Lileet
Además de estar en un lugar desconocido y con un hombre que no conozco, las posibilidades de mi futuro son escasas, que el atractivo hombre que está frente a mí este dando opciones para mí solo me llena de pánico, no desconfío de su buena fé, tampoco de lo que puede hacer por mi, pero creo que su bondad pueda tener un límite demasaciado pronto, en este momento no tengo nada, ni la ropa que llevo puesta es mía, la posibilidad de quedarme con el no me molesta, pero prefiero la otra opción, las emociones que está despertando en mi no son fáciles de manejar y que el hombre más atractivo que haya visto en mi vida me quiera consolar me deja preguntándome ¿qué desea de mi?, es un espécimen magnífico, es alto de tez clara y cabello aún más claro, nariz pequeña y respingada, pómulos altos, labios delineados de un tono rosa opaco, ojos cafés intrigantes e inteligentes, cabello cortado a ras de su cráneo y cejas abundantes, sin mencionar la barbilla que demuestra poder, era un sueño, además su amabilidad lo ponía muy alto en los niveles de belleza, pero todo tiene un precio, lo aprendí rápidamente desde que llegué a vivir con la señora Antonia, tenía 10 años y lo primero que escuché fue la larga lista de reglas y deberes que estaban bajo mi obligación si deseaba quedarme, ser educada y alimentada, además de la sección de información sobre porque debía alejarme de todo tipo de oficiales de la ley, el vídeo educativo que me mostraron fue más que espeluznante, en el se mostraba una joven indocumentada siendo golpeada, violada y abusada por varios policías, cuando esto terminaron con su juego perverso la entregaron a la aduana, donde su personal de seguridad termino de usar su cuerpo y luego la arrojaron a morir a una celda, el vídeo terminaba ahí, pero la señora Antonia dejo claro que esto me pasaría si me encontraba con oficiales de la ley sin una de ellas, por ello no puedo buscar mis documentos, ni decir mi nombre completo ya que así sabrán que mis documentos vienen atados a los de la señora Antonia y la señorita Victoria, sin ellas mis documentos no existen y sin mis documentos soy un cuerpo que van a usar, mi ensoñación y miedo se diluyen cuando la voz profunda de Heib llaman mi atención —Antes de que puedas ir a un hotel, necesitas varias cosas, ropa, un poco de todo, hay una tienda en el pueblo que puede ayudar con eso ¿ Te parece si vamos?— asentí rígidamente, buscando mis zapatos tipo bailarina que traía en el momento de subir la colina, estaba desconcertada de lo rápido que había cambiado mi vida, apenas estaba digiriendo mi nueva realidad y mis zapatos no querían colaborar apareciendo, al ver mis movimientos Heib se acercó a mi —¿ Que estas buscando?—preguntó —mis zapatos, no los veo por ningún lado— ya había recorrido la sala donde estaba la chimenea y no los veía, la cara de vergüenza de Heib me dio una respuesta vaga de dónde podrían estar mis zapatos —Emm... ummmm… la verdad es que tus zapatos al igual que tu ropa estaban destruidos, no tuve más remedio que eliminarlos, de verdad lo siento mucho— deje que el silencio nos rodeará ¿sin zapatos como podría salir de ahí?, seguía el silencio reinando entre nosotros, yo porque necesitaba encontrar una manera de salir de aquí sin usar mis zapatos y él…me imagino que estaba esperando mi reacción, el volvió a romper nuestros silencio —si no te molesta te puedo llevar hasta mi camioneta y cuando lleguemos a la tienda yo puedo entrar para buscar unos zapatos o algo que puedas usar para que ingreses y consigas lo que desees— No quería, pero no había otra opción, asentí rígidamente y en poco tiempo salió de la casa y me llevo a su camión, el momento en el que estaba en sus brazos fue una mezcla extraña de sensaciones, me sentía segura aunque no lo conocía, amada, aunque eso era raro ya que no nos conocíamos, además la comodidad y las ganas de quedarme allí no eran pocas, agradecí que al alejarse de mi todo ese torbellino de emociones se fueron con él. El viaje a la tienda fue rápido, sin cruzar palabra el hizo lo que había prometido y en poco tiempo estábamos en movimiento con las pertenencias que él había comprado para mí, yo asegure que pagaría todo pero el deshecho la idea rápidamente insistiendo que solo me cobraría con una cena diaria que el pagaría, me pareció absurdo pero no iba a discutir si quería alimentarme a cambio de mi compañía, cuando por fin llegamos al hotel quería salir corriendo de la cabina de su vehículo, no por su compañía, sino por qué las emociones estaban nuevamente creciendo, aún mayor cuando lo sorprendí