El padre de Natalia llego corriendo hasta la habitación de su hija al ver que las enfermeras entraban y salían de esta, al darse cuenta de lo que sucedía y el estado en el que se encontraba su hija se acerco hasta ella sin dudarlo abrazándola de inmediato, y aunque ella trataba de alejarlo él se aferró a ella como nunca lo había hecho antes, lo que hizo que Natalia disminuyera su agresividad, haciendo que la enfermera aprovechará esta oportunidad para sedarla.
- Todo estará bien mi princesa, todo estará bien, prometo que nadie más te lastimará, a partir de ahora, nadie te volverá a hacer daño. – Al sentir que los sollozos de su hija disminuyeron y que su respiración se volvió más pausada, él la levanto y la volvió a acomodar sobre la camilla. - ¿Qué fue lo que sucedió? – Pregunta a las enfermeras mientras observa el estado de su hija. -
- Lo lamento Señor Madisson, pero sabíamos que en algún momento ella preguntaría lo inevitable. – El doctor le indica a la enfermera que nuevamente le coloque la medicación a Natalia. – Es difícil para ella en estos momentos aceptar lo que está sucediendo, sobre todo en su condición, sólo queda esperar que su estado emocional no la afecte aún más en su recuperación.
- Comprendo lo que me quiere decir. - El padre de Natalia se acerca a ella y acomoda el cabello que tiene sobre su rostro. – Soy el único culpable de todo esto, intente protegerte y sólo termine haciéndote más daño, espero que algún día puedas perdonarme.
Natalia no comprende cuanto tiempo más a pasado, pero por como siente su cuerpo, sabe que la última vez, fue algo difícil. Al despertar sabe que aún se encuentra en ese lugar, por lo que trata de acomodarse y esperar a que alguien llegué.
- ¿Cómo se siente Srta. Madisson? – Esa es la voz del mismo hombre que escucho anteriormente, el cual al parecer es su doctor. - ¿Esta mejor ahora?
- ¿Qué cree usted? - El doctor continúa siendo amable a pesar de su mala actitud. –
- Muy bien, permítame examinarla. – Natalia siente como van quitando poco a poco las vendas que tenía en su cabeza y ojos. – Abra sus ojos lentamente y dígame si puede ver algo? – Ella niega con su cabeza. - Permítame explicarle...
- No necesito que me explique algo que ya se por obvias razones, lo único que quiero saber es si podré recuperar mi vista.
- Bien, esperamos que su condición no sea permanente, la inflación aún esta reciente, todo es cuestión de tiempo y por supuesto, que usted ponga de su parte.
- Bien, quiero saber que ocurrió con la otra persona que iba en el auto.
- Eso es...
- Necesito saberlo, no me lo pueden ocultar por siempre... – El doctor comprende la situación por la que su paciente esta pasando, y también sabe que hay cosas que no se pueden ocultar por mucho tiempo. -
– Hija. - Al escuchar esa voz, Natalia se tensa, la persona con la que menos desea hablar es con su padre. - Doctor permítame hablar con mi hija a solas.
- ¿Por qué estás aquí? ¿Viniste a ver si por fin te habías librado de mí? – El tomo de voz de Natalia hacia su padre está lleno de ira y reproche. –
- Soy tu padre, ¿no crees que tengo el derecho de estar aquí?
- No, y por lo que recuerdo deje de tener un padre desde hace mucho tiempo. - Las lágrimas comienzan a salir nuevamente mientras la opresión en su pecho comienza a aumentar. –
- Lo lamento… Desearía poder haberte evitado todo este sufrimiento.
- ¡Pero no lo hiciste! ¡¿Por qué estás aquí?! ¡¿Viniste a ver como me terminabas de destruir?! Pues felicidades, lo lograste, me has destruido, todo esto es tu culpa, ¡te odio! ¡Vete, vete!
