Mario José vio alejarse a la chica, agradeció al cielo que el trayecto haya sido un poco corto, al ver que ella ya no lo podía localizar, arrancó su auto para dar la vuelta y se alejó de ese asqueroso barrio de quinta como él le nombró al nomás entrar. Él está acostumbrado a vivir en colonias o residenciales privadas en donde la apariencia vale mucho más que cualquier otra cosa.
Poco después le envió un mensaje de texto a su grupo de amigos, diciéndoles lo que ha ocurrido en su primer intento por conquistar a la fea del instituto, sus amigos lo felicitaron porque así como van las cosas de rápido, lo más seguro es que pronto obtendrá lo que quiere.
Al día siguiente…
Ángela Rosibel, con mucho más ánimos que en días anteriores, se levantó e hizo su rutina en casa para luego irse a la calle para tomar el autobús que la llevará hasta el instituto.
Ya puesta en el lugar, entró a sus clases con normalidad, lo raro es que no ha visto a Mario José, y a cada momento que lo recuerda, ella se pregunta ¿será que no vino a recibir sus clases hoy? Sí, eso debe de ser porque su grupo de amigos ya ha hecho su paseo por los pasillos como siempre, pero él no les acompaña.
Pero lo que la chica no se imagina es que, el joven sí se presentó a clases, pero no ha querido salir del salón, ni siquiera a comer porque le da pena de que ella lo vea y se le acerque, por lo que él le dijo el día de ayer. —Jum, eso sería una gran vergüenza para mí. —Se dijo el chico en su mente.
— Amiga, desde que llegaste te noto distraída. —comentó su amigo Ariel.
— No pasa nada amigo, son puras alucinaciones tuyas, yo estoy igual que antes. —mintió ella, tratando de que sus palabras no sonaran tan desesperadas por ver al chico malo del instituto.
Finalmente, las clases terminaron y la chica pensó que como Mario José no fue a sus clases, entonces se cancela la cita para el helado que él le propuso ayer.
Como siempre, los chicos se fueron juntos a la parada de transporte público, y de costumbre el bus de Ariel, pasó primero y ella se volvió a quedar sola. Pero segundos después llegó su compañía, ella se percató que el auto de Mario José, se detuvo frente a ella y él le habló para que se subiera.
— ¡Hola!, pensé que no nos veríamos hoy, no te vi en todo el día y supuse que no habías venido a clases.
— Claro que si vine, pero tuve quedarme encerrado en el salón porque no había terminado una tarea en la casa por estar pensando en ti toda la tarde y noche, entonces me tocó hacerla en el aula. —Mintió el chico.
— Vaya por lo que me cuentas puedo deducir que eres un chavo muy aplicado en tus tareas educativas.
— Por supuesto que sí guapa. —Linda, espérame aquí mientras voy por los helados y luego te llevaré a otro lugar.
— ¿A dónde me llevarás? —Ella ahora está preocupada.
— Es una sorpresa, relájate y confía en mí.
— Está bien. —Respondió la chica, según ella, Mario José lo hace para que ella no se moleste en bajarse. —Pero la verdad es que a él le da pena que una chica vestida con un uniforme muy grande para su estatura y unas calcetas altas que le llegan casi a las rodillas, se baje de su lujoso auto y mucho menos que camine al par suyo.
El chico regresó con dos panas de las medianas de ice cream, se las entregó a la chica y él comenzó a manejar.
— Dime a dónde iremos por favor, no me tengas en ascuas. —Ella no sabe para qué rumbo van, pues ella no conoce el lugar y mucho menos las calles por las cuales él se dirige.
— ¿Conoces el mar?
— No, mi madrina me prometió que cualquier día me traería para que lo conociera, pero hasta el sol de hoy no le ha quedado tiempo de hacerlo.
— Bueno, entonces quiero ser el primero en llevarte a que lo conozcas, estamos a pocos metros de un lugar que es bastante solo, es solo para parejas con mucho dinero, pero la mayoría llega hasta por la noche porque se aprecia una vista espectacular.
