Me encontraba en una silla disfrutando la vista paradisiaca frente a mí, la brisa pasaba suavemente refrescando el caluroso día mientras el sol pegaba con intensidad. El mar acariciaba la arena con cada ola bañando su piel, la misma que prendía la vista de los ojos pecaminosos que tenía a su alrededor. Salió con tal sensualidad del agua, que parecía brillar con cada paso y llegó a la arena moviendo un poco su cabello para retirar el exceso lanzando a su vez una sensual mirada con una pícara sonrisa al ver el deseo en los turistas. Se inclinó tomando sus prendas las cuales vistió lentamente con un serpentino movimiento, todos estaban boquiabiertos disfrutando la escena hasta que ella se giró permitiendo ver con mayor claridad el hábito y seguido, acomodó el rosario en su cuello. Todos quedaron con una incómoda erección, pero tampoco le quitaron la atención de encima al verla caminar hacia mí, la recibí entre mis brazos con un profundo beso acompañado de mis manos en su trasero. Al se
Un año después. Este último año trajo muchos momentos difíciles para mi familia, incluso para Enrique y Claude quienes han tenido que lidiar con mucho en sus vidas de la misma forma en que lo hicimos Alma y yo, pero nunca nos faltó el apoyo entre los cuatro. También me habría encantado tener el apoyo de Monteiro y más porque sé cuán cercano se hizo a Alma, pero desgraciadamente no contábamos con su compañía, no obstante, su partida no fue la única que lamentamos, especialmente hoy que es un día gris para mí. Es duro tener que verme al espejo vestido de negro para ir a un funeral. No pensé recibir esa noticia a medianoche y lo peor era tener que ver a mi hijo llorar por su ausencia, él no tenía ánimo de nada y solo quedaba en mis brazos siendo sus sollozos lo único que se escuchaba. Caminé hacia un lado de la habitación divisando la cuna donde reposaba tan dulce figura, el tercer regalo más bello que me dio mi amor, pues en mi cabeza y mi corazón Ángela seguía siendo mi hija aun cua
FAMILIA MONTENEGRO: -Matrimonio: Francisca de Montenegro y Claudio Montenegro -Hijos: Raúl, Francisco y Alma. ------- FAMILIA VALENCIA: -Matrimonio: Sarah de Valencia y Rogelio Valencia -Hijos: Juan Carlos, Christian y Pablo. ------- FAMILIA SANTODOMINGO: -Matrimonio: Mariela de Santodomingo y Pedro Santodomingo -Hijos: Manuel y Lucía. ------- FAMILIA DE LA ESPRIELLA -Matrimonio: Cecilia de la Espriella (Viuda) y Ovidio de la Espriella (RIP) -Hijos: Mariana, Carolina y Vanesa. (…) Dicen que la vida de un sacerdote no es fácil de sobrellevar cuando renuncia a tener una esposa, hijos, nietos, generaciones de lo que pudo ser se desvanecen dándole paso a las obras que Dios nos permita hacer en vida. Jamás vi lo malo en eso, desde mi juventud supe lo que quería y nunca me arrepentí de las decisiones que tomé respecto al tema. Sin embargo, sí existe algo que pesa en la consciencia de todo hombre que decide entregar su vida a Dios y es el secreto de confesión, aquel acto tan
Abrí mis ojos con una infernal ola de calor recorriendo mi cuerpo ante el sueño que tuve, uno de muchos que me acompaña desde hace ocho años en la mayoría de mis noches. Mi mente trae el recuerdo de todo lo que vivimos en esos meses que significaron tanto para mí, que trajo muchas lecciones de vida y todo gracias a un hombre que no he podido olvidar, que mi corazón se niega a sacar del lugar que hizo para él con sus sonrisas, su caballerosidad y su bondad.Me levanto al saber que no seguiré durmiendo aun cuando todavía sea de madrugada, no necesito ver la hora para saber que son las cuatro en punto, misma hora en la que su bus partió de este pueblo alejándose para siempre de mi vida y dejándome un gran vacío que no he podido llenar con nada ni nadie.Primero dejé el agua fría recorrer mi piel para calmar este calor veraniego de la época y el que me produjo su rostro en sueños, cuando estoy tranquila paso a la templada y enjabono mi cuerpo pensando en todo lo que haré el día de hoy. Un
