90 - Abrumada.
Anaís estaba sentada en una esquina de la habitación, sus pensamientos eran un torbellino de emociones y recuerdos perdidos. La luz del sol entraba por la ventana, iluminando suavemente el espacio, y en ese momento, Ernesto se acercó a ella con una sonrisa que parecía desbordar calidez. Con un gesto delicado, acarició su mejilla, y en ese instante, algo dentro de Anaís se encendió.

Una ráfaga de recuerdos la asaltó, imágenes que no podía comprender del todo, pero que la golpeó con la fuerza de una ola. Vio su rostro, el brillo en sus ojos, momentos compartidos que la llenaron de una mezcla de nostalgia y confusión. Retrocedió dos pasos, mareada por la intensidad de sus pensamientos, y encontró apoyo en el brazo de Ernesto.

— ¿Recordaste algo? — preguntó él, su voz suave y llena de esperanza.

Anaís lo miró, sus ojos llenos de incertidumbre.

— Solo ráfagas... — respondió, mientras su mente luchaba por aferrarse a una sensación familiar —. Ese toque... me parece tan familiar.

Ernesto exci
Lgamarra

Imaginen estar en la situación de Anaís. Que el que crees tu esposo, resulte ser tu ex esposo, que estás comprometida, y resulta que acabaste de tener un bebé prematuro a causa de un accidente. Tu esposo o ex esposo, no lo sabes bien, te trata con amor, cuando según tus recuerdos amaba a tu prima... que resulta ser esta embarazada de tu ex esposo, que dice ser tu esposo, pero aun no estas enterada de eso. JAAJA Leí un comentario donde decía que Anaís se bañó en salmuera... comienzo a darle la razón. JAJAJAA

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