Al día siguiente, Mario José esperó en la parada del bus a que Ángela llegara, cuando lo hizo, le dijo que se subiera a su auto para que juntos llegaran al instituto esta mañana.
Desde el momento en que ella se bajó del auto del chico más guapo del instituto, todos los alumnos que los vieron comenzaron a murmurar entre ellos y más lo hacían las chicas, ya que en ningún momento se imaginaron que la alumna más fea del instituto haya tenido la oportunidad de subirse al auto de Mario José.
El grupo de amigos del chico estaban pendientes a la espera de la llegada de la nueva parejita, puesto que él les dijo que hoy llegarían juntos para hacerles creer a todos que en realidad son pareja.
Él sabe que este día sus padres no vendrán al instituto y por eso lo planeó, él les advirtió a sus amigos que hasta hoy llegaría con ese juego estúpido, ya que no soportaría las burlas.
Los chicos estuvieron de acuerdo, y como hoy es el último día de clases de ellos como graduandos, por el hecho de que en cuatro días oficialmente será su evento de graduación, entonces a partir de hoy él ya no volverá a la institución.
Mario José bajó del auto, se acercó a la chica y deposito un beso en la cabeza de ella como muestra de cariño y le dijo que al terminar las clases la esperaría para que se fueran juntos.
— ¡Mario José!, ¿acaso te has vuelto loco?, le recriminó su verdadera novia cuando llegó al salón de clase.
— Diana, ya te dije que esto solo fue una penitencia de un juego que perdí y que los idiotas de mis amigos me obligaron a cumplir.
— Pero tú bien te pudiste haber negado a hacerlo, no creo que te hayan amenazado con un arma si no lo hacías.
— Tú no lo entenderías Diana, pero de verdad te lo digo que esto fue parte de ese reto.
— Pero, ¿cómo te atreviste a exhibirte con ella delante de todos?, y a mí no me has querido, pero ni dar el saludo delante de tus amigos, dizque que es mejor que nadie se entere de lo nuestro, a mí me tienes escondida y a esa usurpadora la exhibes.
—Diana, por favor entiéndeme que todo es parte del juego. Ya hoy me voy y no la volveré a ver.
— Bueno, está bien mi amorcito, pero quiero que vayas a estudiar a la misma universidad en que yo voy a estar y también quiero que le cuentes a tus padres sobre lo nuestro.
— ¿Sabes qué he estado pensando, Diana?
— ¿El qué mi amor? Déjame adivinar, mmm nos iremos a vivir juntos a Europa. ¿Es eso?
— No, Diana, quiero terminar mi relación contigo.
— ¡Qué! ¿Pero por qué mi amor? Ya son siete meses los que llevamos saliendo y nos la hemos pasado de lo mejor. —Por favor dime que no es cierto lo que me estás pidiendo.
— Claro que si es cierto, a partir de hoy quiero comenzar un nuevo estilo de vida y en él tú no estás incluida.
— ¿Te has enamorado de la fea del instituto? ¿Es por ese adefesio que me estás dejando?
— No, jamás dejaría a alguien solo por esa chica cuatro ojos.
— Te odio Mario José, y te juro que me las vas a pagar. Jamás vas a ser feliz porque yo siempre estaré encima de ti en donde sea que te encuentres. —Dijo la chica muy enojada, tomó sus cuadernos y se fue hacia la parte de atrás del salón para no estar cerca de su ahora exnovio.
A la hora del receso, Diana fue a buscar a Ángela para contarle lo que Mario José está haciendo con ella, la buscó en su salón de clases, pero no la encontró, entonces la buscó en el patio y a lo lejos la vio que estaba sentada debajo de un árbol platicando con el chico raro.
— ¡Hola chicos! —les saludó Diana. Y los jóvenes se voltearon a ver entre ellos, ya que se les hacía extraño que la chica fresa del instituto les estuviera hablando a ellos.
— ¡Hola! —le respondieron los dos al mismo tiempo con cara de confusión.
