Lileet Me desperté en una cama extraña, el ambiente estaba frio y el olor a desinfectante estaba en todas partes, no estaba con Heib y eso me lleno de pánico ¿se había desecho de mí?, abrí los ojos en su totalidad y lo busqué, solo para encontrarlo encorvado en una silla de plástico, se veía realmente incómodo y su cuerpo enorme no cabía tan bien en ella, pero… ¿Qué había pasado? Solo recordaba a Heib besando mi cuerpo y despertando mis sentidos con sus manos, sus besos y sus caricias, estaba tan absorta que ni siquiera abrí los ojos esta segunda vez, me relaje y deje que el usara de la mejor manera mi cuerpo, sentí mucha molestia cuando el entro en mi la segunda vez pero mi lubricación ayudo a que todo se mejorara en segundos, después de varios orgasmos me dejo dormir abrazada a él y no recuerdo lo siguiente ¿nos atacaron nuevamente y no me di por enterada?, no quería imaginar nada, prefería que me dieran la información exacta, así que suavemente toque el brazo de Heib que estaba re
Heib Salimos del hospital esa misma tarde, pero al llegar a la casa me sorprendió que lileet se dirigieras a mi habitación y comenzara a recoger sus cosas, había algo que me había perdido.—¿Qué estas haciendo?— pregunte mientras la seguía como un can por la habitación y la sala, la búsqueda había sido rápida —me voy, ya hable con Frank y puedo volver a trabajar para el, me están esperando—fue todo lo que dijo mientras terminaba de recoger las pocas posesiones que la vinculaban a mi, salió al frio y yo no pude permitirle ir sola — permíteme te llevo— —no, Víctor viene por mi—y en efecto el vehículo derrapo en la entrada como si hubiera sido invocado, ella bajo los escalone y se subió al vehículo sin mirar atrás, me quede parado viendo como la mujer que amaba se iba de mi vida, sin mirara atrás, mi lobo tomo ese preciso momento para morderme, sentí el dolor fantasma, el estaba atacándome con saña, sabia que me lo merecía, había sido un idiota codicioso y por eso habíamos perdi
Pasaron 3 días en los cuales no hice más que correr con mi lobo, cazar en exceso, aullar a la luna y acercarme a el hotel de Frank para devolverme como un cobarde, llevaba tres días en una miseria absoluta, el teléfono sonó y como hacia desde hace 3 días lo deje caer al buzón, los golpes en mi puerta me hicieron levantar, estaba tirado en la cama desnudo, no quería nada, me arrastre hasta la puerta, al abrir la puerta un puño me golpeo la cara, apenas pude ponerme atento antes de sentir el siguiente golpe, retrocedí listo para exterminar la amenaza solo para descubrir que era Frank quien me golpeaba, logre esquivar el siguiente golpe —¿te estas volviendo loco? ——¿yo loco? No, tú te estas volviendo loco, como puedes dejar sufrir así a tu compañera, eres un pequeño bastardo y como hice con los estúpidos pretendientes de mis hijas te voy a hacer entrar en razón a golpes — los dos nos quedamos mirándonos el uno al otro, le hice espacio para que ingresara a mi casa, creo que era mejor
Después de sacarme a empujones de su cuarto y gritarme que no volviera a molestarla me quede ahí con todas las cosas que había comprado en las manos, estaba tan asombrado de todo, su aspecto estaba demasiado deteriorado, se veía aun peor que cuando la recogí de las raíces del árbol, pero sus ojos estaban derrotados, sus gimoteos silenciosos hicieron que mi lobo arremetiera contra mi nuevamente, hice una mueca y el dolor fantasmal se extendió cuando Frank puso su mano en mi hombro, me queje era doloroso todo ¿Qué más podría hacer? Nos quedamos en silencio hasta que Frank se aclaró la garganta — debes intentarlo de nuevo— lo mire incrédulo —me acaba de golpear el rostro con la puerta, me grito que me fuera, es obvio que no me quiere—Frank se rio —con las mujeres lo obvio no es obvio, ellas tienen su forma de pensar y si no eres un lobo para entender que eres su compañero, ella solo escucho que el hombre que ama está arrepentido de haber estado con ella, es lógico que este resentid
