Cuando llega esa persona que creías amar con tanta intensidad y pensabas que era la persona destinada a ti, tu alma gemela… creyendo que era la que amarías más que a nadie. Pero te das cuenta de que no era así, cuando la vida le da un giro inesperado a tu mundo, uno que ni uno mismo creyó llegar a vivir.
El amor lo puedes encontrar de muchas maneras y en diferentes personas, quizás no sean iguales, pero este amor es más inmenso y puro que cualquier otro. Ahora entendía a mi madre, ahora que me tocaba tomar ese lugar.
Dorian, mi pequeño, llegó a mí cuando menos lo esperaba y cuando más necesitaba algo o alguien que me salvará del vacío y del dolor en el que estaba cayendo.
Quién puede creer que una mujer fuerte y dura como yo podría caer en un abismo así, todo por un hombre.
Ni yo misma lo creía, había dejado de ser la Natalie de antes desde que caí como una tonta enamorada en las garras de ese lobo ambicioso, porque eso era Dominik Kirgyakos, un lobo feroz hambriento de ambición.
¿Por qué lo recordaba hasta ahora? Porque da la casualidad que después de tantos años a mi hijo le entró la curiosidad de saber quién era su padre, y todo porque unos niños de su colegio comenzaron a burlarse de él diciéndole que no tenía papá y que era huérfano porque no lo querían.
Ver a mi hijo de esta manera me destrozaba el corazón, pero tampoco podía decirle quien era su padre. Había hecho un juramento y tenía que cumplir ese acuerdo, sino quería perder a mi pequeño.
Quizás lo mejor hubiera sido no haberlo inscrito en ese colegio. Pero que tontería pienso, él debía estudiar y no se podía huir siempre de la verdad, por más que intentáramos ocultarla. Pero tampoco podía saber el secreto que le escondía.
Ahora iba hacer más difícil ocultarlo, no se qué historia me inventaría pero tenía que seguir callando la verdad. Se que no debería de ser así, él tenía derecho a saber sin importar si su padre lo quería o no. Pero esto lo hacía por su bien, no quería que nada ni nadie dañará su corazón puro y bondadoso, también sabía que eso en algún momento podía pasar pero mientras yo lo pudiera evitar lo haría sin importar que, porque siempre lo protegeré hasta que la vida me lo permita.
Dominik Kirgyakos, jamás volverá a lastimarnos. Nunca le permitiré acercarse a nosotros, si llegará a pasar, aunque se que eso era algo imposible. Seguirá siendo un secreto enterrado, porque los secretos así deben permanecer intactos y no ser removidos como tampoco el pasado, guardarse en lo más profundo de los recuerdos. Hay personas que ni en tus recuerdos valen la pena que estén y eso con el tiempo lo he aprendido.
Ahora debo continuar alejado ese secreto de mi hijo, ese pasado que me enseñó a ver el mundo de otra manera y a conocer el lado cruel de las personas.
Mi mundo solo gira entorno a una sola persona, ha quién más amo, mi hijo. Y haré de todo por protegerlo siempre, de todo aquél que se le acerqué con malas intenciones, de todo aquél que quiera lastimarlo, sin importar que se trate de esa familia o de su propio padre.
Actualmente, 6 años después. Milán ItaliaNATALIE―Anteriormente te dije que algo así iba a pasar. Pobre de mi Dori, lo que tuvo que sentir en ese momento ―suspiro exasperada mi amiga.Sé que tenía razón y sé también que cualquier día iba a ocurrir algo así. ¿Por qué no podía seguir protegiéndolo de todo lo que le rodeaba?Habíamos sido tan felices todo este tiempo, pero ahora el pasado comenzaba acosarme. Era como una sombra de la que nunca me desharía.― ¿Y crees que no me lo he reprochado todos estos años? ―replique, mientras me colocaba detrás de mi escritorio para comenzar a trabajar ―Tu mas que nadie sabe lo difícil que es para mí esta situación.―Lo sé ―suspira de nuevo Kris ―Perdón, no quise dec
NATALIEEl día era soleado, perfecto para ese helado de chocolate que deseaba comer mi hijo. Era la única forma de hacerle olvidar el mal rato que paso en la mañana a la hora de clases, mi propósito y mi interés siempre era hacerlo sonreír y que no pensara en cosas malas que pudieran dañar su inocencia.Cuando llegamos al lugar bajamos del auto para ir a comprar el helado favorito de Dorian, después de eso salimos y caminamos en dirección al parque que se encontraba a una calle del establecimiento.Llegamos a una banca y tomamos asiento. Dorian estaba muy concentrado comiendo de su helado.― ¿Te gusto tu helado? ―inquiero una vez que nos acomodamos.Solo asiente para responderme sin dejar de degustar su postre.―Mami ―me llama, pero sin apartar la mirada de la bola de chocolate.― ¿Qué pasa cariño?― ¿Por qué mis compañeros tienen papá y yo no? ―este tema le provoca tristeza, lo puedo ver en sus ojos ―Ellos
