NATALIE
Me aferró a él como si fuera mi única salvación, como cuando agarras un salvavidas en el mar para no ahogarte entre las olas salvajes, la diferencia era que yo me estaba asfixiado en el dolor por ver a mi hijo así.
Es un dolor que te consume por dentro, y por fuera tienes que mostrar fortaleza, porque si no todo a tu alrededor cae contigo, es duro y doloroso.
Me ahogo entre lágrimas mientras mi corazón se oprime más y más.
Mis sollozos no cesan y él me abraza más fuerte, nos necesitamos, ambos compartimos el mismo dolor. Todos nos aconsejan que debemos ser fuertes, por él, por nosotros, pero tengo miedo. Tengo miedo de desplomarme en el camino y que esto nos llegue a afectar como pareja.
—Lo... lo siento —me ahogo con cada palabra.
—No, no lo sientas, llorara, llorara todo lo que necesites —susurra en mi cabeza de
NATALIECada día pedía una oportunidad más, que nos diera otro momento más con nuestro pequeño, disfrutarlo y demostrarle que lo amábamos.Era doloroso verlo todo el tiempo en esa cama recostado, con sus ojos cerrados como si estuviera solo durmiendo, pero yo sabía que no era así, nomás de recordarlo el pecho me dolía.¿Por qué la vida nos castigaba de esta manera? ¿Por qué sé hazaña con un niño? Mi pequeño tenía una vida por delante, no sabía si esto era una maldición o una prueba que el destino nos había puesto, pero lo que si tenía seguro era que él no tenía por qué pagar los pecados de sus padres. Mi bebé es inocente y él no merecía esto.Quisiera cambiarle el lugar y ser yo la que esté en esa cama, curarlo de cualquier mal y protegerlo del sufrimiento, si pudiera le daría mi vida.***Un mes, es lo que a pasado. He tratado de seguir con mi vida como muchos me lo dicen, pero es difícil no verlo sonreír por las mañanas y que me pida sus galletas favoritas antes de llevarlo al coleg
NATALIE—Gracias por estar aquí.—No tienes nada que agradecer, yo soy la que debería agradecerte por dejarme estar aquí con él —dice la madre de Dominik.—Ustedes también son su familia, no le puedo negar eso a mi hijo.—Entiendo que debe ser duro por el miedo que te causo Gregory, con eso de sus amenazas, pero él es solo eso, pura amenaza sin sentido —suspira —Por más que te quiera o intente pisotear, jamás acabará contigo, puede ser que sea intimidante, pero no importa cuántas cosas te diga, no hará nada que lastime a Dorian.—¿Cómo puedes estar tan segura? —cuestiono sorprendida.Esta mujer había sufrido en las manos de ese hombre malvado durante más de veinte años y, aun así, me estaba diciendo que mi hijo no peligra en las garras de su abuelo, tanto así que sus palabras se escucharon seguras.—Fue algo de lo que conocí muy bien de Gregory todos esos años, él quizás pudo hacerme daño a mí. —muestra una ligera sonrisa de lado —Trato de sabotear mi carrera, puso muchas trabas en mi
DOMINIK Natalie había salido de la habitación de nuestro hijo y sin hacer el mínimo ruido me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos por detrás. ―A veces me pregunto qué hubiera sido de mí si no te hubiera conocido. —Quizá seguirías siendo el hombre irritante que conocí, odioso y malhumorado —soltó una pequeña risa. Gruñí ligeramente pero también me contagié de su vibrante risa. Sumergí mi cara en su cuello y respiré su aroma. —Pues en la historia no sonaba que fuera tan odioso. Giro un poco su cabeza para verme sobre su hombro, me aparté un poco. —¿Has escuchado todo? Asiento. —Totalmente todo... hasta la parte donde dices que golpeaste a ese pobre hombre, todavía lo recuerdo como si hubiera sido ayer —hago un gesto de dolor —Aún siento ese tacón clavado en mi espalda, sí que tienes buena mano, mujer. Sonríe y vuelve su mirada hacía enfrente. —Hazme enojar de nuevo y te ayudaré a qué no lo olvides nunca. —Malvada —dije y deslice mis labios por su cuello mientras deje mor
