Capítulo 414
—No se preocupe —insistió Sergio con seguridad—. No queremos que usted salga perdiendo.

Para Alejandro, ese dinero no significaba nada. Sin embargo, Eileen se quedó pensativa, luego clavó la mirada en él.

—Señor Guzmán, ¿puedo saber por qué se interesó en adquirir precisamente este broche de mariposa?

Alejandro, sin responder, se puso de pie:

—No es asunto tuyo. Acepta la compensación y listo.

Empezó a caminar hacia la salida.

—¡Espere! —exclamó Eileen con prisa—. ¡Señor Guzmán, por favor, escúcheme un momento!

Alejandro frenó en seco, frunciendo el ceño:

—¿Ahora qué?

—Verá… —Eileen se apresuró a explicar—. Todavía no he terminado lo que iba a decir. Ese broche, aunque se haya perdido en mis cosas, no era mío.

Alejandro sintió un estremecimiento y bajó la mirada hacia ella. Cada palabra salió de sus labios con lentitud y firmeza:

—¿Entonces a quién pertenecía?

—Señor Guzmán… —Eileen esbozó una sonrisa con cierto fastidio—. Piense que estaba en mi estuche de maquillaje. Si no era mío, s
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