— Pero si es alejado de la ciudad, significa que puede ser peligroso.
— Claro que no guapa, y si lo fuera, no te pasará nada si estás conmigo.
Los chicos estuvieron un largo rato sentados en la arena a la orilla del mar, disfrutando del ir y venir de las hermosas olas que bailan como por arte de magia. Luego se regresaron porque ya casi anocheció y la chica dijo que su madrina se preocuparía por ella.
Los días iban pasando y ellos cada vez se volvían más cercanos, Mario José, sabía que la chica se había enamorado de él por la forma en que ella lo veía y actuaba. El lepidio que por el momento en el instituto no demuestren nada porque según las normas de la institución, es terminantemente prohibido formar parejas dentro de este.
La chica, como es tan inocente, le creía todo lo que él le decía, y esta vez no fue la excepción.
— ¿Y entonces, como vas con tu hermosa pareja? —le preguntó uno de sus amigos, sonriendo de forma burlesca.
— Estoy a punto de terminar el mes que me pusieron como plazo para fingir que tengo un amorío con esa chica.
— No, es que tú no nos has entendido aún verdad, hermano.
— ¿Cómo que no?, yo ya hice lo que me pidieron, no sé a qué más se refieren.
— Te pedimos que finjas por un mes, pero no solo frente a nosotros, tus amigos, sino que ante toda la institución, tienes que dar a conocer que ustedes son una pareja.
— Pero como lo haré, si ni siquiera le he pedido que sea mi novia.
— Pues lo harás.
— ¡¿Qué?!, no me pidan eso por favor, eso implica tener que besarla alguna vez y eso es un asco, mejor prefiero darle un apasionado beso a un sapo antes que a ella.
— Pues es tu problema si no lo quieres hacer.
— Me da vergüenza de cómo van a reaccionar todos, seré catalogado como un perdedor.
— Pues no lo hagas, y renuncia al reto del juego, pero ya sabes las consecuencias.
— Está bien, ustedes ganan, hoy mismo que la vea le pediré que sea mi novia y ustedes serán los encargados de difundir el rumor dentro del instituto.
— No hay pedo, con mucho gusto te ayudaremos en ello. Ya solo te queda menos de una semana para que termines el mes, las clases terminan; tú te gradúas y te vas de este país y no la volverás a ver jamás, así que no te preocupes por el que dirán.
Esa tarde, como ya se ha hecho una costumbre, Mario José recogió a Ángela en la estación de autobús y se fueron nuevamente a la playa, lugar que se ha convertido en su escondite perfecto.
— Ángela, yo sé que es muy pronto para pedirte algo muy importante que significa mucho para mí, la verdad es que necesito decírtelo desde ya porque temo perderte.
— ¿Qué me quieres decir? —La chica está más curiosa que nunca.
— Quiero pedirte que seas mi novia, ¿aceptas? —el chico está con una sonrisa de oreja a oreja que hace que a la chica se le olvide hasta como se llama.
— ¡Claro que sí, quiero ser tu novia! —Le respondió la chica, emocionada porque, según ella, se le había cumplido uno de sus deseos.
Esa tarde tuvieron su primer encuentro de amor, en la playa, bajo la luz de la luna que servía como testigo de lo que allí estaba pasando. Ángela Rosibel llamó a su madrina y le comunicó que llegaría un poco más tarde de lo habitual a la casa porque iría donde su amigo Ariel, a hacer una tarea del colegio.
Su madrina le creyó, pues ya conoce al chico y sabe que no se va a propasar con su ahijada porque a él le gustan las personas de su mismo sexo y eso hace que la señora le tenga mucha confianza.
