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Capítulo 5: ¿En que momento todo cambió?

Al salir de sus clases el teléfono de Natalia comienza a sonar, al revisar se puede dar cuenta de que es su madre, decide no contestar, pero la llamada es tan insistente que al final le toco responder.

-  Necesito que vayas a la boutique, escogeremos tu vestido de novia. – Natalia no puede evitar rodar los ojos al escuchar la voz autoritaria de su madre. – No puedes faltar.

-  Escógelo tú, ya que eres la más interesada en esa boda.

-  Niña desagradecida, porque no puedes ser un poco más como tu hermana. - Natalia rueda sus ojos ante las palabras de su madre, cualquiera que la eswcuchará pensaría que de verdad le interesa su hija. - 

-  Primero muerta que ser como ella, así que no me esperes que no voy a ir. – Al escuchar el escandaloso regaño de su madre Natalia decide colgar la llamada y se dirige a su trabajo, pero justo antes de llegar es abordada por unos hombres los cuales ella conoce muy bien.

- Déjenme pasar.

Natalia trata de mantenerse calmada porque sabe que ellos solo reciben ordenes, a pesar del trato por parte de su familia los empleados siempre la han tratado de manera amable.

-  Lo sentimos señorita, pero son ordenes de su padre.

-  ¿De mi padre o de mi madre? – Ellos sólo desvían la mirada, saben muy bien como son las cosas con la señora Lourdes. - Díganle que no me encontraron.

-  Sabe muy bien que eso no es creíble, por favor no nos haga usar la fuerza.

- Resignada sube al auto sin tener más opción. – Andando.

El auto se pone en marcha mientras a su mente viene el ultimo recuerdo que tiene con Elías, saliendo a flote sus verdaderos sentimientos, los cuales mantiene guardados en lo más profundo de su corazón, inconscientemente una leve sonrisa se despliega en sus labios, pero de inmediato vuelve a la realidad abrumadora que está viviendo en estos momentos.

-  Hemos llegado señorita.

Se baja del auto e inmediatamente ve a su madre junto a su hermana, quien muestra una sonrisa de oreja a oreja, lo cual hace que Natalia de un suspiro de fastidio mientras que se va acercando a ellas y deseando que esa tortura termine lo más rápido posible.

-  Bien, que sea rápido, tengo cosas más importantes que hacer.

-  Hermanita, deberías estar feliz, te vas a casar con el amor de tu vida.

Natalia no puede evitar ver a su hermana con molestia por sus estúpidas palabras, realmente no entiende como su padre no se da cuenta de su verdadero ser.

La dependienta se acerca a ellas apenas ingresan a la boutique y de inmediato guía a Natalia hacia donde se encuentran los vestidos, no lo puede negar son preciosos, pero para ella en estos momentos son lo más despreciable, la señorita le muestra diferentes diseños por lo que escoge cualquiera mientras pide que lo envíen a la dirección de su residencia, al salir su madre frunce el ceño y no puede evitar preguntar.

-  ¿Dónde están los vestidos?

-  Ya escogí el que quería, no necesito nada más.

-  Eso es una estupidez, debías salir para que nosotras lo escogiéramos. – La madre de Natalia no puede evitar enfurecer por su rebeldía, no comprende cómo es que ha cambiado tanto si antes era tan sumisa. -

-  Jajajajaja, ¿en verdad creíste que haría algo tan estúpido? Si tantas ganas tienen de ver vestidos de novia ¿por qué no casas a tu amada hija?

Sin esperar más, Natalia sale del lugar dejándolas allí enfurecidas, realmente no es como si le importará, total es su maravillosa boda y es ella quien elige. Sube al auto indicando que la lleven a casa, sin importarle su madre y hermana, aunque sabe que a su padre no le agradara, tampoco es como si le importará.

Al llegar a su feliz y dulce hogar ingresa a la casa y se dirige a su habitación, al abrir la puerta encuentra a su padre sentado a la orilla de su cama mientras sostiene una foto de ella cuando era niña.

-  ¿Necesitas algo? – Natalia se sorprendió al verlo en su habitación sobre todo sosteniendo una foto de ella, pero escondió sus sentimientos. -

-  Tu madre me llamo y me dijo lo que hiciste - Su tono de voz era calmado, lo cual era algo extraño en él. -

¿Me vas a regañar o me vas a castigar por eso? – Pregunta Natalia mientras comienza a acomodar sus cosas. -

-  ¿En qué momento todo cambió? - Su mirada se pierde mientras observa por la ventana que da al jardín. - ¿En que momento deje de ser un buen padre?

-  Desde el momento en el que decidiste no escucharme y elegir su verdad por encima de la mía. - A pesar de sentir cómo su corazón se estrujaba al escuchar las palabras de su padre las cuales de sienten llenas de tristeza, Natalia decide mantenerse fuerte. -

-  Todo lo que he hecho ha sido y siempre será por tu bien, algún día lo entenderás, sólo espero que ese día no llegue demasiado tarde.

Al decir esas últimas palabras Stefan sale de la habitación de su hija rogando que ella algún día pueda comprender y perdonarlo por todo el dolor que le ha provocado durante todos esos años.

Natalia se deja caer sobre su cama tratando de comprender las palabras de su padre, a los pocos minutos se queda dormida, de repente comienza a escuchar demasiado ruido por lo que decide levantarse de su cama, al acercarse a la puerta escucha los gritos de su madre y su hermana, quien como siempre no puede evitar hacer sus berrinches de niña caprichosa.

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