Zenda
Listo, ya terminé de revisar la mitad del papeleo. Mira el reloj y veo que ya es lo hora del descanso. La secretaria, que por cierto es agradable, me dijo que había una cafetería que es de la empresa.
Entonces, iré ahí.
Ya en la cafetería, veo que es bastante amplia y hay varios empleados. Es muy tipo vintage. Me gusta.
- Hola,¿ me pone un bocadillo y un capuchino cremoso por favor?- Le digo a la chica que está en el mostrador.
-Si, en 5 minutos está. ¿Para llevar o para comer aquí?
- Aquí.- Le sonrío y me siento en una mesa, alejada de los demás,en la esquina.
Al cabo de unos 5 minutos mirando la ciudad,viene la chica.
-Aquí tiene. Que lo disfrute.
-Gracias.
Estoy distraída en mis pensamientos, que no me doy cuenta que se ha sentado un chico enfrente mía.
-Hey.- Me dice.
-Hola.- Digo algo tajante. Siempre soy así con gente que no conozco.
-Se que no nos conocemos, pero tampoco es un motivo para que me respondas así.- Me dice él,sonriendo encima.
Sin responder, le miró detenidamente. Tendrá unos 22-23 años, tiene tatuajes por los brazos y el cuello, también tiene pendientes y un piercing en la nariz.
- He venido hace 2 meses a trabajar en esta empresa,soy uno de los diseñadores. -Me cuenta.-¿Y tú?
- ¿Por qué te lo tendría que decir? ¿Y si eres un acosador? - Le digo con una ceja levantada.
-Eh tranqui, no me va el sexo opuesto - Me dice guiñándome un ojo. Así que es gay. No tengo nada en contra de ellos. Pero que una persona se acerque a hablarme....no lo sé, nunca tuve amigos.
-Ah vale, soy la asistenta personal del señor Rizzo.- Le digo.
- Oh, del señor griego, Alessandro adonis Rizzo - Dice con tono afeminado.
Me río, puede ser que me caiga bien ahora. Quien sabe...
- Mi piaci - Le digo en italiano. Me agradas.
Sonríe y me dice -Anch'io - A mí también.
Me quedo estupefacta. No creí que sabía hablar italiano.
-¿Sabes hablar italiano? -Le digo un poco más interesada.
- Claro, nací allí. Al igual que el señor griego, es una coincidencia.- Me dice sonriendo, creo que este chico vive sonriendo todo el rato.
- Me lo suponía.
- ¿Cómo te llamas, chica misteriosa?
-Zenda, ¿tú? - Le contesto, acabando mi bocadillo y el capuchino.
-Antoni, pero si quieres me puedes llamar Anto.
- Claro.- Me gusta su nombre, es sencillo y bonito.
-Bueno, pues cuéntame sobre ti.
- Me llamo Zenda, tengo 22 años, sé 8 idiomas, me gusta el color amarillo y el alcohol es mi confidente.¿Tú?
- Adoro tu vida, -dice sarcástico, que confianzas - me llamo Antoni, soy gay, tengo 23 años, nací en Italia específicamente en Roma, me gusta el color azul y soy del equipo de las 3s.
-¿Las tres qué? - Le digo confusa.
-Las 3s cariño, soltero, solo y suelto.
Me quedo mirándole algo rara. No es por lo que ha explicado,si no por el apodo.
No... sé, pero no suelen llamarme por apodos y me pareció raro. Quizás es porque el habla así.
Miro el reloj y veo que ya va a finalizar el descanso,tengo que irme.
-Oye tengo que irme ya, se me va a acabar el descanso ya.Un placer conocerte,Antoni - Le digo algo apenada por dejarle aquí, me ha caído bien.
-Oh, no pasa nada, pero espera...¿Me das tu número de teléfono para poder hablar? Podemos quedar algún día de estos.-No lo sé...dudo un poco.- Vamos, no soy un acosador.- Me dice en broma.
-Eh si, toma -Le doy el número- Nos vemos.
-Adeu.- Me dice y salgo de la cafetería.
Tengo un amigo. Que es gay. Sueño de cualquier mujer. Tampoco es tan malo relacionarse con alguien, pienso.
-Tú no, nadie te quiere, ni siquiera te ha querido Manuel.
-Ya te extrañaba,-digo sarcástica- y no sabes nada para opinar.
Oh claro que lo sé, más de lo que tú crees....Zen.
Vaya día. He trabajado bien para mi primer día, no había reuniones ni juntas así que me he ahorrado eso. Solo tenía que pasarle algunos papeles a Alessandro, que no es nada amable con sus empleados, es más, exige más y más. A mi de momento no, pero no me extrañaría que mañana a primera hora me gritase o algo.En fin, estoy tumbada en la cama de la habitación de huéspedes de Lili.Ellos no están, me dijeron que estarían 6 meses haciendo un tour por el mundo. Mejor para mí en realidad.Estoy casi por dormirme cuando me vibra el móvil:*2 mensajes de números desconocidos* Abro el primer mensaje y veo que es Anto:-Holiss Zendiii, te quería decir buenas noches y que me has caído muy bieen. A ver para cuando un café.