NATALIENo, el pasado no podía volver, no podía permitirlo. ¿Pero cómo se suponía que lo aleje de nuevo de nosotros?—Mami —la dulce voz de mi hijo me hace reaccionar para apartarme del hombre que se encontraba a lado mío.Sin decir una sola palabra, tomo de nuevo la mano de mi hijo para alejarnos de ahí. No era el momento de indagar en el pasado y mucho menos ahora que había despejado todas las dudas de la cabeza de mi hijo.— ¿Él es un amigo tuyo? Mami —no, no ahora por favor —Tu me haz enseñado a qué debemos saludar y despedirnos de las personas, sean conocidos o no, por educación.Mi pequeño hombrecito, era mucho más inteligente de lo que podía pensar. Nunca olvidaba mis enseñanzas, pero ahora no me alegraba por ello.—No hay tiempo cariño, debemos ir a ver a tu abuelo.— Pero mamá... No le agradeciste que me halla llevado contigo. Te dije
NATALIE—¿Estás hablando en serio? —cuestiono Kris, asombrada —¿Aceptarás ir a ese desfile?—Ya lo hice.—Pero habías dicho que no lo harías ¿Qué fue lo que hizo hacerte cambiar de parecer?—Mi padre.— ¿El Sr. Collins te lo pidió? —pregunta confundida.—No, sabes que papá no me obliga a nada.—¿Entonces?—Es solo que lo haré por él.—Pero Nat, la línea de ropa que ellos presentarán en ese desfile es de otoño. La tuya es nueva, jamás has hecho una presentación con ella, porque apenas hace unos días acabas de terminarla —espeta —¿Les entregaras tu línea de ropa? Esa en la que has trabajado durante meses con mucho arduo.Tenía razón, trabaje noche y día en esos diseños, sin descanso alguno, pero el ser diseñadora de modas era un trabajo duro y se que tarde o temprano llegaría el logro
NATALIEEsta sensación vuelve a invadir todo mi ser en el momento que sus ojos se clavan en los míos. Es cómo si Dominik todavía tuviera todo el control de mi cuerpo. Pero no, eso ya no era posible, él ya no significaba nada para mí.Retrocedo, y recuerdo que mi amiga seguía detrás de mí. Algo dice, pero no logro entender con claridad. Lo único que quiero hacer en este momento es huir, salir corriendo muy lejos de aquí.Pero no podía hacerlo, tenía un compromiso y debía cumplir un contrato laborar. Aún así sentía cómo si el aire me faltará, cómo si su presencia me asfixiara.Esto no estaba bien, yo no estaba bien, necesitaba un respiro.—Saldré… Un momento —murmure al girarme hacia Kris, debía avisarle, no podía irme así nomás, aunque fuera solo un segundo.Ella entendió en cuanto miró detrás de mí y después asintió.Sin esperar nada
DOMINIKMe entra un escalofrío extraño al ser consciente de lo que acaba de decir. O por lo menos, lo que mi cerebro ha conseguido retener. Sé que lo que menos quiere es verme, saber de mí, pero no iba a dejar de insistir hasta que escuchará lo que tenía por confesarle.—Deja de ser terca, y solo escúchame —decreto —Debo decirte que el acta que te envíe hace un tiempo no era…—¡Nat! —llega su amiga interrumpiendo mi confesión —llevo casi media hora buscándote, ¿Por qué no respondes el celular? —el tono de su voz se escuchaba desesperada, pero no le puse atención ya que seguía mirando a Natalie.— ¿Qué pasa? —inquiere Natalie, rompiendo el hechizo de nuestras miradas para verla a ella.—El socio te quiere conocer, lleva rato preguntando por ti —la toma del brazo —vamos, no lo hagas esperar más.Natalie no puso resistencia alguna y se va con su amiga, dejándome aquí con tod
NATALIENo, no me puede estar pasando esto a mí, no aquí y ahora. No sé que haré, no puedo huir otra vez y menos en este momento. Sigo aturdida por lo anterior y no logro concentrarme en lo que están hablando mi amiga y el subdirector de Hoffman, la compañía con la que firmó mi padre la asociación.—Nat… Natalie —me habla mi amiga, tratando de que ponga atención en su charla. Sacudo mis pensamientos y la miro —Llevo rato hablándote —murmura a mi lado, para que solo yo la escuché.—Perdón, que decías —me disculpo.—¿Se encuentra bien señorita Collins? —indaga el subdirector mientras me mira fijamente.El hombre aparenta de una edad media, no ha de ser mayor de 50. Asiento con una pequeña sonrisa, lo que menos quería era levantar sospechas de mi
DOMINIKMaldita sea. ¿Por qué demonios está sonriendo con ese tipo? Parece feliz, eso me molesta, pero no por el hecho de que lo haga, sino porque no es conmigo con quién lo hace.¿Ahora se supone que estoy celoso? Lo que me faltaba para terminar dándome cuenta que cada vez la quiero a mi lado. No estoy dispuesto a dejar que otro se quiera propasar con ella y me robe lo que me pertenece.Porque esa mujer es mía, solo mí.Natalie Collins seguía siendo mi esposa aunque ella no estaba enterada de eso. El documento que le hice llegar y que ella redacto con ayuda de su abogado para después fírmalo, lo termine quemando en cuanto me llegó a las manos, no pude soportar al darme cuenta que ella si aceptaba divorciarse.Después de varios años seguía siendo mi esposa, el acta de matrimonio nunca se anulo porque yo no hice nada para cancelar nuestra unión. Y era por eso que la había buscado este tiem