- ¿Qué está sucediendo Sr. Madisson? – La enfermera entra a la habitación y al ver el estado de Natalia observa al padre de esta y no duda en pedirle que salga, porque por lo visto él es quién la tiene así de alterada. -
- Creo que lo mejor es que salga, por favor… Señorita, debe calmarse, el estrés no ayudará a su recuperación y si en verdad desea recuperarse deberá poner de su parte.
El constante monitoreo y exámenes de rutina tienen a Natalia en un estado de agotamiento estable, y a decir verdad eso no ayuda a que se olvide de su triste realidad y de lo que conlleva vivir en medio de la oscuridad.
Alexa era la enfermera que siempre estaba cuidándola atenta a cualquier cosa que ella necesitará, y quién a partir de ahora estará con ella cuidándola en todo momento en su "nuevo hogar", esto debido a que el padre de Natalia se dio cuenta de que siempre era amable con su hija y ella tampoco la rechazaba.
Natalia no comprendía a qué se refería con eso de “su nuevo hogar”, pero tampoco es como si le importará demasiado, porqué, a decir verdad, ya nada le importaba, sus días se habían vuelto oscuros y sus noches se iluminaban solo con el recuerdo de aquel hombre que le hablaba con cariño y ternura, y aunque sepa que ya no lo volverá a ver, sus recuerdos permanecerán por siempre con ella en su corazón.
Pero lo que también la tenía pensativa era que desde el accidente ha tenido sueños extraños donde aparece una mujer muy bella la cual se le hace muy familiar, pero no recuerda con exactitud su rostro, es como si faltara una parte de su mente.
- Señorita, es hora de irnos. – Alexa entra a la habitación con su habitual sonrisa y aunque Natalia no pueda verla, puede percibirlo por el tono de su voz. -
- Ese señor… ¿no ha vuelto?
- Bueno, en realidad nunca se ha ido, solo se va por unas tres horas y regresa.
- No comprendo porque hace todo esto ahora. – Natalia deja salir un leve suspiro.
- No se muy muy bien lo que esta pensando, pero el Señor Madisson desde que supo de su accidente ha estado al pendiente de todo con referente a usted. – Aún sin comprender lo que realmente está sucediendo, Natalia asiente ante las palabras de su enfermera y a decir verdad tampoco tiene ánimos de preguntar nada. - Permítame guiarla.
- De acuerdo. – Natalia siente que ella la sostiene con cuidado, ayudándola a caminar despacio, en ese instante toma sus manos y las dirige hacia el frente colocándolas sobre algo. - ¿Qué es esto?
- Es una silla de ruedas, la llevaremos en ella hasta el auto. – Natalia no dice nada más y procede a sentarse con cuidado. -
Al sentir el deslizamiento suave de la silla, el cuerpo de Natalia se va relajando, por alguna extraña razón siente que vuelve a respirar con tranquilidad. El camino es silencioso, después de un instante la temperatura cambia y al escuchar el cierre de algo, Natalia se sobre exalta.
- Estamos en el ascensor. – Aunque el sonido la asusto un poco después lo reconoció. -
- No necesitas decirme todo lo que estamos haciendo.
- Por supuesto que sí, de esa manera le ayudo a que distinga los diferentes sonidos de todo lo que la rodea. -
- Si tú lo dices.
El silencio prolongado hizo que Natalia se diera cuenta de que al parecer estaban en un lugar muy alto, por lo que frunce su ceño al darse cuenta de lo que eso significaba. Y antes de que preguntará sintió que el ascensor se detuvo abriéndose las puertas de inmediato.
