Ángela sigue con su insistencia de preguntar por el estado de salud de su marido, Owen le ha dicho que él está bien y que pronto vendrá a verla. Él está confundido, porque el oficial le dijo que quizá su hermano no venía en el auto, pero Ángela le asegura y le jura por sus hijos, de que ellos venían juntos cuando el accidente ocurrió.— ¿Por qué me preguntas tanto que si Mario estaba conmigo? —¿Tú crees que yo estoy loca o que son puras alucinaciones mías? —La chica se enoja cada vez que Owen le pide que trate de recordar un poco más claro si de verdad Mario venía con ella. Él teme que debido a los golpes que recibió, es que ella esté desubicada y en su mente se le figure que Mario le acompañaba.Lo extraño es que su hermano ni siquiera contesta su celular, el accidente fue ayer en horas de la tarde y aun no se sabe nada de su paradero. Owen ya lo ha reportado como desaparecido y las autoridades han iniciado una búsqueda exhaustiva para tratar de localizarlo con la esperanza de que au
En un principio Mario José estaba alterado porque no podía ver nada, además sus manos estaban atadas a distintas cuerdas por lo mismo, pero cuando su hermano le explicó que tiene una venda en parte del rostro que le abarca sus ojos, se quedó tranquilo.— Hermano, tienes un golpe en la cabeza y en tu frente también, es por eso que te han vendado para cubrir todo y si despiertas que no te toques y te lastimes. —le explicó con calma.— ¿Owen?— Sí hermanito, soy yo. Aquí estoy, jamás me he separado de tu lado esperando este maravilloso momento porque siempre tuve la fe de que tú volverías a la vida.— Perdón por no reconocer tu voz, es que me siento demasiado débil.— No te preocupes hermano, yo te entiendo muy bien y no te culpo.Los médicos llegaron asombrados por la noticia de que el paciente que se creía que no había probabilidades de que él despertara lo ha hecho sin inconvenientes. —Todo está bien, no hay indicios de ceguera o de amnesia, este es un caso único entre mil. —comentó u
Hoy es un día muy importante para la familia, se ha llegado la hora prevista para el nacimiento de la hija de Owen. Él está loquito por tenerla entre sus brazos, pero una notificación lo ha puesto de cabeza. —Lo lamento señor, pero usted no puede entrar. —Le informó el médico. —¡Qué! —¿Pero por qué no lo puedo hacer si yo soy el padre de la niña? —reclamó el muchacho. —Este hospital tiene sus reglas y las debe de respetar. —Si una mujer viene a dar a luz y le acompaña su marido, pero estos no están legalmente casados, el hombre no puede entrar y por lo tanto ella dará a luz sola. —Que ridiculez. —se burló. —Yo solo le hago de conocimiento las normas, lo siento por usted si no está casado con la futura madre, pero no podrá entrar y le tocará esperar aquí afuera. —O al menos que usted decida en este momento pedirle matrimonio y ella lo acepte. —¿Eso se vale? —ahora sus ojos brillan con una esperanza. —Claro que sí, con tal de que se lo pida de corazón. —Je, si hombre eso es lo qu
— Mamá, ¿Hacia dónde vamos? —Preguntó el pequeño Alex, al ver que su madre está empacando de prisa las pertenencias de todos, en tres maletas ha preparado todo. — Viajaremos a otro país, mi amor. ―Le respondió su atenta madre. — ¿En avión, mamita? —le interrogó su otro hijo, el más terrible de sus gemelos. — Claro que sí, sé cuánto amas esos semejantes aparatos y por eso viajaremos en uno de ellos. — ¡Yeah! ¡Te amo, mamá, eres la mejor del mundo! —gritaron los dos al mismo tiempo y la abrazaron de su cintura. Siete años atrás… — Les prometo que no los defraudaré mis queridos padres, seré una buena estudiante y me convertiré en una Licenciada en Administración de Empresas como lo he soñado. Trabajaré por un tiempo y luego formaré mi propia empresa y ustedes se sentirán orgullosos de que su única hija haya triunfado en la vida. Esas fueron las palabras que Ángela Rosibel le dijo a sus padres antes de partir a la ciudad de San Esteban Olancho, en donde vivirá con su madrina mientra
