Al salir de sus clases el teléfono de Natalia comienza a sonar, al revisar se puede dar cuenta de que es su madre, decide no contestar, pero la llamada es tan insistente que al final le toco responder.
- Necesito que vayas a la boutique, escogeremos tu vestido de novia. – Natalia no puede evitar rodar los ojos al escuchar la voz autoritaria de su madre. – No puedes faltar.
- Escógelo tú, ya que eres la más interesada en esa boda.
- Niña desagradecida, porque no puedes ser un poco más como tu hermana. - Natalia rueda sus ojos ante las palabras de su madre, cualquiera que la eswcuchará pensaría que de verdad le interesa su hija. -
- Primero muerta que ser como ella, así que no me esperes que no voy a ir. – Al escuchar el escandaloso regaño de su madre Natalia decide colgar la llamada y se dirige a su trabajo, pero justo antes de llegar es abordada por unos hombres los cuales ella conoce muy bien.
- Déjenme pasar.
Natalia trata de mantenerse calmada porque sabe que ellos solo reciben ordenes, a pesar del trato por parte de su familia los empleados siempre la han tratado de manera amable.
- Lo sentimos señorita, pero son ordenes de su padre.
- ¿De mi padre o de mi madre? – Ellos sólo desvían la mirada, saben muy bien como son las cosas con la señora Lourdes. - Díganle que no me encontraron.
- Sabe muy bien que eso no es creíble, por favor no nos haga usar la fuerza.
- Resignada sube al auto sin tener más opción. – Andando.
El auto se pone en marcha mientras a su mente viene el ultimo recuerdo que tiene con Elías, saliendo a flote sus verdaderos sentimientos, los cuales mantiene guardados en lo más profundo de su corazón, inconscientemente una leve sonrisa se despliega en sus labios, pero de inmediato vuelve a la realidad abrumadora que está viviendo en estos momentos.
- Hemos llegado señorita.
Se baja del auto e inmediatamente ve a su madre junto a su hermana, quien muestra una sonrisa de oreja a oreja, lo cual hace que Natalia de un suspiro de fastidio mientras que se va acercando a ellas y deseando que esa tortura termine lo más rápido posible.
- Bien, que sea rápido, tengo cosas más importantes que hacer.
- Hermanita, deberías estar feliz, te vas a casar con el amor de tu vida.
Natalia no puede evitar ver a su hermana con molestia por sus estúpidas palabras, realmente no entiende como su padre no se da cuenta de su verdadero ser.
La dependienta se acerca a ellas apenas ingresan a la boutique y de inmediato guía a Natalia hacia donde se encuentran los vestidos, no lo puede negar son preciosos, pero para ella en estos momentos son lo más despreciable, la señorita le muestra diferentes diseños por lo que escoge cualquiera mientras pide que lo envíen a la dirección de su residencia, al salir su madre frunce el ceño y no puede evitar preguntar.
- ¿Dónde están los vestidos?
- Ya escogí el que quería, no necesito nada más.
- Eso es una estupidez, debías salir para que nosotras lo escogiéramos. – La madre de Natalia no puede evitar enfurecer por su rebeldía, no comprende cómo es que ha cambiado tanto si antes era tan sumisa. -
- Jajajajaja, ¿en verdad creíste que haría algo tan estúpido? Si tantas ganas tienen de ver vestidos de novia ¿por qué no casas a tu amada hija?
Sin esperar más, Natalia sale del lugar dejándolas allí enfurecidas, realmente no es como si le importará, total es su maravillosa boda y es ella quien elige. Sube al auto indicando que la lleven a casa, sin importarle su madre y hermana, aunque sabe que a su padre no le agradara, tampoco es como si le importará.
Al llegar a su feliz y dulce hogar ingresa a la casa y se dirige a su habitación, al abrir la puerta encuentra a su padre sentado a la orilla de su cama mientras sostiene una foto de ella cuando era niña.
- ¿Necesitas algo? – Natalia se sorprendió al verlo en su habitación sobre todo sosteniendo una foto de ella, pero escondió sus sentimientos. -
- Tu madre me llamo y me dijo lo que hiciste - Su tono de voz era calmado, lo cual era algo extraño en él. -
¿Me vas a regañar o me vas a castigar por eso? – Pregunta Natalia mientras comienza a acomodar sus cosas. -
- ¿En qué momento todo cambió? - Su mirada se pierde mientras observa por la ventana que da al jardín. - ¿En que momento deje de ser un buen padre?