CAPITULO 1: EL INICIO DE TODO.Sumergida entre sus pensamientos trayendo a su mente aquellos recuerdos agradables que la llenaban de vida, momentos en los que sentía que en algún determinado tiempo las cosas podrían cambiar a su favor, anhelando poder escapar finalmente de esa vida, de su familia.Pero al final nada salió como ella lo esperaba, ahora se encontraba sumergida en un mundo lleno de oscuridad, donde su única luz eran los recuerdos del hombre que amo y que aún sigue amando con todas sus fuerzas.Sus lágrimas comienzan a salir por el dolor, la rabia y la impotencia de no poder hacer nada debido a su condición, la cual fue provocada por su propia familia, quienes gracias a su ambición acabaron con la vida de una persona maravillosa dejándola a ella ciega y sin poder valerse por sí misma.------------------------------- ***** -------------------------------------La vida de Natalia siempre fue un infierno al lado de aquellos que se supone debían cuidarla y protegerla, pero tod
Al ver a Natalia frente a su puerta, Elías no dudo en hacerse a un lado para que está entrará, aunque no era habitual que ella llegará a esa hora a su casa, él jamás sería capaz de negarse a recibirla. Dejo que se acomodará y sin preguntar nada se sentó frente a ella analizando cada expresión que había en su rostro.- Realmente no te esperaba a esta hora.- Lamento si interrumpo algo, pero no sabía a donde más ir.- Sabes que jamás lo haces, además, mi casa es tu casa. – Los gestos de Natalia le indicaban que algo no estaba bien, por lo que no dudo en preguntar. - ¿Estás bien?- Digamos que sí. – Esa respuesta no fue convincente, lo cual termino de confirmarle que algo le había sucedido a su amiga. - Yo… lo lamento, justo cuando llegue note que estabas con alguien.Natalia observa detenidamente al hombre frente a ella, a pesar de ser amigos desde hace algunos años, nunca ha podido saber lo que realmente está pensando, esa es una de las cosas que más le intrigan de él, nunca muest
Elías Jonhson es un joven 26 años, es administrador de empresas especializado en comercio exterior y análisis financiero, sus padres murieron cuando tenía 15 años quedando a cargo de su abuelo, este siempre fue un hombre estricto con referente a su educación y deseaba que fuera él quien al final manejara todos sus negocios, a cambio debía dejar que controlara su vida a su antojo, situación que él jamás permitió; decidido a abandonar la mansión de su abuelo, se independizo obteniendo algunos trabajos con los cuales le iba muy bien, estudiando dos carreras al mismo tiempo, una presencial y una virtual, sin embargo su abuelo siempre intentaba molestarlo diciendo que era un ingrato, que se olvidará de que tenía familia y que algún día volvería a suplicar para que lo recibiera de vuelta, pero que para él no significaría nada. Han pasado siete años desde ese entonces.Sin embargo, gracias al esfuerzo de su trabajo y gran empeño en sus estudios, finalmente logro obtener una beca continuando
Elías se queda analizando las palabras de Antonio, sin duda su abuelo siempre sabe como sacarlo de quicio, pero lo que a él se le olvida es que él todo siempre termina volviéndolo a su favor al igual que cuando quiso tratar de controlar su vida, esa fue la excusa perfecta para poder salir de ese lugar y así poder independizarse.A los pocos instantes de haberse ido Antonio, alguien toca la puerta, Elías maldice para sus adentros debido que lo único que quiere es descansar, pero todo su cansancio desparece al ver a la persona que está frente a él.Allí esta ella, con su cabello suelto, sus mejillas sonrojadas y esos labios color cereza que lo vuelven loco, realmente no sabe cómo es que se ha podido controlar todo ese tiempo junto a ella, hay días en los que se siente como un animal en celo que lo único que desea es perderse en su interior y deleitarse con su sabor.Elías sale de su trance al escucharla hablar, invitándola de inmediato a pasar, al observarla bien, puede notar que está l
