestia era aún más fuerte, Hanna se levantó de la cama con aquel vestido en la mano, lo apretó con fuerza y lue
Una vez que Enzo salió de la habitación, Hanna dobló las rodillas y cayó al piso, el llanto se apoderó de ella, sus manos temblaban la impotencia y angustia eran cada vez más fuerte en ella.Hanna no lograba imaginar cuanto más iba a poder tolerar aquella situación, en ese instante una idea llegó a su cabeza... era su única salida; levantó la mano y limpió las lágrimas que impregnaban sus mejillas. Se levantó y luego fue al baño, retiró su ropa y se dio un baño corto, pocos minutos después se encontraba de regreso en la habitación, una toalla rodeaba su cuerpo mientras que otra su cabeza, fue directo al armario. Mientras observaba aquellos vestidos no podía dejar de pensar en su difunto esposo, ella rodó los ojos y bufó levemente.«Casarme nuevamente y con ese desgraciado, mi vida va de mal en peor, por lo visto sí no tomo medidas en el asunto terminaré siendo la esclava de aquel hombre misógino y narcisista», pensó Hanna mientras acariciaba los vestidos con sus dedos. De repente s
Los autos se detienen frente a un bufete de abogados, los cuales no son cualquiera, se trata de Tito y sus colaboradores, la nómina de Enzo.Enzo sale del auto endereza su cuerpo y acomoda su saco, en su rostro hay una leve sonrisa, perversa para decirlo así, rápidamente Emilio abrió la puerta del otro costado del auto, Hanna sale con su cara triste dejando ver que no se encontraba nada bien. —Por favor venga conmigo, la llevaré hasta la sala donde será su boda —comentó Emilio muy cerca del oído de Hanna.Ella no tuvo la fuerza para responder, simplemente asintió levemente con su cabeza, con cada paso que daba justo al lado de Emilio era un paso más cerca del infierno junto a Enzo. Mientras tanto, Enzo se encontraba atrás de ellos, con sus manos en los bolsillos y su mirada vacía mostraba lo mucho que le molestaba tener que casarse y más con la difunta esposa de su hermano.—Señor debemos ingresar —dijo uno de sus hombres con un tono de voz suave mostrando inferioridad ante su jefe.
Luego de haber salido de aquel bufete de abogados Hanna se sentía sucia, después de aquella boda ahora se encontraba completamente segura que el amor no existía para ella, había nacido para sufrir y lo más seguro era que para morir sola. Enzo caminaba dando pasos largos dejando atrás a su esposa, Emilio se encontraba junto a su jefe, quien tan solo lo observaba a través del rabillo del ojo.—Habla de una buena vez y deja de mirarme de esa mal.dita manera —habló Enzo con su voz ronca y desafinada. —¿Ahora a dónde vamos? —ante la pregunta de Emilio, Enzo se detuvo, giró su cuerpo quedando frente a él.—Es más que obvio, vamos por lo que es mío, no puedo esperar ni siquiera un día más para ponerme al frente de las empresas y todos los negocios que claramente son míos —habló Enzo con fuerza mostrando su poder.—Entiendo perfectamente señor, pero ella es... —¿Pero?, ¿acaso me estás intentando cuestionar con mis órdenes?—No, para nada señor, solo pienso que...—Cierra ya tu maldita boca
Los autos se detuvieron frente a aquel imponente edificio de cristal, Emilio salió rápidamente y abrió la puerta de atrás; Enzo salió del auto de aquella manera épica logrando llamar la atención de las personas que se encontraban en el lugar.Enzo estiró su cuerpo, acomodó su traje, finalmente en el rostro de aquel sombrío hombre se podía ver una sonrisa, no podía esperar más, así que de inmediato se dirigió hacia la entrada principal. Al ingresar se encontró de frente con los guardias encargados de la seguridad de aquel edificio, ellos con cara de pocos amigos impidieron su paso. —Buen día señor, ¿en qué le podemos servir? —preguntó uno de los guardias.—Soy Enzo Santos, el dueño de esta propiedad y de todo lo que hay en su interior —ellos conectaron sus miradas luego de haber escuchado aquellas palabras. —Lamentamos mucho este inconveniente, pero no podemos permitirle el paso, el señor Valentino era bastante reservado y tenía prohibido el ingreso de personal no autorizado —coment
Hanna se encontraba completamente segura de que no iba a ceder, ni siquiera ante el demonio de su esposo, con sus brazos cruzados mantenía su mirada puesta en la de aquel hombre que trataba de hacerla sentir de la manera más minúscula posible.Enzo se sentía frustrado ante la actitud de su esposa, y por más que quisiera resolver las cosas como siempre lo solía ser, tomar su pistola y en cuestión de segundos todo estaba resuelto, no podía ser; pero con ella se iba a tener que llenar de paciencia y actuar como un “hombre diferente".—Perfecto, no quería llegar a estos extremos, pero tendré que verme obligado en hacerle una visita a tus padres, —aquellas palabras hicieron que Hanna se transformara, dando pasos cortos se fue acercando a Enzo. —El día que se llegué a atrever a hacerle daño a ellos le aseguro que será su fin —ante el acercamiento, Enzo de un solo movimiento estilo los brazos y la tomó con fuerza de los hombros.—Nunca me podrás hacer daño, acaso no te das cuenta, tómate un