Capítulo 410
Hizo una mueca señalando la puerta.

—Podríamos pedirle a nuestros muchachos que te entreguen a la policía. Al fin y al cabo, esa pieza no es tuya.

El hombre tragó saliva, con el rostro pálido.

—¿C… cómo saben que no es mía?

—¡Responde! —Sergio le gritó de pronto—. ¡Deja de dar vueltas!

—Está bien, hablaré… —contestó el sujeto, temblando. No era más que un hombre común, sin agallas para soportar ni la más mínima presión—. Lo… lo robé.

“¿Robado?” Alejandro y Sergio cruzaron miradas. «Así que no era de él ni de alguien de su confianza». Sin esperar indicaciones, Sergio continuó con el interrogatorio:

—¿A quién se lo robaste?

Alejandro contuvo el aliento, ansioso por la respuesta.

—Pues… no sé de quién era… —El tipo negó con la cabeza, francamente confundido.

—¿Intentas engañarnos? —lo increpó Sergio.

—¡No, no! —se apresuró a responder—. Si supiera de quién era, entonces no sería un robo. Eso… eso me lo llevé sin saber nada.

—¿En qué lugar sucedió? ¿Era hombre o mujer? ¿No me digas que tam
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