Hacía frío, un frío helado gracias a la ventisca y posterior Nevada, estaba en mi forma de lobo y aún así el frío recorría bajo mi piel, sentía que me estaba congelando, tenía temblores en todo mi cuerpo y aún así mi querido amigo peludos, mi siempre leal compañero deambulaba por el paisaje helado buscando algo,¿ qué? no sabría, pero se estaba tomando su tiempo, estaba olisqueando los árboles y la fresca nieve que golpeaba y cubría toda la exuberancia del paisaje congelando, refunfuñé en nuestro fuero interno — ¿por qué no volvemos a la casa?— en nuestra mente evoqué nuestra chimenea encendida y nuestra pequeña alfombra que teníamos al frente para dormir en forma de lobo de forma reconfortante mientras el calor recorría nuestro pelaje, —¿ tal vez comer algo?— evoque el estofado que había en el horno, pero él simplemente me ignoró y siguió su caminata, sabía que las patas de mi compañero estaban empezando a congelarse y que pronto tendríamos pequeñas peladuras en todas las almohadillas suaves de nuestras patas, sabía que sería doloroso para él, pero sería más incómodo para mí si él dejaba que mi cuerpo humano resolviera el dolor y curará las peladuras en mis plantas de las manos y pies, resoplé frustrado pensando en cojear por el resto del día y dejé que el tonto animal se congelará hasta la cola, era su problema en este momento, no estaría muriendo, pero tendríamos dolor y aún así con este conocimiento que mi animal interno tenía, el saber que nos dolería, que sería incómodo para ambos, aún así no podía detenerse, algo seguía jalando de él, suspiré y dejé que mi mente humana divagara por pequeños detalles que tenía que hacer en la casa, por pequeñas compras que tenía que hacer el día de mañana y por todo lo que el trabajo en sí ordenaba, estaba pensando exactamente en la pequeña ola de robos a pequeña escala en todas las tiendas de alimentos que habían estado causando alboroto, ser un servidor de la ley y además cambia formas era una tarea de nunca acabar, mi mente estaba tan lejos que me tomo un momento percibirlo, cuando un olor tocó nuestra nariz, no era algo común aquí, era exótico como a piña y mango y fuera de lugar en este bosque, puedo decir que fue algo cómico ya que la imagen que buscó mi mente fue la de las caricaturas donde el olor se vuelve una mano, agarra la nariz del protagonista y lo jala hasta donde procede este olor, eso sentí ,era algo tan real con lazo que me jaló hasta el tronco de un frondoso árbol lleno de nieve, el montículo central se veía mas grande que los demás, la tensión que tenía el cuerpo del lobo que consideraba mi mejor amigo y leal compañero me puso en alerta, algo estaba sucediendo, los frenéticos rasguños de mi lobo quitando toda la capa de nieve que cubría las raíces de dicho árbol me tenían suspenso, se centro en el montículo mas grande, no sabía que había debajo, pero realmente sabía que esto lo cambiaría todo, después de unos cuantos zarpazos apareció un brazo pálido de piel bronceada golpeado por el frío, increíblemente el brazo estaba unido a una persona, era algo tan delicado y pequeño. vestido con un endeble conjunto amarillo que no hacía nada por cubrirla de las condiciones inclementes del frio, estaba seguro de que había muerto hacía mucho, era una chica hermosa, con rasgos un poco raros, ojos llenos de abundantes pestañas , mejillas hundidas y labios carnosos de color azul, el color azul en sus labios no era más que una muestra de todo el frío que su cuerpo había soportado, sentí un profundo dolor y gran tristeza por esta perdida, sentí está muerte más que cualquier otra, una tristeza profunda me consumió y quería gritar para sacar el dolor, pero entonces la nariz de mi lobo la sintió, una pequeña respiración entrecortada y un latido errático de un corazón, signos vitales aún existían en ella, este ser tan pequeño, con bajo peso, ropa escasa y envuelto en nieve aún vivía, mi lobo me dijo que sabía exactamente que teníamos que ponernos en movimiento si queríamos salvarla, la urgencia que sentí en su ser me preocupo, estábamos en una situación delicada, ella era un ser tan pequeño…