LileetLa puerta sonó por segunda vez, los obsequios que me había llevado Heib estaban sobre la mesa, las flores estaban en el jarrón de la mesa de noche haciendo alarde de su felicidad, me levante respirando profundo para enfrentar a Heib nuevamente, pero al abrir la puerta no era el, él hombre que estaba parado en la puerta era un ser enorme, con barba que cubría la parte inferior de su rostro y su cabello hacia lo mismo por su parte superior su nariz sobresalía pero no podría saber quién se encontraba debajo de todo ese cabello, los dientes que destellaron eran muy afilados y puntiagudos, él no era gordo pero delgado tampoco, estaba en un término medio, sonrió y su lengua bífida salió a probar el aire —esto fue más fácil de lo que me habían dicho— me tomo de una mano y antes de que pudiera gritar sus colmillos cayeron a mi cuello, la mordida dolió como nada que hubiera experimentado, mi cuerpo se desplomo en los brazos de este hombre y me aterrorice al sentirme consiente pero inm
HEIB Retrocedí mis pasos al lugar de mi compañera, ella estaría furiosa, yo volvería a molestarla y es obvio que no quería verme, pero nuevamente no la dejaría enfrentar a esto sola, al llegar el olor de una serpiente me golpeo, era horrible como a moho y humedad, pero este era un hotel de cambia formas y se podían instalar ahí sin inconvenientes, el olor me sigue hasta la puerta de mi compañera, intente seguir el olor más lejos pero se detuvo justo en la puerta de la habitación de mi compañera, la puerta estaba cerrada, no había signos de violencia y Frank no me había informado nada, esperaba que el olor que sentía de mi compañera no fuera un remanente de su estadía en este lugar, toque la puerta de forma contundente, aún estaba encendida la televisión, pero no hubo respuesta en la habitación, mi lobo estaba enloquecido desde que había sentido el olor de la serpiente, muy dentro de mi sabía que esto estaba mal, forcé la puerta y mis sospechas se hicieron ciertas, mi compañeros no es
Hacía frío, un frío helado gracias a la ventisca y posterior Nevada, estaba en mi forma de lobo y aún así el frío recorría bajo mi piel, sentía que me estaba congelando, tenía temblores en todo mi cuerpo y aún así mi querido amigo peludos, mi siempre leal compañero deambulaba por el paisaje helado buscando algo,¿ qué? no sabría, pero se estaba tomando su tiempo, estaba olisqueando los árboles y la fresca nieve que golpeaba y cubría toda la exuberancia del paisaje congelando, refunfuñé en nuestro fuero interno — ¿por qué no volvemos a la casa?— en nuestra mente evoqué nuestra chimenea encendida y nuestra pequeña alfombra que teníamos al frente para dormir en forma de lobo de forma reconfortante mientras el calor recorría nuestro pelaje, —¿ tal vez comer algo?— evoque el estofado que había en el horno, pero él simplemente me ignoró y siguió su caminata, sabía que las patas de mi compañero estaban empezando a congelarse y que pronto tendríamos pequeñas peladuras en todas las almohadilla
Mi lobo quería que yo me hiciera cargo, que quitará de sus hombros el peso de tener su vida en sus garras, pero razoné con él, era más rápido, más fuerte que mi cuerpo humano , él no se vería afectado por el clima, él tenía una gran capa de pelo que podría ayudarle incluso a tener una temperatura decente de la chica antes de que pudiéramos llegar a calentarla en casa, así que después de quitar todo el hielo y la nieve que pudimos de su cuerpo, aún siendo uno la jalamos lentamente para ponerla a nuestra espalda, mi lobo estaba muy atento, se inclino para moverla y nuestros dientes rompieron su endeble camisa al intentar ponerla en nuestro lomo, dejando un hombro al descubierto y más piel expuesta en sus brazo y pecho, maldije internamente pensando que la fuerza que había ejercido mi lobo había sido más que suficiente para desgarrar su vestimenta, el volvió a ignorarme, lo intentó nuevamente un poco más calmado, más suave, en este momento pasando sus dientes lentamente y jalándola pa