ChristianEl retorno a casa no fue corto, de hecho, no recuerdo que el día de mi partida tardase tantas horas entre un punto y otro, pero al menos tuve tiempo para pensar en todo y calmar mis ideas, la ola de emociones que me generaba el regresar a la tierra que me vio nacer y sobre todo, el pensar que quizás volvería a verla era demasiado para mí.Muchas veces a lo largo de estos años deseé tener una fotografía de nosotros, pero solo en recuerdos y sueños era posible tenerla conmigo nuevamente. No mentiré, muchas veces mi cabeza me jugó una mala pasada recordándome la última semana que estuve con ella y en la cual emergió el pecado en nosotros, claro está que en ese entonces no era sacerdote y bien podía estar con todas las mujeres que quisiera, pero ella fue la primera y única a la cual me entregué en cuerpo, mente, alma y corazón.Asimismo, hubo muchas ocasiones en las que quise volver, renunciar a mi sueño y estar con ella, quizás trabajaría en el campo igual que mi padre y mi her
ChristianAl día siguiente me dediqué a revisar todo lo que tenía el padre Ocampo, año a año desde que me fui estuve informándome de lo que hizo, los matrimonios, bautizos y demás eventos celebrados por él, también revisé las finanzas confirmando lo que había dicho mi madre la noche anterior, Alma estuvo muy al pendiente de todo en este lugar e incluso apoyó económicamente varios proyectos.No pude evitar sentirme feliz ante cada palabra registrada por ambos y ver todo lo que ella hizo por la iglesia, el padre y este pueblo, especialmente los niños, pues gracias a ella comenzaron una tradición dos años después de que me fuera donde se hacía una fiesta exclusivamente para ellos y de las ventas que hacía, se llevaban las ganancias al hospital para brindar atención a los que más lo necesitaran en el área de pediatría y maternidad, todo eso me provocaba una inmensa felicidad.Aunque por muy feliz que me hiciera ver todas estas acciones, también me hizo preguntarme qué fue de la vida de el
ChristianEsas fueron las primeras palabras que escuché de sus rosáceos labios, su voz seguía siendo angelical y al mismo tiempo guardaba algo en ella, no sabría decir si era dolor, ira, resentimiento o quizás era producto de mi imaginación ante la tensión que sentía por verla nuevamente. Me dije mentalmente que no debía desfallecer, lo pasado es pasado y ahora eran ocho años los que nos separaban, años en los que pasaron muchas cosas con nosotros, años en los que cada uno hizo una vida lejos de aquí, del otro… y aun así me hacía sentir tan nervioso ante su presencia.—Gracias, me alegra saber que estás aquí y por lo visto muy bien —dije. Sus mejillas se ruborizaron haciéndonos esbozar una sonrisa maravillosa.—Es usted muy amable… padre Valencia.Debí tragar grueso ante su pecaminosa voz con rostro celestial, pero en mi nerviosismo intenté retomar el autocontrol.—No veo motivos para no serlo cuando todos se han portado bien conmigo.—¿Yo me he portado bien con usted? Vaya, me halaga
Alma El camino a casa de los Valencia fue un poco extraño para mí, pese a que los hermanos iban al frente en la camioneta, éramos Juanca y yo los que conversábamos mientras Christian iba con un cara de pocos amigos mirando por la ventana en silencio, intentamos involucrarlo en la conversación un par de veces, pero sus cortas respuestas me dieron a entender que no se sentía cómodo con nosotros, no quise sacar conclusiones apresuradas, pero es algo que abordaría con él cuando estuviéramos nuevamente a solas. Al llegar a casa fuimos recibidos con una cálida bienvenida, todo estaba servido en el comedor y cada uno fue tomando asiento, aunque se me hizo extraño la “sutil” insinuación de Sarah, que no tuvo en verdad nada de sutil porque prácticamente fue a empujones que ella nos organizó a Christian y a mí para dejarnos juntos, igual ninguno pronunció nada y comimos tranquilamente entre conversaciones triviales. Poco a poco nos fuimos relajando dejándonos llevar por todos, él se involucr