Capítulo 416
Sergio cumplió con la entrega, asegurándole que ella lo había recibido de su propia mano. Con eso, Alejandro partió tranquilo al tratamiento.

Su ceguera había durado alrededor de medio año, y la recuperación en el extranjero se prolongó otro medio año. Finalmente, lo lograron: volvió a ver. Él atribuyó parte de esa buena fortuna a la presencia de “Mariposita,” como si su cariño hubiera obrado un milagro.

En cuanto se recuperó, lo primero que hizo Alejandro al volver fue buscarla. Sin embargo, la casa vecina estaba vacía, y nunca más hubo rastro de “Mariposita.” Pasaron varios años sin que ella regresara.

Ese recuerdo volvió con fuerza. Ahora, Alejandro miraba a Mónica acercarse, sintiendo un nudo en la garganta y el ardor de la emoción acumulada. Con cuidado, como temiendo asustarla, sacó el broche de mariposa y lo extendió frente a ella, despacio.

Mónica miró el broche con asombro.

—¿No se suponía que estaba perdido? ¿Por qué lo tienes tú?

—El broche… siempre ha sido mío —respondió Al
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