— Me gustaría hablar contigo sobre un asuntito Ángela, no sé si quieres que te lo diga delante de tu amigo o prefieres que estemos a solas.
— Adelante, cuéntame delante de él lo que sea que tengas por decir.
— Hoy te vi que llegaste en el auto de Mario José, ¿sabías que yo soy su novia?
— Eso no puede ser cierto, yo soy su novia.
— ¿Desde cuándo?.
— Bueno, apenas ayer me pidió que seamos novios.
— Ja, ja, ja eres muy ingenua chiquilla, me imagino que él no te ha contado que todos estos días tú has sido solo un juego para él.
— A ti no te voy a creer nada.
— Si no me quieres creer a mí, ve y pregúntale a cualquiera de su grupo de amigos, ellos fueron los que le dijeron que lo hiciera, como castigo porque perdió un juego.
— Eso es completamente falso. Él me dijo que yo le gusto. —Dijo Ángela Rosibel, y es que ella se niega a que su amor le haya jugado una broma de mal gusto, o que haya sido solo un trofeo para él.
— Te sugiero que se lo preguntes a él directamente y verás que yo no te estoy mintiendo.
— ¿Por qué me cuentas todo eso, que ganas tú con que yo lo sepa?
— La verdad yo no gano nada, pero lo hago porque él me cortó hoy, y estoy muy molesta por eso y he llegado a la conclusión que podría ser que también yo haya sido un juego entre él y sus amigos.
— De todos modos, gracias por decírmelo, hablaré con él a la salida.
Diana se fue y Ariel comenzó con el interrogatorio, ya que él no había llegado aún al instituto cuando su amiga se presentó junto a Mario José.
— ¿De qué me he perdido amiga? —preguntó el chico con una sonrisa.
— Perdón por no habértelo comentado antes, pero, es que como apenas vamos empezando a salir, no quería hacerte bulla aún.
La chica le comentó a su amigo todo lo que ha pasado en estos días atrás en los que ha sido muy feliz sabiendo que el chico de sus sueños ha compartido ya un tiempo con ella.
Unos minutos antes de que su clase terminara, Ángela se retiró del salón y se fue al estacionamiento, se sentó en un sillón que había cerca del auto de Mario José, y allí lo esperó.
El chico, como ya tenía planeado irse del instituto antes de que Ángela saliera de sus clases, llegó a su auto para marcharse, pero la chica fue muy astuta y le salió a su paso.
— ¿Es cierto lo que me han dicho sobre ti, Mario José? —El chico que no se había dado cuenta de que ella estaba allí, se asustó y de volada se volteó, quedando frente a frente.
— ¿A qué te refieres Ángela?. —Preguntó, haciéndose el confundido.
— ¿Solo he sido un juego para ti? —ella habló con un nudo en la garganta.
— Lamento, si te ilusionaste con lo que yo te he dicho, yo solo estaba cumpliendo un reto y ya lo logré, así que ya te puedes ir olvidando de mí. —soltó de golpe, sin ningún remordimiento de conciencia.
— ¿O sea que me has usado, haciéndome creer que yo te gustaba?
— Ya te dije que lo siento, yo jamás me fijaría en alguien como tú, pudiendo tener a las bellezas que yo quiera y cuando quiera. —Tú eres un asco de mujer, una pérdida de tiempo, jamás estarás a mi altura porque eres una mediocre y nunca vas a lograr algo bueno en tu vida.
— Ojalá que un día te hagan lo mismo que me hiciste, que te engañen y te rompan el corazón como tú has hecho conmigo.
—Te entregué lo más preciado para mí que es mi virginidad, tú has sido el primer hombre en mi vida y mira como me pagaste, nunca debí de haberte creído cuando me dijiste que yo te gustaba, te odio m*****a sea, te odio.
