Capítulo 4

Estoy caminando para Industrial Boss Rizzo. Por fin llegó el día. Llevo mis Vans de siempre, un pantalón vaquero y una blusa azul, un poco de rímel y labial. No me gusta mucho el maquillaje que digamos.

Llegué. Ahora que me doy cuenta, es enorme pero eso no me intimida. No estoy nerviosa porque confío en mi, con el tiempo aprendí a confiar en mí. Otra vez la rubia Barbie.

-Hola, ¿me podría decir en qué piso se encuentra la secretaria del señor Rizzo? 

- Si, piso 45, a la izquierda la encontrarás - Me dice con voz chillona. Te juro que cada vez la soporto menos.

No le doy las gracias, paso. Voy al piso correspondiente y después de 20 minutos, básicamente, me dice las normas,mi horario y me cuenta por encima que debo hacer y/o decir en cada ocasión.

Pero no entiendo una cosa.....<< Prohibido tener relaciones entre trabajadores, si no te sancionan>> que les importa si tenemos o no, que no influya en el trabajo y ya. Pero eso para mí es fácil, no me involucré en ninguna relación desde aquella vez...

Alessandro

Estaba revisando unos papeles cuando toca alguien. No sé quién puede ser ya que mi secretaria no me informó de que iba a venir alguien.

-Adelante.- Digo mirando hacia la puerta.

-Hola, hijo.- Es mi padre, sonrío.

- Padre, pasa.- Le digo, toma asiento - ¿A qué viene tu visita? - Normalmente el viene cuando es algo que me tiene que informar de las empresas, ya que el 65% de las empresas son todavía suyas, no entiendo porque ya no me las da todas.

- Venía a decirte algo que quizás te guste. - Dice sonriendo, raro de él.

-¿Él qué? - Le digo intrigado.

-Siempre me preguntabas que porque no te daba el 65% de mis empresas, pues estás de suerte hijo. Tendrás el 65% de las empresas en tu mano.

-Al fin, pero...tendré que darte algo a cambio,¿no? - Tan fácil no me lo iba a dar, lo conozco.

- Bueno, tienes razón. Como sabes yo y tu madre estamos ya algo viejos y nos gustaría pedirte algo. Queremos que te cases y dejes tus juegos de mujeriego.

¿QUÉ? ¿Casarme? ¿Ahora? - No - Le respondo.

-Escuchame primero.- Me dice reprimiendome - Tienes una fecha límite, si vemos que en verdad estás casado y te gusta la mujer y no es de esas rubias que juegas con ellas, te llevarás el 65% de mis empresas. Tendrás en tu poder todas, pero si no...tu primo se las llevará. Tú decides.

Bufo. Mi primo no hace absolutamente nada, siempre nos hemos odiado. El me traicionó, me quitó al amor de mi vida y por eso soy así. Pero no sé las dejaré, encima de mi cadáver.

- ¿ Hasta cuánto tengo? - Ya pensaré más tarde como lo haré, pero tendré todas las empresas, cueste lo que cueste.

- Así se habla hijo. Tienes 10 meses. Para conocer a alguien, casarte y hacer la boda o una fiesta. Lo que tú quieras,pero tenéis que estar en los actas de casado y esos papeleos. Ya me dirás. Tengo que irme.- Me dice y se fue.

Suspiro pesadamente, esto es más difícil de lo que me imagino. Es casarse, con alguien que no quiero, de momento, pero también están las empresas. Ya lo pensaré más detenidamente.

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