Desde que Xander desapareció de Hart Tech, el ambiente en la empresa se sentía extraño, tenso. A simple vista, todos trabajaban como siempre, manteniendo el ritmo que el proyecto demandaba, pero debajo de esa calma aparente, percibía una creciente inquietud. Sabía que los rumores circulaban. Cada vez que pasaba cerca de los espacios comunes o de la sala de descanso, oía fragmentos de conversaciones y risas nerviosas que cesaban en cuanto me acercaba. La ausencia de Xander estaba afectando a todos de una forma que ni siquiera yo había anticipado.Había pasado apenas una semana desde que Xander se había alejado sin explicación, y ya era evidente que su presencia había tenido un impacto mayor al que yo me había permitido reconocer. La ironía era amarga: él podía ser exasperante y controlador, pero también había traído consigo una sensación de seguridad para el equipo, una especie de certeza de que, pase lo que pase, Hart Tech estaba en buenas manos. Ahora, con su ausencia, esa certeza pa
La noche había caído hacía ya varias horas, y la oficina estaba en silencio absoluto. Mis empleados habían regresado a casa, cansados pero motivados después de la reunión. Había conseguido restaurar parte de la confianza en Hart Tech, pero sabía que mantener ese impulso dependería de mí y de mi capacidad para guiar al equipo con firmeza.Me quedé revisando propuestas y ajustando algunas diapositivas de la presentación para el evento. La soledad del espacio y el brillo tenue de la lámpara sobre mi escritorio me ayudaban a concentrarme, a ignorar los murmullos de duda que intentaban abrirse paso en mi mente. Con la ausencia de Xander, me sentía un poco extraña. Ligeramente perdida. Y eso me enojaba demasiado.Estaba sumergida en un documento cuando el sonido del teléfono me sobresaltó. Observé la pantalla, y el nombre que apareció hizo que mi corazón diera un vuelco.Xander.Mi pulso se aceleró, y mis manos dudaron un segundo antes de deslizarse para responder. No estaba segura de cómo
Colgué el teléfono y me quedé mirando la pantalla en silencio durante unos segundos, sintiendo cómo mi mandíbula se tensaba involuntariamente. La luz del dispositivo se apagó mientras trataba de ordenar mis pensamientos. Hablar con Ivy después de tantos días fue como abrir una puerta que no estaba seguro de querer cruzar. Su voz resonaba en mi mente, y aunque intenté mantener el control, había algo en sus palabras, en su tono, que me desconcertaba. Desde el momento en que pronuncié su nombre y escuché su voz, noté algo en mí tambalear, algo que no estaba dispuesto a admitir. Ella siempre ha tenido ese efecto en mí: una mezcla peligrosa de atracción y necesidad de control, una necesidad de doblegarla, de hacerla mía en todos los sentidos. Cada segundo que pasaba, esa mujer me volvía más y más loco sin saberlo. — Esto es solo un juego de poder, Xander. — Dije con voz firme. Sí, no debía olvidarlo. Ella no era diferente de cualquier otro obstáculo que he tenido que vencer.Recordé su m
El sol todavía no había salido cuando abrí los ojos. No necesitaba una alarma para despertarme; el hábito estaba incrustado en mi sistema, como un reloj interno que no me permitía dormir más de lo necesario. Después de todo, dormir es sólo una necesidad fisiológica, nada más. Sólo una pausa entre cada conquista.—“Tú eres el hombre de ‘todo es trabajo, nada es descanso’, ¿o no?” —la voz de Ivy sonó en mi cabeza, su tono burlón me sacaba de quicio y me desafiaba con cada palabra. Mi cuerpo se tensó rápidamente. ¿Por qué mi primer pensamiento tenía que estar relacionado con ella?Había algo en Ivy que me desarmaba y, al mismo tiempo, me hacía querer controlarla más. Ella no es como las otras personas, no es alguien que se limite a asentir y a cumplir órdenes. Ivy lucha, resiste, y en cada uno de esos gestos de desafío, siento el impulso de poseerla, de hacerla entender que, en mi mundo, solo hay una forma de hacer las cosas: la mía.Cerré los ojos, recordando nuestra conversación. Aunque
