Inicio / Romance / Aunque no te pueda ver. / Capítulo 3: La mujer que amo.
Capítulo 3: La mujer que amo.

Elías Jonhson es un joven 26 años, es administrador de empresas especializado en comercio exterior y análisis financiero, sus padres murieron cuando tenía 15 años quedando a cargo de su abuelo, este siempre fue un hombre estricto con referente a su educación y deseaba que fuera él quien al final manejara todos sus negocios, a cambio debía dejar que controlara su vida a su antojo, situación que él jamás permitió; decidido a abandonar la mansión de su abuelo, se independizo obteniendo algunos trabajos con los cuales le iba muy bien, estudiando dos carreras al mismo tiempo, una presencial y una virtual, sin embargo su abuelo siempre intentaba molestarlo diciendo que era un ingrato, que se olvidará de que tenía familia y que algún día volvería a suplicar para que lo recibiera de vuelta, pero que para él no significaría nada. Han pasado siete años desde ese entonces.

Sin embargo, gracias al esfuerzo de su trabajo y gran empeño en sus estudios, finalmente logro obtener una beca continuando así en una de las mejores universidades del país.

Allí fue donde conoció a su princesa, la niña más hermosa que jamás haya visto, era amable, tierna, solidaria y agradable para todos y tenía esa parte salvaje que le atraía cada vez más, pero lo que más le gustaba era su hermosa sonrisa, esa que a pesar de los problemas causados por su hermana nunca desaparecía.

Hizo todo lo posible por volverse su amigo, al final lo logro, pero sus sentimientos hacia ella iban creciendo a medida que más la conocía, a diferencia de su hermana quién era todo lo contrario, una joven orgullosa, soberbia y manipuladora; el día que su princesa descubrió su verdadero rostro fue un golpe duro para ella, siendo él su pañuelo de lágrimas, su amigo, consuelo y lo que más deseaba era decirle que la amaba y que siempre iba a ser su apoyo, pero el día que le iba a confesar sus sentimientos fue el momento más extraño para él, porque ella pensaba que a él le gustaban los hombres, fue ridículo y absurdo, pero al mismo tiempo lo vio como una oportunidad para acercarse más a ella, conocerla mucho más en todas sus facetas hasta que lograra conquistar por completo su corazón, y así lo hizo, aunque no puede negar, que ese malentendido también le sirvió de excusa para alejar de él a una que otra mujer fastidiosa.

-  ¿Otra vez pensando en tu chica ojos claros? – Le pregunta su amigo al verlo perdido nuevamente en sus pensamientos. –

-  Cállate, que por tu culpa no pude hablarle de mis sentimientos. – El fastidio se puede notar en su voz, a lo que su amigo sólo rueda los ojos. -

-  ¿Y ahora que hice?

-  Piensa que me gustan los hombres.

-  Pfff… Jajajajajaja, ¿es en serio?

-  No te burles que es tu culpa, el día que me estabas molestando para deshacerte de Savana ella nos escuchó.

-  Oh, lo siento amigo, ¿por qué no le aclaraste la situación?

-  No me dejo hablar, decía que estaba muy emocionada por tener una buena amiga como yo y toda la cosa.

-  Jajajajajajaja, lo siento amiga digo amigo. – Elías no puede evitar arrojarle el cojín a su amigo en la cara mientras este no para de reír. - Es que es muy… - Detiene sus palabras al ver la mirada de Elías. – Bien, lo siento.

Así fue su vida durante los primeros semestres de la universidad, al final pudo aprender a mantener sus sentimientos hacia ella muy bien ocultos, aunque en algunos momentos se le hacía bastante difícil, más cuando ella se quedaba a dormir en su casa semidesnuda.

Santiago y Elías son amigos desde que eran niños, pero a pesar de las adversidades por las que él ha pasado, Santiago ha demostrado ser un amigo incondicional dispuesto a ayudarlo en todo con tal de que él salga adelante.