Mi lobo quería que yo me hiciera cargo, que quitará de sus hombros el peso de tener su vida en sus garras, pero razoné con él, era más rápido, más fuerte que mi cuerpo humano , él no se vería afectado por el clima, él tenía una gran capa de pelo que podría ayudarle incluso a tener una temperatura decente de la chica antes de que pudiéramos llegar a calentarla en casa, así que después de quitar todo el hielo y la nieve que pudimos de su cuerpo, aún siendo uno la jalamos lentamente para ponerla a nuestra espalda, mi lobo estaba muy atento, se inclino para moverla y nuestros dientes rompieron su endeble camisa al intentar ponerla en nuestro lomo, dejando un hombro al descubierto y más piel expuesta en sus brazo y pecho, maldije internamente pensando que la fuerza que había ejercido mi lobo había sido más que suficiente para desgarrar su vestimenta, el volvió a ignorarme, lo intentó nuevamente un poco más calmado, más suave, en este momento pasando sus dientes lentamente y jalándola pa
Contestó como lo esperaba, con un sonido somnoliento, aún sin estar alerta, no deje que terminara de despertar, su hablar no era coherente , las palabras salieron frenéticas de mi boca — te necesito en mi casa de inmediato, hay una chica, se está congelando, no sé qué hacer con ella, dime ¿qué hago? no puede morir— hubo silencio en la llamada, hasta que sus instintos debieron echar mano a su pensamiento aún dormidos, ya que inmediatamente me dijo —desnúdala y ponla frente a la chimenea, si tienes una cobija térmica, pónsela encima cubriéndola totalmente y ponla al mínimo, solo al mínimo… dame 2 minutos estaré allí — y sin más cuelgo, sabía que llamarlo tan tarde en la madrugada era señal de alarma para él, cada vez que lo llamaba era para que me sacara del lío, habíamos sido un par de adolescentes desordenados, aunque él siempre se encargaba de sacarme de todos los problemas, aún siendo el menor de nuestro grupo de amigos Thot siempre había solucionado nuestros problemas, corrí es
Ella era nuestra compañera y aún estaba al borde de la muerte y no pude darme cuenta qué estaba haciendo hasta que llegué cerca a ella, estaba de rodillas antes de que pudiera volver a mi razón, estaba a punto de agachar la cabeza y pasar mi nariz por su cuerpo cuando mi amigo apretó bien mi hombro, sujetándome en mi lugar— para, la vas a asustar, ella va a empezar a sentir mucho dolor cuando su cuerpo empiece a desentumecerse y si se encuentra desnuda con un hombre enorme extraño oliendo su cuerpo va a ser algo aterrador ¿quieres que ese sea su primer recuerdo de ti? —Me alejé, aunque no lo deseaba pero sabía que lo que decía era cierto, sería horroroso que este fuera el primer recuerdo que tuviera de mí, siendo ella mi compañera, entonces me senté a su lado, aun desnudo preguntándome ¿qué podría hacer? Mi amigo recogía metódicamente todas sus cosas, mientras su compañera hurgaba en mi casa, lo sonidos la ubicaban en el segundo nivel, llegó prontamente con un par de bóxer que agrad
El olor a tocino, huevos con verduras y café recién hecho despertaron mi lobo, cuando los dos parpadeamos aún somnolientos nos dimos cuenta de que estábamos en la alfombra, pero nos encontrábamos solos, la pequeña figura se había levantado y por el olor estaba en mi cocina haciendo el desayuno, mi lobo dejó salir una pequeña sonrisa, ya sabía que quería que mi compañera supiera cocinar y él también deseaba poner su hocico en todo lo que ella hiciera, todo lo que tuviera su amor él lo deseaba, me cubrí hasta la cabeza con la manta para poder transformarme sin ningún problema, después de que lo hice busqué mis bóxer, los pasé por mis piernas y subí sigilosamente al segundo piso para ponerme una camisa y algo más, no querías que viera un hombre desnudo ingresando a la cocina, cuando estuve satisfecho con mi apariencia, después de incluso cepillarme los dientes, baje a la cocina, estaba llena de ese fragante y dulce aroma que solamente el desayuno recién hecho con amor y esmero podía cr