Actualidad…— Señorita Hernández, reserve dos boletos de avión, mañana usted y yo nos vamos de viaje fuera del país. —Me pide y a la vez me informa mi jefe, un señor tan arrogante que en ocasiones no lo soporto.— ¿Es necesario que yo vaya también, señor?— Por supuesto que debes acompañarme, para eso eres mi mano derecha, ¿no crees?, y de paso puedes ser mi amante también. —Propuso el hombre cara de tacuache come gallinas, se acerca a mí e intenta tocar mis pechos con su asquerosa mano. No es la primera vez que recibo acoso por parte de él, pero como necesito el dinero he tenido que aguantarme, claro que nunca me he dejado tocar, pero sus palabras asquerosas siempre están presentes. Pero hoy debo de ponerle un alto, esto no debe seguir ocurriendo, puede ser que llegue un momento en que él se quiera propasar conmigo y no lo pueda detener, ahorita estoy a tiempo de evitar que eso suceda y lo haré.— Lo lamento, señor Ramírez, pero temo que no lo podré acompañar en ese viaje.— ¿Por qué
Ángela… — ¿Pasa algo, señorita? —me preguntó el muy idiota, al ver que yo me he quedado paralizada por la impresión de volver a verle después de muchos años y haber jurado que jamás en la vida me acercaría a él. —Pero no, aquí estoy frente a aquel estudiante que un día me avergonzó ante todo el instituto, porque sí, el mismo día que él me confesó de que yo solo era parte de su juego, todos se dieron cuenta de eso porque sus amigos se encargaron de hacerlo público, con el objetivo de humillarme a mí y engrandecerlo a él. Después de eso, me tocó lidiar sola con las burlas que a diario recibí en la semana siguiente que me restaba para acabar el año. — No me pasa nada jefe, bueno, en realidad si pasa, lamento esta noticia, pero tengo que renunciar a mi trabajo, por la razón que debo de viajar ahora mismo hasta mi ciudad. — ¿Cómo así que va a renunciar? ¿Acaso usted cree que aquí está en un potrero y que a la hora que se le antoje puede entrar y salir como si nada? Pues no señorita,
En todo el día de trabajo, Ángela, se lo pasó recordando lo que había sucedido siete años atrás, ella siempre está con el temor de que ese hombre se dé cuenta de que ella es la misma chica a la que humilló en el instituto. Ella teme que le vuelva a hacer otra humillación dentro de la empresa. Ella no sabe que ese hombre se enamoró de ella sin querer.Terminó con el trabajo que se le asignó, pasó por la oficina de Mario José, y se despidió de él, por ser su primer día de trabajo cumplirá a cabalidad con lo pedido. Luego se fue a la oficina de Juan Pablo, así se llama el novio de su amigo Ariel. Por el momento ella se está hospedando en su misma casa, entonces han quedado de acuerdo en irse juntos cada vez que se pueda.Ángela no le comentó a Juan Pablo, que ella desde hace mucho tiempo conoce a su jefe, al CEO de esa gran empresa, decidió no contarle nada porque le da pena que alguien más, aparte de su amigo Ariel, se dé cuenta de lo que pasó entre ellos y lo vergonzoso que fue el día
El fin de semana se terminó, y es momento de volver al trabajo. Tal y como su jefe se lo pidió a Juan Pablo, él no le ha comentado a Ángela, acerca de la conversación que tuvieron el día sábado. Sin embargo, él tiene la curiosidad por saber qué es lo que ellos dos esconden, y no se lo preguntó a su novio Ariel, porque es como si se lo estuviese preguntando a la chica, conoce muy bien a su pareja y sabe que no se lo dirá.— Buenos días, jefe. —Saludó Ángela, muy sorprendida al entrar a su oficina y ver a Mario José, sentado en el lugar donde ella debería de estar.— Buenos días, señorita Hernández. —Tome siento por favor, necesito hablar con usted. —Ordenó el jefe imponente. Él ha llegado más temprano de lo habitual y la ha esperado en su oficina porque no se aguanta las ganas de saber si en realidad ella es su chica del instituto, aunque su corazón le diga que sí, desde el principio y lata desbocado cada vez que ella se le acerca. Aun así, él tiene ciertas dudas y prefiere salir de e
Ángela se quedó en el pasillo esperando a que le los intrusos desocuparan su oficina. Su teléfono comenzó a vibrar con desesperación, ella lo sacó de su bolso y al ver que se trata de una llamada de parte de la escuela donde sus hijos asisten, de inmediato lo respondió y se retiró del pasillo, por si Mario sale que no la escuche hablar sobre ellos.Mario José le pidió a su prometida que por favor se retire de la empresa porque este día debe de atender un asunto muy importante y estaba planificándolo con su asistente. Y claro que es un asunto muy importante y urgente para él, pues desde ya se ha propuesto a reconquistar a su amor del pasado.La muchacha, como no tiene idea de que la nueva asistente es el amor de su prometido, después de darle un casto y forzado beso en los labios, aceptó retirarse de forma pacífica.El gran jefe salió de esa oficina e ingresó a la suya, él pensó encontrarse a su asistente allí, pero ella no estaba. Se asustó un poco, pues se le vino a la mente que quizá
El jovencito se alejó, pero su hermano salió detrás de él, ahora está dispuesto a rogarle a cualquier persona con tal de que le ayuden a que su chica le dé una segunda oportunidad. Lo alcanzó antes de cerrar la puerta del ascensor, listo para bajar a la primera planta y retirarse de la empresa, pues él ya cumplió con lo que Mario José, le pidió y no tuvo éxito. — ¡Por favor, hermano, tienes que ayudarme! El tiempo va de prisa y cada vez se acerca más el día de mi boda con aquella mujer. —suplicó el hermano mayor. — Bueno, pero tu solito te lo buscaste, ahora no tienes más remedio que aguantarte. — Pero es que yo no siento nada por ella, ni siquiera como a una amiga la considero. —el muchacho está desesperado, antes no le importaba mucho tener que casarse con ella, aunque no la amara, pero ahora que su Ángela, ha regresado, él quiere impedir a como dé lugar esa unión. — Pero bien que te la follaste cuando ella te daba clases, verdad. —recriminó el hermano menor. — Shh, calla herm
Ángela Rosibel ya lleva tres semanas consecutivas de estar trabajando en las empresas de la familia de Mario, cada día que ella llega a su oficina, siempre se encuentra con un hermoso ramillete de flores y una caja de chocolates blancos sobre el escritorio de madera, junto a ellos una nota con un poema, firmado por el mismo Mario José.Tal como él lo dijo, está dispuesto a hacer todo lo que sea para lograr que ella le dé esa segunda oportunidad que tanto le pide. Y por eso es que durante estos días, ha estado llegando más temprano, para él mismo colocar el presente en el escritorio de ella.— ¡Ja!, ni creas que con flores y chocolates me vas a conquistar, yo no necesito un hombre a mi lado para que me humille. —le escribió esta vez en la tarjeta que acompaña a las flores, tomó un sobre de papel manila y en él guardó la tarjeta para que nadie más viera su contenido. Luego llamó a la secretaria y le pidió que le llevara el sobre, al presidente.Mario José sonrió cuando la secretaria se l
Al salir de la oficina de su amor, Mario José se fue a su casa, tomó una maleta de color negro que tenía guardada en un porta maletero y en ella guardó algunas de sus pertenencias, lo más esencial que necesitará para los días que dure su viaje. Su madre, que en ese momento estaba en casa, le preguntó que para donde iba. Él le mintió, le comentó que se le presentó una emergencia y que tendría que viajar de inmediato fuera de la ciudad B.— Yo sé que no hay ninguna emergencia, hijo. Mi corazón de madre me dice que lo que tú estás tratado de hacer es escapar de la soga que tu padre está a punto de ponerte en el cuello. ¿Cuéntame, que pretendes hacer? —Le consultó su madre. —Ella conoce muy bien a sus dos hijos y sabe que su tesoro mayor está atravesando una difícil situación.— Mamá, tengo que irme. No encuentro otra cosa más que hacer para impedir que ese matrimonio se lleve a cabo.— Y si contratas a una chica para que se haga pasar por tu ex pareja y que diga que está esperando un hijo