Mario José vio alejarse a la chica, agradeció al cielo que el trayecto haya sido un poco corto, al ver que ella ya no lo podía localizar, arrancó su auto para dar la vuelta y se alejó de ese asqueroso barrio de quinta como él le nombró al nomás entrar. Él está acostumbrado a vivir en colonias o residenciales privadas en donde la apariencia vale mucho más que cualquier otra cosa. Poco después le envió un mensaje de texto a su grupo de amigos, diciéndoles lo que ha ocurrido en su primer intento por conquistar a la fea del instituto, sus amigos lo felicitaron porque así como van las cosas de rápido, lo más seguro es que pronto obtendrá lo que quiere. Al día siguiente… Ángela Rosibel, con mucho más ánimos que en días anteriores, se levantó e hizo su rutina en casa para luego irse a la calle para tomar el autobús que la llevará hasta el instituto. Ya puesta en el lugar, entró a sus clases con normalidad, lo raro es que no ha visto a Mario José, y a cada momento que lo recuerda, ella se
Al día siguiente, Mario José esperó en la parada del bus a que Ángela llegara, cuando lo hizo, le dijo que se subiera a su auto para que juntos llegaran al instituto esta mañana. Desde el momento en que ella se bajó del auto del chico más guapo del instituto, todos los alumnos que los vieron comenzaron a murmurar entre ellos y más lo hacían las chicas, ya que en ningún momento se imaginaron que la alumna más fea del instituto haya tenido la oportunidad de subirse al auto de Mario José. El grupo de amigos del chico estaban pendientes a la espera de la llegada de la nueva parejita, puesto que él les dijo que hoy llegarían juntos para hacerles creer a todos que en realidad son pareja. Él sabe que este día sus padres no vendrán al instituto y por eso lo planeó, él les advirtió a sus amigos que hasta hoy llegaría con ese juego estúpido, ya que no soportaría las burlas. Los chicos estuvieron de acuerdo, y como hoy es el último día de clases de ellos como graduandos, por el hecho de que
Actualidad…— Señorita Hernández, reserve dos boletos de avión, mañana usted y yo nos vamos de viaje fuera del país. —Me pide y a la vez me informa mi jefe, un señor tan arrogante que en ocasiones no lo soporto.— ¿Es necesario que yo vaya también, señor?— Por supuesto que debes acompañarme, para eso eres mi mano derecha, ¿no crees?, y de paso puedes ser mi amante también. —Propuso el hombre cara de tacuache come gallinas, se acerca a mí e intenta tocar mis pechos con su asquerosa mano. No es la primera vez que recibo acoso por parte de él, pero como necesito el dinero he tenido que aguantarme, claro que nunca me he dejado tocar, pero sus palabras asquerosas siempre están presentes. Pero hoy debo de ponerle un alto, esto no debe seguir ocurriendo, puede ser que llegue un momento en que él se quiera propasar conmigo y no lo pueda detener, ahorita estoy a tiempo de evitar que eso suceda y lo haré.— Lo lamento, señor Ramírez, pero temo que no lo podré acompañar en ese viaje.— ¿Por qué
Ángela… — ¿Pasa algo, señorita? —me preguntó el muy idiota, al ver que yo me he quedado paralizada por la impresión de volver a verle después de muchos años y haber jurado que jamás en la vida me acercaría a él. —Pero no, aquí estoy frente a aquel estudiante que un día me avergonzó ante todo el instituto, porque sí, el mismo día que él me confesó de que yo solo era parte de su juego, todos se dieron cuenta de eso porque sus amigos se encargaron de hacerlo público, con el objetivo de humillarme a mí y engrandecerlo a él. Después de eso, me tocó lidiar sola con las burlas que a diario recibí en la semana siguiente que me restaba para acabar el año. — No me pasa nada jefe, bueno, en realidad si pasa, lamento esta noticia, pero tengo que renunciar a mi trabajo, por la razón que debo de viajar ahora mismo hasta mi ciudad. — ¿Cómo así que va a renunciar? ¿Acaso usted cree que aquí está en un potrero y que a la hora que se le antoje puede entrar y salir como si nada? Pues no señorita,