Tres semanas después... Nos casamos por segunda vez, la ceremonia fue sencilla pero mucho mejor que la anterior. Por supuesto regresamos a Boston por una temporada y decidimos casarnos allí mismo. Las personas que asistieron a nuestra boda eran pocas, solamente familiares y amigos cercanos, así lo quisimos Dominik y yo. Había habido tantos cambios en tan poco tiempo. La oferta de trabajo a casa de Moda Evans, la propuesta de matrimonio que me hizo Dominik, pero esta vez cargada de amor verdadero. Dorian que por fin había aceptado a su padre y estaban trabajando en su nueva relación de padre e hijo. Papá que ya estaba mejor de salud y me había acompañado a mi ceremonia de boda, la familia de mi esposo que nunca dejo de apoyarme luego de haber vuelto con Dominik. Todos se estaban esforzando en algo. —Muchas felicidades —apareció detrás de mí Ayron. Con una sonrisa y una amabilidad en sus ojos como siempre acostumbraba a mostrar. —Gracias —dije cuando me gire para verlo. —Se te ve
Cuando llega esa persona que creías amar con tanta intensidad y pensabas que era la persona destinada a ti, tu alma gemela… creyendo que era la que amarías más que a nadie. Pero te das cuenta de que no era así, cuando la vida le da un giro inesperado a tu mundo, uno que ni uno mismo creyó llegar a vivir.El amor lo puedes encontrar de muchas maneras y en diferentes personas, quizás no sean iguales, pero este amor es más inmenso y puro que cualquier otro. Ahora entendía a mi madre, ahora que me tocaba tomar ese lugar.Dorian, mi pequeño, llegó a mí cuando menos lo esperaba y cuando más necesitaba algo o alguien que me salvará del vacío y del dolor en el que estaba cayendo.Quién puede creer que una mujer fuerte y dura como yo podría caer en un abismo así, todo por un hombre.Ni yo misma lo creía, había dejado de ser la Natalie de antes desde que caí como una tonta enamorada en la
Actualmente, 6 años después. Milán ItaliaNATALIE―Anteriormente te dije que algo así iba a pasar. Pobre de mi Dori, lo que tuvo que sentir en ese momento ―suspiro exasperada mi amiga.Sé que tenía razón y sé también que cualquier día iba a ocurrir algo así. ¿Por qué no podía seguir protegiéndolo de todo lo que le rodeaba?Habíamos sido tan felices todo este tiempo, pero ahora el pasado comenzaba acosarme. Era como una sombra de la que nunca me desharía.― ¿Y crees que no me lo he reprochado todos estos años? ―replique, mientras me colocaba detrás de mi escritorio para comenzar a trabajar ―Tu mas que nadie sabe lo difícil que es para mí esta situación.―Lo sé ―suspira de nuevo Kris ―Perdón, no quise dec
NATALIEEl día era soleado, perfecto para ese helado de chocolate que deseaba comer mi hijo. Era la única forma de hacerle olvidar el mal rato que paso en la mañana a la hora de clases, mi propósito y mi interés siempre era hacerlo sonreír y que no pensara en cosas malas que pudieran dañar su inocencia.Cuando llegamos al lugar bajamos del auto para ir a comprar el helado favorito de Dorian, después de eso salimos y caminamos en dirección al parque que se encontraba a una calle del establecimiento.Llegamos a una banca y tomamos asiento. Dorian estaba muy concentrado comiendo de su helado.― ¿Te gusto tu helado? ―inquiero una vez que nos acomodamos.Solo asiente para responderme sin dejar de degustar su postre.―Mami ―me llama, pero sin apartar la mirada de la bola de chocolate.― ¿Qué pasa cariño?― ¿Por qué mis compañeros tienen papá y yo no? ―este tema le provoca tristeza, lo puedo ver en sus ojos ―Ellos
NATALIENo, el pasado no podía volver, no podía permitirlo. ¿Pero cómo se suponía que lo aleje de nuevo de nosotros?—Mami —la dulce voz de mi hijo me hace reaccionar para apartarme del hombre que se encontraba a lado mío.Sin decir una sola palabra, tomo de nuevo la mano de mi hijo para alejarnos de ahí. No era el momento de indagar en el pasado y mucho menos ahora que había despejado todas las dudas de la cabeza de mi hijo.— ¿Él es un amigo tuyo? Mami —no, no ahora por favor —Tu me haz enseñado a qué debemos saludar y despedirnos de las personas, sean conocidos o no, por educación.Mi pequeño hombrecito, era mucho más inteligente de lo que podía pensar. Nunca olvidaba mis enseñanzas, pero ahora no me alegraba por ello.—No hay tiempo cariño, debemos ir a ver a tu abuelo.— Pero mamá... No le agradeciste que me halla llevado contigo. Te dije