No...no..no,no,no- ¡No! - grito respirando agitadamente.- Ay no, otra vez no...- Digo tapándome la cara con las manos.Eran pesadillas, las mismas de siempre, el mismo escenario. Ya decía yo que últimamente dormía algo mejor.Miro la hora y veo que son las 6:30.-¡Mierda, el viaje! - Digo levantándome de un salto. Dios, no me dará tiempo.Entro a la ducha rápidamente y en 5 minutos ya estoy duchada y perfumada. Bajo a hacerme el desayuno mientras pienso que poner en la maleta, tampoco es que tenga gran cosa pero me es suficiente.Tendré que cogerle algún vestido a Lili. Jamás he visto Italia, pero cogeré de todo un poco; camisetas de manga corta, de manga larga,shorts y pantalones. Y llevaré mis Vans de siempre.Veo la hora y...¡Oh mierda! Se me hace tarde. Hago la maleta lo más rápido que puedo s
No, no puedo seguir así. Si no muero por culpa del jet, moriré de un infarto. He dejado pasar los ruidos esos extraños, pero ahora ya definitivamente no. Otra vez los malditos ruidos pero ahora con más insistencia.A la mierda todo, tengo miedo e iré a donde Alessandro. Ya pensaré en las consecuencias después.Hay 3 habitaciones, dos de ellas abiertas. Así que supongo que la última estará él. Tomo algunas respiraciones y toco la puerta. Nadie. Toco con más insistencia y nada. Entro despacio y le llamo en susurros:- Alessandro, Alessandro...pssÉl se remueve y se gira en mi dirección abriendo un poco los ojos.-¿Qué pasa señorita Moore? - Dice adormilado y ahora que me doy cuenta...no sé qué decirle.
Dios, que patética soy. ¿Por qué soy tan impulsiva? Pasé la mayor vergüenza de mi vida y todo por mis impulsos. En 10 minutos aterrizaremos , según el piloto. Cuando faltan ya 5 minutos, siento una mano encima de la mía, estoy por quitarla bruscamente cuando me doy cuenta que es Alessandro. Hago de todos mis intentos para no quitársela.Porque la mini-siesta que me eché me ha servido de algo, aparte de pasar vergüenza, me ha hecho reflexionar algo; está claro que por más que trabaje, no conseguiré el dinero.Está claro que no, Zen -dice - tendrás que hacerlo...si no, sabes cuáles son las consecuencias. Aunque, no me gustaría irme - dice con pena fingida.No puedo responderle, ya que Alessandro está cerca mía.AlessandroYa tengo a mi presa, me servirá. Mis padres la adorar
Ya llegamos a Italia. Ha superado mis expectativas. Es muy grande y con varios sitios turísticos. No he cerrado la boca en todo el viaje del coche al hotel. Seguramente Alessandro piense que soy patética,pero en mi vida he visto Italia. Es impresionante.-¿Cuánto queda por llegar? - Le pregunto.- 15 minutos - Dice él sin mirarme con su móvil de último modelo. Veo que lo tendré difícil.Después de 15 minutos, llegamos al hotel. Que la palabra hotel le queda pequeña, es gigante y muy moderno a decir verdad. Vamos a recepción, Alessandro es el que habla.-Hola,¿en qué puedo ayudarle? - Dice él recepcionista.-Tengo dos habitaciones individuales a nombre de Alessandro Rizzo.
Me remuevo en la cama. Y ya me estoy estresando. Dos cosas, hace mucho calor y algo está sonando. Veo que tengo un agarre en mi cintura. Confusa me giro y lo veo.-Alessandro, pss -Le digo susurrando.-Mmmm....un ratito. -Dice con voz ronca.-Levántate, tenemos que ir a la dichosa cena.-Le digo queriéndome apartar, -anda ya, suéltame.-No quiero,- aprieta más el agarre en mi cintura. Es como un niño pequeño.Veo que lo que suena es la alarma,me estiro un poco y la apago...pero gran error. Al bajar la mirada, el señorito ya está despierto...y estamos cara a cara, a pocos centímetros de nuestras bocas. En un rápido movimiento me pone debajo de él.
Tierra trágame. Estoy de lo más aburrida. Llevo una hora tragándome a un montón de magnates, empresarios, inversores....y mi boca duele de tanto sonreír. Quiero quitarme estos tacones del infierno y comer algo. Pero como es algo imposible toca aguantarme ir de la mano a todos los jodidos lados con el adonis.-Alessandro, estoy cansada.¿Nos podemos sentar al menos 5 minutos? -Digo exasperada ya.Me ignora y me lleva a una mesa donde hay una señora y señor de avanzada edad.-Alessandro, viejo amigo.- Dice el señor, sonriendo.-Angelo, Martina. Un placer verlos de nuevo.-¿Qué tal muchacho? - Dice Martina.-Muy bien,¿y usted?- Nada de formalismo chico, te conozco aún cuando llevabas pañales. ¿Y quien es esta señorita ta
Estoy en un profundo abismo. No veo nada, pero si siento que están hablando. Me duele la cabeza y justamente me viene una punzada de dolor, emito un quejido. Siento la garganta seca y quiero abrir los ojos, pero no puedo. Supongo que estoy en un hospital por el olor. Nunca me llegaron a gustar del todo los hospitales.Intento abrir los ojos otra vez y no puedo, tampoco puedo moverme. Entro en pánico de suponer la opción de...-Zenda, tranquila. Hay mucho sedante en tu organismo por eso no puedes moverte, intenta abrir los ojos. -Dice Alessandro.Siento un alivio en mi inmediatamente al escuchar sus palabras.Intento otra vez abrir los ojos y está vez si lo logro, pero solo por un lapso tiempo ya que me cega la luz. Esta vez sí puedo abrir los ojos y lo primero que veo es el rostro de Alessandro.
Último capítulo