- Desde el momento en el que decidiste no escucharme y elegir su verdad por encima de la mía. - A pesar de sentir cómo su corazón se estrujaba al escuchar las palabras de su padre las cuales de sienten llenas de tristeza, Natalia decide mantenerse fuerte. -
- Todo lo que he hecho ha sido y siempre será por tu bien, algún día lo entenderás, sólo espero que ese día no llegue demasiado tarde.
Al decir esas últimas palabras Stefan sale de la habitación de su hija rogando que ella algún día pueda comprender y perdonarlo por todo el dolor que le ha provocado durante todos esos años.
Natalia se deja caer sobre su cama tratando de comprender las palabras de su padre, a los pocos minutos se queda dormida, de repente comienza a escuchar demasiado ruido por lo que decide levantarse de su cama, al acercarse a la puerta escucha los gritos de su madre y su hermana, quien como siempre no puede evitar hacer sus berrinches de niña caprichosa.
Después de relajar su cuerpo con un delicioso baño de agua tibia ignorando el escándalo detrás de su puerta, Natalia decide que lo mejor es descansar, sólo espera que al día siguiente pueda ver las cosas desde una perspectiva diferente y poder encontrar una solución a su problema, pero como siempre no todo puede ser color de rosa, al salir del baño se encuentra con quienes menos quería ver en ese momento.- Dios, ¿es que acaso no puedo tener paz en mi propia habitación? – Se dirige a buscar un pijama para ponerse mientras ignora a su madre. –- ¿Se puede saber con qué autoridad te atreves a traerte el auto y dejarnos tiradas? - Las palabras de Lourdes están cargadas de ira, no tolera el hecho de que Natalia se le este saliendo de las manos. -- La verdad no entiendo por qué tanto alboroto, de igual manera ustedes tenían su propio auto e incluso, un chofer. – Para Lourdes el hecho de ver a Natalia actuar tan tranquilamente la molesta aún más. -- Escúchame bien niña insolente... – L
Al estar a las afueras de la ciudad, Natalia siente un poco de hambre debido a que no ha comido nada durante el día, por lo que le pide a Elías que se detengan en algún lugar para comer algo a lo cual él está de acuerdo, pero la velocidad del auto no disminuye.- ¿Qué ocurre? ¿Por qué no te detienes? – Le pregunta Natalia mientras observa que se han pasado del lugar a donde iban a detenerse. -- Los frenos no funcionan. – Responde Elías un poco dudoso.- ¿Cómo que los frenos no funcionan? No estoy para esas bromas. – Pero al ver el rostro serio de Elías duda que en verdad este bromeando, pero lo más angustiante es ver la expresión de temor en él. - ¡Elías!- Princesa, los frenos no funcionan, necesito que te asegures bien el cinturón porque podríamos chocar el algún momento.- ¡¿De que estás hablando?! ¡¿Cómo es posible?! – De inmediato las alarmas en la mente de Natalia se encienden, ahora comprendía porque pudieron salir tan fácilmente de la mansión de su padre. – ¡Maldición!-
En una cama de hospital, Natalia va despertando lentamente, siente su cuerpo pesado y su cabeza parece como si le fuera a estallar, trata de ver en donde se encuentra pero no le es posible, todo es oscuridad, al sentir el tacto, parece ser que está sobre una cama, sostiene su cabeza por el fuerte dolor que siente, mientras siente unas vendas sobre esta, llegan una serie de imágenes de un accidente, y ve como la lanzan del auto mientras él se queda dentro, ve otras imágenes no tan claras, es una joven embarazada y otra mujer a su lado, su voz le es muy familiar.- ¡Aaaaah! - Grita fuerte, el dolor, es realmente insoportable, escucha una voz, pero no puede ver nada. - ¿P-Por qué no puedo ver nada? ¿D-Dónde estoy?- Tranquilícese por favor. – Escucha una suave voz, pero ella no puede ver a nadie y eso la desespera aún más. -- ¡No puedo tranquilizarme! ¡¿Por qué no puedo ver nada?! ¡¿Dónde estoy?! ¿Quién me trajo aquí? ¿Quién es usted? - Natalia trata de mirar en diferentes direccione
El padre de Natalia llega corriendo hasta la habitación de su hija al ver que las enfermeras entraban y salían de esta, al darse cuenta de lo que sucedía y el estado en el que se encontraba ella se acerca y sin dudarlo la abraza de inmediato, y aunque ella trataba de alejarlo él se aferró como nunca lo había hecho ante a su cuerpo, lo que hizo que Natalia disminuyera su agresividad, haciendo que la enfermera aprovechará esta oportunidad para sedarla.- Todo estará bien mi princesa, todo estará bien, prometo que nadie más te lastimará, a partir de ahora, nadie te volverá a hacer daño. – Al sentir que los sollozos de su hija iban disminuyendo y que su respiración se volvió más pausada, él la levanto y la volvió a acomodar sobre la camilla. - ¿Qué fue lo que sucedió? – Pregunta mientras observa el estado de su hija. -- Lo lamento Señor Madisson, pero sabíamos que en algún momento ella preguntaría lo inevitable. – El doctor le indica a la enfermera que nuevamente le coloque la medicació
