Capítulo 3

Desde el primer instante en que puse un pie en la oficina esa mañana, supe que el día sería largo. La última semana me había golpeado bastante en términos emocionales. Desde que Xander se unió formalmente a la empresa, nuestros encuentros eran un constante tira y afloja sin que ninguno de los dos quisiera ceder. Era agotador.

No paraba de pensar en nuestra última conversación, aunque habían pasado más de 3 días y el tema parecía haberse olvidado. Mi cabeza daba vueltas cada vez que recordaba la escena. Por lo menos dijo que tengo potencial. Me encogí de hombros para darme ánimos, un cumplido así y de alguien tan importante como Xander no se recibía todos los días.

—¿Todo bien, Ivy? —la voz de Emma me devolvió a la realidad. Estaba parada junto a la puerta de mi oficina, completamente abierta, con una taza de café en cada mano. La saludé con una sonrisa y le hice un ligero gesto para que entrara.

Emma me alcanzó una taza de café y me dio una sonrisa que intentaba infundirme confianza, pero incluso ella podía ver la frustración en mi rostro.

—Digamos que sobreviví a la primera ronda —respondí, suspirando mientras llevaba la taza a mis labios—. Pero este es solo el comienzo. Xander tiene… planes.

Ella arqueó una ceja y murmuró un “oh” que claramente transmitía más curiosidad que sorpresa. Emma, al igual que yo, había escuchado historias sobre Xander Blackwood antes de que entrara en nuestras vidas. Sabía que su estilo no se parecía en nada a lo que habíamos experimentado hasta ahora en Hart Tech. Lo que no sabía era hasta qué punto él estaba decidido a imponer su visión.

Le di un breve resumen de nuestra última conversación, aunque obvié voluntariamente la frase "Las quiero para mí." Ella me escuchó con atención, sabía que solo necesitaba desahogarme y que ya se me ocurriría qué hacer. 

— Tú puedes, Ivy —. murmuró Emma esbozando una tímida sonrisa. Agradecí el gesto, realmente me había ayudado a aliviar las cargas. — Hoy tengo que reunirme con el equipo técnico, así que estaré fuera todo el día, jefa. Si necesitas algo, llámame.

Asentí, realmente me venía bien el tiempo a solas. Así podría dedicarme de lleno a trabajar en los pendientes que se habían acumulado con todo el trajín que formó la llegada de Xander.

Alrededor del medio día, mientras trataba de sumergirme en la propuesta de desarrollo para un nuevo cliente, apareció Xander en la puerta. Ni siquiera se molestó en tocar; simplemente entró, como si la puerta estuviera abierta para él en todo momento. Mi espacio, que hasta hacía poco había sido mi santuario, se sentía cada vez más invadido.

—Buenos días, Ivy —dijo con su tono usual de seguridad, como si el resto del mundo girara en torno a él.

Apenas levanté la vista de mis papeles. —Buenas tardes, Xander. —respondí señalando el reloj. — Si estás aquí para hablar sobre los recortes de marketing, te aseguro que no es necesario. Estoy revisando tus propuestas, pero hasta que no tenga una decisión final, no veo el propósito de seguir debatiendo.

Él esbozó una sonrisa que no llegó a sus ojos y cruzó la oficina, ignorando por completo mi comentario. Se sentó en la silla frente a mi escritorio, sin invitación, y me miró con esa mirada que parecía capaz de despojarme de cualquier capa de defensa.

—No, hoy estoy aquí para otra cosa. Quiero hablarte de nuestro próximo evento de presentación en Silicon Valley —dijo, acomodándose en la silla como si fuera su propio despacho.

Mi sorpresa debió notarse en mi expresión, porque Xander continuó sin esperar una respuesta.

—Como probablemente sabes, en este evento se dan cita los inversores y desarrolladores más importantes de la industria. Es una oportunidad perfecta para que Hart Tech gane visibilidad —explicó, sin quitarme los ojos de encima.

—Sí, pero nunca habíamos planeado participar este año. Aún no tenemos un producto finalizado para presentar —repliqué, cada vez más consciente de que él ya tenía una estrategia pensada, y de que yo iba a ser la última en enterarme.

—No se trata de presentar un producto final, Ivy. Se trata de establecer una presencia y captar la atención. Necesitamos crear expectación y mostrar que estamos trabajando en algo importante. Y, a decir verdad, creo que sería una excelente oportunidad para ti —añadió, con un tono que no daba lugar a discusión.

Intenté mantener la calma, pero la sola idea de exponerme y poner el nombre de Hart Tech en la palestra me ponía nerviosa. Era un movimiento audaz y, aunque Xander tenía razón en cuanto a la visibilidad, sentía que estaba forzando los tiempos. No estaba preparada para arriesgar tanto tan pronto.

—Lo siento, Xander, pero no creo que sea lo correcto en este momento. Estamos en una etapa de desarrollo que requiere enfoque, y no quiero perder el control de la narrativa antes de tener algo tangible que mostrar —contesté, tratando de sonar razonable.

Xander se inclinó hacia adelante, dejando sus manos entrelazadas sobre el escritorio y fijando esos ojos oscuros en mí, llenos de una intensidad casi intimidante.

—Ivy, la narrativa no se controla; se crea —dijo con firmeza—. Si no damos este paso ahora, alguien más tomará nuestro lugar. La industria no espera. Este evento no es una oportunidad; es una necesidad. Tú quieres que Hart Tech crezca, ¿verdad?

Asentí, aunque su tono comenzaba a ponerme de los nervios. Él lo sabía y lo usaba a su favor.

—Entonces, vamos a asistir al evento y vamos a impresionar a esos inversores. Te aseguro que será un movimiento estratégico que traerá resultados —dijo, con una seguridad que hacía difícil cuestionarlo, aunque no imposible.

Respiré hondo, tomándome un segundo para evaluar mis opciones. Sabía que, si me negaba, Xander encontraría la manera de insistir hasta salirse con la suya. Había aprendido que la palabra “no” para él era solo el inicio de una negociación.

—De acuerdo —dije finalmente, soltando el aire en un suspiro—. Vamos a asistir. Pero, Xander, te lo advierto: no me gusta que impongas tus ideas sin discutirlas conmigo primero. Si quieres que trabajemos juntos, empieza por respetar mi visión.

Por un instante, su expresión cambió. Hubo un destello en sus ojos, algo que podría haber sido respeto, o tal vez solo una apreciación calculada.

—Consideraré tu opinión —respondió, con una leve sonrisa que bordeaba la arrogancia—. Pero en este negocio, Ivy, a veces hay que tomar decisiones que incomodan.

No había nada más que discutir. Me levanté, dando por terminada la conversación, y sin esperar a que él se despidiera, salí de mi oficina. Necesitaba un respiro antes de que el día continuara. Pero al salir al pasillo, sentí que Xander estaba observándome, como si tuviera ojos en cada rincón de este lugar.

La sensación de estar bajo vigilancia constante era agotadora.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo