DOMINIK Natalie había salido de la habitación de nuestro hijo y sin hacer el mínimo ruido me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos por detrás. ―A veces me pregunto qué hubiera sido de mí si no te hubiera conocido. —Quizá seguirías siendo el hombre irritante que conocí, odioso y malhumorado —soltó una pequeña risa. Gruñí ligeramente pero también me contagié de su vibrante risa. Sumergí mi cara en su cuello y respiré su aroma. —Pues en la historia no sonaba que fuera tan odioso. Giro un poco su cabeza para verme sobre su hombro, me aparté un poco. —¿Has escuchado todo? Asiento. —Totalmente todo... hasta la parte donde dices que golpeaste a ese pobre hombre, todavía lo recuerdo como si hubiera sido ayer —hago un gesto de dolor —Aún siento ese tacón clavado en mi espalda, sí que tienes buena mano, mujer. Sonríe y vuelve su mirada hacía enfrente. —Hazme enojar de nuevo y te ayudaré a qué no lo olvides nunca. —Malvada —dije y deslice mis labios por su cuello mientras deje mor
Tres semanas después... Nos casamos por segunda vez, la ceremonia fue sencilla pero mucho mejor que la anterior. Por supuesto regresamos a Boston por una temporada y decidimos casarnos allí mismo. Las personas que asistieron a nuestra boda eran pocas, solamente familiares y amigos cercanos, así lo quisimos Dominik y yo. Había habido tantos cambios en tan poco tiempo. La oferta de trabajo a casa de Moda Evans, la propuesta de matrimonio que me hizo Dominik, pero esta vez cargada de amor verdadero. Dorian que por fin había aceptado a su padre y estaban trabajando en su nueva relación de padre e hijo. Papá que ya estaba mejor de salud y me había acompañado a mi ceremonia de boda, la familia de mi esposo que nunca dejo de apoyarme luego de haber vuelto con Dominik. Todos se estaban esforzando en algo. —Muchas felicidades —apareció detrás de mí Ayron. Con una sonrisa y una amabilidad en sus ojos como siempre acostumbraba a mostrar. —Gracias —dije cuando me gire para verlo. —Se te ve
Cuando llega esa persona que creías amar con tanta intensidad y pensabas que era la persona destinada a ti, tu alma gemela… creyendo que era la que amarías más que a nadie. Pero te das cuenta de que no era así, cuando la vida le da un giro inesperado a tu mundo, uno que ni uno mismo creyó llegar a vivir.El amor lo puedes encontrar de muchas maneras y en diferentes personas, quizás no sean iguales, pero este amor es más inmenso y puro que cualquier otro. Ahora entendía a mi madre, ahora que me tocaba tomar ese lugar.Dorian, mi pequeño, llegó a mí cuando menos lo esperaba y cuando más necesitaba algo o alguien que me salvará del vacío y del dolor en el que estaba cayendo.Quién puede creer que una mujer fuerte y dura como yo podría caer en un abismo así, todo por un hombre.Ni yo misma lo creía, había dejado de ser la Natalie de antes desde que caí como una tonta enamorada en la
Actualmente, 6 años después. Milán ItaliaNATALIE―Anteriormente te dije que algo así iba a pasar. Pobre de mi Dori, lo que tuvo que sentir en ese momento ―suspiro exasperada mi amiga.Sé que tenía razón y sé también que cualquier día iba a ocurrir algo así. ¿Por qué no podía seguir protegiéndolo de todo lo que le rodeaba?Habíamos sido tan felices todo este tiempo, pero ahora el pasado comenzaba acosarme. Era como una sombra de la que nunca me desharía.― ¿Y crees que no me lo he reprochado todos estos años? ―replique, mientras me colocaba detrás de mi escritorio para comenzar a trabajar ―Tu mas que nadie sabe lo difícil que es para mí esta situación.―Lo sé ―suspira de nuevo Kris ―Perdón, no quise dec
NATALIEEl día era soleado, perfecto para ese helado de chocolate que deseaba comer mi hijo. Era la única forma de hacerle olvidar el mal rato que paso en la mañana a la hora de clases, mi propósito y mi interés siempre era hacerlo sonreír y que no pensara en cosas malas que pudieran dañar su inocencia.Cuando llegamos al lugar bajamos del auto para ir a comprar el helado favorito de Dorian, después de eso salimos y caminamos en dirección al parque que se encontraba a una calle del establecimiento.Llegamos a una banca y tomamos asiento. Dorian estaba muy concentrado comiendo de su helado.― ¿Te gusto tu helado? ―inquiero una vez que nos acomodamos.Solo asiente para responderme sin dejar de degustar su postre.―Mami ―me llama, pero sin apartar la mirada de la bola de chocolate.― ¿Qué pasa cariño?― ¿Por qué mis compañeros tienen papá y yo no? ―este tema le provoca tristeza, lo puedo ver en sus ojos ―Ellos
NATALIENo, el pasado no podía volver, no podía permitirlo. ¿Pero cómo se suponía que lo aleje de nuevo de nosotros?—Mami —la dulce voz de mi hijo me hace reaccionar para apartarme del hombre que se encontraba a lado mío.Sin decir una sola palabra, tomo de nuevo la mano de mi hijo para alejarnos de ahí. No era el momento de indagar en el pasado y mucho menos ahora que había despejado todas las dudas de la cabeza de mi hijo.— ¿Él es un amigo tuyo? Mami —no, no ahora por favor —Tu me haz enseñado a qué debemos saludar y despedirnos de las personas, sean conocidos o no, por educación.Mi pequeño hombrecito, era mucho más inteligente de lo que podía pensar. Nunca olvidaba mis enseñanzas, pero ahora no me alegraba por ello.—No hay tiempo cariño, debemos ir a ver a tu abuelo.— Pero mamá... No le agradeciste que me halla llevado contigo. Te dije
NATALIE—¿Estás hablando en serio? —cuestiono Kris, asombrada —¿Aceptarás ir a ese desfile?—Ya lo hice.—Pero habías dicho que no lo harías ¿Qué fue lo que hizo hacerte cambiar de parecer?—Mi padre.— ¿El Sr. Collins te lo pidió? —pregunta confundida.—No, sabes que papá no me obliga a nada.—¿Entonces?—Es solo que lo haré por él.—Pero Nat, la línea de ropa que ellos presentarán en ese desfile es de otoño. La tuya es nueva, jamás has hecho una presentación con ella, porque apenas hace unos días acabas de terminarla —espeta —¿Les entregaras tu línea de ropa? Esa en la que has trabajado durante meses con mucho arduo.Tenía razón, trabaje noche y día en esos diseños, sin descanso alguno, pero el ser diseñadora de modas era un trabajo duro y se que tarde o temprano llegaría el logro
NATALIEEsta sensación vuelve a invadir todo mi ser en el momento que sus ojos se clavan en los míos. Es cómo si Dominik todavía tuviera todo el control de mi cuerpo. Pero no, eso ya no era posible, él ya no significaba nada para mí.Retrocedo, y recuerdo que mi amiga seguía detrás de mí. Algo dice, pero no logro entender con claridad. Lo único que quiero hacer en este momento es huir, salir corriendo muy lejos de aquí.Pero no podía hacerlo, tenía un compromiso y debía cumplir un contrato laborar. Aún así sentía cómo si el aire me faltará, cómo si su presencia me asfixiara.Esto no estaba bien, yo no estaba bien, necesitaba un respiro.—Saldré… Un momento —murmure al girarme hacia Kris, debía avisarle, no podía irme así nomás, aunque fuera solo un segundo.Ella entendió en cuanto miró detrás de mí y después asintió.Sin esperar nada