Me metí en la ducha sintiendo que mi cuerpo comenzaba a temblar ligeramente.— No. —gruñí entre dientes. —Basta, Alexander. — abrí la llave con fuerza, sin darle tiempo a mi cuerpo para reaccionar.El agua fría golpeó mi piel, pero el efecto refrescante duró apenas un instante. Cerré los ojos, dejando que el agua cayera sobre mí en un intento de disipar los pensamientos que seguían rondando mi cabeza, pero era inútil. Ivy seguía ahí, como un eco insistente en el fondo de mi mente. Por un segundo, dejé que mi imaginación vagara: su mirada, desafiante y provocadora, la misma que había intentado ignorar desde el día que nos conocimos. Era una fuerza que parecía burlarse de mi control, un desafío directo a la estructura que había construido en mi vida. Me exasperaba y, al mismo tiempo, me atraía de una manera que no lograba entender… o no quería entender.Cada vez me costaba más reprimir la emoción. Sentía mi cuerpo caliente, a pesar del agua fría que me bañaba.Me enjaboné el rostro y ex
Desperté al amanecer. El cuarto estaba completamente a oscuras y Victoria aún dormía a mi lado, envuelta en las sábanas con una expresión satisfecha en el rostro. Observé su silueta por un momento, recordando cómo había intentado apagar cualquier pensamiento relacionado con Ivy a través de la noche. Pero, aunque Victoria me ofreciera esa distracción y complacencia, no era suficiente. Ivy seguía ahí, como un reto sin resolver, una incógnita que se colaba en mis pensamientos con la tenacidad de una obsesión. Me levanté con cuidado, dejando a Victoria en la cama.El agua fría de la ducha era mi manera de regresar al control absoluto. Había cumplido mi papel; Victoria había encontrado en mí lo que buscaba y, en el proceso, me había dado parte de la calma que necesitaba. Pero eso no significaba nada más. Vestido, me dirigí a mi estudio. El sol comenzaba a filtrarse por las ventanas, proyectando sombras en las paredes de mi despacho mientras repasaba los documentos de la semana y me prepara
El sol de la mañana caía sobre la entrada del edificio de Hart Tech, iluminando las vidrieras y reflejando los primeros movimientos de un día que prometía ser intenso. Respiré profundo, tratando de llenar mis pulmones de la calma que sentía antes de entrar en la vorágine de la oficina. A mi lado, Adrian reía suavemente mientras compartíamos una broma sobre los pormenores de las reuniones que se venían en Silicon Valley.Adrian siempre había sido mi cable a tierra, alguien que podía ayudarme a recuperar la perspectiva. Habíamos compartido suficientes años como para entendernos sin necesidad de demasiadas palabras, y en ese momento, su compañía era precisamente lo que necesitaba. Hablábamos de detalles menores del evento, sobre lo que podría salir mal y cómo nos anticiparíamos a cualquier posible problema. Era una conversación amena, ligera, el tipo de charla que me hacía sentir segura en un mundo lleno de i
Atravesé las puertas del edificio y el sonido de mis tacones resonó en el lobby vacío. La familiaridad del lugar me trajo una sensación de calma. Al final del día, más allá de las tensiones externas, Hart Tech era mi refugio, un espacio que había construido desde cero, que me pertenecía y donde sabía que podía liderar con seguridad.Al caminar hacia el ascensor, pensé en mi equipo, en las largas jornadas que todos habíamos compartido, en las noches de ideas improvisadas y en los problemas que habíamos resuelto juntos. Era un grupo diverso, pero sólido, y cada uno de ellos confiaba en mí para llevar adelante el proyecto. Pensé en Emma, mi asistente, que siempre estaba dispuesta a apoyarme sin importar la hora. Emma era la clase de persona que sabía interpretar mis pensamientos incluso antes de que los dijera en voz alta. Sus gestos, su organización meticulosa y su lealtad incondicional habían sido mi sostén en más de una ocasión.No sólo era Emma. Pensé en los diseñadores y desarrollad