robando miradas en mi dirección. La conversación con el dueño del hotel fue corta y casi codificada, supuse que era mi presencia lo que no les permitía hablar sin restricciones, pero después de que Heib se fuera con mucha reticencia, el encargado se acercó a mi, era un hombre grande, ya entrado en años, de cabello canoso y que tenía un semblante severo, me contó que el hotel estaba bajo el cuidado de sus hijos e hijas pero que por sus respectivas familias se estaban alejando del negocio, me propuso limpiar para él, lo cual acepte de inmediato ya que no estaba hurgando en mi pasado, haría mi mejor esfuerzo y trataría de alejarme de los problemas, la noche callo rápidamente y Heib llegó, la atmósfera más relajada de mi parte permitió una deliciosa y tranquila cena donde terminamos hablando hasta entrada la noche, lo que más me sorprendió fue la presencia de un perro en mi puerta después de que heib se hubiera ido, sentí como husmeaba bajo la puerta y luego como se acostaba al costado para dormir el resto de la noche, después de todo el día y todo lo que me había sucedido solo tenía que dormir y esperar que mañana fuera un grandioso día.Ya habían pasado más de tres días desde que ella estaba viviendo en el hotel, mi compañera estaba lejos de mí y mi lobo se estaba volviendo loco y frenético, habíamos hecho muchas cosas estúpidas, estás eran noches largas donde él pasaba todo el tiempo metiendo la nariz por debajo de la ranura de la puerta de su habitación con la esperanza de tener un poco de su aroma, noches largas donde miraba la luna con deseos de aullar, pero temeroso de hacerlo por miedo a espantarla, hipervigilantes con terror a perderla de la misma forma que llegó, está era nuestra nueva rutina nocturna, solo hasta la tercera noche ella decidió abrir la puerta, cuando su voz no sonó asustada, sino tranquila mi lobo boleó su rabo como si fuera un pequeño cachorro, ella se agachó a tocarlo tiernamente, mientras le decía —¡hola pequeño! ¿te acuerdas de mí? ¿Que hace tan lejos de tu casa ? ¿tu amo está cerca? ¿ no tienes frío allí afuera?— miro a ambos lados de la puerta, eso me dejó pensando, ella creía que mi
Los rayos del sol despertaron a mi lobo, la mañana cálida de invierno nos saludo y nos dio la sensación que todo iría bien, cuando mi lobo intentó mover su cuerpo se sorprendió, ya que una pierna y un brazo de mi compañera rodeaba nuestro peludo cuerpo, al darse cuenta de eso se inmovilizó nuevamente, dejando que la sensación de su cuerpo contra el nuestro se filtrara, era algo tan natural como respirar, pero no era tan común como debería, encontrar a una compañera era un suceso extraño, pero lo deje disfrutar el momento, él era un lobo feliz y yo era un hombre emocionado, estuvimos así demasiado tiempo, nuestro cuerpo se empezó a acalambrar, pero igual mi pequeño amigo no se movió, ella despertó un largo rato después de que nuestro cuerpo estuviera totalmente entumido y antes de terminar de soltar los hilos que aún la jalaban hacia el sueño, empujó su cara contra nuestro lomo y nos abrazo fuertemente, tomo varias respiraciones profundas llenando sus pulmones de nuestro aroma, era
El olor además de ofender mis fosas nasales también hizo temblar mi corazón y mi alma, eran hienas, esos animales carroñeros miserables tenían mi compañera, el olor que había golpeado mi nariz lo había sentido en varias escenas del crimen, todos robos menores, no había unido las dos cosas al tiempo, pero ahora no me quedaba duda, eran ellos los que estaban azotando nuestro pequeño pueblo con robos y ahora habían robado algo de suma importancia, habían robado algo de lo que se arrepentirían siempre, sentí pasos a mi espalda y cuando giré vi el hijo menor de Frank, un joven de no más de 20 años con el cabello salvaje, apenas empezando a volverse hombre, esperé a que se acercara a mí con gran impaciencia, para ver qué quería, aunque mi lobo quería llegar rápidamente a dónde lo llevaba el olor de las hienas. —puedo ayudarte — fue lo que susurró, agachando la cabeza —sentí el sonido del auto que se la llevó, pude oler el interior, olía animal sucio y humedad— lo miré y suspiré, no me gu