Al día siguiente, Mario José esperó en la parada del bus a que Ángela llegara, cuando lo hizo, le dijo que se subiera a su auto para que juntos llegaran al instituto esta mañana. Desde el momento en que ella se bajó del auto del chico más guapo del instituto, todos los alumnos que los vieron comenzaron a murmurar entre ellos y más lo hacían las chicas, ya que en ningún momento se imaginaron que la alumna más fea del instituto haya tenido la oportunidad de subirse al auto de Mario José. El grupo de amigos del chico estaban pendientes a la espera de la llegada de la nueva parejita, puesto que él les dijo que hoy llegarían juntos para hacerles creer a todos que en realidad son pareja. Él sabe que este día sus padres no vendrán al instituto y por eso lo planeó, él les advirtió a sus amigos que hasta hoy llegaría con ese juego estúpido, ya que no soportaría las burlas. Los chicos estuvieron de acuerdo, y como hoy es el último día de clases de ellos como graduandos, por el hecho de que
Actualidad…— Señorita Hernández, reserve dos boletos de avión, mañana usted y yo nos vamos de viaje fuera del país. —Me pide y a la vez me informa mi jefe, un señor tan arrogante que en ocasiones no lo soporto.— ¿Es necesario que yo vaya también, señor?— Por supuesto que debes acompañarme, para eso eres mi mano derecha, ¿no crees?, y de paso puedes ser mi amante también. —Propuso el hombre cara de tacuache come gallinas, se acerca a mí e intenta tocar mis pechos con su asquerosa mano. No es la primera vez que recibo acoso por parte de él, pero como necesito el dinero he tenido que aguantarme, claro que nunca me he dejado tocar, pero sus palabras asquerosas siempre están presentes. Pero hoy debo de ponerle un alto, esto no debe seguir ocurriendo, puede ser que llegue un momento en que él se quiera propasar conmigo y no lo pueda detener, ahorita estoy a tiempo de evitar que eso suceda y lo haré.— Lo lamento, señor Ramírez, pero temo que no lo podré acompañar en ese viaje.— ¿Por qué
Ángela… — ¿Pasa algo, señorita? —me preguntó el muy idiota, al ver que yo me he quedado paralizada por la impresión de volver a verle después de muchos años y haber jurado que jamás en la vida me acercaría a él. —Pero no, aquí estoy frente a aquel estudiante que un día me avergonzó ante todo el instituto, porque sí, el mismo día que él me confesó de que yo solo era parte de su juego, todos se dieron cuenta de eso porque sus amigos se encargaron de hacerlo público, con el objetivo de humillarme a mí y engrandecerlo a él. Después de eso, me tocó lidiar sola con las burlas que a diario recibí en la semana siguiente que me restaba para acabar el año. — No me pasa nada jefe, bueno, en realidad si pasa, lamento esta noticia, pero tengo que renunciar a mi trabajo, por la razón que debo de viajar ahora mismo hasta mi ciudad. — ¿Cómo así que va a renunciar? ¿Acaso usted cree que aquí está en un potrero y que a la hora que se le antoje puede entrar y salir como si nada? Pues no señorita,
En todo el día de trabajo, Ángela, se lo pasó recordando lo que había sucedido siete años atrás, ella siempre está con el temor de que ese hombre se dé cuenta de que ella es la misma chica a la que humilló en el instituto. Ella teme que le vuelva a hacer otra humillación dentro de la empresa. Ella no sabe que ese hombre se enamoró de ella sin querer.Terminó con el trabajo que se le asignó, pasó por la oficina de Mario José, y se despidió de él, por ser su primer día de trabajo cumplirá a cabalidad con lo pedido. Luego se fue a la oficina de Juan Pablo, así se llama el novio de su amigo Ariel. Por el momento ella se está hospedando en su misma casa, entonces han quedado de acuerdo en irse juntos cada vez que se pueda.Ángela no le comentó a Juan Pablo, que ella desde hace mucho tiempo conoce a su jefe, al CEO de esa gran empresa, decidió no contarle nada porque le da pena que alguien más, aparte de su amigo Ariel, se dé cuenta de lo que pasó entre ellos y lo vergonzoso que fue el día