—aquí no hay nadie más, solo estamos tú y yo— le dije intentando suavizar mi voz ronca por las emociones, no creía que esas iban a ser las primeras palabras que le decía a mi compañera, esperaba profesarle mi amor, admirar su belleza, ella me miró confundida —¿La señorita Victoria y la señora Antonia no llegaron anoche? no recuerdo qué pasó… pero necesito comunicarme con ellas— el pulso acelerado y sus ojos dilatados me dijeron que temía algo pero todavía no sabía. — cálmate, podemos llamarlas, tengo un celular cerca de la cocina… pero dime primero ¿cómo llegaste aquí?— ella me miró y la confusión volvió a su rostro — no recuerdo mucho— dijo pensativa —solo sé que la señorita Victoria y la señora Antonia me dejaron en el camino y me señalaron una luz ahí quedaba la hacienda donde nos íbamos a quedar, me pidieron que subiera por el camino estrecho ya que con el auto tendrían que dar muchos giros y yo caminando llegaría primero, así podría poner el lugar cálido para su llegada—
Lileet Además de estar en un lugar desconocido y con un hombre que no conozco, las posibilidades de mi futuro son escasas, que el atractivo hombre que está frente a mí este dando opciones para mí solo me llena de pánico, no desconfío de su buena fé, tampoco de lo que puede hacer por mi, pero creo que su bondad pueda tener un límite demasaciado pronto, en este momento no tengo nada, ni la ropa que llevo puesta es mía, la posibilidad de quedarme con el no me molesta, pero prefiero la otra opción, las emociones que está despertando en mi no son fáciles de manejar y que el hombre más atractivo que haya visto en mi vida me quiera consolar me deja preguntándome ¿qué desea de mi?, es un espécimen magnífico, es alto de tez clara y cabello aún más claro, nariz pequeña y respingada, pómulos altos, labios delineados de un tono rosa opaco, ojos cafés intrigantes e inteligentes, cabello cortado a ras de su cráneo y cejas abundantes, sin mencionar la barbilla que demuestra poder, era un sueño, ad
Ya habían pasado más de tres días desde que ella estaba viviendo en el hotel, mi compañera estaba lejos de mí y mi lobo se estaba volviendo loco y frenético, habíamos hecho muchas cosas estúpidas, estás eran noches largas donde él pasaba todo el tiempo metiendo la nariz por debajo de la ranura de la puerta de su habitación con la esperanza de tener un poco de su aroma, noches largas donde miraba la luna con deseos de aullar, pero temeroso de hacerlo por miedo a espantarla, hipervigilantes con terror a perderla de la misma forma que llegó, está era nuestra nueva rutina nocturna, solo hasta la tercera noche ella decidió abrir la puerta, cuando su voz no sonó asustada, sino tranquila mi lobo boleó su rabo como si fuera un pequeño cachorro, ella se agachó a tocarlo tiernamente, mientras le decía —¡hola pequeño! ¿te acuerdas de mí? ¿Que hace tan lejos de tu casa ? ¿tu amo está cerca? ¿ no tienes frío allí afuera?— miro a ambos lados de la puerta, eso me dejó pensando, ella creía que mi
Los rayos del sol despertaron a mi lobo, la mañana cálida de invierno nos saludo y nos dio la sensación que todo iría bien, cuando mi lobo intentó mover su cuerpo se sorprendió, ya que una pierna y un brazo de mi compañera rodeaba nuestro peludo cuerpo, al darse cuenta de eso se inmovilizó nuevamente, dejando que la sensación de su cuerpo contra el nuestro se filtrara, era algo tan natural como respirar, pero no era tan común como debería, encontrar a una compañera era un suceso extraño, pero lo deje disfrutar el momento, él era un lobo feliz y yo era un hombre emocionado, estuvimos así demasiado tiempo, nuestro cuerpo se empezó a acalambrar, pero igual mi pequeño amigo no se movió, ella despertó un largo rato después de que nuestro cuerpo estuviera totalmente entumido y antes de terminar de soltar los hilos que aún la jalaban hacia el sueño, empujó su cara contra nuestro lomo y nos abrazo fuertemente, tomo varias respiraciones profundas llenando sus pulmones de nuestro aroma, era