Gracias a ese apoyo incondicional, Elías pudo crear su propia empresa de Marketing y publicidad, muchos pensaban que no era gran cosa, pero con los aliados empresariales correctos pudo convertirse en una gran casa empresarial, y allí fue donde entro Santiago, él junto a su familia le abrieron las puertas para que pudieran crecer como empresa, desde eso han transcurrido 4 años y a pesar de estar poco tiempo en la industria han crecido eficientemente hasta posicionarse entre los mejores, aunque nadie sepa que él es el verdadero dueño.

Su jornada en la empresa no es nada extenuante debido a que siempre está cambiando su área de trabajo, eso le ha servido para saber como va el funcionamiento de esta y de paso conoce el trabajo de sus empleados ayudándole a identificar quienes brindan un buen aporte y quienes sólo se dedican a holgazanear lo cual ha provocado uno que otro despido.

-  Ahora sí, dime que es lo que te tiene tan preocupado - Su amigo Santiago esta frente a él observándolo con escrutinio. -

-  Es mi abuelo… - No puede evitar dejar salir un suspiro mientras se levanta para servirse un trago y le ofrece uno a su amigo. -

- M****a… - Elías lo fulmina con la mirada al escuchar su vocabulario. – Lo siento, ¿qué es lo que quiere?

-  Eso mismo quisiera saber, lleva días intentando comunicarse conmigo y ha sido muy insistente.

-  Por qué no hablas con él y así sales de la duda, tampoco es que te dejes manipular fácilmente.

-  Sí, eso mismo haré, esta tarde salgo para allá, y de paso terminó con todo los que nos une.

Después de terminar la reunión con su amigo decide concentrarse en su trabajo, pero por más que lo intenta no le es posible, sobre todo al recordar lo sucedido hace dos noches.

Al llegar al edificio pudo reconocer vehículo estacionado en el parqueadero, lo que le hace pensar que no será posible descansar como él lo esperaba, decide bajar del auto y así averiguar de una vez por todas que es lo que quieren.

En la entrada de su apartamento un hombre en traje lo espera, al verlo le hace una leve reverencia a Elías, a lo cual él niega inmediatamente, abre la puerta e ingresa seguido del hombre quién lo saluda formalmente.

-  Joven Elías, que bueno que llega. - Antonio es la mano derecha del abuelo de Elías, cuando el aún vivía en la mansión siempre cuidaba de él y lo aconsejaba. -

-  Antonio, sea lo que sea que buscan no me interesa. – El hombre de mediana edad comprende claramente el rechazo de Elías hacia su abuelo. -

-  Su abuelo necesita hablar con usted, es de suma importancia.

-  Para el todo es de suma importancia.

-  Bueno… Ya lo conoce.

-  Por qué lo conozco es que no me interesa saber qué es lo que quiere, aunque al ver su insistencia por contactarme debe ser urgente.

-  …. – Antonio se queda en silencio por unos instantes lo cual le indica a Elías que no debe ser nada bueno. -

-  Hay algo que no comprendo… El día que salí de su gran mansión, me dijo que me olvidara de su existencia, tal fue su enojo que nunca más intento contactarme, y su insistencia ahora… es realmente extraña. – Le indica que se siente, a lo que este lo hace de inmediato. -

-  Creo que es algo que debe hablar con su abuelo.

-  Creo que no me has entendido, sea lo que sea que este planeando mi abuelo me lo vas a decir ahora. – Elías le lanza una mirada amenazadora, lo que el hombre se estremezca levemente, y al instante deja salir un suspiro. -

-  Su abuelo, ha organizado un compromiso para usted y una joven de la alta sociedad…

-  Jajajaja, - Elías no puede evitar soltar una carcajada. - ¿Estás hablando en serio? Vaya… No pensé que aún tuviera ese tipo de tradiciones tan arraigadas… Bien iré a visitarlo. – Antonio abre los ojos en sorpresa, porque realmente esperaba que Elías se negará inmediatamente. -

-  ¿No está enojado?

-  ¿Por qué lo estaría? Esto será divertido. 

Antonio sale del apartamento de Elías con cara de preocupación, siempre le ha sido difícil comprender la forma de actuar de su joven amo, y nunca sabe lo que puede estar pensando, aunque esa sonrisa llena de malicia le indica que nada bueno saldrá de esa visita.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP