Capítulo 432
Casi a las once de la mañana, Luciana estaba en su área revisando las cirugías programadas para el día siguiente. De pronto, su celular sonó. Vio en pantalla que la llamada entraba desde el Sanatorio Cerro Verde.

—Aló…

—¡¿Señorita Herrera?! —exclamó la voz agitada de una enfermera al otro lado—. ¡Ha ocurrido algo grave, Pedro desapareció!

—¿Cómo que desapareció? —respondió Luciana poniéndose de pie de golpe, apoyando con fuerza la mano en el escritorio hasta que los nudillos se le pusieron blancos—. ¿Desapareció cómo?

—Verá, hoy el sanatorio organizó una salida de otoño con los chicos. En un momento fueron al baño, todos contados, pero al salir ya no estaba Pedro… no sabemos cómo pasó.

—¿“No saben cómo pasó”? —repitió Luciana con indignación—. ¡Se supone que ustedes lo cuidan! ¡Y ahora me salen con que simplemente “no saben”!

—Lo… lo sentimos mucho, de verdad…

«¿De qué sirve una disculpa ahora?» pensó Luciana, con la sangre hirviendo.

—¿Ya informaron a la policía?

—Sí, ya lo hicimos.

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