El fin de semana se terminó, y es momento de volver al trabajo. Tal y como su jefe se lo pidió a Juan Pablo, él no le ha comentado a Ángela, acerca de la conversación que tuvieron el día sábado. Sin embargo, él tiene la curiosidad por saber qué es lo que ellos dos esconden, y no se lo preguntó a su novio Ariel, porque es como si se lo estuviese preguntando a la chica, conoce muy bien a su pareja y sabe que no se lo dirá.— Buenos días, jefe. —Saludó Ángela, muy sorprendida al entrar a su oficina y ver a Mario José, sentado en el lugar donde ella debería de estar.— Buenos días, señorita Hernández. —Tome siento por favor, necesito hablar con usted. —Ordenó el jefe imponente. Él ha llegado más temprano de lo habitual y la ha esperado en su oficina porque no se aguanta las ganas de saber si en realidad ella es su chica del instituto, aunque su corazón le diga que sí, desde el principio y lata desbocado cada vez que ella se le acerca. Aun así, él tiene ciertas dudas y prefiere salir de e
Ángela se quedó en el pasillo esperando a que le los intrusos desocuparan su oficina. Su teléfono comenzó a vibrar con desesperación, ella lo sacó de su bolso y al ver que se trata de una llamada de parte de la escuela donde sus hijos asisten, de inmediato lo respondió y se retiró del pasillo, por si Mario sale que no la escuche hablar sobre ellos.Mario José le pidió a su prometida que por favor se retire de la empresa porque este día debe de atender un asunto muy importante y estaba planificándolo con su asistente. Y claro que es un asunto muy importante y urgente para él, pues desde ya se ha propuesto a reconquistar a su amor del pasado.La muchacha, como no tiene idea de que la nueva asistente es el amor de su prometido, después de darle un casto y forzado beso en los labios, aceptó retirarse de forma pacífica.El gran jefe salió de esa oficina e ingresó a la suya, él pensó encontrarse a su asistente allí, pero ella no estaba. Se asustó un poco, pues se le vino a la mente que quizá
El jovencito se alejó, pero su hermano salió detrás de él, ahora está dispuesto a rogarle a cualquier persona con tal de que le ayuden a que su chica le dé una segunda oportunidad. Lo alcanzó antes de cerrar la puerta del ascensor, listo para bajar a la primera planta y retirarse de la empresa, pues él ya cumplió con lo que Mario José, le pidió y no tuvo éxito. — ¡Por favor, hermano, tienes que ayudarme! El tiempo va de prisa y cada vez se acerca más el día de mi boda con aquella mujer. —suplicó el hermano mayor. — Bueno, pero tu solito te lo buscaste, ahora no tienes más remedio que aguantarte. — Pero es que yo no siento nada por ella, ni siquiera como a una amiga la considero. —el muchacho está desesperado, antes no le importaba mucho tener que casarse con ella, aunque no la amara, pero ahora que su Ángela, ha regresado, él quiere impedir a como dé lugar esa unión. — Pero bien que te la follaste cuando ella te daba clases, verdad. —recriminó el hermano menor. — Shh, calla herm
Ángela Rosibel ya lleva tres semanas consecutivas de estar trabajando en las empresas de la familia de Mario, cada día que ella llega a su oficina, siempre se encuentra con un hermoso ramillete de flores y una caja de chocolates blancos sobre el escritorio de madera, junto a ellos una nota con un poema, firmado por el mismo Mario José.Tal como él lo dijo, está dispuesto a hacer todo lo que sea para lograr que ella le dé esa segunda oportunidad que tanto le pide. Y por eso es que durante estos días, ha estado llegando más temprano, para él mismo colocar el presente en el escritorio de ella.— ¡Ja!, ni creas que con flores y chocolates me vas a conquistar, yo no necesito un hombre a mi lado para que me humille. —le escribió esta vez en la tarjeta que acompaña a las flores, tomó un sobre de papel manila y en él guardó la tarjeta para que nadie más viera su contenido. Luego llamó a la secretaria y le pidió que le llevara el sobre, al presidente.Mario José sonrió cuando la secretaria se l