Lileet Todo fue rápido en un momento estaba aseando una de las habitaciones y en el otro estaba haciendo atada, amordazada y cubierta después de tal ultraje me metieron a la parte trasera de un auto que olía demasiado mal, no puedo explicar el olor simplemente olía mal, después de un viaje accidentado donde los baches del camino hicieron que mis dientes castañaran y mi cabeza golpeara contra algo duro, llegamos a un lugar en el cual el frío hacía que los huesos temblaran, no solo porque estábamos en invierno sino porque el lugar era demasiado desprotegido, sentí que se abrían puertas y luego nuevamente se cerraban mientras me dejaban en un lugar demasiado frío sobre el suelo duro, aún con las manos atadas y la capucha bien puesta en mi cabeza, respiraba con fuerzas, no podía entender que querían de mí ¿era de pronto la policía que se había dado cuenta de que estaba indocumentado y venían a hacerme todas las atrocidades que ya conocía o simplemente estaban buscando chicas jóvenes como
—Por favor no la lastimes.— ese pequeño puñado de palabras hicieron que mi lobo frenara inmediatamente su furia, había estado cegado por un momento, estaba a punto de salir y destrozar la pequeña hiena que estaba intentando esconderse, no huyó como los adultos que debían protegerla, no estaba seguro sí era una de las hijas de los perpetradores del secuestro de mi compañera, pero si no fuera por la clemencia de mi compañera esta chica estuviera hecha pedazos por mi furia fuera de control. la chica se retorció más en el rincón donde se escondía al lado de la puerta, La verdad no quería atacar a una pequeña niña, mi lado racional lo entendía , mi lobo no, pero toda la furia que tenía acumulada decía que necesitaba sacarla de alguna forma, dejé que mi lobo mostrara sus dientes, sus ojos terroríficos antes de hacer la amenaza en voz alta, necesitaba que la niña supiera los riesgos que corría si jugaba conmigo.—pequeña niñita, no intentes hacer nada… si te comportas tendrás un lugar donde
Paseé por la sala calmando un poco mis nervios, tenía que saber si ella estaba bien, pero tenía miedo de preguntar, no quería saber que la habían lastimado, peor aún, que habían abusado de ella sin que yo estuviera para protegerla, pero tenía que saber, mi lobo estaba más alterado a cada momento, él quería olerla toda para estar seguro, no lo deje, ser secuestrada y luego ver a un hombre transformarse en lobo sería demasiado, respire profundamente y comencé —¿estas bien? ¿te duele algo? ¿Te lastimaron?— ella me miro perpleja un momento antes de negar con la cabeza, yo esperaba palabras, que me diera información no solo un movimiento de cabeza, estaba furioso, no solo se la habían llevado, también la habían dejado muy traumatizada, mi lobo aulló en mi interior, teníamos que encontrar esas malditas hienas y mi compañera no iba a hablar, si ella no lo hacia, lo haría la pequeña hiena que estaba en custodia, di varios pasos hacia la puerta pero ella se apretó a mi brazo — no me deje
Tenia que averiguar que estaba sucediendo aquí, mi compañera estaba aterrorizada, escondida de las autoridades, no quería darme su nombre y había insistido en no ir a la policía por ningún motivo, ¿estará involucrada con algún grupo delincuencial? ¿tal vez una asesina en serie? No importaba, ni a mi ni a mi lobo, los dos la queríamos así tuviera que dormir con un ojo abierto, ya la amábamos, subí y toque la puerta de mi habitación, estaba cerrada firmemente al no encontrar respuesta la llame por su nombre —¿Lileet?, que pasa? Puedes salir, es un amigo, no te hará daño, sal y podemos comunicarle todo sobre tu secuestro, vamos— golpee la puerta nuevamente, pero como seguía sin obtener respuesta, busque las llaves en la mesita del pasillo, Luis aun esperaba en la sala sintiéndose incomodo por la situación, yo podía olerlo.Al abrir la puerta descubrí algo que me lleno de dolor, acurrucada en un rincón como un cachorro apaleado estaba mi compañera sollozando tan suave que era impercept
Lloro por mucho tiempo mientras Luis y yo nos quedábamos de una sola pieza, solo ella había sobrevivido a esta familia, ella estaba viva de milagro ya que la dejaron sola en la fría nieve para que su muerte fuera segura, pero yo estaba ahí, ella era una testigo de todo lo que había sucedido mientras servía a esa familia, reaccione cuando ella intento huir nuevamente, la tome en mis manos y la puse en mi regazo, ella se acercó más— no llores, nadie te va a llevar, estas segura, yo te protegeré, Luis solo quiere saber cómo poder salvar a otras personas de las cosas que ellos puedan hacer, estas a salvo—se calmó un poco con mis palabras, levanto la vista — no me vas a dejar ir, no me llevaran— —nadie te alejara de mi lado—ella volvió a sentarse mas erguida y se acomodo en mi regazo para mirar a Luis, mi estado de alegría debió reflejarse en mi rostro, porque Luis escondió su risa con un carraspeo, prosiguió — señorita, quiero saber si puedo reconocer a alguno de sus captores?—