Al salir de sus clases el teléfono de Natalia comienza a sonar, al revisar se puede dar cuenta de que es su madre, decide no contestar, pero la llamada es tan insistente que al final le toco responder.- Necesito que vayas a la boutique, escogeremos tu vestido de novia. – Natalia no puede evitar rodar los ojos al escuchar la voz autoritaria de su madre. – No puedes faltar.- Escógelo tú, ya que eres la más interesada en esa boda.- Niña desagradecida, porque no puedes ser un poco más como tu hermana. - Natalia rueda sus ojos ante las palabras de su madre, cualquiera que la eswcuchará pensaría que de verdad le interesa su hija. - - Primero muerta que ser como ella, así que no me esperes que no voy a ir. – Al escuchar el escandaloso regaño de su madre Natalia decide colgar la llamada y se dirige a su trabajo, pero justo antes de llegar es abordada por unos hombres los cuales ella conoce muy bien.- Déjenme pasar.Natalia trata de mantenerse calmada porque sabe que ellos solo recibe
Después de relajar su cuerpo con un delicioso baño de agua tibia ignorando el escándalo detrás de su puerta, Natalia decide que lo mejor es descansar, sólo espera que al día siguiente pueda ver las cosas desde una perspectiva diferente y poder encontrar una solución a su problema, pero como siempre no todo puede ser color de rosa, al salir del baño se encuentra con quienes menos quería ver en ese momento.- Dios, ¿es que acaso no puedo tener paz en mi propia habitación? – Se dirige a buscar un pijama para ponerse mientras ignora a su madre. –- ¿Se puede saber con qué autoridad te atreves a traerte el auto y dejarnos tiradas? - Las palabras de Lourdes están cargadas de ira, no tolera el hecho de que Natalia se le este saliendo de las manos. -- La verdad no entiendo por qué tanto alboroto, de igual manera ustedes tenían su propio auto e incluso, un chofer. – Para Lourdes el hecho de ver a Natalia actuar tan tranquilamente la molesta aún más. -- Escúchame bien niña insolente... – L
Al estar a las afueras de la ciudad, Natalia siente un poco de hambre debido a que no ha comido nada durante el día, por lo que le pide a Elías que se detengan en algún lugar para comer algo a lo cual él está de acuerdo, pero la velocidad del auto no disminuye.- ¿Qué ocurre? ¿Por qué no te detienes? – Le pregunta Natalia mientras observa que se han pasado del lugar a donde iban a detenerse. -- Los frenos no funcionan. – Responde Elías un poco dudoso.- ¿Cómo que los frenos no funcionan? No estoy para esas bromas. – Pero al ver el rostro serio de Elías duda que en verdad este bromeando, pero lo más angustiante es ver la expresión de temor en él. - ¡Elías!- Princesa, los frenos no funcionan, necesito que te asegures bien el cinturón porque podríamos chocar el algún momento.- ¡¿De que estás hablando?! ¡¿Cómo es posible?! – De inmediato las alarmas en la mente de Natalia se encienden, ahora comprendía porque pudieron salir tan fácilmente de la mansión de su padre. – ¡Maldición!-
En una cama de hospital, Natalia va despertando lentamente, siente su cuerpo pesado y su cabeza parece como si le fuera a estallar, trata de ver en donde se encuentra pero no le es posible, todo es oscuridad, al sentir el tacto, parece ser que está sobre una cama, sostiene su cabeza por el fuerte dolor que siente, mientras siente unas vendas sobre esta, llegan una serie de imágenes de un accidente, y ve como la lanzan del auto mientras él se queda dentro, ve otras imágenes no tan claras, es una joven embarazada y otra mujer a su lado, su voz le es muy familiar.- ¡Aaaaah! - Grita fuerte, el dolor, es realmente insoportable, escucha una voz, pero no puede ver nada. - ¿P-Por qué no puedo ver nada? ¿D-Dónde estoy?- Tranquilícese por favor. – Escucha una suave voz, pero ella no puede ver a nadie y eso la desespera aún más. -- ¡No puedo tranquilizarme! ¡¿Por qué no puedo ver nada?! ¡¿Dónde estoy?! ¿Quién me trajo aquí? ¿Quién es usted? - Natalia trata de mirar en diferentes direccione