El bullicio de los autos y del movimiento constante le anuncia a Natalia que ahora se encuentran fuera de la clínica, y por más que quisiera no puede evitar sentirse nerviosa porque a partir de ahora todo será completamente diferente, el depender de los demás para poder moverse es algo que la hace sentir inútil y estúpida cayendo en cuenta de que ahora no podrá defenderse de nadie y que podrán hacer con ella lo que les plazca.Sale de sus pensamientos al sentir un aroma familiar y unas manos que la toman y la levantan, por lo que no puede evitar asustarse.- Tranquila mí princesa, soy yo, papá. – Natalia no dice nada, no se atreve a replicar ni forcejear porque si lo hace siente que puede caerse, aunque tampoco pudo evitar sentir esa sensación familiar y esa palabra haciendo eco en su cabeza. - Por favor permite que Alexa cuide de ti. - Son las últimas palabras de su padre después de dejarla dentro del auto. - - Bien Señorita, ya está todo listo. - Le comenta Alexa al sentarse a su
Han pasado cinco meses desde Natalia tuvo el accidente y fue enviada lejos de su familia, aunque a decir verdad se ha adaptado bastante bien, ya reconoce cada rincón de la cabaña y sus tropiezos fueron disminuyendo rápidamente en comparación a cuando llegaron al lugar.Al principio fue bastante difícil, pero con ayuda de Alexa todo se simplifico, y ahora puede andar con mayor libertad.Casi todos los días sale al jardín a respirar el aire puro, eso también le ha ayudado a mantener su mente despejada y a olvidarse un poco de todo lo que le genera tristeza, aunque no ha sido fácil vivir solo con sueños y recuerdos de su vida anterior, sobre todo de Elías.El sonido del toque de la puerta alerta a Natalia, por lo que Alexa le dice que se quede tranquila y que ella se encarga, tampoco es como que pueda moverse muy rápido en esa condición, la escucha hablar con alguien, parece voz de hombre, al instante escucha unos pasos acercarse y un aroma varonil.- ¿Quién está allí? – Los pasos se es
La situación por la que estaba pasando Natalia en estos momentos la tenía realmente asustada, el hecho de que Alexa haya sido lastimada le daba indicios de que algo muy malo estaba por pasar, era como si la persona que estaba allí no fuera su madre, sí, entendía que nunca la había querido, pero aparte de los gritos, el no permitir que se acercará a ella y los intentos por golpearla cuando hacía algo que no le agradaba, era una situación a la que estaba acostumbrada y podía defenderse.Pero ahora se sentía indefensa, desprotegida y a la merced de que pudiera hacerle lo que ella quisiera, pero Natalia no imaginaba que los alcances de su madre fueran a llegar tan lejos hasta el punto de querer desaparecerla para siempre.- ¿Porque me odias? ¿Qué daño te he hecho? - Sus lágrimas no cesan, sintiendo la angustia y el desespero en todo su ser. -- Jajajajajaja, – La risa escalofriante de su madre hace que la piel de Natalia se erice por el temor - Desde que llegaste no has sido más que un
El silencio de la noche perturbaba la mente de Natalia, pero al comenzar a escuchar el sonido de las aves, decidió levantarse para salir y tomar un poco de aire fresco, con la esperanza de que le ayudará a calmar un poco la ansiedad que estaba sintiendo. - ¿Qué ocurrió? ¿Te encuentras bien? – Natalia no pudo evitar tropezar con todo lo que había a su pasó, lo que hizo que Alexa se despertará. - - Lo lamento, solo quería caminar un poco y tomar algo de aire fresco, pero olvide que ya no estabamos en la cabaña y termine tropezando con todo a mi alrededor. - Alexa pudo darse cuenta de que Natalia estaba realmente avergonzada por haberla despertado de esa manera. - - Está bien, yo te ayudo, además, tendremos que caminar bastante si queremos salir de este bosque y pedir ayuda.- ¿A quién pediremos ayuda? - Pregunta Natalia con inquietud. - - A tu padre por supuesto. - Responde Alexa con seguridad. - - ¿Estás segura de que es buena idea? Mira que han pasado varios días y no hemos